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Reavaluar es desvalorizar La revolución cubana a los cinco ...

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[ontevideo, Ensro 3Í ds 1964 ' PífAfio XXV, No. 1192-Edición 32 pág3. Precio S T . SO - Franqueo i pagar. Correos del Uruguay, Cuenta No. 9 Redactor Responsable, Julio Castro 5ft.dn\ii-iistra.dor, Hugo R. Altaro Rincón 577 — Telcíono 83 194 A i APCHA Reavaluar es desvalorizar =:OITO«IAU| charles Bettelheim y Gilíes Martínet La revolución cubana a los cinco años W: Pax Esfenssoro habla para MAMAMA Pasado y presente de Bo Sobre el golpe que no sucedió: édHorial en pagina é r. reporíaies al Ministro Rebollo, Haedo, Alba Robalfo, Rodríguez Camasso y Enrique láartinex Moreno. EL GRITO DEL TERO rirar a matcr; por <ÍBria Castro. P^liu 4. Mhor UDer welve al teairo j reatota a Maii^ ana nota de Yenloin, Páéna 9. El CoBse j o del Hiño ewmSn "ana SQbdán de iahieario^; por Gonob de hfSiss; fáesa 11. j^üí ándanos, planiñcando; por Carlas Ma. SoSóier NsEvas opiñonss sctire el aí^sto: FerranÉi P ' CSJO j h Federación de h Carne, pá^ ' nas 12 f 13. S üom i eozafelM para BsJi!Í!3iJe; per SaSazai Seridf, desde Ura, g^pa 1^ Macsila eoírsuis^ a £igemo Maxera: los '.leetss del pido j ia platea saca: páijoa 24. Carta de ini^iterra, por Usa TrajíeiAarsiías vaipar^ de antes ao asalaa souna; pá^oa 2$. i^as j aalas ráacm^ edre If^tsra j pl^ ^ Jiíaa Ssiüssia, pipa 29. ^^ i5e5^sBS»ti*E^S3SJS^^S^ :-^,-i#^_—.- r-.^_-j^
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[ontevideo, Ensro 3Í ds 1964' PífAfio XXV, No. 1192-Edición 32 pág3. Precio S T.SO - Franqueo i pagar. Correos del Uruguay, Cuenta No. 9 Redactor Responsable, Julio Castro 5ft.dn\ii-iistra.dor, Hugo R. Altaro Rincón 577 — Telcíono 83 194 AiAPCHA

Reavaluar es desvalorizar =:OITO«IAU|

charles Bettelheim y Gilíes Martínet

La revolución cubana a los cinco años

W:

Pax Esfenssoro habla para MAMAMA

Pasado y presente de Bolivia Sobre el golpe que no sucedió: édHorial en pagina é r. reporíaies al Ministro Rebollo, Haedo, Alba Robalfo,

Rodríguez Camasso y Enrique láartinex Moreno.

EL GRITO DEL TERO

rirar a matcr; por <ÍBria Castro. P liu 4. Mhor UDer welve al teairo j reatota a Maii ana nota de Yenloin, Páéna 9. El CoBsejo del Hiño ewmSn "ana SQbdán de iiahieario ; por Gonob de hfSiss; fáesa 11. j üí ándanos, planiñcando; por Carlas Ma. SoSóier NsEvas opiñonss sctire el aí sto: FerranÉi P'CSJO j h Federación de h Carne, pá'nas 12 f 13.

S üomieoza fel M para BsJi!Í!3iJe; per SaSazai Seridf, desde Ura, g pa 1^ Macsilla eoírsuis a £iigemo Maxera: los '.leetss del pido j ia platea saca: páijoa 24. Carta de ini iterra, por Usa TrajíeiAarsiías vaipar de antes ao asalaa souna; páoa 2$. i^as j aalas ráacm^ edre If tsra j p l ^ ^ Jiíaa Ssiüssia, pipa 29. ^

i5e5 sBS»ti*E S3SJS S :- ,-i# _—.- r-.^_-j^

CLASES DE FRANCÉS Y PREPARACIÓN DE

EXAMENES PROFESORA BrPLOMADA

Juan B. Blanco 9S9 - F. 1

MATEMÁTICAS PARA

PREPABAT0IUO5 Teléf.: S B3 78

(de 8.30 a 12 is.)

CHARLA SOBRE LA SITUACIÓN DE LOS CAÑEROS DE

ARTIGAS. Martes 4 - hora 20 Intervienen: ATALTVAS CASTLLLOS

T LITIS CAJMABGO Delegados de lo Unión

de Trabajadores Azu­careros de Artigas. Organiza:

MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO DE IZQUIERDA

Son Martín 2175

VENDO COZXCCIOX De MARCHA

19«7 - 1964 Buena Cmtscrrkción.

T efoBo 2»-áS»4 de 14 a 1« lis. TRADUCTORA PUSUCA "* Inglés •*" Francés * Italiano

CITASES PAHA KIííOS TT ADtrL.TOS

Yolanda Cano S. ELXJI.UHI 519

•BEL.'. TO 65 S3

LIQUIDA ^ Cea srandies deacaraitos; • Colclioiics (Fe 1 r 2 plazas Sof ás, Respaldos Csmas - iKbBotecas ^ ^ Todo xisevo con peqnefias '

I Du HUGO FABBRI

•ao. 201 -

cartas de ¡os lectores cartas de ios lectores Exrcandidafo a diputado^ coirfesfa o Hueras Bases A- Un cronista aludido defiende a Aefu ir Declaración por Panamá ir ios frotskistas, excluidos^ se naeían ir Un pintor propone una nueva manera de enseñar a comprender ir A propósiio de una carta de Vegh Carxón ir La basara se acumula tos fines de Adiós y agradecimiento

zümmm m EL DESTINO QE LA UNIÓN ?w\¡m En el -ultimo níimero de MAECITA., aparece una, especie Se comu­nicado anunciando la desvinculaclón d& la Agrupación. Nueías Bases úe la Unión Popular, después de ciertas consideraciones sobre "la BC.-vedad de la situación del país y la inopezancla de las acfuales agru­paciones poüLlcas para encontrar" (lo que en. líiievas Bases existe) las soluciones oue termbien coo este estado de cesas, Xlna. maniobra máa de las tantas que en la, polixica mezquina, intentan le-íantais& siempre con la apariencia de • rdad. La "íziteleccualidad", con toda la descomposición de su parasitis­mo, dictando desde el piilplto de sit. pet lIancía, Ja. ciase de moral, "que el pueblo ao entiende", aunque despTiés sea el pueblo el iiua tenga que cargar sobre sus espaldas todo el peso de esos moralistas. Siempre íiemos creída que ci silencio es la contestacióo. ej acta, a los q"ue del intelecto liacen su consagración, para después darle apariencia en el prestigio, a lo peq.iieño que esas inteüsenclas se es­pecializan en manejar come» verdad: I,A JNriLSlljL DE LA ME2í"TrR.A„ Pero por tina conlíansa en que todo no nuetíe estar putrefacto, nos tranquiliza nuestra bumilde Intuicióji, de o.tie esas mentiras, BÓIO pueden Ir a enriquecerse en algiuia de las pequeílas peñas de "prirt-iegiadas élites cxUcurales*' . Pero en esta oportunidad betnos creído en JO personal, la necesi­dad de precisar nwestxa posición sincera, contestando un poco a. esa otra posición, falsa basta ea lo, impoluto en. que se quiere presentar al grupo Ifuevas Bases. Es rnur ciexto que la tJ. P. tuvo y por- suerte los sigue caiklendo sus grandes enemigos. Els muy cierto que la n. P. tuvo también stis encapucbados den-faro de sus propias filas: Dirigentes de Partidos, que decían estar todo el partido, cuando sabiaa que no estaban nf ellos, candidatos que aconsejaron a sus amibos a no votar por la n. p-., abogados que ea las tribunas se ofrecían a la entera defensa Se la clase trabajadora. para después en los tribunales estar a sueldo de las grandes empresas, defendiendo la» maniobras conque se aplastan los derecbos de los trabajadores. Es muy cierto que fuLmos mucbas Tecea burlados, peio no nos leprochamos el que se nos baya engañado. Creer en la bondad de gente que no conocíamos, puáo ser nuestra estn-olaea. pero era el lie-lecbo que esige un cabaa sentido de lionsstida£ E» muy cierto tambléa, que exLtre esas lesacaa que siempre se fl3--traa ea loa nuevos movimientos, apareció la caricatura fimesta d» •una Kenuca. cuyas constderacloaes de por si solo, se omiten por un elemental sentido de decoro. J'ero LO QUE ES INCXE:RT0. es que la Agnipacióa Erro, no baya, ttiiscsao Insistentemente, poder dotar a la T7. P- de una estructura que la permita desarrollar, la acción, qtie la esperanza encendida en. el alma popular por la tncorruptibls conducta de BU representante. le está reclamando. Y asi lo lian comprendido grupos Independíente» «orno el Bes Non. Tetba, editando maniClestas y leaüzaiLdo actos ca­llejeros y grupos de trabajadores Inaugurando- nuciros baluartes Per» 2o que desde el mes de mayo a la leclia no liemos podida realizar, es el prometido Congreso de la U. P.. y no se lia podido realizar precisamente poc ss vacilaciones de los representant-es de 2?uKvas Ba­se», siempre enfrascados en estudios tan erharusttTos, que miTieron la habilidad de tr postergando • ímposlbtittazido la. lealización. <Le «se Congreso: Congreso Popular que sigue «iend» a ntiestxo criterio culen. «leba darle a la XT. P. su debida estructura. Porque confiamos en el destino de la Cniñn Popular, es que cree-"^"í ^* ® estructura no pueda quedar Ubrada solamente a 3a ca­pacidad, que no siibestimamos. de un reducido grupo de superdotados cerebros. Pero estos cerebros deberían comprender que quiérase o no f" 'LS^Í^^ iiumüde y modesto al qiie le está reservado, marcaxsé la. estructura de sus cuadros para la büsqueda de su destino con I© Inmenso de ese conocimiento profundo gae se adonice en el soCri-mler)to de la Inlusticta, de esa tajustlcía. de 3a tsue tanto t;eor an los mismos leguleyos que no tienen la íuenza moral euíiciente de rom­per todo vmculo con qTüenes las fabrican. Los que Hablan del Ham­bre en la rueda del café y eran siempre los ausentes en las asambleis de los hamos pobres donde el liambre Llegaba iasta sus triiimas los que blcleron de la izqTilerda el snob, que nos les ptobEbló siz eon-vi-vencia con el mundo elegante, de la arisrtocracia levantada sobre el sufrimiento de los desposeídos. ^ \3iiora a confundir, confundir diciendo que valoran 3a actitud - ®- ^ ° '? aoandonar a im lema tradicional, cuando también podían ^t^'^° luc2ia integra contra la oUsar-uSa. su oposición explotación de las clases más necesitadas, su en-

DESPEDIDA

IiicüaudícabLe Sf'SSiT'" °^ lenSoclaiiiienros T los gangtera a^ cutíla doro ¿Se especcJioan j- se enriquecían iasca. coa. la dessiaola de lenSieSos SS; ií cooomplroleatos ae Jas ss naes castas, ya íuenm ctrtlea o iS^ S^ÍUSS^ ''°- "^^^ in-constüla EÍ. 3«J faera cosa auc en el -EcS-B SJÍ a;Parecieiaii los •laOTÜz.jtilercEstas--. como aparecieron ea S„"S? S,.S -*"''?'" ^ ""<" •" ' =°° repTisnante añuiokera, oataSl do ae tastrar galones aeteHorados poj- el corrompiouento. en aelr-l-?ñS£o ejiídS™*^ "' '"• ^ " ^ ^ ''"*°= nñlltares ane SonrS, r,,. ^?" JS, í"- «''°,<ss=o S» «Je perderse anee -una realidad one nncr pronto teadiB que golpeamos «in toaiidlta. Jaetaa" ea- ese «olá¡i-.ílS temos coantos s_ sménes están. Le pequeño a í ^ ¿ jSfdSS'níS l a. _ol;gar9nia en la. seieclM. y I» ollgarenia e¿ coaaraia óe segmir conlmr poco pueden contar - ^ ^ ^ la izaitlíerda— mnotio peor al ésta, por i dieada, y todos a;aa acrlca.

ios ítnos saltr a cernerle liiasta 2as tnsiitiras teorías de los otros. ,,„Í-„*?Í='Í ?- ^'-'7^ Bases, se-uii. sssatr tiaiaJaMo dnio taTe=..o ce la nerranuenta; el inrnro t- en J-—*!" yii o nia «ereliral.

ptietEe pagar ügona íjer

a Mí. 8.0 DE ÍA Efiifsrrnjcii!! Juan K. Cbenlo

J5. propósito de Tma -carta nal Sr, C R- Vegii Garrión, leemos el ziC S? de te Constitución; "Todas las 3>eisonss son iguales ante la lev, no reeonociénaose otra disEñacáón entre e3as sano la de los taJentos y las virtudes". Saásten. otros distingos reconocí— dos SiasuA, por las prcpias í^ss, además <!e los qtie cre¿n los ta-lerítos r las TlrlSíáes. ZA cedacciáa Ide la ConstítacáAnJ Tesulta- así imperfecta, Sítitásos ejemplos lo jazieitssjx. Alcanza con dtax uno. ZA ÍOTttm» <Ie los liombres pro— Tealeaite de tm legado i^cStñSa al nacer « de la "graaae"' <ie Cn de año. nada taene que ter can «5 tBiezLlo o la. vlrtn sin «mlMao

i*' 'C"A _--_ Pé^ta 2

tablece grandes distincXcaies pn;:re tílOB, TecnnociiSas por la ley <im-jnzesto a- la Benca y C£ros>. KntzBsdo «X •! campo fUceáSca. sosotTOS nos quectamoe en. la por— ~tera. laabráa one detenasoasr ai la SRCitd. es tm tiento, tzna Tlrtad o icoa- coBdíci&o. litissaiuit Pc7 BL sola

crea tremendos -distingos entre los cindatíanos. ¿ les conociadentos adquiridos? Nosotros entendemos qtie no Integraja ni el talento ni 3a vtrt;ij<i. •*" Pero este país puede tíarse e3 -lUjo de tener -una Const:tncS<>n qu-estarla mal redacSacia, met^rae per­mite cosas peores, el 232. jwr ejem­plo, y los autos baratos.

-Jnaa Lttís Ton» Cana

£SC!A tlblAG VIEJA En Xa Cloclae "Vieja, zotia de Txm~ «eos; ei ísarreoidero pasa Ics- TrSeT-2reE y nace algtma limpisas,, muy par pnrlT-í rmeitíxas: Tnra- -smo 5 oíra oigaimio- Es máa lo qno áela <íue la qu;e leranta. X casco s&ba-•d«s p d<Kninsu5 tí servicio de Qm-pSeaa no toábala ea la. Cisdsd Vie­ja, las consecuencias la» suTrgB £o« musecsz a püfali» xi&ja. la toaEiua q:ae xrae pagada, A lo» lapatoa.

aosael Tersajif Besarfil

Jil UnaLisar mi vinculación fun­cional con la Comisión ITacional do Educación Física, bagóle llegar a nd. y densas mlemSros de ese pres­tigioso órgano petlodistlco, supe­rando cualquier discrepancia que pueda baberae producido en el co---rrer de casi una década de actua­ción, mi más sincera gratitud por la adhesión y gentilezas recilildaa de. esa tritiina de opinión y el sa­ludo más cordial que selle un alec­to que llevare a manera de re­cuerdo de esta etapa recorrida. Votos de progreso para ese es­timado semanario y ventura per­sonal para TTd. y colaboradores. -José !>• V'allariQO Veracíerto

IOS MAIOS ACTÜS (II) Sr, piracior de MAKCHA Euego a üd. la publicación de la sisuiente nota, que ane "veO obli­gado a reinLiir en. respuesta oe una pubiicaaa en el úLí.imo mi-joíero d.e su semanario, con el tí-Tulo de "Los malos Aetus" que firma una. lectora con eL seudóoi-aao de "•Otra cesconlorme, pei'o que no es actria". En la misma aunque sin ucmorarme, se me alu­de y por cierco erróneamente, ya que mezcla en ella, tancas cosas, que demuestra a las claras, que «o escá organizando un clan, cuya función es sembrar el confusionis­mo entre el público, porque ua cronista por primera vea, ''ossi' tocar a los '"intocables". Para con­testar en el orden de Bu desorde­nada exposición, empeístré por de­cir que Actu está integrada por toda la prensa que io quiera. Kc«-otros no recbazarcos 3 naíüe. X-ue-go se queja de que no se premiara a una primera actriz que brindó los sábados un ciclo de teleteatxo digno con excelencias de interpre­taciones- Perfecto. 1 que tal vez olvide esta dama, es que la mayo­ría es la que se irG5»one. y en. el jurado de Actu, se eligió a Estela Castro que también bizc un cicla digno, con interpretaciones exce­lentes Bin desentonar en ninguna. Quien firma esa carta que aludo. dice no defender a esa actriz por amistad, puesto qne no la conoce. ¿Consecuencia? Que si no la cono­ce. e« jMaque no estuvo en Is reunión de prensa donde la actrjji des>potnc6 contra los jurados, to­mó 3a palabra, mejor dlclio, ttHuS el grito todo el tiempo, y trató da ofen-der sin ningún reparo, COIL SU-tQezas y desprecios, y no cara a cara, como dice la carta. Jista "pe­riodista accidental", se bízo su. propia tesis, inspirándose en six simpa-tia personal bacía la deísü-Qlda, sin tener en cuenta que Ja misión del cronista, es tnforraar al lector, repiíiendo todo lo que se babla en una reunión, y no bay p-CT cierta ningún, interés como tíl-ce, en enlodar six nombre. Sobra todo porque quienes fuimos jura­dos; elegirmcs a los que considera­mos mejores, sin pensar en su as­cendencia. ISio nos intsa-Esa. q-ae se sea nieto de un poeta .genial o áe tai obrero moaESto. Lo que Tale es su trabajo personal, "y no nos dne-le la crítica, pero si la calumnia-Sabemos de antemano qize críts. cas nabrían, ya que nosotros cue éramTOs S. no logramos unanimidad inés que en TUL par de categoría , y eso que éramos repito, sola­mente 5, como liabríamos de es­perar entone , que estuvieirjn de acuerdo 3 mtilcnes de tmigijs.ycs» además qnieío agregar que la Srta a-a^ firma la carta, involucra & Actu, en algo que nada tiene ene v«T puesto que yo no la i pre-sentaba en «sa. Teuníón. Estaba, aüí í zao cTomsía de la revlst». "Cine BadSo. Actualidad", tme 3*0 teíegta dícSa asociacjón. -v en ella escribí la nota. Hav un TSejo re­frán que aicer "S^eta, si ciñie­res QTre te respEten" y ¡a actriz de marrES no tn-o reparo en tina S.TZ~ dScíón <ie T.v_ posterior, dcsirsen-tirlo toao y enlodar (eHa si) rci níHubr con los adjetivos más soeces e indignos <ie su blasortada etüfuíS. •y para terminar, quáciío decir, que en esa andlcácin, tíc'ea-endo su demoiad» "Sc ar Císfb" fprogranaa que yo ~7oté, pero ípr© la mayctía eUgió "JCesa. de gala"*) d35o <¡jix en «L, IrsMan pa ticfpíKlo Pggsc lldades comO' su padre, qtie esm todo TOi ejeanplo de KJientí T 310 fl mífcas ¡nlrascendeirtes co­mo "fMtóqtirta Gallego , ¿JUgaieHí pntede apruliar qnze se ofenda ssa-tidtameitte a una artista, qtte en :n3da £a Xia nmlesxatfo; sxCbest sitítn:-dcaa «af • A- CEta **£)e5Conf onoe; pe­ro que 3to es actrlar, otitero detír-3es<iye tampoco es sada. de sedo, lisSTrEft- Duesto BIX 3Kanbee:. no ai •cndAndose eaL tan Beudóniaio,

Astadeciendo la ateneiéii al 8e. IWreclnc de MSfiGHi, Tn«po dls-cnlpe mi escfcensM», retcezsndcow coa ei xáa tüXo respeui.

COMPRENSIÓN NECISIfH NocHea pasadas im grupo de r^ lauíetes se reta de !« esc\iltSiJ°í cimpas andadas au» eüjono c2 íjreía en la terla de la piíi ?!" fcertad. Es necesario que M nfí; en la escuela j en el liceo ¿íí aesplBrte el senHmlento eSaíní que aprenda a -lalorar tma otoa ,í arte en Tea de aprender a dUtui! o a copiar. Así salen con hatliT man-ual e Inoapices de «nteidetí los demás. Esto me recuerda .7 Profesor Momdlno el oiial hacia ra tender (o sentir) la música ein DST cesioad de aprender el solfeo w pueblo no necesita tfe connM ' miento técnico sino de comnrm sien rápida "ipren.

IJn IPintor

POR PAMAMA m Partido SoclaUsta reorganija fio, bace oir su vos — tras el si lencio público s que lo obllearcn las dificultades Inbsrentes a su o-ganisacion b&sica — para sumatsá' a las voces que en toda Latino, ajnenca se alzan en defensa de ¡as derecbos de la ítcpúblíca Panarce-ña al completo uso y administra. ción del histórico Canal. El Partido que en el Uruguay re. surge como verdadera e::presi(5n del pensamiento y acción auténtica. m-ente revolucionaria del sociaüs. mo, se prontmcia- en categórica so-üdaridad con aquel pueblo herma. no. Y eslse de los gobernantes del Uruguay las actitudes en armenia con Su posición justiciera. Lo contrario, o sea la complica -pasividad de espectadores neutra-¡es ante la prepotencia del coloso del Korte, sería eludir sin bonra 3 con oprobio la obligación de sei fieles a los üestinoB. de toda Amé-. rica. Por la lUTesa Ejecutiva: Stírlína-rrugoní, Jaurena, Andrada amiríi*

FuiMes íimmi Ante la convocatoria del prJji-mo Congreso Latinoamericano é« Juventudes y siendo la ju-vent-Lid trotsizista miembro nato del pro-itimo Congreso por haber partid-" pado como miembro en el Cca-greso de la Juventrud realizado en La Habana, en IftfiO. nuestra orga­nización se hizo presente en la reunión preparatoria que se reaü-_. eaba en eL dia de ayer, a los eíec- -tos de intervenir para la verdade­ra preparación de dicho Congreso en el sentido de organizar y dio»-mizar la lueba untímperialísta en, el país, como en toda América La­tina, de expulsión de las bases mi­litares, misiones, y bienes dei vsx.-periaüsnao. de defensa de 1» He* voluclón Socialista Cubana, úm -apoyóla Xa- lucha d.e Xas masas psi-namenas por su liberación nacio­nal y social, de apoyo militante a la. lucha de las guerrillas en Ve-nezaiela, Colombia, Itepñbllca Do­minicana, etc., a la lucha de loa mineros bolivianos, del proletaria­do argentino, a las mesas campe­sinas brasileñas, y en ese canuno. preparar un verdadero Congreso ¿e la Juventud por la expulsión "del Imperialismo de A'n erica Latiníu los organizadores allí presentes, bajo la dirección de la llamaüa Comisión Juvenil de la CrU. asi como la mayoría de las organiza­ciones pre ntes, que son sello» que no representan, otra cesa «rea . ai aparato del Partido Comunista, . nevaron un ataque de puro corte -staüEiista. spoyr5.d-3s por otras cr-gxnizjaelones presantes, salvo la j b'tu C, resolTíenSo -cTie es iarpcsi-ble nuestra intervención en el Co-i'Cé_ preparatorio-I^ raíz de esta posición y gctl-tud es en el fónico la SlcorÍTc::-nación y el terríJrismo ideológico. TA pre paiacídn del Congreso ds Juvijn ludes, como lo muestra, rla-ramení-e este heoHo — está, ya alí-ceatío como t I en la línra st23!-nlsta->rueheidsta, de ccesóstencia pacifica con el imperialismo en 3a ífnea d l abrazo ds SCruschev coa Eennecíy, y se coloca- fuera y irri­te a la- íjcsición antimpeilalisia y -• antic3.pitE.lLíía que es el sentamien­to y la voluntad de las icasas d* toda Anséríca. Lstína. y de Cuívfc Jfo ss proponen les orgsnís-So-r-es separar a la. jTrr*ntnd trcts» ítísta nseraments; se T?Tr,iic—en ais­lar esta prepar?ic5Gn del Ccssr a de la Javentud de I;» veráadsroa problemas y nes síd Sss de 13 masas laEínosmexíc nas, que son los prcblensas y las necesidades ca la jíz en-rud de rcvia. AmérlGa. la­tina, ^'^J^ • «J"v'i¿iixua THOTSS2STA fParíitío ObresO Tr ísírista, — Clara TTsar» SamtieZ Fcder

Con. «1 fin rie rendir balan­ce de Tas tareas recruzadas Ixas-ta Ia_ fecha y de scnseter » •P'^ badon las proyectadas jiara- « futuro Inmedaato, el Mowi3nl*B-to GaSt n ÁnEJSanqtiist»-reaS-srá un vino de coníratesnldad gallega tí. día i* -üm íebren», « Í3SS 22) y 30 hotns en. Siena 3153, Socaí cetíJd» Eí3rt3n!eata ye*" Casa de l i a.

Siqueiros, d céiebre muraiSsfa mexicano, continúa en prisión -Ar Un lector propone una fórmula para combatir la erosión de la fierra it Una funcionarla de la Caja de Jubilaciones, con indignación y sin esperanza^ describe desde adentro fa maquinaria 4>oSifsquera -^ Reflexiones sobre la movilisación de los fun<ionarios públicos

LA \\£m CMiSADA

SIQUEIRGS, TRES AÑOS Y MEDÍA DE CARaa S:stimados amigos: 35n los momeólos de mí mayor desespera-nza e Impaciencia, j-o me pregunto, y estoy seguro qne tist-cdes tamülén se preguntanr ¿Cómo es posible <íne nuestros constantes esíuer-Eos a través de casi tres años y medio, no Hayan logrado la encarcelación de este artista? ¿IPuede el mal triuníar y ser derrotado el bien? Cuando le li vo is comida a mi esposo y com­pañero diariamente, y paso escasos treinta minutos a su lado, ninutos que se convierten en segun­dos— escudrino SIL rostro par* desculirlr si está sano o enfermo, para salier cual es el estado de su moxal. angustiada de qua esta terrible prueba pueda des­truirlo, en tod-3s los órdenes. Kevlso tina y otra ves Ku vida y las razones del proditorio encarcelamiento Que sufre. ¿Cuáles son éstas? — El liabsr elevado su condenación política hasta la persona misma del Presidente do la República haciéndolo respoüsable, a él directamente, del aban­dono de los múitlpl&s postuiatioa de la Hevolncíón, como de la transgresión, de la ley fundamental ema­nada de la roisrca, en un régimen donde el ejecutivo federal tiene poderes omnímodos, ya sea porq.ue se los conceda la ley. en s"us fsiJlas antidemocrAticas, o Elmpi.emenCe porque ét se loa toma. Mantenido —desaparecidos sus colegas I5ae?:o Rl-vera y José Clemente Oroiíiso— frente a una ya lar­ga orensiva cultural de "Wasíiingbon a través de la O. E- A., la vigertcla del mnrEtlismo mexicano, como forma Insatstituíble del arte público, dirigido prl— mordi3lment« sL puebio. en acto de lucha por sus libertades y derecbos. con la pujanza de su propia obra creadora en la plástica. Precedido, para todo ello, con la profunda con­vicción de que la Rsvolución Me.Kicana ba. sido Criis-trada en lo fundamentar por una verdadera oligar­quía de simuladores de la nilsma. íonmada al calor del peculado-Afinnando que solo tm nuevo movimiento del pne-Ivlo mexicano, la revolución de la nueva etapa- tiis-*órica de nuestro país, puede hacer cuhmnar lo Itasta abara incumplido, e iniciar lo que debe agre­garse en la lucha de todos por una auténtica inde­pendencia naciouEit y contra eL hambre dei pueblo mexicano, que no ha podido ser abatida en los 50 a£os de insignificantes reformas y de gran de-3na'7:>gia. y por liltimo, desatada la represión ea nuestro pafs a partir del año de 1958. cuando se fclzo Impe­riosa la defensa de loa psrsegulUots politlcoa. —de los dirigentes del Sindicato Nacional de Trabaja-dores Perrocarriiecos y de las mcLs destacadas figuras de los partidos políticos de izquierda—, el haber parti­cipado de manera preponderante en la formación del Comité por la Defensa de los Presos Políticos y la» Garantías Ccnstitucionaíes. Cabe preguntar, si era posible que Siqueiros pro­cediera de otra manera ya que durante 50 anos de su vida cívica y artística se ha mantenido fiel a los postulados de un movimiento —el UoTlmleato Muralista Slesicano fundado en 1922—, que tuvo su origen en la huelga que realizaron los estudiantes de la Escuela de Bellas Artes en el aSo de 1913, en el jisrtodo más cruento de la guerra dvll. y qu.o fijó el compromiso de los artistets para servir a su pueblo con la tcmá-tlca de sos murales, una tema-

íes FUHClCMRiaS QtilCGS Como empleado de tma- oficina estatal, s o con lógico iriterés loa movimientos Gremiales oe los cie­ñas funcionarios a través de toda la EspúbLica. Es que todavía, co­jeo en las viejas épocas de los ca-elGues políticos, se -uíilrsa a los ser-Tldores del Estado come instru­mentos de nianiobras para fines electorales y de acomodos presu­puéstales. Pero, abora. a ia inse-Srurxda-d y el manoseo, se agregan las enormes diíicraltadss resultantes de les errores Enancieros que obli­gan a los modestos empleados a vivir cada dia con nsayoies pro-Ijlemss en sus bogares, Felizmente las entidades gremia­les están despertando. SI todas las Instituciones que agrupan a los fun­cionarios de nuestro- país se unen r> m programa mxnlmo para soli­citar Justicia, ntejores conalicionea de vida para, asus faonlli as, lo* go— liemantes despertaran a la reali­dad social. Debemos unimos sóli­damente en. "una sola VOTS que He— «oe basta flonáe los qTxe manejan n. coea pública amparados en la aómoda, dudadla del 3E3. slentsrt «pie el piso se esta moviendo y qoa la hora en América- reclama, el Sa Ce la. polltíqueria barata-I,a Asociación de mnclonarios, él CJE-PJE. y cí Plenario de Sacícnda. Junto con los ctmipaSeaas munici­pales de toda la Sepiiblica se apres­tan a- ponerse en marcita bada el tjatmfo. TTancfSco Keaéa.

tica que sería el fruto de su prx)pla mUltancla ciu­dadana, tamo en la época de ascenso de la üevolu-ci6n hasta el aaio de 1930, como en la de su decli-nacLÓn. Sin duda alguna Siqueiros biao suyo, como lo hicieron sus colegas pintores, el legado de Fray An­gélico: "Que aquel que quiera pintar a Cristo —de­cía el sanco—. viva con Cristo'", As£ este artista, para, pintar al pueblo, ha tenido que mantenerse fiel al pueblo. En uso. pues, de los derechos que le otorgara la Constitución, participó siempre en loa actos fudamentales de la vida política de su país, y hasta la fecba ha entregado a su Patria y al mundo entero, no menos de 20 obras ratuales de temática social, con importantes innovaciones técnicas y es­téticas. Pero las causas nobles, querido» amlfios. tienen que imponerse tarde o temprano, y ganar la batalla por la libertad de Siqueiros y de sus deCensos, los demás presos politlcoa, constituye la mejor garantía en favor de la Inviolabilidad de la sagrada. Carta de loa Derecbos Humanos. Por eso el ánimo de SiqueLros no ha decaído; s& mantiene tuerte y vigoroso en espera de que pronto pueda continuar yus mitrales Interrumpidos, y de que sus compañeros ya en libertad, ejerzan sos respectivo» trabaj oa. Esta vea el artista, pasó su cumpleañoá sin la compañía del periodista Pilomeno Mata, que ya fuera de la prisión y en mejores condiciones de salud, a los TS anos de edad, mantiene viva la pro­testa por ei enea rce Lamió nto de todos los presos políticos. £1 29 de diciembre, el 67 aniversario del pintor David Alfaro Siqueiros, sólo su fatnUia. como en loa pasados aflos. pudo- hacerle compaüia. Entre ellos estalla su nieto David, de 10 a&os de edad, un pequeño pintor o músico en ciernes, a quien el artista quiere Incaensamente. Pero la celda se lle­nó de dentos de tarjetas y de cartaa, de millares de voces de amigos que. a través del cable o del correo, le llevaron la m&s solidaria 3 efusiva de las esperanzas. No faltaron ramos de flores rojas en su celda, como símbolo del latido de su puebla. los alaogados de la Defensa, terminado ya el do­cumento de Amparo en contra de la sentencia, des­pués del nuevo y criminal fallo de la Octava Sa­la del Tribunal Superior de Justicia, que ratificó la misma, se acaban de dirigir a la Suprema Cor­te del pai-s, ürtima Instancia en todo caso jurí­dico. íío sabemos todavía cuándo- vendrá 1* resolu­ción de ese alto Tribunal —qulzft tarde meses o un año completo— ni tenemos esperanzas de qne prevalezca al íln la jtistlcLa. pero at estamos con­vencidos de qoe habrá, que continuar la cam.pa¿ÍB por la libertad de Siqueiros, y de que toda pro­testa o sollcLt«d_ habrá, que dirigirla al Sr. Presi­dente de la República, ya que de él, exclnslTamen-te de él, dependerá, la resolución de este caso, lo mismo que el de los demás presos políticos. Con el más fervoroso reconocimiento y el de­seo de Siqueiros y el mío propio de qu» éste sea un año de paz y ventura para codos nuestros ami­gos, quedo suya afectuosamente,

Ajtgélica Arenal de 5i4.neIro3 2IEÉ3IC0. D. P-, S de enero de 1364.

Qttlera propon»; la creación anuai de digamos 5 establecimiento» agrí­colas de ensayo, de 500 Has. cada uno y un stoclc de 100 cabezas da ganado. Motiva esta preposición el pobre rendimiento de la explotación agrí­cola en suelos cansados, exhaustos y en. progresiva erosión. El terrlbis efecto de esta flagelo resalta si sa considera el hecho de que en. loa Estados Unidos m-lUones da hectá­reas así inutlliaadas fueron aban­donadas por centenares de miles de campesinos que erran como gi­tanos por las carreteras del pais. Para restituir ai suelo los ele­mentos durante tantos anos extraí­dos e Ir aumentando su Jertilidad hay que abandonar la técnica ac­tual y entrar en la vía del cultiva intensivo. Para Ani una Idea de esta técni­ca, actual cito de un artículo de Clau(!Ío -WUliman (b_) "El Uru­guay Rural". VUL ias siguientes li­neas : "Tratando del" nivel técnico dé­las e.icploULclones rurales calificaíto por los Ingenieros agrónomos se­ca cu. entra, por la agríciUtura. el sisjulente cuadro: Malas y muy malas 53 % ICegularea 33 _ Suenas 8 „ Preguacados los productores sL prefieren trabajar según su cos­tumbre. resDonden; 47% que SL iSfa minea bemos Sido vialtado* 5% no quieren asesoramlento". Kn estas condiciones se Impone un plan independiente, plan de en­sayas ya que errores en la agricul-' tura son lentos a subsanar. X)e ahi mi proposición concreta, simple. Hn su defensa quisiera agregar que escoa establecimientos propor­cionarían un campo adecuado de trabajo a los jóvenes que egresan de las escuelas agrícolas, los cua­les, según be leído, no encuentran eclocaclón. Ofrecería también a lo* futuros ingenieros agrónomo» I»

oportunidad de practicar, como loa futuros médicos en los bo ltalea-Por su Intarmedlo podóla tambl&a tntot&is» un plan da forestación. 1% cabe duda que la Reforma Agraria que prepara ol aefior Ministro de Agricultura lia de tn&lutr aisposicio-nea q-ue creen vL\-eros y la obliga ctón para loa tenateníentes de plantar montea en proporción a. 1» canüdad d& Hect áreas «."a poseen. todo esto en beneficio suyo, de If agricuítura y de la economía d« pata. Hagabar, RIO URUBliAYO Y BARRIO PORTEÑO

--Uíipey Palermo corresponsal ot MAl£CaA allá por el año 19SS —a quien tavtmoa «I agrada de repli­car en aquella época, en la qu» también escribía en ".El Día" bajo la finua Cuareim. Bel rano Cun rio uruguayo j un barrio bonaeren­se)— vuelve proponiendo una Re­forma Agraria iniciada en el ce­mento que comience en los lócale* de lo» Bancos, lo u« no escaria mal, pero notamos que entre el palermo de 3959 y él ie 1964 La co­rriente del Arapey corre a muy dlsUcta velocidad. T3. egudo y satírico libre cam­bista que desde "Cambios y Con­troles*' (MARCHA, mayo de 1&S9) .pedía los certtficacIo« de exporta­ción al cambio libre para los pro­ductores para enriquecerlo» más y más, aa ba transíormado en un enemigo del ecrlquectnkieato d« los Bancos. I>ice ahora en el inc. b): "Pro­ducir técnicamente mejor, y a m»-nores coatos". XA deforma Cam­biarlo, tan BOÜada ea aquel en-ttmces, aleo ba enseñado. Zlesgra-cladaaientft hay sueCos que se con­vierten en realidad (50 votos del E'artldo ITacional «1 diciembre d« 19S9). -Juan I>nis Toire larra

AUNQUE ESTAS LIKEAS NO SIRVAN PARA NADA Sn este país, la lndignacL¿n es cosa que pasa: nos sentirlos ca­bales en determinados momentos, y nos Indlgaamos; luego... aflojamos olvidando, y es así qoe no ponemoa remedio a nada y tole unos todo, volviendo en cda elección a votae toe miamos incapaces y logreros. Como ciudadanos sontos Inconscientes o im­potentes, frente a todaa nuestra» triste» realldadea-Me ubico en el número- de loa Impotente», qn» tl«zia qu» vivtí día a dia todas las miserias de la Caja da JubUadone* de llndus-trla y Comercio, raascando él treno. Peco el heclio de que un ser hum-ano. una postulante a Jubilada con causal por imposibilidad física, me haya solicitado au ayuda deaesperadamente y no haya podido dársela, ha colmado m¿ amargura. Ko lie podido como vieja fTxncionarla de dicho Instituto, que ha trabajado en casi to­das las Secciones, lograr que le Liquidaran su. espediente que se encuentra en la Sec. Liquidaciones desde el 26-1.0-063. CF. X. ü? 5 1.452): no he podido ayud2»rl» porque no pertenezco a loe partidos blanco o colorado-Los Directorios Invasores. Avldoa de eonqnlstaa polftleas y de las otras; los Directoiios que anteponen aus "prontos, despachos". desplazando derechos por antlgíledad. en el trAmlte, y lo que es peor derechos par causal de "imposibilidad IfsiOL*" y '"70 a&as de edad", no tienen tiempo para mirar más allá d» Je» pasillos del Ser. y 5 piso, a ver qué ptasa. ITa ea un mito el tramita prefe­rencia! que tienen estas causales; no pueden Ilqaldarse en la bre­vedad e:!d.glda por la l<ey, porque satán, primerea Loa "pron-toa dea-pacfcos", y no hay tiempo para todos. Aunque estas lineas no sirven para, nada, inicias por et -único desahogo que me permiten. Una Flzndonana

55. ¿?t3-~ " <-

PASA HOY -_ Hoy a. I2« 21 Í.oras ¿n los sa-í Iones del Centro Sepubllcano SsraañoL. oonvcndón tí^O, el es­critor español Juan. OarcEa Du­ran iiüembrt» de 3a Confedera— ción Kadonal del Trabft-Jo da Esprña redentemeate HegMio C.& "TsetTEdt (USA) dísertSTfc aa-l>rB el tema "Estada» TJnidoa problema- atnaical., lacial r V>~ lÉrfco"-ím

calienta el sol....

^ es aerostb Más segsc K eficaí Se apOa l&tátnnrtK I DO se dcsfierdiclL No as grmaoan No ísianoba MO Irrttm. En aspu na SO API-ÍCACIOPME» eomptats* ••* cada- «nvasa. Rlnd«-»l tnuclUsinn M AHOEA TAMBia Mi BARATO K Enms PBtfca. bionceador

fmALO aw TOO*» cüs numtAeuu r rmimj—eiuMa om. jus

MARCHA — PáaóM 3

A más de I dos pesos

LA Comisióa HoiorarLa de te Le-clie se expidió el 15 de enero fi­jando 3l produetoi el precio de S 1-2T5 por litro. Lo que representa urt aumento de trece centesimos y medio sobre él precio anterior sue era de S 1.14. Hoy deberá hacerüo lo Junta de Contadores que detercnina, a sa vez, el costo de pasteurización,. A arribos, para obtener eX precio linal hay que agregar los márgenes de utiUdad QUe correspondea a fleteros agencie­ros y xfcípartidores. El aumento al productor fue del 11.8%. Aplicado al precio total ac­tual, la iecñe se pagaría desde ma­ñana a $ 2.12. Pero no ocurrirá asi porctue los aiunentos lue cQrrespon den al proceso de pastsurízacióa re­sultan porccntualmente mucli-o más altos que el que se íijó para los productores. Todo anuncia, pues, que empezaremos íebrero con la lerhe por encima de los dos pesos el litro.

TIRAR A MATAR por JVUQ Cosfra

Entre inexacliludea y coniradicciones —de las que loal mejor infoimados llevan noia— no pudo negar, sia dud : todo lo qTie anJeiiormcnJe hemos dicho: q ie a.c±uó cm», pliendo órdenes del Jefe y <V^^ maniuvo a ésie Eel y confcí tantemenle ijifonnado de los pieparaüvos para el asalloi,"! Además no puede negai <iiie fue al Banco y eshiTo] denlro del local mientras se perpetialsa el hecho- Que M' quedó adenlro cuando los otros salieron. No sabemos i?ue habrá dicho sobie el oscurso asunta de las armas. Todo hace cieex que fue él quien se las pro* porcionó a los asaltantes después de haberlas recibido pa» ra tal íin del propio Jeie de PoHcía. Es posible que su declaración haya sido confusa y compuesia a los efectot de eludir responsabilidades. Pero lodas las -vexEÍones lo se ñalan como el inieimediario que armó a los delincuente».

* I>EL TIEHNES 17 A HOT van corridos catorce días. D-uiani© elioa te ha ini­ciado una doble iaiTesJigación paia descubiir el o los culpables del asesínalo de los dos apicudiccs de asaltantes* El poder Judicial por intermedio del Juex de inslruccióa de 5? Tumo, DI- Silva Delgado, continúa el piesumario correspondienle. Mientras el Ministerio del iñteiior en­comendó al Dr. Jaureguiheny,, la instrucción del sTunaxlo administrativo. A mayor abundami&nto el Consejo de Go­bierno en su sesión del 23, se ocupó del asunto: con el reclamo de que la invesligación se cuinpla en todas sus insiajücias por parle de ios mieriLbros de la rainoiía; con silencios sintomáticos o advertencias contra la premura, por la de algunos consejeros nacionalistas. Si no fueía que ya otras veces haa ocurrido idénticos «j.»*— exhorlos o iguales sumarios que sólo sirvieron en deíijii para impulsailos a la comisión del delito. La segiuiidad' —-~-—•-'- "-" "' dada poi el Sr. Bsssio a los peiiodistasr "Hace veinte m'-

Reavaiuar es desvalorizar

Las dos caras de la moneda

por Héctor Rodríguez

El. ambiente sindical continúa re­vuelto en todo el país: mas de veijiíe días de liuelga de los mu­nicipales de Lavaileja, con una huel­ga de hambre de sus dirigentes que ha conmovido a toda la población; ocupación de un ingenio azucarero en Artigas y movilización de los re­gadores y destajistas del EspiniUax en Salto; paro nacional de los íun-cionarios públicos, paro general de los municipales en solidaridad con sus colegas de ILavalIeja; paros de una hora pwr tumo en la industria textil en Montevideo, en L-a Paz, Juan L,acaze y Paysandú; asambleas de peones rurales que se realizan en todo el país, son algunos de los lie-ehos-Cuando se recordó en im mitin de solidaridad con los municipales de Xavalleja la carta que el es-conse- ! •pero Pedro Zahalza luciera pública Tiara justificar su renuncia al Coa-sejo Nacional de GobiemO', y cuando Ee señaló la contradicción e:xistente entre esa carta y su política actual de congelación de los salarios del personal del Municipio de sn Depar­tamento, las expresiones del púhlíco no dejaron lugar a dudas: ese pú­blico ha hecho tm aprendi-zaje de la política real segTzida por ciertos sec­tores y ha calibrado la eontradiccióii Cfue com.porta COQ las declaraciones verbales o escritas. JEn LavKlIeja se ha puesto una vez más de manifiesto ia resistencia de los grandes propietarios de tierras a realizar contribuciones de carácter fiscal y los municipales de todo el país han comprendido qiie sí no vencen esa resistencia, ningún go-bíemo departamental podra iinan-cáax sus presupuestos. IxDs trabajadores azucareros de Ar­tigas han debido luchar para cobrar salarios atrasados y beneficios so­ciales, 3 pesar de que tales salarios y beneficios están imancíadcs, me-diante el mecanismo de la ley azu­carera, con los altos precios actuales del consTimo, L-os regadores y destajistas del EspínDIsr óruiercn aue reiterar ac­ciones de lucha para conservar un 'trabajo en el qne han cmnplído lar­gas Jomadas pero para el cual no habían tenido ía precaución de ob­tener ia tarjeta de recomendación política, Tina mayoría gobernante, que dirraníe muchos años hizo cues­tión de principios del trabajo =Trt ái-•^TJsss, ha tenido como "vecero a un director de AIíJCAP que, en declara­ciones a una deüegación ándicai, pu.-so por enfñma de toda sos obliga­ciones de comité. Para lograr el aomento áe $ 40Q, que apenas compensará la pérdida

MARCHA — P n<i4

tlva para encubrir otros culpables,, nos letugiaríamos en el resignado lugar com-ún: la justicia Sarda, pero llega. Pero como ni del asalto a la Universidad sa conocieron los res­ponsables, ni nada se supo sobre los suicidios y síncopes registrados en la Jefaixixa de bíonievideo, llegu el momen­to en qiie hasta el ciudadano más candido empieza a des-coníiax. De la lectítud de procedimienios de la policía. cuando está tocada poi derlas o presuntas implicaciones; de la eficacia de los jueces a los cuales, cu los ntejoies casos, les resulta muy diíícil romper el tejido de despis­tes y elusiones, quf les prepara a<iuélla. En el caso présenle Santo el Jirez Di. Silva Delgado, como el Actuario, Esc. MUícn Galmés, consiüuyen una gsiEjalía, Pero ¿basta dónde podían aioadar en la verdad* a través de declarficior.es cuya oíala voluntad es evidente, 7 de elementos concielos que deb-en lieg-aries de manos del orga-üismo policial? Ya hay un hecho innegable: eS conocimienio previo de los personajes y de lo que üa a ocurrir por el J"eíe de Policía de Canelones. Kugo Bessio Viña. No obstante, mediando sumario aomSnisliafivo el mencionado jerarca policial coníimia en su cargo sin que se haya decretado la eeparación preventiva para inayoc garantía de la inves­tigación. Contradice esta lenidad de procedimientos con la se­veridad de otro organismo oficial: allí mismo, en Canelo­nes, suspendieron al Inspector de Escuelas —a quien tienen separado de su cargo— para dar seguridades a un subal< temo a quien se le instruye sunsario., pese a q«.e el raen-cioitado Inspector nada tiene «pie ver con los Kedtos que se le impulan al acusado. En un caso todas son garantías; en el otro, el Jefe, jerarcc. conjesa de implicancia, conti­núa en el pleno ejercicio d& su jeíatura. Está probado ya: —que el Jefe de Policía, Sr. Eessio Viña sabia con anücipacáón quienes eran los asaltantes. —Que sabia a q[ué Banco iban a asaltar. —Que estaba enterado por un tercero de las demás circunstancias actuantes —día y hora* por ejemplo— y que ese tercero integraba el grupo de los asaltantes. —Que ese tercero, el cadede Heber Martínez, obró después del primer contacto eos las asaltantes, bajo órde­nes directas del Jefe Bessio Viña. En efecto cuando aquél fue invitado por Montero y Fernández para realizar el atraco, informó del liecho al Jefe de la Brigada Móvil de Canelones y éste a su vez lo puso en relación directa con Bessio Viña. Desde ese momento el eutregador actuó en cumplimiento de órdenes dictadas pez éste. —Los periodistas, án ninguna discrepancia, han decla­rado que en una de las entrevistas mantenidas con el Jefe de Policía de Canelones, previas al asalto, éste les infor­mó, palabras más o menos, asi: "—Hace veinle minutos que ya tienen las armas"- Lo qiie probaría que el Jefe no sólo estaba enterado de todor ÓHO que además conocía la procedencia de los revólveres y el momento, adejnás, en que les fueron entregados para perpetrar el atraco. Por lo menos, lodo esto es lo que YA SE SABE de la iclervencícn del Jefe de Policía de Canelones en el hecho. Sí lo sabemos nosotros, lo saben sin duda, el Ministra del Interior y el sumaxiante X>r, Jauíegaiberry. c-Cómo se ex­plica que no hayan lonsado las medidas del caso paxa evi-tST toda interferencia, del jerarca en las actuaciones, me­diante la separación preventiva del cargo? Si eso es norma en los sumarios ¿.por qTié el caso de la Jefatsrra de Cane­lones es una excepción? El Jefe de Policía de Canelones no sólo conünúa en el cargo, sino que además no ha prestado declaratñón ante el Juez- Lo hará, según se informa ahora, per escrito. El cadete Hébex Martínez declaro el martes, según ha informado la prensa. Ni escapó al Paraguay ni fne conmi­nado por 2a policía para que se pTcsentara al Juz sdc. Compareció a exigencia de ste.

nulos que ya tienen las armas' lervención de ambos. , pone en evidencia la in»"

Enlxe las cosas qae quedan pe*- aclarar, está el esca» broso asunto de los revólveres. I>oce días después de ocu nido el hecho la policía no había entregado al Juzgada el informe técnico correspondiente. No sabemos si lo h& hecho aún, pese a las reiteradas solicitudes del Juez. Como la Policía Técnica arregló a su rnanera su in-forme en ocasión del asalto a la Univeisiciad, como na actúa con la objetividad que corresponde a su misión, le« aemos legitimas dudas sobre las conclusiones de dicho in* forme. Además los dos revólveres que están en posesión del Juzgado ¿Son los misnaos que usaron los delíncuealcB? También sobre esto hay desrecho a dudar. Cuando ma­taron al Mincho vm. policía resultó herido de bala. Sa le cargó la herida a la cuenta del delincuente. Pero con** ta en el expediente que la bala que el médico extraja al funcionario policial no era la misma ya cuando la policía la entregó al Juez. Si eso ocurrió en aquella opoi« tunidad —y sólo provocó ci correspondiente encubri­miento— c.<íué seguridades 5i.ay de que el procedimieni» no se haya repetido una vez más. Si fue fácil sustituía un proyectil por otro ¿por qué no canibiar ahora. los re­vólveres? De las mencionadas armas sabemos que una üeae el percutor limado o gastado y no alcanza B'picar las balas* De ahí la versión de que se les entregaron a los delin­cuentes armas inofensivas. Pero a la luz de la prueba ta versión es coníxisa, porque imo de los revólveres tíena balas picadas. Los testimonios recogidos son contradicto­rios. Algimos aSrman que los asaltantes salieran tírandoi otros dicen que tiraban desde adentro. Pero nadie saba en deSnítiva si los delincuentes contestaron al tiroteo. Eso se sabrá después de conocer el peritaje balístico. Lo que se sabe si es que ninguno de los heridos la fue con bala de plomo. Por consiguiente los asaltanleb ei tiraron, no hirieion a nadie. 'Xcs cazaron al pío-pío", comentaba días después d hecho quien Hene razones para saber de lo ocurrid4 comparando la acción policial con la caza de perdices indefensas. Por último se hace necesaria una mención a la po*

licia de Montevideo. El Jefe se considera ajeno al asunto, en el que no tuvo, según parece, intervención. Pero ha trascendido qu* cireció su renuncia de existir culpabilidad por parte dft los hombres a su atando. Z>e los jerarcas que declararolV Ee sabe que lo han hecho incurriendo en contradicciones tanto en lo que respecta a su presencia en el acto, com» a las actitudes que asumieron. ISo es extraño. Cuando el Jefe proclamaba como consigna: "iHay que engañar a los Jueces!" ellos lo hacían y daba resultado. Episodios. que hemos historiado en otros üsmpos, mediante ese piO*' cedimiezLío quedaron en la impunidad.

El TnaL t^ue no es de ahora, que ña sido de sientprfc se ha agravado en los últimos años. El partido del Go­bierno que foi]ó buena parte de su rebeldía de antan» en la lucha desigual contra las policías prepotentes y ven­tajeras, se ha convertido, ahora que está en él poder, en encubridor del desmán policial. Cuando los hechos han tenido zesonancia y noioríedad. ha simulado medidas qo» nunca se cumplieron, para restitizrr las seguridades y 9* rantígs que debe titular. Ha provo do la desconfianaa y aún ^ inseguridad públicas, y ha. descaecido al ínsüin-ta policial bajándolo de Tzn plano de d nidad qae "alguna vez conquistó al nivel de una comisaría de Cerro MochOb donde se manda matar, sin oblSgación. ni sandón.

de poder adquisiti-c-o de sus sueldosi bajo y derecños sindícales, temas ca­los íuncionarios públicos han debi-do realizar ur . nuevo paro de 72 horas en iodo el país; ixiientras los diver­sos sectores del partido gobennaiite forcejean entre sí, y también con la oposición, para obtener los votos crie pemiiían sancionar el reavalú:* y es-cavar tm rnievo foso por el <rue con­tinúe descendiendo ei poder adqui­sitivo de los salarios y sueldos oiie nomlnalmente se atnnenían. Su ia industria tesíü 2os paros áe ima hora por tumo postnlan la de­fensa de los derechos sindicales: 2 dirigentes despedidos desde =ce: ime-ses no Jxas sido rep-aestos a las 3á-brieas en ene trabaja"ban ni a la in­dustria, pese a largas gestiones (jüe ss prolongan cesáe el mes <íe jidlo ¿el año pasado. ^ Siielíios y salarloE, deredho al tra-

Ein buscarlo, y n proponer; e3( . 2a acción sindical resulta ser el cs< eenario en el que se definen las co'O^ diictas políticas reales. ^ Mientras los reactñonarJos (los (pi quieren tirar el país hacm atrás J1 iterrarlo más en la ciisis> empiezaBl a poner sos pesos y sus esperani: en la conspiración qiie recibe el dcs precio del pueblo,, en los golpes na* jftares o en los golpes de Estado, lo« progrc stas (los que quieren desen

.^^.^^ ,,,..,,,,.,, . ,„r *-*: -*— terrar al país y Hevarlo hacia ade porque cualquier accicii. sindical 3ante) pued i poner sus esperanz e~ en tela de Tuido el coniímto y su: fe en él vasto naovimíenío —V Tilico y legal— de grandes fuerzan populares, ai cual todos pueden ¡^S^ dar a esclarecer y desarrollar, s- OÚi nisren perder el tiempo. -* Soru puede decirse, las dos cara í

de una mon ia que cae y hay <J02| syadar paxs qras caiga ÍJ ^

permanentes —y siempre recu­rrentes— de la acción de roucbos años del movimiento sindical son también los motives ce la lucha du­rante estos "últimos días; pero tai "ve nunca en el pasado de nuestros sin-dicatos se presentaron, con las ca­racterísticas actuales. Son características difíciles, si nos atenemos a la sítnación económica del pars que toca íondo; pero son también características promeiede-ras. pone en tela de juicio el conjunto de la situación económica y de i^s políticas económicas deSnidas para, enfrentarla,, somete a 3a opinión de muchos mOes de ciudadanos, acu­ciados 'pcT agTTdas necesidades, la, conducta real 5e Hos parados y ée 1G£ 3icaa ores.

EL hacho nos sorprende. 2To sabemos, como s« comprenderá, cuantos artículos hemos escrito &Dbre reavaluo o sobre reavalúos. Creiasnos haber sido claros., Ne obstante. estos últimos días varios lectores, nos so­licitan que opinemos sobre el punto. De lo cual sa infiere: o nuestros amigos, algunos de ellos des­conocidos, tienen la naemoria corla o nadie o po­cos leen estos pesados y kilométricos editoria'jes semanales —-habrá que revisar composición y es­tilo— o no sabemos explicarnos. Como el "clien­te" siempre tiene razón, debemos creer entonces que la falla está en nosotros. La extensión aleja ai lector y la cLaiidad nos falta.. Conminados, o poco menos, a opinar de nue­vo, do nuevo nos lanzamos a la tarea y que Dios ee apiade de nuestros eventuales lectores y a nos­otros no nos desampare, como suele decir Galia­na, santo varón, calmo, escépüco y sonriente-La palabra reavalúo no eslá en el diccionario. Pero no cabe atribiiirsele a esa ausencia mucha hnportancia, porque hay pocas instiiuciones más anacrónicas y anquilosadas que La Keal Academia Y porque el diccionario, que es el íruio más ro­tundo de sTis. desvelos, tiene en esta época de los viajes espaciales, un atraso de siglos. También porque si la palabreja no exLisie, puade crearse a virtud del proceáinaíenlo que la gramática llama parasíntesis, como diría algún "distinguido inte­lectual compatriota", espécimen sing-ular de nues­tra fauna autóctona, dotado de omnisciencia, que por tanto opina sobre lodo luego da haber publi­cado un cuento o un poenía -y recibir el elogio de los conieilulios de su p?~--m3, a cambio por supuesto de las alabansas qu3 a esos contertulios él mismo otorga.

De] emos por ahora al "dislLnguido inleiectual eo::upalrioia", sobre el cual algún dia habrá que volver por razones de higisne mental colectiva y sigamos con el reavalúo y la parasíntesis que por lo menos, no muerden, ni arañan, ni chillan. El prefijo se acopla a la palabra avalúo y ahí tenemos iresquilo el recién nacido. El -7oc='b7o «=3 horrísonor pero el uso, al parecer, lo lia impuesto* Quizá fuera mejor y más directo habiax ae xeva­lorización» Acoslrumbrados como ya lo estamos, a que la cursiparla de los cronistas deportivos, lla­me úiQ a la pelota, no corresponde hacerle lan­íos ascos y morisquetes a reavalúo. Reavalúo o zevalorización pues, porque de eso •n, parle se trata. De darle un mayor valor a al­go: en el caso a las reservas oro del Banco de la República. Pero el téznaíno o la operación que defíne tie-Sie su fcampa. Encubre ixna desvalorización esen­cial. Cuando se dice zeavalúo, se dice una parte d« la verdad, y ya se sabe lo que esto significa. Después de la estadística, es la. peor forma de mentir. Llegados a esta altura de nuestra lucubración •'-palabra de fruitivo npleo por el "distinguido in­telectual compatiiota" que a veces, no obstante» •uela decir eluciibración— impetramos con pro­funda bumUdad, Xa a.yuda del Señor, para no des-carrxamosr para no caer en una sima de oscuri­dad Y confuñón. Cumplidas nneslras oraciones. continnam-os. 1. La moneda, en ^ país —y eso, si no esta­mos equivocad k desde antes de la salvadora frrupcióa. de los contadores— eslá representada fundanrentalmeide por billetes. Existen, sin du­da, ctr^ i¿pas da m«H£edas. cuyas características •• solazan los economistas en descubrir: la mo­neda véUón, la moneda de plata. Ia moneda "es-critura3''r sofcze cayos rasgos, alguna ves tuvimos la íluaaáo de hacemos entender. Vamos a dejar de lado, por 3o menos ahora, estas ñllimas clases de monedas, paza quedamos sólo —teóricamen-fte se entiende— con los billetes. 2_ Esos billete zeqnieren para su confección •jt papel dnzable y una. máquina impresora de buen zegistro. Para mayor seguridad, encargamos la hedima a una casa esctranjera. Par ejemplo a Thomas de la Bne And Co,., de Londres, vieja fxrma e eciaÜxada en esos menesteres. Si Ud. tiene un bílleto a mano deténgase an zmmxto en él, aunque él billete no quiera detenerse. El texto •s ignaL cnalqpaiera sea él valor estampado. "El Departamenta da Eniisíán del 3anco de la Repú-tilica Oriental del Vmgoar —dice— pagará al |>ortador y a la vista X pesos, moneda nauñonal". Cos billetes están aden s mcnaezados Cserie y nú--soero): contienen mta xeferencxa a la ley.del 2 de janezo de I99S— qae •• la Carta Ozgán»:a del "Sanco de_ la Bepúbliea— y Xteran tres firmas que despaldan la promesa formulada en tí. textor la del -F mdente. Ia del Gerente Gicnezai y la del Secretaño d«3 Banco. 3, Todo buen scnollo. Parece entonces, tm» -fcastarfa, Degada la neceñdad de büleles —y •&-•^K. s •• nccesiSan— que el Banco- de Xa Bepnblíca ^ sn Pepaxiamento de Emisión, le diera a Tho-.' aas de la Bne And Co.. que le fabricara una par-?tiditaa Ko xtementarias. Por desgracia, no es a^ X no lo ea pcrqna ^ ^dio Departamento, solo puede emílir g eBa con cierto respaldo o cnm-füidas ei rfas cmidicícmca. Dejentoa tambión al -mtaxgmn, paxa ne complicag esta exp&cac£te eZ»-Bientalftamar bw pxocadimientos da emiñ 91a «abría llamar -accesoriDS o «econdarfos, B cedeS' BQentOr por efemx o. El Banco de la agpábBca,r por íntemw fio' •• DadjHrtamaato' «sj ciaili—Ja puede «mitir fun­

damentalmente contra oro a —agregado del Con­tador Axaini— contra divisas, neologismo bárbaro o bárbaro galicismo que nada tiene que ver con las de los blancos y los colorados, y que "indis­tintamente designa el papel sobre el extranjero letras, cheques, etc> y la moneda en la cual está creado el papel sobre el extranjero'. Dejemos también esto de IEIS divisas y limitémonos a ha­blar del oro. Tenemos, pues, de reducción en rednccíón, que el Banco puede emitir billetes, fundamentalmen­te contra OTO. 4. ¿Cómo? Se le fija al oro un valor en pe­sos uruguayos, o didio de otro modo, al peso uru­guayo se le asigna —en la ley y sólo en la ley, no lo olvidemos— un contenido oro. Así la ley del 62, estableció que el peso ten­dría un contenido oro de I gramo 697 con ley de 917 nsilésimos. El resto, era aleación. Así la ley del 38, diío que el peso, estará ccns-liíuido por O gramo 535018 de oro puro al título de novecientas m,üésim.as. Como se ve mientras sn el 52, se indicaba el peso total de la moneda incluida la aleación, en I93S, se estableció el con­tenido de oro puro que debía, por otra parle, re­presentar las nueve décimas parles del peso total de la moneda. Asi, par último, la ley del 59, preceptúa que la unidad monetaria del 'Crugnay' esiará consti­tuida por O g-, 136719. El peso, ujoádad monetaria, se sigue llamando peso, pero cada vez que lo han tocado lo han dejado más vacío y débil: menos contenido oro, menos peso de oro. 5. Ahora bien, el Banco de la República, Ire­ne en su tesoro una determinada cantidad de oro metálico en lingotes o en monedas, sobre lodo extranjeras —nunca actiñamos monedas naciona­les de ese metal, salvo los Artigas— esas famo­sas monedas extramjeras a cuyo trueque por lin­gotes se está procediendo. De esa masa de oo metálico, la mayor parte está en el Departamento de Emisión y contra ella se emíle. Si de acuerdo con la ley del 59, se puede emilir un peso papel contra un peso oro y sí éste tiene un contenido de O gramo 136719. contra un kilo de oro, se pue­den emitir S 7.314.27 en bUletea. salvo error n omisión y con perdón de las ntáquinas calcula­doras. Cuando, como se proyecta Ediora, se reduce el contenido oro de nuestra unidad monetaria a O gramo 053245 de oro puro* contra el mismo kQo de oro. el Banco de la República, queda autoriza­do a emitir no ya t 7.314, sino alga más del do­ble, S 16-879. Hablar de revaluar o revalozLzar el oro —son maneras de decir— es ocultar o ignorar que en verdad se devalúa o SB desvaloriza la unidad mo. nefaria. Sube nomínalmente la cotización inter­na del oro, porque baja zeabnenie el contenido oro del billete. Más bületes. más papeles, con las mismas garantías y reservas metáicas. El Banca de la Hepública, tiene desde hace fiempo, en el Departamento de Enxiñón, una re. serva de 010, aváLixada en 922 millones 349 naü pesos, es decir, tiene en oro físico a la par de 1959 —O grazno 13B713— 126 mil kilos, aproxi­madamente. A la nueva par podrá emitir 2 ñau 129 millones da pesos. Diferencia, úrúcamente respecto al oro del Deparlamento d* Emisión, 1.200 millones de pesos. Si se compula también el oro en poder del Departamento Bancario —243 millones 953.000 pesos, equivalente a 33.333 Jci-los—- el poder emisor anmenfa todavía en 313 millones de pesos-Hágase de otra forma la operación. La paz le­gal del dólar con él peso, según la ley del 59, es, en numere» redondos, S 6.50. La nueva par legal con el dólar que se pretende f az, es también en númezos redondos. $ 14.50. Diferencia entre una par y otra, ocho pesos tíncuenta por dólar. Hay en el Deparlamento de Emisión como ya vimos. $ 922 49.000 de oro, y en el Departamento Ban­cario S 243:&53.00a. En lotal 1-166 millones 802J300 pesos ozo. A la par del 59, esta cantidad es el equivalente de 179 noülanes y medio de dólares. Si la par legal con el dólaz se lleva de 6.50 a 35.00, por cada dólar se "ganan", ocho pesos cincuenta. MuIüpHcado por esta cantidad el mon_ lo total de los dólares, se obtiene un "beneSmo" de mil quinientos millones largos de nuevos pesos. Tal el "truco™, el viejo truco de la operación. B»etxmos: n» hay r nralúo; hay desvalotiza-ñón. El oro es ñempre e£ mismo; pero, por éL •e emitett más Iñüeles. Tres preguntas snelen plantearse: 1. — SS no se procede a la proyectada deva-loudñi ¿cómo afronta* las ofcl acione» qne impo­ne la nneva Bendición de Coaitas? 2. — ¿La devalnaóón legal es. do todos mo­dos, necesaria e inevitable? 3. — ¿Cuáles s«án sos consecnendast En lomo a. estas pzegontax, las confalones. los ¿Espazates. las promesas demagógicas y d TetiMiEsmo más apestoso se dan ta r badián COB diisporroteant» brío. Tratemos de arentax la cortina de boma y spagar Ips cohetes. 1_ —, Tm. hentos ^f^hn lae la HencBción <fle CneBÍa* es algo más o algo nkenos qae nn zoa. marrarlo. One todos se esfuercen en votarla aho-9mf para salás c a oa Sancáonarios públíoosi.

es una prueba niás del descaecimiento d Mpk zilu cívico. Porque se puede apostar, doble contra sencillo, seguro el corazón y firma la mano, qua esa Rendición tan reclamada, contribuirá a ha­cer más penosa —no obstante aumenlos y mejo» zas— la situación de los propios funcionafios qua sólo tienen ojos hoy, paza el señuelo o el espejílo. Desde otro punto de vista, los "beneficios" di­rectos del recLvalúo. sólo llegarán en cantidad mínima a Rentas Qeneral ¡i 200 millones de po­sos, en el proyecto original destinados a amorti­zar las cuentas fi^ Estado con el Banco. Pero puede creerse que es necesario dotar a los con. tribuyentes de más pesos, para que puedan bacea frente a las obligaciones que se les echan encima« No habrá más pesos, si el Banco no puede emitir más y sí no emite más no eslá en condiciones de ampliar su linea de créditos. El razonamiento a primera visla, tiene cierta lógica. Na obstante bien mirado, se comprueba que se trata de lógica parda. Dame más. dice el Estado y para que pue­das hacerlo, yo también te daré más. Ampliaré tus créditos y le permitiré que subas los preciosa Magnífica y profunda teoría. Olvida un simpla detalle: el alza de los precios, de los sueldos, de los salarios a poco andar, tropezará con el nuevo tope del poder emisor. El agua golpeará contra la esclusa. Será necesario devaluar otra ves. Sacarle más tiras al poncho. 2- — Algunos afirman que la devaluación le. gal que ahora ss postula, es inevitable. Reconoce o consagra un hecho consumado. Con los respetas siempre debidos, nos atreva­mos a pensar, que por decir mucho o pretender decir mucho tal afirmación, no dice nada. Estamos obligados a hacer algunas precisiones aburridas. Cuando la ley lija el contenido oro de la mo. seda, eslá fijando la par y creando la basa part que las monedas de distintos países se intercam­bien. Si la moneda del país Y contiene legal-menle un gramo de oro y la moneda del país Tm dos gramos del mismo metal, la moneda de Y. "vale" la nulad de la moneda de Z. Esta, repetímos, es la par legaL Pero la par legal no es siempre la paridad de las coUzaciones reales en el mercado de cambios, por muy divez. ~sas razones que no podemos explicar. Sólo nos basta recordar qtie la mayoría de las monedas no son convertibles en oro. No siéndolo, no es posi­ble pagar con OTO metálico las deudas con el ex­tranjero. Hay que pagarlas con las letras o che­ques que contra el exbcanjero nos brindan la ex* portación u olrais fuentes., 'Y entonces la paridad de cambio oscila lejos o cerca de la par legab por obra de nmy diversos factores: los desequilibrar de la balanza de pago& el alza del costo de la vida, los déficit presupuéstales/ la confianza e desconfianza, las previñones y la especulaciót mttu, ele De todos modos un país medianamente orga­nizado, trata de defender su moneda, es decir, trata de que la paridad caunbiaria no se aleje de la paz legaL Cuando se hizo la devaluación del 38, él dólar sobre la base de la nueva par legal valía 1 pese con 513 mzlésxmos. Y a este tipo fue que se ad­quirió durante muchos años, el dólar a los e£x:-portadores sin pezjuicio de venderlo on peco más cazo a los importadczes —l.SO— para crearle un beneficio al Estada. La política que se inició él 59, innovó en la materia. De acuerdo con la par legal cd dólar valia $ 6.50: pero «1 Banco de la República man­tuvo BU el Mercado de Cambios una cotización cercana a los S H. Disparidad total pues entre la par legal y la patídad cambiaría, más o menos reaL Esta di iazidad después se hizo aún TXÍÁS complicada poz la adopción de otras meditáis so­bre las cuales, «n distintas oportunidades, hemos escrito. Cuando el gobierno actual decidió a prinópíos del año pasado proceder a nn xeajnste monetario, porque el dólar de S 11 ya había desaparecido en él macado, se reinñdió en la táctica del 59. Por un lado se proyectó llevar la paz legal a S 15 (números redondos y por otro, el República entró al mercado a defender la cotización de 16-5Q, an­tes de que la dicha par legal fuera atprobada. El tipo de 16.-5ft, como se sabe, ya pertenece al pasado. El dólar se ha ido a 9 19 y más, aun­que todavía la devaluación no ha sido votada. De lodo lo cctaX, el simple sentido común ín-fie^re: —que la par legal propuesta —15 pesos— no correspondió y menos corresponde ahora a la pa­ridad cambiaría real. —que esta dif erenña entre pac y patídad de­muestra (pte aqiséHa es artitjciay, que ya ne al­canza y qae está destinada a prodnoc las mayores pextsrbacíones. Puede asi decirse qae la devalnaó&i ya esta­ba y ya -está consnni da y qpie al reavalúo con» sarmenté estalm impuesto. Pero esto, nos pareéis ss deten ae en 3a corteza- ¿Por qcé el áxbol sa seca y da moos Ixatastm es lo que liay qae pao-gnBiazse. T también pregnnlaise, ñ la manera dn lograr qne d éxitoL mosiBo o podrid sa recnpez as proceda a otra árnmébMjuáóKi pura y ^aa^^»-Por hoy basta. Una semana da zscpñro y v«3-Teaemos a la brega.

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Loa 7 wtanÜoM TRES EN UN PLATO

A las S X ^ d* «r r ««taba ioda-TÍa reunido «J Senado. Los Smpos opositores prañonaban para acelerar la T«>lacián óa la Hea-dídón da Chantas. El M/^ct<3ft oficialis­ta, tai cambio, permanecía ansenie en parte T renuente en el resto. Eche-goren* a quien, como a ciertas flo­res. Xa nodbe Winfica. maatesfa des­de su sitial el coitlrol del débale. 1.a disímü acfitod se débia simpleznen-te & que para •otar la Readición en el Senado, Diputados tendría que aprobar las otras 'leyes Snancáeras". Lo babia declarado el Mbüstro de Hatienda« alli nkismo. tíneo boxas antes. Cuando la "Ortodoxia" y el Hul­eo represeniaxLte del "Eje- que que­daba* abandonaron la sala, el jefe de la minoría no toleró contiimar res­paldando al SCn3str« de Hacienda "cuando babía sido Bbandona<k) por el gobierno". £n efecto, de los tres secioias del nacionalismo sólo los se­nadores ttbedes conünnaban présen­le*. 'Xje" y- "Oztodoada" se habían ido, presumüi cmenta a donnix» Alguien «omento la situación. S aacionaKsmo está integrado por tres tribiis zvrales. Cuando una toma por un camino las otras doa se separan. I.O qaesbaoe imposible aún. la sim­ple convivencia. Para gcSMixkar tos grupos gnbemistas drenan apreat-der a coexistirr por lo menos. En situaciones mas difíciles lo baA lo* grado Rusia y los Estados Uzüdos. Pero para no Er tan. lejos, veamos una lección de tolerancia —qne bien pudieran imitar— extraída de Blan­quillo, X>uraxno. carozo, a su Tez, este pueblite terminar de na iéxss^^ de la Hepúblíca. El 16 de octolac día del cen» se presenta un empadronador frente a un rancho. Sale un bombie relati-Tamenie joTen. Empieza el diáloigo en riguroso acuerdo con las " istcuc-aes"s —¿QnA nombre? —Fulano de TaL —¿Qoién «s él jefe de ÍM. iamOia? —Soy yo-- iVñro solo? ~-No; TTTCk con dos bnaoazMs,. de = 22 y 25 años. %gnen los dalos de ruüna. di final él empadronador,, que es nn maestro, lector de los "Tróceos", de "tcafta" T de toda esa Bteratnra que ya en octubre empresa a en-re-nenaz las nestas pn lecinas de los céBbeSr comenta- «ntxamfo en con-fianzas —Lo compadeaco, anüga '^inx en este pnc ln en. cempafiia de dos her­manas, scaiero... íIMie ser Ixtarol —No crea» —contesta él otro, oom prendando al saocfide da la reflndón — yo me las arrei o. Pesque las

norocfaac3bas aooi Itetmanas pero «a-tra «Qas, I>entro dtí saeJonalSsnko ru esa s»> locióa as poñUa ya qne en él ^a-cnSvo las Iwwnanas seo 1% TIbadé T tm OrfcwluaEa, mJenlrns qtw an 9Í Padnsento lo son ésta y <3 ^e^ Z-as 9n» saaoa. fiensB. BS limBarfoBas. I*» q!a»«l iialimnii 4» Bfanqoiae sabía •any Ititn, T 2* 'brínOnlm sos conr-paikloB pBúoaias diS"" ^ ~

¿A LA MANERA DEL TERO? - Para ameni-zar el acto^ nos acaban de ofrecer un

complot, civiles y miUiAr-es^ se-í^iiires y clérigos. Mcster de cler-ecia y ntester tañí' hiétt o más tíún de fugtari'új pmq-jie en defvnitiva^ de juglares ha de tratarse. Gttiiarra en mano y en­decha en boca

Bueno^ el asunto en sí Jio da para miicko; pera en cambio, puede ser reiielador de -un estado de arrimo.

La primer friiítta pasmada, de ias vocijeraciO' nes de loj "i2ntikomu7istas". Xa pj'imer avanzada de esa. espesa conjahulacióti de la. hnhecilidad, el •miedo y las turbias arrtbicioitcSj que se desparrama por diarios^ radios y cierías organizaciones de re-luciente cuño~ nacional y disimulado apoyo ex-iranjero, dedicadas a Ití gloriosa cacería de brujas.

Este cura Pezzttto que fulmina desde el pul' pito contra los vende patries, ¿na es acaso un emu­lo de esos otros curas d^ coniusa -verba y cabeza calienie que ayer no más impidieron en sus pa^ rroquiasj a pretexto de defender a. Cristo, que cier­tas fuerzas o ciertos partidos, realÍ2/iran &s¿unh2ea3 en la plaza púhlicá?

Esos militares y esos civiles tocados por la ne-cesidad de salvar al país de las hordas rojas^ ¿en qué se diferencian de los policios —éstos en ser­vicio— 51 de los civiles qiíe atacaron « la Univer­sidad y aún siguen impunesf

ISJo digamos para no ofender la aguda sensi­bilidad, de los inculpados^ que se trata de los mtj-mos perros con distintos collares. Digamos simple' mente y asi todo ^ueda en familia y la verdad <3 más rotunda, qtte se trata de los misTnos monjes con los mismos fiáhitos.

Ivo es todo, aunque desearíamos equivocarnos:. Porque puede que en el caso se reproduzca l*> del tero, qxte, como se sabe, en ttn lado pega los gri­tos y en otro, pone los huevos.

Acaso cuanto ha sido denicnciado, sea sólo un grito. Malo seria que en otro lado ssiuviera al^n nido, For eso, no conviene dormirse sobre los lást­reles de este complot frustrado.

Ya nadie se atreve a negar la crisis profunda en que está hundido el paCs, El aireatmienio et otro. Los responsables de la situación^ ^ron gran despliegue de chachara y -vociferaciones, se echan los unos a los otros la culpa, £s el juego d-el gran bonete. Los gobernantes juegan a opositores. La. fracción A hace recaer la responsabilidad del mal en la fracción B a la cual acompañó en el sagra­do recinto de las ttrnas —ley de lemas median­te— 3- con la cual comparte y compartió mate^

máticartzente el reparto de puestos. La fracción B dice a su vez lo mismo o algo peor de la frac ción A. Los miembros informantes de una. ley, de. claran que están contra esa ley y hasta el propia Ministro que la proyecta, o refrenda, manifiesta que discrepa con ella.

£s el caos, la ausencia de coraje cívico^ Ui confusión y el mareo.

Se trata sólo de no perder ptoúciones y votos Ingenua y mezquina vtsiánj que llevará a perderlo iodOy a que nos perdamos todos. La política es rí Destino, decía N'apoleón. No comprenderlo y no comprender que el Destino es ciego^ es la insospe chada tragedia del país y de los que lo gobiemají

La necesidad tiene cara, de hereje^ y la deseS' peracián suele desembocar en la locura. Por enu ma o por abajo del complot, con prescindencia de si existen o no oíros que también sueñan con e' hombre fuerte, lo peor es esta situación de impre. ciso desasosiego, de vaga desesperanza^ de angus iiosa intranquilidad en que las gentes se encuen<^ irán, ahitas de palabras, de promesas y de mejí' tiras, cada vez más conscientes de la ineptitud de los que mandan y de la mezquindad de las maní bras a que éstos viven dedicados.

Lo peor. Porque estado semejante puede ser wtr de tierra abonada para cttalquier aventurero.

Pero lo que el pais tiene que saber^ lo que el país no puede ni debe olvidar, es que la gran vjr» tud de los fuertes es la paciencia. También que no reconquistará la salud, st no se reconquista c si mismo. En el fondo el país es responsable de lo que ocurre. Que tolere a ciertos titiriteros o apo­ye a ciertos vociferadoresr es fjrueba de que esos titiriteros y esos vociferadores, que en otro lado ya habrían muerto civilmente, no le merecen el repudio total que corresponde.

Hay, debe haber en el país iodavía, reservas suficientes de buen sentido y aún de heroísmo. Ellas son las qtic deben guiamos. Todo antes que el complot, el cuartelazo o el golpe de Estado que sólo agravarán los átales y demoraráTt las a>lucio-nes. Y no hacer caso a los falsos pastores que ttsan-do una táctica ya aquí mismo emplead^^ preco­nizan el golpe de derecha, para adelantarse al gol­pe de las llamadas fuerzas de izquierda. No hay tales fuerzas de izquierda. Las asi denominadas se distraen en fuegos florales y en coleccionar esque­mas ajenos.

Sólo hay fuerzas de derecha, £t peligro es­té en la reacción. A ella hay que mirar. A ella ha^ que hacerle frente.

El motín frustrado, ¿es índice de algo más grave en gestación?

MinisÍTO üclbolfo CrsewtDr i*jie este ejñsodio ha ctmcViado. Que se Iranetabít a lo Que conocs'iiiys. Por sujMiesto, praseguintos huscaatda ccme-xiOTtes, Tarítificaciones y la pracedertcia del dinero conss* guido. Z>eí>e-7nos deterviijtar •ta-mhiéTt si (zñerjiás de las siot-cio3i.es discípZtiurrias que se eplícttit a. los •militaren incursas en los Jiechos, «orrespowJe la -vía de la justicia, militar. 1^ que nos desoñents. es la fUiczciÓTi política de Jos partíci-parttes. La mayoría son colorados batUzstas, a excepción de Vivas Chzappe gue es rtaciornüistCL. E« realidad, «I fon­do ideológico no se adapta elararaeute a nuestras trodi-cionaJes expresiones j>oJíticas.

Bduaréo Mítfor Ha»do 5? «*"«T= estd e U Situación qtze mnvmcSy ei» la desesj^eradón e:cisteTíte, en «I gobtCTTio -rttcitoiTite, en él T'OTlam.errtto enredad en coT3tpHcaci<m«s 3>olítícos. Es tan índice de stibversión lo ttcaecído^ «OSÍÍO el ¿trcíllo de ámyti-hws TodeaTído el Palacio L^gisUitúfo o las afictitas jxühUcaa jpará2izadas^ Bntmices, no vit/s rasguemos las vestidiiras Alha Hoballo *° ?^ "í^^^ concreto existtL algniía. OT-SttKi3acion úe Aer^chíí moistada para ello, vero es evidente <¡Tie Jiau un fajcümo actírnt, Kíempre velzgroso. Es citesúórt de recordar el asalto a la OníDerst-ded, la ota de tataajes, etc. HTÍ cnanto a In Ijegfán. Arti-irásta, me corresponde el t/faor de haber «d« «iden, en lo (^ámcTtL, dentando m arffastísaáán fascista, aeñalando loa direcíicas ose contSenov «i» «itabcto* tendientes a. la violencia. Pensando en. To ^ue -viene ocurriendo en JLmé-ñca, 5ne temo ene se paeOe eita sestanAi algo grcme.

fram€is€o Rodrígmmx Ctnmmss* ^ iwabie ««e «t. £spenf amo. eer, ce» cerdodera ansiedad, tos nombres no (Olamenfe de Quienes aparecieron ahora, smo de «ttenes han dado ner» pera IOT mcrimiento snbrcrsico. Espera une «e jw-Vbipíela lista de los co^icpífaeKtes Oe la denombsada Leaión Arttipasta. Csandc sepaaacs en. este potj oniénec citl

El General Delgado se deja seducir

EpL seaeral Delgaao, líder de la oposición portuguesa, -vie-ffc i e de reaíúar su primera "v-isita a iin, país socialista, t*" o sea lo que hasta. lia.wC poco se conocía cainD detrás i Cortma de Hienra- &u. itinerario lo Uevó de Brasil ^ _ _ ^ la., donde esta.l>leció SIL cuartel geaerai, y de aU£ a Pl donde acaba de pasar lui-os días. Kay numerosos ex.i-llad i. políticos en, Checoslovaqtua. (y eiL otros países socia-llítt j es prolDalsle qtic Delgado se iiiibiese reunido coa X-a inforraación disponible no especifica si el líder se r r-in Alvaro Cirfi"ha"l. la principal figura del partido co-.r L portugués clandestino, pero eUo es bien iactibie. c (_ £í se stipo hace algim-os meses es que el señor Cu-.3. una niedía docena de colegas ijiie conjuntanieníe con c " Jaron de prisiones portiigiiesaa habían, llegado a Mos-•V cue fueroiL oücialmente recibidos por el señor Suslov, i 3 nbre da Nitita Jniscíiov, I^ -visita de Delgado adcfuieTe así lina significación par-_:: -.r Kadie ignora que el movimiento de oposición a Sa-_a.<.\r Fbarca, una coaüci&i mal a-venida de grupos iieterogé-fceos in-Cluyendo al PCP, Los comunistas. Lo que se conocía Kon o 3l MovimieEtQ Democrático portugués, el MNT. dio Ibasp- T. la candidatirta del general Delgado en. las elecciones "Me 19 3. Fue derrotado, y se esXlé tinos meses más tarde. 1 -aparte de encabezar su pxonio partido, Delgado también. pres c c el F?nL,, T*rente ÍTaciorsál de LíberacLÓn, Qe abarca M ce 'n inistas, socialistas y otros. Como tal, no le habrán Salicr las invltacioQes a Praga y a otras capitales socialis-Sas I*ero el Tiombre se negd a Itacerlo hasta ahora, y adop-¡ió c-j- LO su consigna la frase: "Aliados de Occidente, pero ako "T--^ títeres". ^ comenta ahora tañe fueron, los ingleses quienes le liELii rtcko -cambtaar de pi:nto de vista eQ esa materia. >3ejor íILciio ia. TccíeiLte decisáón déí IVIiiñsterio del Interior y de -lo C-iicilLería fSir Alee Douglas-Honae canciller a la sa-•«on ai neeaxle una visa, de entrada al jteino Unido- Quería visi r ese país de jpaso al nuevo cuartel general, en Arge­lia OTa decepción de Delgadoi esperaba encontrarse en Ro-pta c< n su seiíoxa ijuien sigue viviendo en Portugal. Pero 2as aiitoridades lisboenses le negaron una visa de salida.

)

¿Qué es la pobreza? HAY naciones subdesairo-lladas y las hay sin de-sarroDo algtino: sabe­mos por la TAO <iue Tnil qui­nientos millones de habitan­tes de nuestro planeta pasan hambre. Aceptamos el hecho con una especie de pesi-opti-mismo mÉis o menos encal­mado.

Pero el asunto no termina allí; 'hay sorp-resss. Pocos tie­nen una Idea de lo que puede representar el problema de la pobreza incrustada en medio de la nación más rica del mundo. Oigan:ios pues al pre­sidente Johnson hablando a través del CEA, su Consejo de Asesores Económicos. Después de explicar la se­mana pasada, detallándolo, el increíble auge de los Estados Unidos durante el último año, en producción, en ganancias, en renta nacloiial, sale a flo­te el lamento más grande que haya proferido un presidente desde los tiempos de la gran crisis del año 29. La continuada existencia de la pobreza en los EE.tTU-es un liecho, dice el infonne, y su eliminación se convierta en uno de los objetivos pri­mordiales en materia de po­lítica interna. He aqití el criterio del cálculo, según el periódico •Time" (enero 24, 19&4:). — Osando los ingresos por de­bajo de 3.000 dolares anua­les como standard de la po­breza, el infonne sostiene que una quinta parte de los ciudadanos de la nación vi­ven en la pobreza. Estos pobres abarcan casi la mitad de la población no blanca, arriba del 40% de to­das las familias de granSa, la mitad de todas las familias cuya ca.l>exa sea una mujer, la mitad de todas las familias encabezadas por una persona mayor de 65 años. El desglo-

Los fantasmas de GAÍ eWMaLEGMKD '^BEESQS

CHINOS é EXISTEMí

TE MOTO

ser la quinta parte de las ía-niilias norteamericanas qiie se encuentran en el tope per­cibe el 42% de todo el in­greso personal en el pais. La quinta parte del otro exíre-mo, los de abajo,, percibe él 5% en cambiO-He aq.uí las elocuentes pa­labras del informe: "Es ne­cesario abrir nuestros ojos y nuestras mentes y hacemos a la idea de la pobreza en nues­tro medio. •Xos pobres liabitan un

rmmdo difícilmente disceml-ble y raramente reconocido por la mayoría de sus com­patriotas estadfttintáeaises. Es un mundo en el cual una pe­queña enfermedad es una tragedia mayor, donde el or­gullo y la primacía han d* ser sacrificados para, conse­guir ayuda; donde la hones­tidad llega a ser un lujo, y I* amlfición Tin inito-. Y peor que todo, la pobreza de los padres se traspasa a los hi­jos".

LA SEMANA QUE SE FUE

Esr MiY3

inrnur» ^ Kennedy -declaró eit Lon-lítVSa^ dres gue SuJcamo acepta. tcTta. tre^iBa en la guerra frotiteriza. COTÍ Malasia, Pero mantiene su. posi­ción JiostxE. contra lo gue co-nsidera. •ana ex^iresión de colonialismio.

SÁBADO En TaTtCTarayPca, Keitia y üganda.^ tropas hriíánicas míe luLbía^ Uegado dios ai-ites, entra­ron en (LcczÓTi contra las jii-erzas re­beldes. Eay muertos y lieridos entre tos (cfrtcaTtos.

nnwiyrfl ^^ *=* PJÍOIÍCO q e wm Iftlfirllntlir grupo de ttlfrítderecjna, firnnaáo 3>ot dijiles^ militares y un cura párroco^ tba a dar -it golpe pa­ra, tomar el peder. Los civiles y i cura estdn. en- lihertad.

dispuestos a pnasu^ar movimientos subversivos, jclrerfBt con exoc ud la magmtvd real del prvbtema. Tengo «•• fianza en ue él 0ol>iemo extremará medidag para csdM reeer -tatáímetaei lo ocurrido. feírívae M«rfflMX ««rcM ^^I^^^^^^H^ cta. distmtot tipo* de toUtaame*^ Aiganam, inztíHciaMM otras, a truBés de ga^>ea de estaSo. Por mmato «»« * «tteütimo conqw m> k r ixncmas de seriedad v ¡uut'l^ ¡este campo c* toniMéii mpio vara tanodoiec v estafadaí». De aialqyier manera, In cCemenlcw TemxHmaño* * ^ trema derecha tíguen tnb^€tiido como en todo tí •"""5 eepecUUmeate ex Amiriea l-aSaa^ v *e hoces pnaaUf* traces de go ies mUaoie,. E« aecesar&r OetuinUMr 5 jníCTKses estáM. áetráx d« cM «ente y oiñéno : MMf» *9t actñriiiada. _-,

r 7-

MARCHA — Ifó^aa 6.

l'TosJxi Tecanx>ce a CÍÍUUL'PQ-^?:IXC:T. Países HST5S OiTicanos leoí. fíCTL el hecrza COTTIO '*acto Ji3stó~ '-rico". Síatestlir en EE-DtT. v en á fría neis títere 3z Formóse- EsEí cer-\^^ et in cso de GñríC em. la UJ^

,,,__•_ La TTBSS jtresenta p&nt en iMnIcS Gizu¿bra ae cam-piendez destmcczÓTt de los hoTTiharderos nu~ c2e:iTes; xiroTiíbiczárt. de ^mso^os aíó-•ttúcos; evacuación de las tropas gae. estén e» territorios extranjeros. •

tflCEMUC Hom Oz Comie^ma. paro MlUlitinXa ae 72 Isoras de imiiSxma-Tíos públicos por oproóocíÓTi de Ken-ScióJi de Caextas gtie ínclycja las mejoras reclamabas. IKSde el iueceí • ei pero es totoL

nimrv El sdbiema de Fanaatá oca-JWIIS s6 a. SEJJtr. de asresSÓTL anb-tra s» pofclfficíón. cicrl y se mant^icrie Jirme en eoSgír ta reirfsíóB del trata­do <tae tSo pie ol imperñaEsmo yamrA •pava, ocupar !• sema del Coxal.

% • * A A MAñ •^ MARCHA otorga un premio nunsurj de S 100 (esa sscciún se da por ence­rada de la eJiiíJ-'íiíia de ¡a inflación y se pone a roiio) a ía mejor colaboración en­viada por los lectores; ii*- es necesario que venga redactada, pero es conveniente ad­juntar algún dato que sirva para identificar al reniiiente. Zl premio de tlicienibre, para el que a rige la nueva retribución, fue adjudicado a la colaboración que, con el títnlo "Hemos visto" se publicó en la edición del 27 de

I diciembre. El premio do enero se dará a conocer en nuestro próximo número. |

LAS GRANDES MífíiOSPiS.- . a' SISTí?'S Punta del Este relata así los detalles de la des­pedida del Br. Miguel Ángel Zsvala Orliz, luego de su visita of-icial a imestro país:

"El Cancülsr pasó lápida revisia a las Iropas foritiadas, acompaüado por el Ministro Zorrilla de San MSXÍÍ3JÍ con griíen viajara en el coche desda el bungalow 'Joy' c=i que se alojó, durante 3U esiada en Punía del Este"-

*T>espués departió unos minutes con quienes habían concurrido al aeropuerto, y escuchó emo­cionado la salva, de diecisiete disparos íjue lan-saron en su honoi tres baierías ubicadas en una cercana ladera, irente a la pista".

"El Dr. ZavaJa obseivó impávido cómo uno de los cariuclios detonados provocó el incendio de pastos eja la aona donde estaban emplazados los cañones, mientras los disparos continuaban Eu ritmo incesante y el humo ocultaba lotalnaen-te a quíeaes serrían las piezas". lío hubo Que lajnentar desgradas personales, pero las tintore­rías de Maldcp-ado están ahora abarrotadas.

VERANO y CARHAVAl.- £ ?¿2Sr. eT'S fxuide esta información exclusiva sobre el golpe de estado que s€ programara la seinana pasada como mlmero de atracción turística: "La Agen­cia Telpress pudo establecer contacto con una persona vinculada a los becbos desarrollad<» en Uruguay, Pudo saberse así que el movimiento subversiro estallo en el departamenlo de Arti­gas, aproxiniadainetite a las 9 de ayer, y poco después en el IJepartamenio Treinta y- Tres, sec­tores eslos que. según las afirmaciones del in­formante, fueron copados por los revoluciona­rios. Tanubién fueron tomados por los insurgen­tes los departamentos de Rivera y Tacuarembó. Según se desorende de los detalles aportados por el informante, este movimiento, que tendría cierta relación con la actividad del peronismo argentino, debú, eslallar el 29 de noviembre pa­sado, en oportunidad de efectuarse una trasmi­sión de un discurso de Perón, que finalmente no se cunspüó en esa iecba por causas espe-ciales".

"Quien proporcionó los pornaenores de la ac­ción emprendida dijo que el movimiento tenia

^ coino finalidad la fotal elizninación del comunis­mo marxisla, bajo cualquier especie., y la izn-plantación de irn. gobierno poptilar que garan­tizaría elecciones libres y el acercamienio con la Iglesia, Añadió que se babía dispuesto que podía llegarse a los fusilamientos en caso de ser necesario" (un i redón demócrata, de ios aueno ofenden). "Manifestó que los cabecillas contarían cor» «1 apoyo de un 70 por ciento del Ejército y el 85 por cíenlo de la Aeronánfica: en cambio. no bailaron epoyo en la Marina" Cclaro; la Cor­beta Maldoitado estaba en las playas del este).

"Se sabe que se baila a cargo de la -Jefatura de Policía tí coronel Ventura Rodrigues™, (pues­to por los insoFgentes cuando eran ol>íemo) "eBContrándose detenido por los zevoluciotta cs el ex-jefe J sé Mario Aguesrondo. También se halla detenido tmo de los jefes revolucionarios, Elias Perdomo Rodríguez, quien cayó «n poder de las fuerzas adictas al gobierno. 'EL dizigenfe sindicalista I3orci de Molo, al mado de un gru­po revoluáonazio, lomó el departamento de Ri-vera, en ej límife con el Brasil. En ^ departa-snealo de Aliagas, fue muerto el ex - diputado Pereyra RoboMsL así como otro civil que no fue xdenlíScado. Estos hechos se prodaíeron a me­diodía aproximadamente" (es el línico dato irn-preciso)-

"Ei gobierno disposo y logró la. deiezción de süígonos sacerdotes vinculados con el movimien­to Tevolucionailo. Se sapo, pox lo denaás, que por la radio ínfemacional de BxvcTa y Bella Chión se d o que él dürigenie braÁleño Jardo Quadros habca expresado su adcesióiE a los ze-voluacniarios*' (jacsnqjOÉ so Teas, con biieJios ojos 9U programs. de sccaósj. ISeñaJÓse gae el rccvi-

l /NT crónf4i <fe B§ Hacheo

GRANATA H ASTA la aparición áe Sidvaácr Gra-nata el

camcLvai niGnievideano natía conservado siz vieja iisGJioviíc. Por un Jaáo las TTIÜT-

gas, surgidas eu les principios del siglo con ac­tores del Teatro iíacio-nal. del Casino y del Oáeón^ Que recorrían los calés del centro para decir SIL repertorio demasiado Hcencioso; por otro lado los lubolos clásicos con sus protestas de escla' vitud^ y por úUiííW, es-as estxiáientinas, crfeones y rnasas corales, de voces ciiatadas, de reper* torios selectos. SI carnaval era, de este Tnodo, iraerpretcdo con de-masiado seriedad por nna parte y con e.-ccesiva grosería por otra. Salvador Granata, co-n la creacióit de Jas "troupes'' jue q^tien dio a estas fieptc-'i un ^ivcvo sentido, co-m-binando 2a alegría que «íeSe ser rasgo esencial, ton la parte artística QBU las hizo accesibles c todos los gustos,

EJV el ahnacén de Sarandi y Pérez Castellano un. grupito de jóvenes socalza tt la calle ''LiOs amantes a la cocoa"^ agrupación Que

visitaba, las cesas de familias, donde se les in~ v-itaha coTt bebidas y se organizalía. halle. Sus i-nsirumentos eran el antiguo "rasca rasca*" y el "bufa bufa"', lo aue quiere decir qzie su o'bjeto era. míT< '--"' f^cdüj hacer ruido. Tue en los pre-

aceptan a regajiadientes, ímponíe'jidole fr^ condición que no cante mas de dos con-W" Clones. Lo hacen. SI éxito e rciuTido ¿l^ blico pide más .Entonces Salvador tiene urao aquellos rasgos suyos que lo hicieron tan « ' sonal: expone a Ja concurrencia su comv-omíl' de no ejecutar más de dos números' ese rrZ promiso lo cumplirá: ' —Pero ahora cantaremos eu la calle—agreofí aquí nusmo, en la plazoleta, para ouienes ouierZ escncliarnos. siM e-ran y hay una especie de revolución en ¡a saín ,' ííids de la mitad del público sale en seguimie^JÍ

de la troupe.

%?¿ pcTütivGs de carnaval del cito 1S24 qi¡c al "Toto" Granata se le ocurrió Jiccer alffo mas importante y asi lo ejcpiiso a los compañeros. Pero esta irat-ciütíco fue recTiczada. de plano. Consecuente con su idea, Granata. te dirige al local áe un club político, en Colón $/ 25 de Mayo, donde se reU' nen otros amigos, y áíli su. proyecto es recibido coía verdadero i-nterés: los Miguez, los Pérez Pi-sano, Enrique y Angelito J'alcone —éste, hoy médico— Figueroa, también doctor é.esp^léSf los Lodeiro, Silvestre y A-lfredo Pérez, el '^Ruso" Rodríguez, Guerrera, crtjTVí.se alistan en la agru­pación que se llaraarUL ''Un real al 69''. Nuncia--to Toscano con la. mandolina. Cleofe Miguez a la guitarra, Silií-estre Pérez con. el triángulo, además de algún ''rasca rasca'', componen la orquesta.

Y A está, la agrupacián en IÍL calle, en ese año Tiistórico de 2S24. El •u.nlfoTJn.e es: camisa 'blanca, fuera, del pantalón, y rancho de

•XKLJa. Nada •más. X^isitan cJgunas yarnilias y se deciden a hacer la primera prueba serte oTiíe eí público, P'a.ra. eso eligen JÍTL lugar apartado, el Camino Maldo^ado, donde se levanta el tablado "í^ niña bonita". ÍH presidente adz)ierte a Gra-nata que alli. cuando una agrupación no gusta, suelen chiftarla o aun arrobarle proyectiles, "TJn real al 63" tiene suerte' no le ocurre ninguna de las dos cosas; sin errúbargo la gente empieza a alejarse cuando ata.ca "Si chana". Pero Salvador no es hombre de acJiicarse; pide una guitarra, 'nace sentar en el suelo, formándole rueda,, a sus 'inucnachos y se pone a cantar les verses del Viejo Pancho. Y de inmediato, toda aquella gen­te vuelve a agr-uparse y '^Un real al 59'' recibe el primer aplauso popular.

A'LETSTAJOO por los triunfos callejeros, el con­junto solicita presentarse como número es-•peciál —jmes nc estaba, registrado oficiat-

mente— en -un. concurso del Teatro Solís- X

MARCHA — Páspna 8

miento cuenta con &1 apoyo de los sigiñenies grupos: Movimiento ArtJgttista Partido Sfacio-cal, Piartido Movimiento PrcresSEfa. y Mesa ^e-cotiva. Nacional JustíóaEsfa. Se añade que ios revolucionarios cuentan con el apoyo moral del justióalismo argentino, En otro orden de cosasr se (ü;c que John "WiUram Cooke hablSporCXSO, Sadíc Nadonalr acusando a los revolsdonszics

AL año siguiente poseen, cainiones y con ellos, lo primero que hacen, es visitar los hos­pitales. En el Fermín Ferreirá encuentran

a "Vidalita.", que fue uno de los fundadores. Craiiatü insta a s^cs compañeros a contribuir para levantar allí un tablado. De su propio peculio hace instalar otro en el Instituto de Ciegos. A todo esto van apareciendo otras agrupaciones similares: "Vadar Kahlar" qtie dirige Cósmico Dehjchi, la '''Oxford" de Ramón Collazo y le "Viejo Verde", l^a rivalidad ya está entablada. En Dante y Patria hay un tablado^ '^'La ponírc", que establece un premio de cien pesos. Estári presentes las sociedades ya citadas; hay, pues que romperse todos. Pero la. suerte ese día Jio estaba con Granata: el coro entra- en una..forma desastrosa, cada cual por sic lado, aquello era *'iína Tnatanza de indios" o una práctica d« com­binados: el desorden m,ás absoluto; y los inucJia-chos se mitraban entre si, tratando de ponerse de acuerdo. Solo Salvador Granata conserva la calma; una sonrisa misteriosa. Con vn ademán cierra la canción. Sonriendo siempre se dirige al pútlico; hace irnos chistes y termins. así:

—Bueno: áJiora que han visto cómo se hace, para cantar mal, vamos a hacerlo en serio. Y aqziel coro, afilado ¡arranca de nuevo y la gente premia con entusiastas aplatisos lo que supuso una sutileza de Salvador Granata.

Y A. se sabe que la rfuaEídad entre vecinos es siempre la. más grande. Así, "Tin real al 69" tenía como competidores tnás enconados

a, la "Oxford" nacida en el Dique Mauá y. sobre todo, a la. "Vadar Kablar" salida de sus pro^pias filas. Con ésta se encuentra, en un concurso en el Solís. TeT-minadü su actuación Granata recibr un hermoso ramos y Cosmito^ que no quiere de­jarse superar, antes de subir a.1 escenario U entrega a un amigo su reloj áe plata: -—Cuando termine mi nú.m.ero —le dice— 2?iaji-

dam.e este reloj como regalo del barrio. Pero termina, el publico aplaude, Cosmito sa­

luda y vuelve a saludar esperando "el obseq;iiio". y este no aparece; jno aparecería, -nuncol

HABRÍA miles de episodios que relatar, donde al aspecto pintoresco se unen los rasgos personales de Salvador Granata y sobre

todo, el espíritu de la. muchachada, que lo acom.'-paño. "Un real al 69" na era. simplemente una agrupación carnavalesca con fines de diversión o entretenimiento, sino algo que se había aden­trado en el corazón de todos. Se amaba a la tro^ipe coTno se quiere ai barrio, al cuadro áe fútbol, a todo lo que compone la patria chzca. El "Rzisito" Rodrígicez, dueño de una peluque­ría ,abandona al cliente enjabonado cuando oye el Harreado a las filas; Lorenzo Temández, él viejo león de las canchas, se convierte en el león de las calles cuando se trata de defender a S7L gente; Silvestre Pérez, que no tiene medios de locomoción para, regresar a SIL casa de -ma­drugada, duerme en un billar. Son rasgos que de-muestran hasta dónde llegaba él espíritiL de soJidaridad-

-ETra 19S0. visto que nadie podía ponerte Ja tapa. el Municipio declara a la. agrupación fuera de concurso.. Igual sigue actuando; rrístía Sueños Aires, donde algunos diarios, como "Crítica^, lo reczben con titulares a toda pdgínaz "Da alegría^ •uruguaya del carnaval se verá Tioif en et Tez-tro Nuevo''. Grandes fotografías y reportajes at directorz '^Interesante personalidad dz Salvador Granate. —dice el diario mencionado— director, áictiídor-. maestro, amigo de su gente y <sne da muestras de una. cctvvidad incansable como autor, •• como intérprete, como guitfrrrista v como com­positor de toda, clase de música: tangos, foxtrots, tarantelas y coros •ukranianos" "Tin real al 69" había recibido Ja consagración, definitiva.

de ser adictos a les iniereses yanquis. Esfe cargo « rechazado por los revoluaonarios, quienes a ÍS= I' ir? ^ * ^^^^ e =« oomuaisla eas-maa- Ei i oraaanle expresó que el mwimienlo se mdma aa la tercera poñción qii« :pxtxpas' naba el jus&ciaEsmo". Un momento, x¡n momea-te qiie se mareo: si el cura rural es lercensta, TO me Jiago cora*

a 35 grados latifud sur p«r Vard>b«x

Esta semana Aj-thvr t4íH»r volvió al Teatro

Por qué tuvo que resucitar a Marilyn O Calecemos todavía del primer veredicto de crítica. La noclie del jueves 23 de enero se estrenaba en Nueva York la última pieza

de Arihur Miüer, After the fall (Después de la caída). Pero antes del apercibimiento de sí la obra es buena, mala, y en qué girado, se puede vaticinar qtie este es uno de esos casos en que la experiencia teatral queda eclipsada por el eco autobiográfico de la obra. La voz que se ha corrido hasta aiiora es que estamos aiítc Ía auto-re\-elací6n del marrinionio de Mllier con Marilyn Monroe.

ESTE riesgo viene subrayado por el hecho de que Barbara X-oaea, que interpreta a Maggí —la pro-

tao-nista—, está puesta allí para en­carnar a una Monroe rediviva, en" su desnudez física tanto como en la es­piritual. Por Los datos que trae cierto espía inglés y andiga del autor, esta accriz evoca a Monroe con una lite-calidad tan pasmosa —desde la joven-cita desvalida pasando por la "inocen­cia perdida" y hasta la gran estrella— que esto se constituj'e por un. trecho la parte más absorbente y poderosa de la pieza. Imposible escapar del pensamiento de q.ue esa pieta a un mismo tiempo 3a crucifica y La inmor-taüza.

Heiiry Branden, él distinguido co­rresponsal en EE, TJU. del "Sunday Times" de Londres, es amigo personal tíe Miller. A pocos días del estreno, este hombre se comprometió a dax al­go sobre la obra únicamente a diarios europeos; nada en líueva York, donde los preparativos del estreno se hicie­ron dentro de un gran hermetísino. Constituye ese espectáculo a lá vez la iniciación, del gran Lincoln Center neoyorkóno como un teatro estable. Elia Kazan es uno de los responsables de esa auspiciosa intentona de teatro subvencionado que le da la espalda a Broadway, con piezas clásicas y mo­dernas. Con el balo de sensacionalis-mo inevitable de este debut, más la atracción, de por s£ de im. título de Miller, los responsables esperan dar su golpecito desde el pique.

Srandon especula sobre los riesgos que rodean a esta nueva obra de MQ-1er, que retoma al escenario después d.e algunos años de silencio. ¿Por qué la muchacha Maggí tenía que ser la imagen calcada de Marilyn?

Maggi entra en la vida de Quentin, el desorientado héroe, cuando éste y su primera mujer han llegado a ser ••personas separadas"- El se siente atraído porque "ella no- estaba siem­pre j'astííicando, defendiendo o acu­sando". Le da su experiencia primera de elogios de mujer, y también la de poder jugar al "benefactor". Asimis-mo le confiere un mentido del poder a medida que el la va cambiando, cosa cíze él erróneamente toma por amor. EUa lo llama "un dics" probablemen­te —según piensa— porque no esí:uvo tratando de acostarse con eila.

Pero Quentin descubre más tarde que la única satisfacción de la mu­chacha e:stá en. dar, y cuando ella le dice que se acostó con muchos hom­bres y que le pareció bien porque i. nunca recibió nada por eH», encuen­tra un sentido profundo en la misión de rescatarla de su propio Cde él> des­precio, y trata de inculcarle de que ella es alguien. ^ Tníenío de suicidio

EZf medio a esta confusión se casa coiL ella porque *'es importante decirle que sí a alguien, final-

menie". lU trata, se^:xi. se lo pide, de

ensenarle "cón'io ser", aunque ella es incapaz de creer que un hombre pu­diera amai-la por si rnisma y no sólo por su cuerpo-La pieza se encamina a sus escenas

más drajnáticas cuando Maggi, al in­tentar suicidarse tragando unos som­níferos, busca, según dice Quentin de "'echarme encima un asesinato". La experiencia humana entre Quentin y Maggi ilumina la mayor parte del se­gundo acto; y se echa de ver clariío que -esta es una experiencia que aún descuella grandemente en la mente de Miller. Deberá ganar sentido y hon-diura cuando, más adelante, el tiemjK) nos posibilite reverla en términos universales antes que personal .

Eu el primer acto vemos una cade­na de flashbacks. experiencias -como explica Miller a Brandon— dejadas atrás como las rocas que van quedan­do al retirarse un glaciar. Aiter the fall tiene lugar en la mente; en el pensamiento y la memoria de Quen­tin. un contemporáneo cuya desorien-taciÓQ ante la vida y cuyos intentos torpes, inseguros de afrontarla, re­cuerdan al hombrecito de ¿Y ahora qué? de Hans Fallada, salvo que los dilemas de Quentin abarcan una ga­ma más ancha de experiencia hu­mana.

La piera no ofrece soluciones. XA única cura que Miller recomienda es el coraje, brindada a Quentin por su tercera mujer, quien le hace entrever una posibilidad de no tener miedo.

Cuando en conversación con Miller Brandon planteó la cuestión del ca­rácter aparentemente biográfico de la obra, Miller trató de borrar este én­fasis. Explicó que al querer dar a sus obras un valor duradero sintió la ne­cesidad de ser específico: ya que "las generalizaciones", dijo, "son lo prime­ro que se viene ahajo".

"Tomemos por ejemplo mi pieza Las bznjas de Salem, cuyo estreno coincidió con la peor caza de brujas macartista. Todos la vieron en ese contexto, antes que nada. Ahora se entiende que su significado es más ampho. Cuando Shakespeare escribió acerca de Kicardo H pudo tener la ilusión de estar escribiendo sólo sobre un Rey, pero su lógica refería a hon­das cuestiones interiores, no al xey_ Hay Una penalidad que uno paga siempre por tratar los asuntos del tiemiio de uno/'

El cronista inglés se pregunta Üc pregunta) si no hubiera sido posible evitar la copia tan detallada de la aparieníüa de Marilyn Monroe, pero Miller dice que se habían ensayado todas las alternativas y que nada dio resultado sino eso. Después de todo, ÍYlarüyn era la personificación de ciertas cualidades y defectos coniunes en HoHywood-Día tras día, hace ya muchas sema­

nas, EUa Kazan, con Arthnr Müler jtmto a sa codo, vino ensayando la pieza, que hubo de estrenarse etx *1 R€5)ertory Theatre como dijimos, d<d Lincoln Center el jueves anterior.

Esoüsla hilsgral Hebrea Uruguaya Colegio Habílifado

PE^iOS>0 OB !N5CRiPaOM£S 1964 Preesco'ares áe 3 a S años, - Primaria hasta

4 graco- - Supervisión espedalízada, 2 i de 5esier;ibre 3015 - Tel. 72691 Horario de:-Secretaría: 9 a 13 horas

' J vuw"

Según este relato que xesumimos para MARCHA, IVtiller aparece ahora más distendido y contento que nunca en su vida, confiado de haber escrito una obra de una experiencia humana en términos universades. Su esposa austríaca, Inge, xma. sobresahente fo­tógrafo profesional, acaba de comple­tar una serie de totos que tra2:an la evolución de la pieza bajo la direc­ción de Kazan, desde la primera lec-tmra. Entre muchos rasgos autobiográficos,

uno de los raes picantes es el que se refiere al propio Kazan, a quien Miller no le dirigía la palabra desde hace algunos años. Su vieja amistad había zozobrado en la época del más negro macartismo en EM. TTCJ. Se recuerda la diferencia de actitudes. Kazan no tuvo agallas para decirle al couñté in­vestigador del Congreso, como Müler sí dijo: "Mi conciencia no me deja revelar el nombre de otra persona pa­ra traerle dificnltadcs". En un racconto se vuelve al perío­

do de MacCarthy, y un amigo de Quentin le pide su autorización para '"cantar algunos nombres''. Pero éL tiempo cicatriza heridas, y no hay una obra que Kazan haya tenido más ga­nas de dirigir que ésta. ^ T^Tada de héroes

desarrolla diversos conceptas de mo­ralidad, varios modos de vivir la ver­dad. Básicamente, estoy alirmando que la verdad, es inaceptable y tortuo­sa. A menudo puede ser usada como un arma para matar.

*'En su auto-estimación, Maggi es **una decidora de la verdad'*, y vemo» en su caso la devastación que la ver­dad puede causar. No existen sahdas fáciles. También estoy procurando iiiostrar adonde lleva la busca de po­der, y que el amor no significa un poder sino que ambos son enemigo» mortales." El cronista Brandon se convierte en

crítico y discutidor. "lío me pareció que Quentin fuera realmente capaz de smar, y que esa era una de sus fa­lencias"» pero Millex no está de acuer­do. Piensa que "al tratar de rescatar a Maggi, que estaba pre-condenada a cometer suicidio, Quentin se mostró capaz de un gran araor. A la vez de­mandó de si mismo más de lo debido".

El lado f)erverso del hombre; su peligrosidad, el hecho de que el deseo de matar no es extirpado nunca ni el deseo de destruir aún a los que ama­mos: estas son las cosas que la pieza muestra vuelta a vuelta. Y sin em­bargo, sostiene Miller, otro tema con­sistente de la obra es también la inocencia, ya que su materia es: ¿qué pasa "después de la caída" de la ino­cencia?

"Eiitiendo por inocencia la ceguera con respecto a nuestros propios moti­vos, nuestras acciones. Es peligroso sentirse inocente, porque eso nos pue­de conducir a toda clase de desastres. Maggi cree en la inocencia, pues, co­mo Quentin le dice a ella: "Tú dices la verdad aún contra ti misma". La tercera mujer de Quentin no es así. Para ella la vida carece de consisten­cia; todo lo que se puede hacer, piensa, es aguantarla con coraje.

"Vea trd., muchas veces aprovecha­mos la. inocencia para provocar un aislanuento entre nuestras acciones y nosotros nusmos, y eso em lo que per­mite desatar la violencia- Quentin, el hombre en el centro, no se rfente ino­cente Lucha y trata de proceder bien pero sin mucho éxito, salvo al final cuando parece haber aprendido el co­raje de tomar la vida en sus brazos,*"

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JASON" Robards <uno de los HDÁS serios actores norteamericanos?, hace él papel protagónico, y le

dice a Brandon que ni por un mo­mento tuvo en cuenta que el perso­naje pudiera tener algo que ver con ÜGLler. Quentin es un antihéroe. Mü­ler no ha intentado de gloriQcarse, ni tampoco de echarle culpas a nadie, aunque acusa a muchos. Este Quentin prefiere seguir luchando antes que mendigar símpatá. Esencialmente no es una. victima. Brandon le pregunta hasta qué pun­

to resulta doloroso sumergirse en la vida propia de uno, y resulta difícil analizar las propias reacciones. "Es una experiencia dolorosa* explicó 3-511-ler_ '• iempre surgen tensiones cuan­do traíanlos de descubrimos arfe nosotros mismos; y nno descubre que &7dsie una sñatesís entre Ja totalidad de las esperíencñas propias. Un hecho dado que nos toca se funde y trasma­ta Con todo lo demás qiie nos ha to­cado. Esta pieza es un intento de ha­llar una serie de denomínaaores co-mimes¿". El cronista hace notar al autor las

£recü€íníes referencias a la moraüdad. "Sí, a medida que avanza, la ot a

REPARO A\AQUINAS COSER Y ESCRIBIR ,

VISITO GRATIS Teléf. 8-34-20

CLASES DE • FILOSOFÍA • INGliS • FRANCÉS • CASTELLANO • lATIN

Prof. COX

MARCHA — PétgoKi 9,

Comenfar!«t tasfreasts por Betiaarto itJB el lector aveatoM

A LA BÚSQUEDA DEL ENEMIGO MILITAR 0 Dijimos, antes, que toda estrategia sensata, dehe co- esa tarea., de por si ábru->nadora, dado c2 poder m.at%rm1

-menzar co-íi la 6.eteTm.in€.ci6n y -ponderació-rt ñe los de los posibles enemigos militóTe*, la óo la fSefe^sa <2e( eneTnigos posibles -y probables. Decimos hoy que, en tal tarea, él enemigo no se puede ni se debe im-portar^ es decir, que Ea tarea dehe realizarse de adentro iiacia afue­ra, de 2a realidad nacional hacia la internacional, del conce:pto de "rtianteniíniento de la integridad territoriáV* contra toda tentativa m-iíiíar exterior de alterarla o de violarla. Esto es estrategia deíensiva^ Ibnpida, nítida y, tartibién, sin «.insu wi. clase de dridas, la única posible y justijicahle. En este sentido, sen enemigos Tnilitar&s hi-patéticos para nuestro país, las fuerzas armadas de los Estados vecinas inmediatos en supuestas operaciones de Sverra ofensiva tt través de nnestro te7~ritorío y las de todos aquellos Estados que, dado su. poder material, es-tdn en condiciones de montar una operación ofensiva a través de nuestras fronteras céreas o navales.

Desde otro punto de vista, nuestras leyes agregan a

'orden establecida por la Constitución y í< iey^s decir, uraa missáít de seguridad ÍTiíerior de corte clara* mente policial y que, por lo menos en miestro país, tas fuerzas armcd^is sólo atienden, con parte o la totaUáad _ -, -. . --, ,-^ - —-vm-tfe sns raemcs. en «scs íe grcv_e ccr.-n,ocl6^ intericr ct-^e ^^^te^^.^S^fJ-^-^S^J^

O rjc a «<:«>r wreBoma «• euien toe el "enemigo mm^ de la levolución cubana y Qü5n seria nuestro real enemigo iiuli-t¿ 13 de toda la eiudadajiia uruguaya, ea k liipótesis que antes planteamo's Para terminar, diremos, una vea mái por si Eo liiimos suíicientemente c'a ros, que la 'teoría de la tuerza vxZ ca antisitbversiva" es, para nosotros y para todos aa elLas que en estos tenia pongan en primer término la sober». nía. la independencia y el maateni-

^era^ tas pisiiiUdaies m^eriaXes de los ef.cíiw. po- f^^'^l^Sí^sTfe plan 'po^Se'S iz .-_T-_ „ ^-j. r-, ^^^-^^r,.^^ ^nXr^^ r'ln'rrr-YnCuntir n/m.. - - .. . - K. ^ tJ'-JJ-y.ae sui liciales 'í>ermanentes. Es necesaHo dejar claramente sen­tado que, en un Estado deEinidaraente democrático y le­galista como el nuestro, tal tarea es y debe contin-uar siendo estrictamente secundaria y cixcuiisíancial para las iuerzas armadas, aunq ie determinadas situaciones pue­dan transforcaarla esporádicaicnente eai principal y s n-q.iie Jas tendencias más reaccionarias de la hora preten­dan imponerla como Eoisión Tínica del conglomerado cas­trense.

üljjetivo es servir de la mejor maneja los intereses concretos de la reacción • nacional e internacional. La defensada la iiitegi-iSad territorial iue, es y de\)% continuar siep_do la tarea fundaiaen-tal de las íuerzas armadas nacionales

EL olvido, por las íuerzas armadas de su tarea fundamental contra la agresión de origen exterior y su ceníramienío en las tareas de seguri­dad interior conduce, como de la ma­no, no sólo a un debilitamiento cre­ciente de la posición internacional del país, sino a la transformación, cada vez más concreta, de dichas fuerzas arr.iadas en un poderoso organismo de represión policial enfrentado perma-nea':emente a la ciudadanía. En este camino, aún la teo-ría del "justo eq.ai-Hbrio de efectivos entre la policía y el ej ército", orientada a lograr un eo.uili'bria de fuerzas de seguridad que desninimen las tendencrias golpistas, va cebando paso a la de la "fuerza úni­ca"', es decir, al ínstmmenío necesa­rio a la reacción nacional, asesorada por la internacional- para la nazifica-ción del Estado, para la conversión dei orden democrático que reina en nues-"tro país en el "orden, fascista" que con­viene a la extrema derecha reaccio­naria y a los que sólo piensan en Íun?i6n de la d ensa de sus actuales .privilegios-. TMOS recientes sucesos de República Dominicana y Honduras, ci cfreeimtento de "apoyo concreto" a Betancourt en la víspera de las Til-timaa elecciones y a "I^ Estenssoro en el conflicta minero y la existencia de 3a famosa división norteamericana ae­rotransportada en Panamá, capaz de prestar apoyo militar en térnünos pe­rentorios a los gobíe-mos latinoameri­canos que la solicitea por problemas de orden interno, nitiestran, con más claridad Que nuestras palabras, como puede llegar a fimcionaT, dado el ca­so, el sistema de seguridad «itísu-bver-sivm ideado por Washington para are­nar la revolución, continental y, ade­más <iue sus tres escalones se ubican en las policías nacionales, las fuerzas armadas nacionales y las fuerzas ar­madas de intervención. i-.a Revolución Cubana, a 90 mi­llas de territoiio estadounidense no sólo_ venció al poderoso ejército de Batista y expcJsó por inservibles *. las misiones yanquis ípie lo liabían orientado, sino que, además, derrotó en Playa Girón nna invasión de fuer-JES contrarrevolítcionarias equipadas; instruidas y lanzadas a la invasión por los Estados "Unidos, según respon­sabilidad aceptada pñblícaanente por tí entonces presidente Kenn^y. ESlo ocu­rrió antes de los tratados con la URSS y del apoyo militar soviético a Cuba Revolucionaria- es decir, Inego de qne tí. pueblo cubano tomó en. sus manos su propio desuno. Por otra -parte, si mañana sta^ del enfrentanñento de la derecha con la izquierda en Brasil, va Estado nuevo de inerte oiientación independiente es probable que, vista la insuficiencia de los efecíñros auLe-rícanos de^:tscAdos en Panamá para "asegurar eí mantenimiento del orden" en el caso concreto, se pretenda, per­dida la esperanza en el "golpe de fuer­za, preventivo" (jne tanto aman y vo-ceart algunos firganos de nuestra gran pr-ensa diaria, montar xtna. acciÓa mi-litax -colecSva contra el mayor y más poderoso de los Estados de Amérira latina. En tal Cas», nada improljable por cierto, ¿cuál sería la posicaón del Uruguay y cómo se: oponáría, si deci­diera observar xma. política indepeit-di-ente al paso por su tctrntorío, Iia-eia 2a más viable de las fronteras de Brasil, denlas fiíerzas de mfervención y a la utuizacáón de su puerto -ánico como "base lo.sS5tica de tales faerzHS? ¿Y" no Eólo cómo sino con qué, rt lá totalidad de so» fuerzas srraadas es "tá arientada al mantenirniaifo de la seíTEtridad interior? 5 ara Ttzalgiiiera Tcsalts evíáeiite cpi en él íirego real de tal Iñpóte^ isucrfxo país; T» de por rf debí!, io sería nnacho n»ás: por 1 orientaron de su poder militar exístmte y realiza^ liada objetivos dÉstoitos y excEi yent €3 de la deCens» de r " ' -- -

rritorial. Sin independencia para deci­dir, por haberse entregado de antema­no, y sin elementos para resistir la voluntad extraña, poique Jos elejnen-tos existentes de poder militar esta­rían dedicados por entero a otra ta­rea, no le quedarían a los represen­tantes del Estado otros caminos ci.ue los siguientes: se declara, platónicamente. Contra la agTesión, o se suma con man­

sedumbre a la tarea de las fuerzas intervencionistas-Y d€CÍm.os a los representantes del Estado, parcLue el pueblo uruguayo siempre tiene y tendrá otros caroinos y otras respuestas q.ue en el caso_ con­creto, se enfrentarían con la resisten­cia de la "fuerza única", orientada a "Tnaníener el orden" en la retaguar­dia de las fuerzas intervencionistas.

Es una tarea posible y actual qye ea su preparación y realización, vne » las íuerzas militares permanente': » los pToíesionales nUlitares, con toda la ciudadanía del país y, por eacima de todo, con la verdadera realidad na­cional. 1.a otra, la contrabandeada, la' de los "ciudadanos asociados" al' Es-tado del "destino maniíiesto", es de­cir, la de la "fuerza única aníisubva-siva", niega la soberanía y la indepo^ dencia nacionales y enfrenta a ¡gg íuerzas armadas con el pueblo. No nos parece que r p csente urna alternat'W para los cue desean prolongar y asen. tar la historia de nuestra libertad.

MARCHA — P imia 10

LOS PERMÍSARIQS LAS DENUNCIAS E

LAS SOCIEDADB5 D£ CONTESrAM A LA Montevideo, enero 2S de lS6i Señor Presidente de la Junta Departamental de Montevideo, Don Ricardo Lombardo. De nuestra consideración: Algunos órganos de prensa del día 22 ppdo. de la Capital, lian hecho pública una denuncia for­mulada per el EdÜ Sr. Santucci, mediante la cual Ee establece que un grupo de permisaríos liabria mantenido una entrevista con cuatro ediles, COÍL el objeto de que éstos no auspiccaxan él proyecto mo­dificando el abasto. Las autoridades que dirigen las sociedades y coo­perativas de abasto, formadas por la corporación de la casi totalidad de las carnicerías de la Capital, han realizado de inmediato y con la urgencia y gravedad que reviste tal denuncia, nna reunión a Rectos de investigar la supuesta, e ziLsólita denun.-Cía y, en consecuencia, adoptar las medidas y pre­visiones correspondientes. En dicha reunión, todas las sociedades presentes y que participan en el régimen de abasto de carn por unanunidad, resolvieron, poner en conocimien­to de la Junta Departamental y liacer pública ""a siguiente declaración: Atentos a la denuncia del EdQ Sr. Santucci COZL-sistente en que algunos miembros de la. Junta I>e-paríamental de Montevideo, habrían recibido ofer­tas de dinero de parte de pennisaxios, tendientes a dejar sin efecto el proyecto de abasto en cocside-Eadón de ese cuerpo. Las sociedades de abasto fir­ma "n tes declaran: 1» Que repudian la insólita y absurda supuesta ac­titud que se le atribuye a csexta persona o mí-cleo de personas iuesempulosas a quienes se le pretende dar calidad de representantes de los pemusarios cnyos nombres no se lian mencio­nado, lo qne bace suponer que tal deRancda. implica confundir- a. toda la colectividad de car­niceros pennisarios que de esta manera deben eoportar una, vez mas la fajusficía de aparecer, ante la opinión piíblíca, como autores de -he­chos que_ conspiran contra la integridad moral del gramo de carniceros que. «>mo cfudadanos y es forzados trabajadores, merecen él resoeto de la sociedad- Ayer se les imputaba la. per­cepción de absurdas ganancias fabulosas, o ar­bitrariamente se les mezclaba con tí raercado clandestmo de carnes y hoy para colmar tal jTístit a, se 1^ Iiace una imputación de so-DOírno fxi base a tm supuesto ofrecimiento que de haberse xeaEzado sólo puede partir de tm irresponsable o de alguien oue buscS enlodar una. vez inás a la* sociedades de permisaríos, ^^en sabe con qué designio o finalidad. xr Que con ei propósito de dentosírar que todos Jos argmneitos que se lian estado esgrimiendo «o. la discasión mantenida en ia Jmita Depar-

ABASTO 0£ iáCNTS¥si>EÚ WNTA DEPARTAMENTAL

tamental con la finalidad de liquidar a los per-niisarios, carecen de consistenciñ y ds veraci­dad, las soci- dades y ec peratívas solicitan, una vez más, que se proceda a nxia ¿rivestígacíóa exhaustiva de toda la contabilidad de cada una de las sociedades que participan en el actual régimen de abasto libre en la segirridad de que con ello Se ¿emostarará la licitud y honestidad de su gestión comercial. 3' Que las sociedades de abasto, fornjadas por los permisarios eamiceros, repudian categórica­mente toda clase de h&clios delictivos que se les pretenda atribuir y en tal senti-Jo reclamaa que se tomen de inmediato, en caso de cousta-taríos, todas las ntedidns que trendan a enjui­ciar y condenar a todas aquellas personas que, invocando la representación de sus asociados incurrieren en tales iieclios. Xgua2maií.te exigea las sociedades de permisarios. una investigación prolija y formal haciendo público- sus resulta­dos por todos les medios Ciie corresponda. 4? Que las Sociedades da abasto tienen conciencia de haber cumplido eficienten-ente, dentro de las normas legales y reglameatarias, ei servicio de abastecimiento de carne a la población de Montevideo constatando cjue,. gracias a su in­tervención a través de una gestión que Heva más de cuatro anos, se ha apuntalado la eco­nomía del Frigorífico ííaeíonal cosido trabaSo permanente a su personal laboral, consolidando la economía pecuaria y brindando al pneclG da Montevideo carne «n forma permanente e-limi-itajtdo las colas y e-vStsjido su encpreeímíenfo colaborando, así,, con la soíc ción pacrSea de los problemas del Estado. 59 Que él interés fund=jnentsl de los permisarícs carniceros de mantener tí. régimen actual de auto-abastecinñento es porque a través de &• se lia conseguido normalizar im servicio como es el de suministro de carne a la población de Montevideo que ha tenido la virtud de ser tí. único régimen practicado has La la íec&a que ha satísfedio plenamente a la población consumi­dora. ^ Y i)or último y en definitiva, no llegamos a cojnprender por tpzé razones se pretende por todos los medios eliminar sn rágime3i que ha so3ucion io después de mucncs ££os. proble­mas tan complejos que constituyeron preocst" pación fandaraental de gobiernes snteríore como ser Jaita de carne, «olas íntesmiz bles, subsidios millonarios dtí Estado, felta de tra­bajo en el I gorfflca líacíonítl y pertmbacro-nes y nwjaestias de toda clase a I^ que segcf ramente se volverá si se destreje ^ »*ial ré-giznen de abasto. Sn otro motivo saludamos al Sr_ Eresídeait* con la xoás distinguida, caasáóecsuáói^ Por TJ-P.C.AJa.S.A,t Sr. José Gaxcía Alraret Pea C'Oj>.A^ Sr- EiaiiKo Baxbcsa* Por "0-P.S.A.; Sr* G. GugiiMw Por S.TJ J5.A-: Sr. EHo IhCorSario. Por EL TREBCX.: S». Maaa^ Gonzates. Por lAS PITAS r MISA Y GABCIA: Sr. Carlos Deb«RiaráL Piar CABBEBAS: Sr, Jb«6 Casr^as. (Notas Las Scxaedades do Abasto fiznumies r^resentaa «3. 9©%

<i los Penntsaxios).

En otros 7 cíías per Conxale á» fr*lfat

UNA SOLUCIÓN DE BALNEARIO

Los barcob van Alamar

FUE un senador not. .--americano quien dejando el puro sobre el cenicero de cristal de su escri­

torio, de frente al presidente de la Coniísión de Comercio IE>cteTÍor del Den ariamente de Estado les alcanzó por detrás de li sorjñsa, esta frase a los periodistas: "—"No creo que nues­tros buenos amigos latinoanciericanos insistan, con esas medidas disciimi-natorias contra los barcos de bandera nortea-tnericajia. I>e lo contrario, nos vereiTios obligados a aplicar ios ti-a-tratados internacionales que protegen nuestros intereses"'.

Ocurrió hace dos o ties dtas, unos cuantos más a partir de la ceremonia de clausura de ALAMAR, ia reunión de armadores iatmoajuericaiios que se hizo en Punta del Esce.

Cuando haya que escribir la histo­ria sigloveintina de este país, habrá que empezar así: "Había una vez una Repúbilca que se llamaba Punta del Este, situada ñ-ente a la costa orien­tal del Uruguay". Allí sucede todo y esta página está dedicada a recordár­selo. Los annadoies latinoamericanos, entendieron que era necesario poner­se de acuerdo en la política a seguir írente al establecimiento de ALALC, de acuerdo en los fletes, en las cargas y descargas, en las previsiones de vjt intercambio que,, por el momento, sólo sirve a los británicos y norte­americanos que están dispuestos, por su parte, a liacer las necesarias con­cesiones, antes de perder la plaza.

Impuntuales, turisticos, polémicos, los delegados a la conferencia distra­jeron entre Tiaño y coclctaiL, la mayor importancia de la reunión. Se fueron por las ramas tratando de ubicar una sede para ALABtAlt, en lugar de abrir los ojos ante La eanbestida que «e les anuncia por los cuatro costados.

Hace algún tieanpo, el Ejecutivo resolvió que los barcos d.e bandera nacional traerían a nuestro país los productos importados y que g:ozarían para ello de una. gran libertad de gra-váiraenes. Italia e Inglaterra pusieron el grito en el cielo enviaindo sendas notas de protesí:a al gobierno uru­guayo por vía diplomática. EL cole­giado se mostró firme esta vez, y respondió que ñe ninguna manera consideraba, discriminatorio, un tra­tamiento que muchos países del mun­do utaizan para la. protección de su marina mercante Todo ^ fue que­dando en agua de "borra.jss. Los arma­dores británicos en Montevideo in-Titaron a 2a Adroínistración üacioital de I*uertos a discutir él asunto y a ponerse de acuertiü. Ifadíe sabe sí se Hevó a cabo 3a discusión, sí se hi­cieron por lo nnenos los trámites pre-Tios a las negociacíoiies- I^ reunión de ALAMAE, pareció rcna respuesta eoníundeHte a este cníredícho. No «bstantc, todo quedó en la discuáóa cutre Montevideo y Valparaíso para eonv rtírse en sede del organismo y ^ linos cnanlos tragos de buen ^v^a. XA ±rontera vcbrm a esfumarse en el maiv en eae misrao mar que los nor­teamericanos reclaman alioira, por* tp» migo ddbe babene escapado da te Temñfin m;»"' ellos poncit las

n-remado. Parecta decfe ri^ senador de inaxrast *—Est4 hkm. t íncgiMi pao BB tanta^

V ARIOS aüos actuó Mario S&gredo de interventor del Consejo del Niño, hasta que renunció hace

ya ülgunos dios. Su dimiszán llegó después de la muerte de Juan Manuel Carro ("Marcha SfKII¡6?)j pero no fue^ por supuesto, consecuencia de aquel epi­sodio tTistisimo que debe andar consiguiéndose el n-e-cesario olvido^ en algún expediente de esos que ja-mcLs llegan a pronto despacho. Segredo había prome­tido su renuncia mucho antes, porque él misnio era un yerro tremendo del Consejo del Niiío. Cuando le dijo a este redactorj que él estaba acostutnbrado a adminisirar la Sección Abnacenes y que iin buen dia^ se vio de jnanos a boca con el nombramiento de "in-te'i'~>/entor", estaba confesando no su responsabilidad en el asunto, sino la enfermiza abulia política de qideyíes superan el colmo, cada ziez que deben aten­der sus compromisos partidarios. Segredo se jiibilard o se jubiló, no sé, con el sueldo de interventor. Es una manera de "cumplir" desde atrás de los escritO' rios donde se reparte al menudeo un país que ya ni alcanza para los pocos qite quieren vivir a su costa. El Consejo del Niño que queda allí,.con sus interna-dosj con sus hambres, con sus historias, increíbles como si se tratara de un bañado al que hay que seca^ para cons'mir el edificio imprescindible,, pero don-de hay alguien que riega constantemente, con inca­pacidad, con egoísmo, con una inquebrantable pa­ciencia para sosegar el apetito intrasferible.

E L. C del JV. se vio de pronta co-n. su prmcipat cargo acé­falo. Había que -noTnbrtn- itíi STístltuto de Segredo, un director y •presidente, esta. vez. que reuniera las COTI~ ríícioTjes •por las cuales se h-o-ii qu-eoLado afónicas las hiLSTias sTííeTiciones. Y la. -política- nTugnaya. conteuzó a maquinar sus plimes. iVttdie sabe de d&nde t?Í-no la sugerencia, pero lo TTíás •probable, es que haya surgido en UTLE de esas ruedízs cftie se arman en Punta det Este, al atardecer, hajo los pi~ nos, cuando el gobierno _sacu.de en wn vaso de scotch. ct dcstíTio de la Rep-ublica. -f así surgid el nomí>TG del paire RoTTOós. de ese cura espléndido 3/ sacriiftcodo pte desde six capilla, de Kl Tala, lia venido sustituyendo con una fan~ tosía, TLTt ardor y itTt trabajo fo-nnidíiblcs, a este iTiexpticíi-hle C. del N, Pero el jiárroco -no era sÍTapternentc el sacri­ficado que se hiísca para- echarle encima toda la responsa-'biliáad de un desatino^ era algo mis if algo inenos, pero él, seguram-ente, no lo sahia. ITra gobÍemo„ blcnco chora, CTP--jírendedOT ctwmdo se trata de voltear " la Tlniversidad o de hacerse él distraído cuando hay ruido de tftcyonetas en ia calle; un gohiemo que plainteó la primera vn.i<Aatir>a di2 xíTra. u^Jíiversidad católica en eC paTlarrtento, que co-menzÓ x decir "si Dios quiere", cuando ya ni el Tnismo Dios quería, n-t había elegido sólo un capeza. de tu-rco para, sus aSanes de siipertriccncML para sítcí&Ie el cuerpo a wn. deber qws TÍO se ctiirtple, y Que no se arregla, cou la aventura perso-rí.a.1 y rornántica. de im cruzada de la solidaridad fiumanza. Los frases precises, las ftZeícs -m-ayores tales corrto "pla­nificación económica", "reforma agraria", "cultura^', "hon-rundes^, siguen foimia:íido para, ititestros gobemanies, una geografía lingüistica (LescabeTlcda, una. desprestigiada ban­dera de Zos que vienen a vrUerruTn-pir el -veraneo para gol­pearles el homlbro ya causíido de la iTídifereTída.

En et Consejo d£l fTiño, los tálleres estaba-rt vacíoa s clausuTíiíiosí los maesirox contratados hace diez años, se- i srnían cobrando seisciento» esos por mes, uiwt escucEa, un 1 cula donde se enseiíaba lo que se podía, venia <i stistituir I el conjunto orgánico de Ca recitpcracióm social y citTiqíta ' los instiíutos priTicipaEcs estabor» ent manos de funcioJía^rio» administrativos, lo que i^mporUib^íL ahora, era señalar el can- i didato pura. Director, el -próxinto jtibiEírdo del poTtido con méritos suficientes como para que los correligionarios no J discutiesen, su nombre. E'íitOTices toa políticos, pisaron la TTiLsma eriKcjecida piedra d« un* esttipider que ya hizo líistoria y repartiendo los uoíos correspondieitíes, Zlesraron a un acuerdo para desigTKsr a un m-aestro. X X X ^—^X

N ADIE, ni el Tntsniísítno Satanás, es capaz de dudar nn sólo ÍTisíantc de la capacidad directriz, del conoci* míeuto pedagógico -y el sentido de organización y la ^loiiraáez -y la severa especialidad del flainayite Director, porque nadie conoce nada de su actuación, en este corn-jyli-Cfido csuTiío de la recupcraciÓTt social de los menores in-adaptados. Lo que se califica duramente, es el tróiTtiíe det compromiso, la reuoipada to3ude2 (¡hasta cuándol) d« quienes tienen en sus manos el resorte de unu tarea sei-te-jante y son capaces de sorprendemos, todairía, con esta ra.ii-cia solución del asuTito. Aíicníras tanto, Tnientros etlos «c divertían, jvgando a les más fuertes, a los nías sractoso» e iníetiecníes, la Ke-dcTaciójt. tlTuguaya de Magisterio pensaba por ellos en la XiX CoTCueTicíón Aiiual de mo atros,. reunida a principios de enero en Montevideo. En. itíwt declaración d« principios, la Convenoión señalaba: "La coristencaa de un estado áe-socrático implica en primer término y de manera inde-cIíTMxble, él respeto a la autodetermAnat^ó-n. del hombre c« sus valores coTnplejos: rcltídón,. filosofía, polifricar auto-ds-tenrtinación que sólo esté garícrttizada mediaiMc la educa­ción latctt"*. ^¿Qué es ese tarullo, Torterolo? Vavd a averiguar: am habrán dicho los wmables y siempre convencioTiales del mul-tícápiíe. Y Torterolo, por supuesto, no escucltS- nada. No oyó que el ahorro de Segredo haita ham'breada a tos -in' temados del Consejo, que faltan medico sicólogo^, soció-logos, talleres, materia prima., hogares de seml libertíid, aulas para evitar el haemo«rtÍento, centros de educación co-cacioncl, creaciÓTi de una tolsa de trabajo para la pro/ilox''* •y justicia administrativa pora los funcioiíarios docentes. Allá^ en la costa del mar, el fin de semana es itno 3U-garreta donde se rn-penta la próaríiho zancadilla al contra­rio, una fiesta de "streap-tease" para la irresponsabilidad. La Conv^ención sabe que no lEcíra a intcrruntpiT la crlotoiía siesta de loa gobema-ntes, pero resuelve: 1) La creación de una Comisión permanente en el seno de la FÜM^ para el estudio ¿ríiaiLsíÍTJO de los probCcmas que anteceden -y Eos que surjaTt en el transcurso de todas las actividades docen­tes, en et organismo (et C det JÍJ. Z) Que en esta Com-isuin. esté Tepresentada. la .asocia­ción de ílTaesfros del Consejo del Niño con dos delegados. 3) Dado el carácter social educativo det Consejo del N^iño que lo identifique corita un organismo esentñalmente docente, es aspiración de la 3QX Conrenctón, qwe la pr<f sidencia del Consejo del 2fiño sea provista por zm maestro. Como ustedes ven. sólo ptdcn lo que es tmposíblc no cumplir,, que un maestro se haga cargo de sus alwrnncs. Los gobernantes han cumplid» y nofribraron t«t maestro, uno de ellos, por supuesto, político, ex diputado, de guíen TWÍ-áie puede dudar un sólo íTisCarate en lo que a sta aptitud'^s desconocidas para el cargo respecto. Pero hay tina irrej7i> sible nis cómica en todo esto, un. acertijo maligno y de­crépito que les sirve aú.n y se d^iertden. con- el; Jiaft co^l-formado pero no han confirrrtado. A-ítíes del comaral, u-ra reina es poco para este ¡Montevideo- cabezón y dtegre^ nue­ve re-tjes sñn corona, me pare-cen el ntejor rebato para Los turistas.

Punto y raya V EAJí ustedes: mientras en él ha-rrio, los rnucíuichos se amon-to-nan para, escuchar el coro de Los I^uevos Saltimbanquis que está ensayando en. la caViis, en, otros lados Jos -urugua-yos se divierten con. otro esttio. La fiesta del Bosque en Punta del Este, es un -modelo de ^a-cia e víigenio, -yo diría, un campeo-nato de turremos- Alguien me dedo, una vez, que nnuy poca gente comin­ee el lytUneario más famoso de Ja República. "Fíjese, cuando uno está fuera del 'camelo' no eriHende nada:, pero cuando está adentro, todo lo de afuera le parece camelo''^ Los pTjavtaesteños (¿está btercTJ se deéjccm a. correr o a cazar era el bos-que- Ciumáo se presentaJí al control •de la -pnieba, deben, hacerlo -vesti­das con. -medzas distintas, sin. zapar tos, gorro de papel, barba y "bigotes pintados; tina bombita de 1-uz con él fUajnento tpiesnado; 14. piSiasz tisia medSa. con Zt agujeros (si te aotra o íino pxicde íTuorf rseCo. , el íxÓTTte-ro del coeíie t^en znsábZe ¿pero bien €Í?Ji OTioCítr cntmtax muías recorrió en esta eiepa desde Las Brisas hasta él Tiotél Las J^eUczas; frente a erte hotel ciar -una lata, gcTitSeza del cliib. Que arrastrarA hasta, la Jíe^or-da fo 'toda la vida, coya icrzo a stt-her); preserttar una finita de corrar-trué^árt casera fnada de Bartolo: v responder a estas dos jneottxtas: £Cuáatox i^omaa tíejte la eavotttirtí de. la 9end3t«t adhesiva Btmnaplast? y ¡Caál es Is mores de asMt» V e^ iMionees-Qsc «ads m ssadM ss X90 c» JCcmievIdeor

Toar« PAÍSES SOCÍALISTAS y MEDIO ORÍENTE

SAU3>AS: 19 Y 26 I>E MAP O. 2 "T 9 DE ABBIE. CHECOSLOVAQUIA, R- D, A., POLONIA, HUN­GRÍA, U.R.S.5.r RUMANIA, BULGARIA, GRECIA

E ISRAEL. Asistiendo a los actos del XXI aniversario de la Su­

blevación, del Gbetto de "Varso-via Festejos dd 1' de ¡Üayo «ai Moscú, celebración de Pesaj CE'ascaa) en. Israel, eíc_

Vistas a Viena, Ginebra y Paiás. Jet de SAS, tMéLem pensión y excursiones fnclnídos. Fñionciadón eo 18 meses en peso» uruguayos.,

InfoTines e inscxipcloxiesz

VIAJES CONTINENm S. A.

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Cí- oEasfo 3e carné a MoiiTevi3eo, sigue jSrovocanHo ógucicfS po-lémicas, mientras la Junta Departamental de Montevideo

3ebate la proyectada Ordenanza que eliminaría el régimen do permisarios y entregaría el abasto en gran parte a empresas fri­goríficos establecidas y autorizadas para exportar. En el número anterior de MARCHA ofrecimos la opinión del Presidente del Fri­gorífico Nacional, de un autorizado vocero de los permisarios y de un edil de !a U.B.D. Hoy continuamos nuestra encuesta me­diante otros repórtales. Por EFCSA, contesta nuestro cuestionario su gerente, Sr. ABEL FERRANDO; Dor los obreros frigoríficos, el Directorio de la FEDERACIÓN AUTÓNOMA DE LA CARNE, en un reportaje de carácter colectivo. Al frente de dicha Directiva se encuentran los obreros Sres. DANIEL LENIN CONTRERAS CPresi-dsnte) y JOSÉ GUTIÉRREZ (Secretorio).

Los lectores podrán conocer así las versiones de las partes interesadas en la cuestión. MARCHA seguirá brino'ondo sus propias opiniones en forma editorial.

Ferrando (EFCSA): "A costa del mercado negro". • ¿Qué opimón la merece el pro-yedo de Oxáen^nsa sobre cJ abas-lo monteTideano?

Voy a contestar la pregtmta y este reportaje, sobre 3Q inanifestado por anteriores reporteados en el último número de MARCHA. Kefíriéndome en primer término a la exposición del Edil Dr. Moreira <iue tacha de "inconveniente, ilegal e inconstitucional" el proyecto de orde­nanza, y aunque ^ aspecto jxirídico

sobre cualquier tema es materia opi­nable, no son —a mi juicio— de reci­bo tales reparos, si se tiene en cuen­ta Que en cinco años de vigencia del régimen llamado de abasto libre ins­taurado el 5''6-/1959 Cese si qu& sin género de dudas "inconveniente, ile­gal e inconstitucional") bubo tienipo más que sníiciente para su derogación y siostitución por otro conveniente, le­gal y constitucional. Pero si la Jimta Departaxaental y el Parlamento, en sus respectivas es­feras de acción, son los llamados a legislar, es imperdonable que estando en juego fimdamentales intereses de la Sociedad, se mantenga im régimen »iue está probado: 1) Alenta conSrü la salud de la población, debido a las pésimas con­diciones del mataderismo, irutó del régimen.

Monfewideo y su ahasio

2?) Feíjudica a la economía na­cional. La Junta Uacional de Carnes y otros organismos, inclusive el pro­pio Frigorífico Nacional, han demos­trado las pérdidas multimillonarias Que origina el inadecuado aprovecha­miento de la res a través de ia íaena del mataderismo. A esto se agrega la imposibilidad de una mejor selección para la exportación, 39 Es un Jactor de inestabilidad Eoclal. La faena del mataderismo re­duce el standard de vida del trabaja­dor, cercena aportes a las Cajas de Previsión y es motivo de perturba­ción en el gremio d' los trabajadores de la carne.

9 ¿Puede a su juicio la Jujita De-pariamenial encarar la solución de este problema? Indudablemente que sí. El informe de la Comisión Especial sostiene, a mi entender acertadamente, "que co­rresponde al Gobierno Departamental legislar y regular en lo que se rela­ciona con el abasto de carne a la po­blación, tesitura firmemente respalda­da en lo dispuesto por el inciso 29 del Art. 35 de la Ley Orgánica Muni­cipal N 9515, cuya redacción permite concliur sin reservas acerca de las amplias facultades de los órganos rau-nicipaies en este punto, se basa en el estudio de antecedentes que nos lle­van a la conclusión de que desde la época colonial, y sin interrupciones, ha sido competencia de los munici-

¿Quien pios todo lo qxie se relacione con d abasto a la población". • ¿Considera Ud- que la oidenaaa perjudicaiia el patrimonio dej Frf, gorífsco Kacional?

El Sr. Presidente del Frígoriíieo Nacional dijo que se "liquidaría sn patrimonio". Funda su aserto en quj "el Frigorífico Nacional está conca. bido para una actividad industrial mf. nima de íaena de 1700 reses diarias* y que *'en consecuencia ese cercsna, miento liará imposible su subsistea. cia, originará el desempleo masivo (1« su personal y acarreará iin inevita. ble caos laboral". Naturalmente que estas gravisiinai consecuencias, por lo menos, impra. sionan y naman a la meditación, p©. ro un simple análisis de los antece. dentes demuestra su inconsistencia En efecto: 1700 reses diarias en 305? jornadas laborables nos da un total dfl-510.000 reses al año. Pues bien, ^ Frigorífico TTacional, desde que se ins. taló el régimen de permisarios ha des.' arrollado la siguiente actividad, íi. cluyendo el ganado de los permisarioi;

1959 142.719 Teses ' 1960 292.764 ^ 1961 303.622 ^ 1962 315.90S « 1G63 317.897 „ Como tampoco con el réginten attíe«" • rior el Frigorífico Nacional alcanzó léi cifras para las cuales estaría coEce-bido, Iiabrá de convenirse que sai

Versión naciottat del desarrollo por Carlos Marta Cufiérrez

AQUÍ ANDAMOS, PLANIFICANDO Quienes vengan observando con atención el proceso previo a

• la planiücación para el desarrollo que está cumpliendo desde hace más de TXTX año la Comisión de Inversio­nes y Desarrollo Económico, no podrán menos que mirar con cierta desorientación —aporque los resultados no corresponden a las expectativas— el texto de los decretos llamados "de ins-t2tucionaiizaciÓ32 del CIDE", que el Poder Ejecutivo ha promul­gado recientemente.

EL trámite real de esa instituciona-lizacíón ha sido largamente do­cumentado en la prensa, en los libros de visitantes que se llevan en las antesalas de los Consejeros y en .los círculos áulicos que tienen contac­to con la Alianza pai el Progreso. 'Y, Eámplificando un poco las cosas, puede decirse Que esos decretos, más qtie el producto de nn convencimiento de go­bernantes bien informados <¿. cuántos ConsejeiTos Tíacionales, cuántos ISíinis-tros, se le han animado a la lectura ro~ tal dd "Estudio- Económico del XTru.-gaay" redactado por él CII>E?> ban Eido la obra de dos circimstancias; la obra de un grupo de presión perfecta­mente constituido —ia Ccmisión Co­ordinadora del DesaiTOllo, o COM-CORDE— y ía 'orgencia con que nues­tros íjnanciadores norteamericanos •de la asistencia técnica erdgen por lo me­nos la siniulacíón de que nos preccu.-pamcs por el desarrollo económico-eocíal. Para trabajar, _ CIDE recibió el visto bueno del Gobierno poríiue, jnn-to a iraa serie de técnicos nacionales de inspiración izniversiíaria Cen éi sen­tido con Que miesíra Universidad lía enfocado él compiejo polítáco-soeial) ixabajaron especialistas del Hamado Gmpo JísesoT de Planeamiento, for­mado por ia OEA, el BID y la CEP AL; es decir, por<xue contó en su seno con representantes de organismos qne sos-üeneii dentro de Anaéríca ll<atfoa doc­trinas económicas y políticas <iue fal-Se3n_ Is xaterpTetaaón áe la realidad continental y, en el caso de IGS dos primeros, están abiertamente al servi­cie del irsperialismo norteamericano. El íiandlcap Cfue para cma real piies-ta a punto de los problemas naaona-les oel desarrollo signiSca'ba ia presen­cia dei Gropo Asesor de Planeamien­to, fea sido aparentemente snperado en el inferáis déí CTDE. Según lo crne se desprende de ese tral>ajo, ios especia-issías del Grzzpo Asesor <tí>dos ellos de bnDaníes antecedentes) en ej. aspecto Kxetoctaló^ocf T^^es^itstxfn isna ayuda.

imt>ortante para la tarea de Téíeva-miento, y en la parte conceptual del Informe se emjmerarL con franqizeza los defectos de estructura Que fean parali­zado nuestra economía, río menos cier­to es que, pese a su objetividad, el CIDE se ¿a. declarado por smn modz-fícacíÓTE de esa estructura y no por una sustitud&ji de la misma. Es decir, en cierto modo lia tomado partida por el mantenimiento del status. 'Ill mon­taje de nn proceso de planificación —se expresa en el informe— es ima tarea lenta y complicada. Ella requie­re definiciones previas sobre su sen­tido, las cuales deben estar esiñctc-mente condzdonadas a la estructura económica y c los sistemas sociales y políticos de cada uno de sus •aa¿ses " subrayado nnestro). Y adelante coa el mismo concepto de coirLcit&r en su tomo a los sectores deíentadores del poder (jue animó al Plan Francés fy que está llevándolo a su desvimiacíóa en manos de iina oligarcnía burocrá­tico - económica), el Informe postula —refíríénaose _ obviamente al sector empresarial— ia neceádad de "con-cen-cer a remisos y reticentes de qae el programa se bace para aprovechar me­jor de los recízrsos y no para dísnñnxdr la libertad de elecciórr. íSubravado nuestro>. El CIÜE iia elegido, pizes, ia cola­boración, como dice en su rnforme, "con todos los sectores ídirigentes, em­pleadores y e^mpleadosj a todas los ni­veles". Pero no bace falta 5r nfíxy le­jos, desde ia labor de gabinete s la caHe, para darse enenía de que él ve-laz. enriquecinñenío de una ñne'a cla-se profundamente imbricada en los cuadros de gobierno, la desímctáón Eístemátiea de la dase media a través de la nefasta acción del Mmisíerio A22Ínj y la debilidad y desínñón de la f¿Lase obrera urbana, ban profvocado nna relación _ de poderes dentro de nuestra socíeGad conde los n eoíos de presión y el ejercicio real de las deci­siones caen claramente del lado d sector enipresarial y de los dírísecte*' polítJcos del sector pública

Esta objetividad de manual, donó» todos los sectores sociales son conside­rados idealmente con iguales posibili­dades para influir dentro de ia orga­nización del planeamiento, puede 3er .utilizada en un documento previo co­mo lo es el "Estudio Ji<conómico del Uruguay"- Pero comienza a ponerse en evidencia como una falla importante en el enfocjue que él C1I>E tiene de sus ofeieÉivos, cuando infonna la ac­ción práctica. Aprovechando esos pos­tulados de igual acceso a la actuación paralela al CEDE (y aún dentro de él, como Se prevé expresamente en de­terminadas proposiciones del Informe), es que la burguesía nacional ba mo­vilizado activamente sus fuerzas para obtener una "institucionalización" del CTDE Que sirviera a sus finalidades de supervivencia sin cambios básicos. "Z él COMCOÍIDE, que está compuesto por diez o quince entidades empresa­riales de primera fila, incluyendo las agremiaciones ganaderas, industriales y comerciantes, parece haber ganado ia piimera batalia. Tin Consejero líacional a quien tma delegación pregtattaba. casi dos meses después de baber sido dado a publi­cidad él Informe del CLDE, su opinión sobre él documento, contestó, algo tur­bado: •' odavia no lo be leído, saben? a bija tiene vacaciones muy pronto, y pensaba Hevarlo conmigo cuando nos trasladaríamos para afuera". Ese nñs-mo Consejero agotaba su Jomada, en esos días, en un entredicho entre el Poder Ejecutivo y el Municipio de Montevideo, procurando soluciones en él reparto del PlaniHado. Así, mien-tras_ la ignorancia y la desaprensión se Gabán por él lado óéi Gobierno, y ía carencia de autonomía y prerroga­tivas de hecho mantenía, al lünDE °en m3a inacción esipeetante, los sectores empresariales lograron -nii primer tan­to, con los famosos decretos: Quitar al CEDE la autonomía que el Contador iglesias y sus _ colaboradores habían planeado cuidaaosaraente, TT encargar de las óecis^on^ inlásl&s sóhre «a de--rollo a. un. Comité que mtegran los i.íññstros; es decir, j>oner la tarea pia-mncadora inicial en manos del "oaríido gobernante y de sus políticos de Co-mite. En su proyecto del "líecreto de Crea­ción del Servicio Asesor de Cooi üca-Gon y :Pl3ne3mJenti> dél DesarroSo fcconomico y Social, ctenendieníe - el Conseso Nacional ae Gobierno los di­rigentes del CIDE, con la experiencia que da a. los tecnócratas su mrolon'a:-da lucha con los polítfcús, habían ; a-íjoraao con inteligencia -una: fórmula ^e dejaba & los espetñalístas libres «€ i5 luleifereDcis ae 2s ígnozszieia o

él entroinetimiien.to gubernativo. El mw ' tículo primero del proyecto creaba, co»; mo Servicio Asesor de Coordinación jg: Planeamiento, que sustituía alCIDffi'-mi complejo organizativo que indi " a) él Consejo Interministerial de De«i Sarrollo Económico; b> la Oficñta ds:" Planeanoiento. c) los Comités de COÍUW' ; dinación Económica, -i " El Consejo (con ironía quizás invo* Itmtaria, también llamado CIDE) í*- • taiía compuesto por los Itlinistros ¿i -Hacienda, de Industrias, GanaderiJ Obras Públicas, Itélaciones Exteriores 7 por el Director de la Oficina deí,. Planeamiento. IHJS Comités serían or* • gELnismos consultores integrados pot ios sectores público y privado. PEsní la verdadera autoridad iba a serla. Oficina de Planeamiento, como paedí verse encaminando el prolongado capí* tulo de sus atribuciones y relaciona '. con los denaás miembros del compl"' pianificador. . ' El decreto del Poder Ejecutivo qn* -sustituye esa refinada fórmula, tan lar- ^ gameate meditada por los espedalistai del CIDE actual, fue más directameo!' te al grano. Simplemente, la ComKifflí de Inversiones y Desarrollo EeonÓEoí' ; co está integrada en el futuro pord SíOnistro de Hacienda, qu.e la présiíSl rá, de Ganadería, de Industria de Be* laciones Exteriores, de Salud PúbMd y de Instrucción, Ademán podrá üíte* grarse cuando lo considere neeesanO -con los demás Biünistros, Directores « . Entes o Servicios, y" Concejales. T <* -te admirable eonglonaerado, por el «•-gundo decreto, se abocará Ctisandn, evidentemente, la profunda versadáfl-en planeamiento para, él desarrollo -poseen, por ejemplo, él señor Alejan* dro Zorraia de San. Martín, él doctor Aparicio Méndez, el señor ¿edo Arrfr yo Torres o él segundo sypleníe <^ cotacisía de algún Dírectoiáo de ^' ' ja de JnbiIaciones>, "iDjnedJstsmsra , a la formulación de un Plan I-jacáraKi., de Desarrollo Económico y SocraT, _ que íncXuyenr "Vrn plszr decenal pai* él período 1964,-3". "un pian trienal ra él periodo 39e¿-66- que cGiripr€9ia» las reformas instltueionales y de of ganizací-ón necesarias", y todas "lasa»!, aidas ds política económica y el or*" namiento ae la. inversión públicay • orientación de 2a privada, tendiW al incremento de la producción, ^» ¿£^eüe creerse que esto es se^ ¿Pnede creerse que to<ia esía i '*'^ zacióa vaya naás allá de la masc ^ burocrática a que nos üene scostiffli brados él régimen? Pero esta deirai tuadón de los fines —de los mínnw* Bnes— que él CTDE posttdó en sa i forsse, qire ccnaíensa T>&T desphtnar-o ínst'-urnental aconsejado, puede ^^-^ cumentada más deSnríívameií& J™ una próxima nota, analizaremos _la »*• sia en qoe éi CUÍE proyeció los < ganísmos de planeazniento, y qné »" que salló eccínadc entre el Toáes: -^^ cutivo y fjjs Bsotáaáos ¿^ secUS' ^^ pi esar:¿. — "

repartirá la carne? pwr Eévardo ^ar»Mé Coi» ««]

-otras las causas de los males q«e aquejan al organismo. • ¿Cree üd- entonces que la solu­ción para el abasto "podría. lo­grarse medianlo la adecuada capi­talización del FrigoiiBco Nacio­nal"., tal como lo ha dicho su Pre­sidenta?

Mi experiencia en el negocio de car-íies rne permite afirmar rotundamen­te que por el contrario e3 el abasto • el que capitaliza a quien, lo ejerce. Sn efecto; el ganado se paga CTL plazos Que llegan hasta ios 45 dias mientras que la venta de carnes se realiía al contado. Los jornales se pa­gan qulncenalmerite y los salarios mcnsualmente. ¿Cuáles so SFCSA en :n las asDiracicnes

aíeria de abasio? de

En primer término reciiaro enérgi­camente la aiirmación. del represen­tante de los permisarios al afirmar que "desaparecidos los permisarios pe­ligraría el abasto de la capital, el Na­cional se vería apremiado- cuando no desíi-uído y EFCSA guedaria dueño de la situación". EPCSA sólo aspira a participar en el abasto con la cuota parte Que se le fije, en el bifenentenclido de c.ue una ordenanza adecuada na le resta­rá al Frigorífico Nacional una sola res de Su actual faena de abasto, es de­cir, tomando en conjunto la faena propia y la de los permisarios. Bn ©"¿as palabras, <¡.ue nuestra par­ticipación se baria a costa del merca-, do riegro. No existe, por lo taato, tal peligro de desocupación en el Frigo­rífico Nacional. • ¿Qué puede decimos XTd. en cuan­to a ^ ganancia de los permi­sarios?

Que las cifras que se kan n ane-jadü no son "pura fajitasía". Convie­ne no dejarse confundir excluyendo la utilidad del carnicero pues, como se ña dicbo en el Senado de la Repú­blica y por los propios interesados, la actividad perm3sario/carniccro es una sola. Por lo demás, al tratarse de la -actividad de abasto no puede excluir­se la del mercado ttegro. Montevideo Consume aprosámadamente 100 EnlHo-nes de kilos de carne anuales y estl-maiido la ganancia bruta conjunta en una cifra superior a los $ 3.00 por kilo, se deduce qne la cifra de unos ? 300.000.000 anuales tiene su funda­mento. Pero, si ^ta cífta es impre­sionante, no lo es menos la confesa.-da por las propios lepresentaates de ios permisarios en cuanto a la ñtilL-dad referida al j>ermisario solainente. Las conclusiones del representante' de los pennísaiios son las siguien.-

íes: XstimaiL en les. SO.OOO.OOO las ea-tregas legales de los permisarios y toman com.o promedio una tarifa al maj'-ores de $ 5.00 por kilo, lo oua importa una entrada bruta de pesos 300-000.000 al ano. a lo que aplicán­dole la ganancia que autoriza la ley de junio de 1954 del 5%, resultaría q.ue la actividad escclusiva del permi-saiio arroja una utilidad de quince millones de pesos. Repetimos ciue el permisario no po­see planta indiostrial, ni maquinaria, ni eq.uipos, ni transporte y como es I2na actividad de estricto contado el capital original requerido para des­arrollar tal actividad es inferior a ua millón de pesos. La ganancia para la simple tarea de compra de ganado significarla pues una utilidad del mü quínienjos por cíenlo anual sin capi­talizar los intereses. No hay actividad alguna en el mun­do que arroje semejante porcentaje de ganancias.

CONO SUR de Hiber Conferís

SIN HORIZONTE de Claudio Trobo

la. y 2a. Slencióa Sel concurso <ie narrativa

**Marcha*' - 1963 EDICIONES MARCHA EDITORIAL MEDINA Tnstán Narvaja 1547 TeL 44100-45800

Federación de la Carne: "El sueño dorado de las empresas exiranjeras". • ¿Qué opimos les snereca la Oxde-nanza sobre abasto d* carne a estudio da la J. Depazlamental?

Nos hemos manííestado en coiLtra de la misma; existe ya al respecto una solución del congreso de delega­dos, en él cual actúan representantes de todos los frigoríficos. En primer Lugar, dicha Ordenanza es ilegal. H/J han afimaado los mejores juristas del país cuyas opiniones se cuentran en el expediente de la comisión de la Junta Departamental que trata tí proyecto. En éste ae deroga —por una simple Ordenanza tíl monopolio de faena del trigonal. En segundo lugar, crea un agudo problema social, pues significa un atentado contra el Fri­gorífico Nacional como fuente de tra­bajo para cuatro mil obreros y sus respectivas familias. En tercer lagar, puede crear im problema sanitario, dada la gran caüdad de la carne del Trigonal y las garantías que ella ofre­ce para la salud de la población, la que no puede asegurarse de otros fri­goríficos. En cuarto lugar, no extsiirá. garantía en los precios, pues nadie

puede garantizar que las enipresas abastecedoras tengan, menos apetito de ganancia que los propios permi­sarios que el nrismo Concejo ha sido incapaz de controlar. ^ ¿&tán da acueido Ods. en que permanezca el légimen de permi­sarios como en la actualidad?

lío estamos de acuerdo. Lo hemos aceptado como solución transitoria pa­ra, reiniciar el trabajo que babía su­frido en aquel entonces una parali­zación en el Frigonal, de tres meses Coctufare. noviembre y diciembre de I9S5). Pero la supresión del régimen de permisarios no puede servir de ex­cusa para la destrucción del FrigonaL • ¿Quién debe qiiedar entonces a cargo del abasto de Monterideo?

El abasto debe ser realizado por él Frigorífico líacionaX El trabajo eva­dido al mercado negro debe ser de­vuelto al Frigonal para que éste au­mente su producción y de esa ma­nera, rebaje sus costos. • ¿Pued» al FrigonaL an sus con­diciones actuales de desenvolvi­miento industrial T comercial qixedar a cargo exclusivo del alwslo de Montevideo

El rrigonal debe ser capitalizado con tm rubro especial de •*'abasto", con una cuenta Individual 'bancaria, administrada por una. comisión. Tri­partita integrada por él Concejo I>e-partamental, por el Poder Ejecutivo, y por el Frigonal. con control obrero. • ¿.Quiénes son los interesados en. qus la Ordenanxa resalle Gnal-mente aprobada?

Siempre fue el sueño dorado de las empresas extranjeras, lograr, median­te la posesión del abasto de carne, el cierre definitivo del FrígoríQco Na-(ñonal. Hoy esas mismas empresas, ent la cual sus capitales se naezclan. con intereses nacicaiales, deflenden. loa mismos postulados con las mósmas in­tenciones. • £Deb« defenderse entonces a toda Costa la sapervirencia del ITacso-nal?

El Frigonal, pese a todos sus erro­res corregibles ha sido la defeiisa del productor, óe la economía del país, del salario del trabajadí»r x del pue­blo consxroaidor. Al productor le ba servido como ente testigo GD. la ta­blada y le ba defendido sus precios des(3e e3 mismo uiojaento de su crea­ción. Al pa ba servido por su pro­pia estructura, en la cual no influyen intereses creados nacionales ni eactran-jeros. Para los trabajadn es ha sado una defensa invalorable de sos sala­rios, ai mantener las puertas abier­tas en cuanto a los reales costos de prodncctón- í ialmente, para, ej cozt-somídor, ba sido el níe testigo que ba snanífcnido en límites razonables el precio de venta de los productos de ia. cantón • _ La. nila de £utta vna se le IiBzft 32 Kz onal sí se aprueba la Or-denamau £^ importante?

n. Friganal. está capacitado para.

• En el próximo mí mero de MARCHA, publicaremos

las opiniones sobre el probl raa del abasto, del edil Rubén Pintos, del BatUismo de ia 15, y del Sindicato dei Fiigorífl-co Nacional-

faenar 2.400 reses diarias en 8 boras de trabajo; pero por la acción del mercado negro ba reducido su pro­ducción a quince guinches con ua promedio diario de 1,600 reses, de las cuales 300 van para conserva. El abas­to de Montevideo puede estimarse en algo más de 1.600 reses; el déficit lo cubre el mercado negro. Pero la Or­denanza no destruirá, ese mercado para lo cual se requeriría una acción decidida ¡lae no se cumplirá. ¿Qué garantía exi e que ese ganado del mercado negro que iibora abastece a Montevideo se canalizará, por medio del abasto legzd? Lo que va a ocurrir es que los grandes capitales, en libre competencia, le van a quitaír la íae­na al Nacional. Esos capitales no van a dudar en perder dinero al princi­pio, para luego ganar más. Incluso, tal como EE'CS.AL l(k bsce abora, no dudarán, ea seguir adeudando sumas millonarias a la previsión social, cb-tenieniio costos más "bajos. • ¿El Fiñgozíal lia Completado su po-ñbla volumen total da producción baío esle régimen de permisarios o dorante ú régimen aziieriox?

Ufo; pero ello se ia debido a cau­sas de mala administración. Habrá que reestructurar al Frigorífico Na­cional, además, de capitaüizario itara el abast». • ¿Una v«x entregado «1 aBaafo at Fngonal. se habría logrado la de-Szotiva solucióa. al problema?

No. Sí bien la medida inmediata debe ser ésa, todo en defúxítiva de­pende de ima. reestructuración total áe la Industria ganadera y de la pro­ducción agropecuaria que debe in­crementarse intensamente, Iiasta lo-gr-ax Un rendimiento óptimo de novi­llo por bectárea. Este rendimiento traidría que ser de un í 1/2 % por hectárea y boy,, en departanientoa ga­naderos es sólo de 0..4aíi. • En caso de s«x aprobada la Ords-nansa «qué medidas de lodxa •• adoptarían? Eso lo resolverá el CMigreso de de­legados. Seguramente se van a adop­tar medidas solidarías con. los obre­ros del Nacional- A los obreros no isa interesa que ri abasto se reparta, z«» ea solución sacarle novillos al Uacio-nal para, dárselos a otros; lo que tie­ne cpie haber es mas novBIos para todos; para las empresas, los obreros, los cmnsamidores y la exportación- L» qpie ocurre abora, en. la Junta, o esi •eg Parlamento qne sólo se atiende a la. 'VOZ de los «npresarios, nA a !«. da los obreros.

MARCHA —. Pásñw 13

los 4 puntos cardinales ,1 DE NUESTROS

Tel Avív CORRESPOrMSAL_ES

Lima DE NUESTROS CORRESPONSALES V SERVtClOS EXCL-USIVO^

Pr*stnte y iutuwo ife Bclivia Ocscfe La Pa^, por Jasé Manuel Qai¡a¡

PAZ ESTENSSORO HABLA PARA "MARCHA" © BoUvia no tiene taar pexo sí TEQ potencóal «ionae dé rsiiuezas. Yacinaientos de estaáo, de oro, de plata (el cerro de Potosí hace 400 años «[ue se ofrece generoso, &2 conquistador primero y a sus descendientes bolivianos des­pués); una selva que constituye las dos terceras pau-tes de su territorio; una tierra donde basta sembrar el grano pa­ra recoger en poco tiempo el fruto. EL gobierno reparte tierras y favorece la colonización. Si no hay trabajo en las ciudades, se puede •alir a recorrer el altiplano —"el altiplano boliviano tiene sentido y dimensión de cielo", dice Augusto Céspedes — en busca de ocp. BoÜvia quiere construirse y para ello debe conocerse'a sí misma.

TJn movimiento revolucionario en un país conio Bo-livia que tiene un 90 % de población indígena enfrenta problemas de difícil solución. 53. gobierno procos* allabetizar -sí Indio, «levar •u nivel ds Vids occldentalizarla. Se construyen escuela» y hospitales en todo él país. En Caraaa-•wi por eiejnplo —donde gracias a la amabilidad del 3>r. Pai Estenssoio pude conocer com© se está baciendo la coloniración del Alto Bení— se le­vantó un Iiospital con todas las salas y los ins­trumentos más modernos para atender al enfermo. Se inauguró tres o cuatro meses antes d.e mi vi-Bita al lugar y Iiasta ese momento no se liabíg presentado la oportuiudad de estrenarlo. El Indio •e resiste a los adelantos modernos. Prefiere la en-Jermedad tíopical xaás doloxosa a ponerse en ma­nos del médico. Elo indica en que grado de anal-fsbetisnio y de resignación -vive el indio boliviano, aunque es ein duda nna diíicultad pasajera qua «e Euperará con la racorporacióti de las nuevas ge­neraciones. Pero el ¿Jcito o el fracaso de la levolución l>o-fiviana está determinado por él mayor o menor ijgxado en que esté respaldada por \tn espíritu co­lectivo de superación. Si Cuba cumpHó sus cinco rftños de revolución es porque él cubano trabaja on íervor en la certeza de que está construyendo

'«£3gO. El indio boliviano no particq>Ó en la creación de EoUvia como país independiente. Se mantuvo el margen de los movimientos de ISIO. Sólo tiene Xa amarga experiencia de haber soportado malos tratos y garrote desde que el hombre blanco lle­gó a América. Hasta qué grado tomará con entu-fiiasmo, con, fervor la tarea de levantar una nación —construcción artíScial impuesta por el coiiq.uis-tador sobre los bombros de la raza sometida a la pregunta que cabe formularse, porque en la me­cida que ello se logre determinará ti alcance y las proyecciones del movimiento revolucionario boli­viano. Conversé durante dos horas coa él presidente Faz Estenssoro- Contestaba a mis preguntas con tranquilidad, <la. misma tranquilidad que le permi­tió dormir £a siesta cuando, en Oruro amenazabaa con la guerra, civil de un momento a otro) pero con respuestas claras y precisas.

i—•^ENTRO de treinta o cuao-enta años e te país I J va a tKier otra íisonomía, nie dice el I>r_ ^^ Paz. nos encontramos con im país desarti­culado, sin comunicación entre las distintsiK zonas. El ferrocarril y las carreteras concluían en los centros mineros. Construímos carxeíeríEs qi vin-rtJan él altiplano con la selva: estanios aumen­tando año a año nuestra producción agrícola y co­lonizando la zona baja, donde se ba repartido tie­rras y se fomentan las cooperativas agrícolas-• ¿El desarrollo de Xa agricultura l>ollrÍa7ia se concentra, era alg^Ttos Tv.lyros «n especUd, o se Tegistr4í en. una grai2 variedad de produ-ctos? •—W^Tj alza de nuestra producción de azúcar- de r* arroz y de alsodón ha sido verdaderajuente vertiginosa. En 196Z logramos abastecemos "de azúcar y de arroz. Cuando subimos ai poáear en 2S52^ él -TO % del arror que «onsumiamos venía del extranjero. Ea 1551 producíamos 3_467 tonela­das de aznjcar y temamos qne importar, más de 43 toneladaSL Construímos 4 ingenios azucareros y tendaos proyectados 2 laás país 1957, porque nues­tro eonsomo interno aontenta año a ano ccn gran xapidez y es de prever qae rujestra producción ac:-taal, que cubre siuestras necesidades, sea ínsufL-«íente deatro dñ dos o tres ants: • ¿El taanmnto úet constano vatervuy se debe «x-cívsivaaieTíte al «rectnzzercto vegetativit o Jvay fftra» cttasaa» que infUtyen. de •manera. coitsiderabJéT «-l lCESTBO eonsomo de azúcar ha aumentado i Im*^ 30.000 twwJaaas desde él año 151 a la ' íetíOL IS. coesczmo de arroz se ba multipli­cado por AM CB dies mños. EHO se debe sobre to-tfo « la ioeaepoawiÓD dd indio a Xa vida «coii6* •Btea ded pata: A nedida qoe nuevas :ftMnte5 de Ceaba<» ae aÍMCGi, «ne él iñcBo oicnentra: trabajo CB lom ingenies de «xúcar, ta las plantaciones de titgaáán, VDC "wm. C- colomzar la zona del JUto Benj

JK A B (C H A — Pcisimo T4

O de Santa Cruz, se íntegra en el proceso econó­mico y consume la misma cantidad de alimentos que los demás seres liumanos. En Bolivia no se ha terminado con la miseria; pero ese es un índice claro d& teíA lentamente «a va reduciendo. '' - La eclonizacidn ^ • BoZívto tienm toda ati poMacíán concentrada eii «2 altiplano. íwts •pñm.eras jamÁtics c¡ue vinie-ro» ol Alto Perií *« «STii.3Mi.T0n «71 los roitíES rico» «n mA-nerat y dijeron la zona, selvática a la. Tnrímo de I>ios. El flobierreo se ha. propuesto cprouechar-lati ¿cómo se está Kadendo ln colontzacifin de la» dos terceros pctrtca del territoTio boKtJxaTto? .—JpN" primer lugar tuvimos que terminax con la» r* enfermedades tropicales que habrían hecho imposible el traslado de los colonos a 1 parte baja. Después fue necesario construir carre­teras para comumcar las distintas zonas. Tendimos una carretera de La Paz a Santa Ana, pequeña ciudad sobre el rio Beni, que pone raí contacto aprovechando la cuenca fluvial, el noreste bolivia­no con la civilización. Otra carretera de Cocha-bamba a Santa Cruz Coue 3>ermitíó tí desarrollo de la producción azucarera) que es el pñmer pMO hacia la colonización del ^íe dci pais. Por tüti-m,o Tepartimos la tierra y facilitainos al campesi­no los métodos de transporte para trasladar sus cosechas. • Construir carreteras en él attlpUmo, perforando la roca y evitando los cciitln.uos derruníbes tze-ne q^íe szuponer unos costos Tniiy eletxrdcff. ¿Se coít-tó con a-zTíida e^rtranjero- -^irra «itrirlos o tocto cfí-rrió por cuenta déZ Esta-ilo boliowtno? — ONTAIMOS con ayuda e ítranjera, esí particu.-

C lar de ES. tni. Pero los costos se abaratan ^ bastante con la cooperación del ejército bo­liviano. El ejército trabaja para la revolacíón. I as carreteras, las escuelss. los hospitales se constru­yen con su colaboracióc- Año a ano levantan unas cien escuelas con un costo total que no excede les 2.000 dólares. Son los pioneros de la colonización de la selva-• Por otra, parte es tina l>v.eTta -manera de e-attcr los QoÍT>es ratLitUTes. El ocio suele tmsr Jos ma­los pcnsciriierttos. — S probable,, pero los golpes militares no cori-1" ííguran un peligro para el Gobierno. t<o3 oñeíales apoyan al movimiento revoltrcio-naxxo, pero si por casñalíáad tirs-ieran algún 'Tual pecssnuenío . tendrían que pasar por encima ds todo el cEonpesínado boliviano. • Pero coli;ie?ido c la COJOTÍÍZCÍCÍÓTI. JTl indio acos-tumcrado a ciccr a. 4€SC_'m.etyos de altura^ rao ofrece resistendia ctiando se LIÍ jrropOTíe ciútiT^ar la tierra a Itt tenvoerattiTo. sofócente cLe la seli^a:? ¿JSo se necesitOTí varios ntescs zsara acl^-mctarse fd bajo cuando se está a-cosúuTTibrcdo a, la sitiare.'! —I ISTED podrá sprecraj- eo^a sus propios ojos si I J la colonización se está baciendo o no- en ^^ Bolivia. Si se repartea tierras, se facSitau préstamos, es decir se oirecen las posíbiÜd:3des pa­ra iniciarse, la gente va a colonizar. "Y" traSaJa coa. entusiasmo «i tierra. •^ IMS empresas £^tr¿i7ij.eras • BoZtria es uno de líW ^Xisse:s <pte más ha sentí-do "en- cante 5>r< picr. las sieSasUis cortsecixeis.-ñas de la» wci ersioraes extranjeras. ¿Cómo se ex~ púca que la. extracción, del j>etrSl^o ~bolzviano esté en mastos de com-jToñías erírínijerízs o más concre-tasaentez ccmszdera. el- IK?íR f que eses «¡Ttccsíoiie» son. venítajosas -para la ecx^rzonáa det p<z£s? —• A veadad es que tenemos yacízoíentos petrolí-^^ feros en naestro snéio. 1*0 negaremos a pe* sar nmica «a él mercado inteistacional CO­JEO ejgwríaaores de petróleo y las íaveisioaes ae-

«esarids para extraerlo resultan totalmente ;Lat|J •canónúcas. Entregamos concesiones «obre 12.500.000 hect4d reas. I>e doce empreísas <iue comenzaron a buscan petróleo ea Solivia, sólo uno de ellas logró favo» rabies resultados. Las otras once, invirtieron B^ Uones para no sacar prácticamente nada. Ya aa nos han devuelto, por renuncia de las empresa» ma de 8 millones de hectáreas. Nosotros no dia2 ponemos de capital; tenemos que recurrir a loe préstamos extranjeros para invertirlos en aquell que «ea reproductivo. No podemos arriesgamos OÍ una empresa como la búsqueda de nuestro petr^ leo, que supone gastos millonarios y por lo gen»<l ral «ü siquiera retribuye el capital Invertido. % ¿X el petróleo qiic sacan Itis erjypresas se refinu-en Bolivia o por el contrtírio te refina en £Jp VU. o Inglaterra? , ~ —I AS empresas deben vender todo el petróla* I que extraen al Estado, YPFB iYacinñentflal ^ Petrolíferos Fecales Bolivianos) se encaí del refinamiento. Wuestra producción anual se acraJ ca a los 500.000 metros cúbicos de petróleo cnidíu que nos alcanza para el consumo interno y pem»i3 te «Jtpcrtar Tin pequeño excedente. ;| # i>e manera que eoZuiendo « 2a pregunta -iniciau *i Sien la CCTICCSÍÓTI a. empresas extranjeras nm e* la solución más feliz para extraer el pctriíleqj holiviano, ¿permite por lo ínenos autoffbostecer d| país y concentrar el poco capital de QUC disponga «n la explotación de sus verdaderas riquezas? j — ^ ^ ( ' ^ «l ^ 'I ^ Sobre todo sí ae tiene tai: r cuenta que no podenv» dispersar nuestxgft *• recursos que son muy reducidos. i ^ El ''Metal del Diablo'^ # ¿Qué sucede en las tn-ineat ¿Por qué surgió et coTiíZtcío entre el gobierno y los sindicatos mi» ñeros? ¿-Es inv •pro'blem.a morríerttáneo originada pof, el encarcelamiento de I04 d-iriífCJites sindicales P** Vtentel y Escohar, o íieree raíces Tnás hondas? ,—• O que sucede con la minería es muy simpla 1 Cuando nacáonalizamos las minas, hace m§a *" de 10 años, actuamos con un criterio polí tico. No organizamos la minería como una empresa del Estado; quisimos terminar, y terminamos, coa las tres familias que eran dueñas del estaño tao-^ liviano y con él reamen que ellas sostenían pa*i ra mantener sus privilegios. Como resultado, ea"! poco tiempo las minas se burocratizaron. y el tr*»| bajo desorganizado encareció los costos y perjud có la explotación. Antes de la RevolucióiL, hab&R 24.000 mineros, a los pocos anos los mineros < n; 3S.000; los contratistas, por ejemplo, cumplen bo-j rarios de 8 boras, pero si uno de ellos tiene ta suerte de encontrar un lugar rico en nñnerai,_ 3»' permite que los contratistas de los tumos siguienp ; tes exploten ese lugar. Como en la mina se Ir**' baja las 24 boras del día, , de esa manera se per­judica la explotación que se bace mucho más lenta. Si a eso se suma que las minas se han ido a©>-tando, se comprende-fácilmente Que nuestra pro ducción de estaño se haya reducido a la irútad. Hace 15 años producíamos 40-000 toneladas anuales; en ISes, apenas si llegamos a las 21.000 toneLadafc El gobierno se propuso rehabilitar la minería Organizaría conio empresa d^ Estado, desburocra tizarla (actualmente hay 25.000 mineros) para po­der alcanzar rm airraento considerable en la pro­ducción, '9 ¿Es esta política del goltiemo la aue encuentJ»

oposición entre los sindicatos Tn^Tzeros? — j UKAIfTE más de 10 años d gobierno accedü 18 a todos los reclamos de los mineros. 'Kae*' • tro propósito de rehabilitar La minería, tíe- , ne indudablemente que suscitar algunos confücttC con los sindicatos- Pero son co:Dílíctos que no tí*-jren ninsmia trascendencia y de íácQ solución. O Si TíO eíítoy egziiüOCEtdíf, E&li-pia esrpoi-tc to4B su estGüo em, bruto, sün reftnsr, " —^S exacto, exportamos solameníe estaño brut» t El 70 % de nuestra produ ccióo a Irgiata-xra y el 30 f? restante cast en su totalidad a los EE. UU, EDos se encargan de xeSnarlo. % Indai£íri£iIiz£W d sais es nn -paso f-iíndameniai para desín^otUiTLo. ¿La JJiüón. Soi?iétíca o£re<M Ja maQVi^JtaTia necesaria para fundar el estaño^ em Boli.z!Ía7 ¿Por Qrié m&tivo rechc:zaro-n él Oj'recíTJi.íe»-ío?

_ üO lo bemos retiszado, lo estamos «stadíandfc I-o cierto es que hemos destinada un tal* Bón y xne'dío de dólares para conocer rax^^ tras posJbOidadesL Pío sabemos por él momento, « zai liomo de fundicíóa puede trabajar a 4000 g*** tres Ge altura. Además, recién con él nuevo piO* cedim cnto que se esti empleando en. luglatecrtj de ntiifzar- gas de petróleo para los bomos en jg* gar de carbol, se abr verdaderazaente una posfl»*] Xidad para nosotros. 2ÍÍ> bay carbón en naestro si**j Xa y tener que impc rtarlo «icaTecerfa jmidiírfM» los «JEtos. CPas* a Pís- ••

1-

¿Una tierra de dos naciones? por í?r: =;«?_-> lilSfTfKCil»!

9 La i-i'sa del eJtL-nniemo econ6;7ii-co en Israel du­rante estcis ú>,uno3 añ-Ds, ha alcanzado lus topes de Alema-rúa Oc.;iclenial y Jap'n: TJn promedio poi- encima de] 9.5%.

i. e .r; , ni ,3

: ¿ido ele-¿nnino de

TOS ¿os p:-ii;-J2S. no i. gidos al azar, como co.mpEracicii áaio que el patrón 6n.iico Se P'-^ritnjs^ c:id;i v..-:: luás :.: os países c>- "j:".ilfl°ro econóiíilco'", que al de una eco-)or.-i',i nlan-oada ' dr - .vo ác la¿ líneas sociali' ips. P'Tiiendo ds la bnse de c;i!o s2 man-•:t(;:;-irá la esíaoüidrid mon-:>;c"¡3 se es--píra que las ex-oortacioíies en 1&54 su-" mr-Tíen en lOri 2nilione.í de dóLciros '. li~~'-a un totril tí^ T-30 miile>ii?5. Ss espora aiijTien'ar. tambiín. laz • irfío.-irtaciones. da l.!:ci millones a Í.16O irillones y gr3n parte áe érías_ serán bienes de cor.5tíT.-o —lodos los a'me-re­nes despliegan hoy ñílera trns hilera óe boíelias áe ivhísky. una bebida dss-• conocida aquí, cu-i ido psrtí tres años aír¿S- y que se Fet"via t~.n sá'o en re-

, ccpciones diplomáticas. T>Q cada cuE'ro comercios, dos tienen ?us vidrierns previstas con perfume íri ncás cormá-ticos amerícsnos y íabones ingisses. y los cigarrillos ar ericsnos, a aJgo nías de 50 centavos la oajLr . parecen ta-msrse "iTniversalmente ahora. Así, a Pesar del aumep.lo de las exportaciones se pr- nsa ensanchar la brech.a comer-cial de 420 a 460 millones, ccxi el es-prsrado aflujo ds C3pit3"les c!e 500 mi­llones (préstamos, restituciones perso-nates ^—las indemnizaciones están ya lio-iidándose— e inversiones La confianza en un pres -into aílujo , de csp!t?.les, iraplica. sin embargo, del • punto da vista econóinico. cammar en la cuerda íloja y él Banco de Israel, en su mensaie anual ba becbo un lla­mado por "un intenso aumento en los ah'-vrros", tasto como él constante pe--dio'o de una re-trícción en los salarios. "Ahorro" en el lenguaje del Banco ;-equivale a aiinnci-nío en las inmersiones. •pei-o uno se pregunta si el mercado ;-será capaz de absorber las inversiones :adicíonsles requeridas pa-ra mantener : el "'boom" de una economía, por abo­lía casi totalmente capitalista. Una fir­me tendencia descendente de de ju-3iio de 19S2- culroino en las así llai?ia-•••dss ''boom condítíons" en la primera ini ad cié 1SS3. co3i los precios de las mercaderías y las gananciss subien-So casi inintermmpidajnente, alcanzando im. máximo nivel en junio de 1963. TTn rápido vistazo muestra que más de Ili 210 minones (ILr libras israelíes'*. en n-jevas ganancias fueron producidas Eolan ente durante 3933, comparadas ccn 34 millones en 1952 y 51 millones en IS71. El nropio Gobierno vendió-grandes cantidañíes de títulos a inver­sores pri-ü-ados. Qué narte de estas can-tidad_es íue absorbida a la larga por el público, es slg-o <iTie resulta bastan­te impreciso, si se tiene en ruenta ene el diez, por cieutcj de las firmas de Is­rael eit la actualidad, controla el R2 por ciento del total de la produccñón indi sírial. Si el panorama al Un del año 1S63, no era "totalmente positivo" a los ojos de las altas esferas CXenisalem l"ost>, el or5gen estaba en "la reíaíivaniente Srmt tendencia descendente dirrante los úiíiríios cuatro xaeses", con '"un ce-sarrolio- de los precios desde Sunío, sorpresivo para los inversores".

_X=o oue sucedió fue nne la espsn-alón de unidades de consorcio EegÓ a va. relaírvo pnnto rsuerto duTanie la segunda mitad ¿el año, "reflejando el interés decreciente de cautos y pe-cáenos inversores a largo plazo". Por otra parte. las emisiones de nuevas acciones eran a meniido suscritas en éemasía 3íí>r los asi nsm.acos - stais"-Eo interesadcs ej; una real inversión o desarrollo, SÍTIO sobre todo en la es­peculación; gente gue sabe por expe­riencias anteriores gne las nueras emi­ten es son cotizadas rápiáamente por encnna de sn v-.e sdexo vaioi y enie Ja* venñea. apenas les bar? e ríraído •Da jagosa y desmedida ganancia, Sg-\ mmsm. a Pig. 3»

,Y. SERVICIOS ETXCL-USiVOS ! i

por Sebastián Saltaar Bonéy EL COMIENZO DEL FIN

S La derecha no se ha contentado en es­tos últimos meses con su acción de pin­za contra el gobierno de Eelaúnáe, Acudien­do a un viejo recurso para minar la popula­ridad y la consecuente estabilidad de ios re­gímenes que le íueron antipáticos, ha comen­zado a retraer la inv-ersión agrícola —y, me­diante su experta "maffia" de mtermedia-ríos, a entorpecer la distribución de los ahas-tecirnientos— con el íin de encarecer la vi­da. Desde mediados de diciem,bre, cuando la coalición aprista-odriísta íue derrotada en las elecciones municipales, las sul>sifítencias han suhido considerablemente, en algunos rubros hasta un 40 por ciento. El gobierno de Acción Popular y la Democi ela Cristia­na han empezado a sufrir esa crítica de co­mején que circula ea los mercados en boca de las amas de casa. Y siempre ha sido és­te —lo íue en 1948, cuando Qdría derrocó al Presidente Bustamante Rivero— el comien­zo del fia.

EN las cámaxEs áomínadas por la oposición —qrie ya se dieron el lujo ds tum&ai un gaijíneíe acusánáolo de debíliaad para con la "subversión comujcisfa"—

la ley «e Heforma Agraria £ia sido sancionada pievio el tolal vaciado de su poco contenido renovador: las ha­ciendas CQSíeñas, especiaLmenie las azucaíreras., por ejem­plo, au.eñsja. indsnxiies de leda- afectación le al al para-C6X, la. ffrtancnación dei partido apiisla esiá ahora aten­dida, por los propietarios de estos grandes laüíaiidios). Y éste es sólo un botón de muestra del naufragio de los propósitos dixlcsmsEite leformSstas del belaundisrao» cuyo anteproyecto era, de suyo, Itaito moderado.

Claro ípie algunas voces en el gobxexjxo se fcan al­zado contra semejante defección, entre eHas 'pTÍncípal-insnie la de Edgardo Seoane, Vicepresideiife de la Re-p-óbHca y Presidente de la OEcína I acxonal de Beforma Agraria y Colonización —cargo que tendía qiie dejar» p-ues la nueva ley remite la ftmrica al lJEn5sfxo de Agri­cultura—^ pero tí. tedio inconíroverfible es tjue él con­greso &usira las 2sisiones de 3a ma^ que dos -vecss vo­tó por Belaúnde. Lo raíszno sucede cou, la. X.ey del Pe­tróleo Y con otros instrumentos indispansalíles para poner las bases de una esiruciors. menos injiisia.

•^ El alzamienio caTnpeszrto El cs npesínado, que consísnza. a pí¿rcibrr la áefra:u.-

datñón. de qixe ^ vfcSma, no lia cejado en su Iscíia- poi reávindícsr '^csr sí mismo su, legítSmo dejecño a. la üa-rra. En él S-ur, el Cuzco es escenario de un parsimo­nioso aüzarEdento que consiste en la ocupaáón de los latifundios por las coznunzdaáes, niéíodo no-violento que es rechazado por los propietarios con las armas íy con armas incdsmas dicho sea de pasoj desataaido —co­mo sucedió It re xm mes en la localidad de ürcos— contrateques canrpesincs que soeleiL acarrear áesiruc-KÓn y mueiíe. Ea él Korfe lO.OCO coriiunercs de Ca-tacaos —-cerca da Za &oaitera con el Hcuador— avanza- /

ron, a piincipios de enexo sobre varias haciendas, y aunque fueron desalojados por la fuerza pública, vol­vieron a la reconc(uisía al día siguiente. La situación, a la postre, quedó en un status qiie no es precisamente ei que prevalecía antes de la "invasión". En diversas punios del país, pero con más frecuencia en 2a reglan andina, los trabajadores agrícolas han iniciado esta de­cidida reivindicación, y de nada lian valido las amenazas del gobierno o la represión de la autoridad o los feu­dales.

La derecha aprovecha la coyiuiluia. Grita desde donde puede que Casiro, los agentes de Pakia o Moscú, o los comunistas locales, están infiltrados y llevan a cabo un doble plan de agitación e insiirxección. La oli­garquía, mientras conibina la obstrucción parlamentaria con la carestía y el alza del costo de la vida, señala eslos brotes de protesta como manifestaciones de que él régimen es débil, esí-á dominado por los extiemislss y carece del necesario control de la situación. No se pue­de decir que de diciembre cTiando Belíiúnde obtuvo su úüima victoria elecioraL a hoy, el gobierno haya perdi­do el respaldo ciudadano, perc sí que en el bloque accio-pcpulista-democrisliano se han abierto notorias fisuras. Personalmente, el Presidente traía de impedir que esas rendidas se amplíen y escindan la alianza o su propio partido —en el cual la izquierda manifiesta ya un cierto desengaño—, pero, al mismo tienapo, no parece que éL tan amigo de la decisión inesperada y sensataonal, pre­pare por lo menos un "coup de théatre" que obligue a sus enemigos a retrocedéis En las cámaras aparece aho­ra el perfil de un movimiento comprom.etedor para el gobierno: en sesión secreta (no tan secreta, sín embar­go, cjus no se deslizaran noticias sobre el tema en ella contemplado) el bloque aprísta-odrüsta ha expuesto el cuadra de \ma situación de emergencia cuyos sintorcias serían las "invasiones", la actividad de la Confedera­ción de Campesinos del Perú (a la que se atribuye im imposible proyecto de segregación regional bajo -una supuesta bandera Qaechúa-Aymara), la publicación de periódicos calificados genéricanienle como rojos, etc., y ha reclamado una ley de esccepcrión que concrete la puesta fuera de la ley del Partido Cocnunista y, como es lógico, de todo aquello, hombres u organismos, míe sean sospechosos de servirlo. En el fondo, el objsí, #> es uno: llevar al gobierno a la persecución y socavar t -e una nueva manera su cimiento popular.

-jHf Llevar el esta?idarle ¿Qué piensa Belaúnde de todo esto? Los observa­

dores pesimistas concluyen que está inmoviüsadc, ^ne la plutocracia y el imperialismo lo tienen maniatado. Los otros, los optimistas, calculan que su plan es dejar hábilmente que la oposición, a través del Pariaznenio, ejerza su labor de xapa coa el propósito de asestarle un golpe definitivo en el monzento oportuno, cuando ia tenga "con las manos en la masa". Por lílfiíno, hay quienes ven en el proceso actual la lógica crisis de la ctsunción al poder de una clase media inmadura, feble y. en generaL sensualizada, que no se decide ni por el continuismo ni por la revolución, y que, por tanto, el continuismo y la revolución trabajan por su cuenta más allá del gobierno y a pesar inclusive del gobierno. Pa­cífica por natturaleza, esa clase medía no c ixícre ver correr la sangre, aunque al mismo tiempo, no disímnia su irritación por el intacto poderío que, no obstante el cambio de régimen y de bombxes, posee la olígarquía. Z>e ahí qpie se den ineacplicables incongruencias: por ejemplo cjae el Primer Ministro Schinralb critique agria­mente el cuentagotas de la ineficaz y muy publicilsáa. ayuda norteamericana y ponga reparos al funcionamien­to de la "AHarusa para el Prt reso", y que, sin embar­go, no tenga 3a suficiente energia como para expropiar los yacimientos de petróleo de 3a subsidiaria de ía Standard Oil, los cuales, una vez declarado niüo el lami­do que los concedió, na^equisren, para ser vindicados para el Perú, sina de na inero acto administrativo.

Tal vez estemos en el comienzo del fin del régimen de Belaónde (fin por su. embotsllamíenío iw?r la dere-dia o fin P3X el tradicional cuartelazo militar, que en últíino término, dadas las czrcnnstancias, serían lo jjüs-á mo). Sin duda, en cambio, se puede afirnsar qae elf trance actual del Psrñ, sá enarca el comienzo del tzn del F ís ssmi-feudal dominado por las dos, tres o cnafro decenas de antiguas familias- Se advierte ea el ^le inr olor a cambio, como c3 bxnnillo de sma jneclia qne se consume y aproxima minuto a -nainof o el ínego al pol­vorín. Larga, o corta que sea esa mecha la contradicción —las contradicciones económicas, sociales y psKücas, por mejor decir— estalferán violentamearfe- Ta está vis­to que él serñor ¿ligarca. no está dispuesto a ceder en ápice de sos privilegios de casia y fortuna, qne el ssSor banquero no piensa en abrís el abazüco del crédito y reducíx sz:s inmensas ganancias que él señcr polirí-o profesional aspira al poder aanqus sea alSándose al anis-misízno dsmonrá Ccaso 3Íaya y Odzia) y que el seSol" poHfico progresista debe resignarse a Ilevaí a legaña-díenies el estandarte en Ja secniar apoteosis colonial sin sobemax.

MARCHA — Pósela 15

ESIDENCIAL LAS VEG

sss^s;^^¡m£s2i

NUEVA CONCEPCIÓN URBANÍSTICA A 52 KILÓMETROS DE MONTEVIDEO

Sobre la eosta mansa del Solís Cliíco, a 52 kilómetros de Montevideo y bordeando ia ca­rretera intext-alnearia se encuentra Residencial Las Vegas, obra que un grupo de hombres ha hecho realidad laego de dos años de cuidadosos trabajos. 100 has. de terreno ondulado con fron­dosa vegetación, han sido ía base inicia] para una de Üas realizaciones urbanísticas más impor-tan.tcs de la costa uruguaya. Su proyectista y dii"cetor, el arí uitecto Orozco, es un urbanista de renorabre internacional, al que se deben en­tre otras obras, el Pabellón uruguayo en la Ex-

11 posición Mundial de San Pablo en 1954, e impor-l¡ tañí es aportes de planificación en nuestra Ex-l'; posición ífacional de la Producción. íj El criteiio seguido por el arcjuitecto Oro co

para el Kesidencial Las Vegas recoge conclusio­nes adoptadas en el IV Congreso del CIAM, rea­lizado en Atenas, el que estableció de una ma­nera clara y precisa los propósitos esenciales del Urbanismo.

Destacamos algunas de esas proposiciones: Habilación: ''Hay que exigir q_ue los barrios

de habitación ocupen de aquí en adelante los mojares emplazamientos del espacio urbano, sa­cando partido de la topografía, haciendo caso del clima, disponiendo del más favorable aso­leamiento y ¿e adecuadas superficies verdes." •'...que las densidades razonables sean impues­tas según las formas de habitación propuestas por la naturaleza misma del terreno/' " — que un número minimo- de horas de asoleamiento sea fijado para cada vivienda."

Trabajo: "Hay que exigir que las distancias entre los lugares de trabajo se reduzcan al mí­nimo." "...que el barrio de negocios, consagrado a la administración privada o púbüca, tenga ase­guradas buenas comunicaciones con los barrios de habitación."

A ese respecto opina el Arq. Orozco: "Se entieiide por planeamiento o planifica­

ción toda empresa tejidienie a someter una ac-llTídad a directivas pre-cslablecidas. con -rista al logro de objetivos conocidos. AI Iralaxlo co­mo un aspecto paiciat q e 3to desentone con tuxa pcsible Y futura planificación integral del país, debe regir para esie tipo de actividades normas Eundamentiúes del Uilianisnio, consiste^es en la puesta en acción de los recursos natur^es y hu­manos actuales y potenciales lendietites a lo­grar la elevación en úlixma instancia del nivel de vida drf hombre."

Hesultado de estos estudios y teniendo pre­sente siempre las más avanzadas ideas en ma­teria urbanística, es que tenemos hoy un lugar de excepción para el descanso y el turismo.

X.as características especíales que reiine Re­sidencial Las "Vegas fueron dadas a conocer a la prensa por sus directi-cos: Sres. Osvaldo Bian-ch-ettí. Presidente; Cr. Raúl Oehoa, Secretario, y don Pedro Pérez MareKíano, encardado de las ventas de solares, ante la preseEcia de los Ings. Agrónonaos Sres. RaTÍl Boado y Alfredo De An-gelís, que colaboraron durante estos dos últimos años en el relevamiento y fraccionamiento de los terrenos-

I>e las 100 has. iraccionadas, 45 iian sido re­servadas para los solaies a ponerse en venta 7-55 has. representan los espacios libres, calles y vías de acceso a los diferentes centros de inte­rés. Este criterio prevé snayores espacios libres que los cfue exigen las reglamentaciones del De­partamento de Canelones, Con esa misma ampli­tud ha sido estudiado el soininistro de agua y el problema de la electricidad.

Las vtós de acceso; una peatonal y una vehi­cular; Degan a todos los sectores, y reciben los beneScíos de una especial forestación- Todas las vÍ3iS peatonales llegan hasta el íuíuxo centro ca~ mercíal, sin atravesar las rutas de T-elsículcs. Es­te centro comereial estará, integrado, en un íii-taxo inmediato por un supermercado, un parador y- una estación de servicio,

"Tanto liacia el Norte como Jiacla el Sur par­ten las Avenidas firnidaraentales. qiie signiñcarán seguramente en el futuro v^s de comimicaeíón con las zonas colindantes. Están pre stas como circulaciones importantes de -relocidaa mediana.

y su empalme con la carretera Inlerbalnearia (vía maeslia), ss realizará de acuerdo a los es­quemas vigentes aprobados por el Ministerio de Obras Públicas- Las penetraciones de estas circu­laciones (vías de iránsiíc) a las zonas interiores se hará por calles de menor importancia (calles de paseo) y de corto recorrido, que obligue a circular en velocidad moderada. Este recorrido tiene una bifurcación con canil>io de dirección, transformándose en calles ds haüíación, de cir­culación lenta. La iniplaiilación de la generali­dad de los solares colindantes por sas dimensio­nes nrenores, con el espacio público, ha sido rea­lizado con el propósito de crear recorridos dife­renciales, integrando simaltáneamente una red que conduce a los lugares de iníerés, de ial mo­do que el psaáón pueda seguir oíros caminc-s que el suiomóvil".

Ha sido preocupación fundatnental de- direc­tivos y pro -ectisles el mantener el paisaje na­tural del lugai-, respetando "la superficie verde necesaria para la disposición racional de los jue-¿•os y deportes de los niños, de los adolescentes, de los adultos'''... "...(iue se tomen en cuenta los elementos existentes: ríos, boso.ues, coíinss, etc. ...".

"En el proyeclo de Residencial Las Vegas se respetaron los aspecíos íundameniales de esíos enunciados conj-ug-áridolos Jo ntás axmónicanien-i& posible con las l&yes y decielos que ordezian en ruesíro país esie upo de operaciones".

"La zona uxbanizada iíene características pro-pías: es una zona típicamente ribereña, con un suave movimiento ondulado del ierreno y un principio de forestación realizado hace varios anos. Se trata de exaltar esas cara-deríslicas, res­petando la conforinacíón del lerreno".

La Compañía Solis, propietaria, de Residen­cial Las Vegas pondrá inmediatamente a la ven­ta los 535 solares que íorman el fracción amien­to. Todos estos solares tienen vista sobre el arro­yo SolJs, esto ha sido posible co-n Is apertura de bosques y remoción de tiexras.

El metraje medio de cada solar es de 750 me­tros cuadrados, con agua, luz, calles pavimenta­das, un paisaje excepcional, y vías de circuiacióii, de recorrido mínimo hacía el ftitnro centro co­mercial ya en construcción.

El plazo para el pago de los terrenos es a 10 años, en cuotas que oscilan entre los 400 y 500 pesos mensuales y con xina entrega inicial tíe 5 cuotas.

Para ios primeros 30 compradores de solares en Residencial Las "Vegas, la Compañía Solís ofrece nna bonificación de 25 cuotas de las 125 que componen el plan de financiación del cesto total del terreno.

Por otra parte Sesiderscial Las Vegas se re­serva el derecho, y así io estipulará con cada promitente comprador, de controlar el tipo de edíScación a levantarse. Se bnsca con ello man­tener Tin concepto racional, integxEdo a las ca­racterísticas del lugar y evitar asi caprichos per­sonales que atenten contra la fisojtomia gene­ral de la urbanización.

Esto no debe interpretarse como una pretensión de cronstruir Injosas mansiones, sino que por el contrarío asegurar la realización de ediíicacio-jíes de acuerdo al metraje del solar y en con­cordancia con las características del paisaje y del resto de las construcciones.

Como es ió co snponer la Con:ip2ñia Solis tiene proyectado un vasto plsn de realizaciones íuíuras que darán al lugar su forms deScítiva. Pero los hombres qne han concehido IResidencisI Las Vegas no quieren adelantarse a los hechos. Prefieren ofrecer al posible comprador nn mJ-mmo de realizaciones concretas e inijfescindí-bles y éstas sí, Tesnitado de nn criterio ansplio, seguro, pre^esísta. Indudablemente lo han con­seguido al poner a la venía 536 solares a 52 ki-ÍÓmetros de Montevideo, con amplias condicio­nes de finaneiación en cuotas al alcance de to­dos y con las segioñdades de im amplio smni-nistro de agua, bnenas vías de cireníacíÓn, elec­tricidad y a un paso de ima de las mejores ca­rretelas con ciue ct3enta nuestro pais.

A? Se'fs Chfoo Vengai ai \/er el paiisaje

<ie Ca-rasco

I N F O R ME S Y VENTAS: NMOBlilARIA

PÉREZ MAREXIANO Rincón 467 Montevideo

Buenos Aires

COMPAÑÍA SOLÍS Galicia 1064

Montevideo

EN LA MARGEN IZQUIERDA DEL SOLÍS CHICÓLA 52 KILÓMETROS DE MONTEVIDEO, CIEN HECTÁREAS DE BOSQUES DE EUCALIPTOS, AGRESTES BARRANCAS Y SUAVES CO­UNAS FORMAN EL BELLÍSIMO MARCO NATURAL DE UN ESPEJO DE AGUA CHUMBRO-SO RETIRO, SERENIDAD DE AMBIENTE Y UNA ARMONIOSA UNION DE ARBOLES,CANA-?0 Y AGUA SON SUS FASCINANTES ATRACTIVOS C3 UN GRUPO DE TÉCNICOS DE SOLVENCIA INTERNACIONAL ACEPTO ENTONCES UNA TAREA QUE PARECÍA IMPO­SIBLE: AÑADIR A ESA BELLEZA NATURAL, SIN DESVIRTUARLA, LOS MAS MODERNOS CONCEPTOS DE URBANIZACIÓN r—i UN AF50 DESPUÉS LA TAREA ESTA CUMPLIDA Y UN NUEVO PAISAJE HA NACIDO EN EL ESTE: EL" RESIDENCIAL lAS VEGAS",

* ÓOO solores excepcíonoles , todos ellos con <Ios sal wios icvciepen- cfientes hocTo las vías de crrculocron.

I Amplio rambla de dos kilómetros sobre el Solís Cíiico, con 70 mC. tros de oncho«

I Trazado decaí lesque se complementa con tranquilos pasofes péo . tonales sustraídos o lo circulación de vehículos.

I Uno orbonizoción funcional ,<iue proporciona recogimiento y prí vocidad a pocos centenares de metros de lo Ruto Inteibaineoria*

I Centra Cívico, que reunirá lo actividad comercial y vecinal d^ oredio ,a comenzar con lo edificoción dei modernísimo Parador

lí t^ CERCA DEJLJSTED; LEJOS DE TODOS

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H ^ IOS 4 PONTOS CAMINALES DE NUESTROS Paría

CORRESRONSAL-ES Y. SERVICIOS EXCLUSIVOS

LA REVOLUCIÓN CUBANA CUMPLIÓ DESDE tace ya muchos años. Charles

Beítellicim y JR.ené Dumont tienen la cosULOibre de encoatraise en todas ]as

encrucLJíidas del 'í'ercer Muadoi de la India a. Guinea, de Mali 3 la China y de Argelia a Cuba- Fidel Castro le pidió varios infor-naes a Rene Dumont e hÍ2o venir en cuatro ocasiones a Charles Bettelheim, Este es sin duda actualmente el economista que conoce mejor Jos problemas cubanos. Por esta ra­zón. Gilíes Martínet se dirigió a él para hacer el balance de les cinco primeros años de la revolución castrista.

GILX.ES MAR.TI£Tgr. — La cevolucióit cilba-jHia liene cinco anos. Pera en 1359 no s» iralaba ¡•xadazneni» de la misma reroltidón. Hul>o una tapa esenñalmextle dentocrática. después una ¡«tapa BociBlisla— CHAltLES BETTELHE3M. — Se podría hablar de una revolución contimia » permanente. G. M. — Sin embargo en 1359 los jefes de esta rerolución y hasta el propio Fidel Casixo no veían ¡.iodavia clarantenie adonde se dirigían-I C- B. — Sin duda. Los revolucionarios de 1959 estaban, animados por una gran, preocupación de I justicia social, por el deseo de elevar rápidamente j.tí nivel de vida de las masas y por tiestruir los I privilegios. Era ya im ideal socialista. Kespecto a £o otro mo tenían todavía plena conciencia de to­das las ímplicarLcáas que entrañaban la prosecu­ción de íte ideaL Teman íundanaentalmente en •vista la reforma agraria y la éliminacíóa del do­minio «jctcanjero.

•^ ¿La segunda revolución era inevitable^ Ce. M. — ¿La segTinda revolución que se pro­dujo en el coxrex del año 1960 y que d-:embocó aa una socialización del conjunto de la economía cabana era inevitable? No falta guien diga ac­tualmente que Casízo fue demasiado lejos que hubiera podido piocedex pox etapas y evitar dife­renciar tac radicalraenle su xégpjncn de la evolu­ción del resto de América Latina. C. B. — No veo cómo iiubiera sido posible ac­tuar de otra manera. Durante todo el año 1959, .nÍTiguna medida importante se tomó contra .la burguesía industrial y comercial- Pero ésta íue indirectamente perjuí&cada por la reforma agra-xia. Porque los intereses de esta burguesía y de los grandes terrateaieiLtes a menudo estaban muy ligadosi Kubo pues una hostilfciad de la burguesía con respecto a la revolución que se tradujo rápida-;mente en una disminución de las inversiones, en evasiones de capital y en tin sabotaje económico permaneafcét. Esta situación íue la que liízo sur­gir la necesidad de ar más lejos. No se podía en efecto tranquilizar a la bin:-•goesía Con simples palabras. Hubiera sido nece­sario darle una serie de garantías que liubieran Snxesto _CT, peligro las primeras conquistas de la xevoluaón. Hubiera sido necesario también liacer ttEtrar a sus representantes en el gobierno. G. M. — ¿Mnecbos de ellos no parücipaban. ya •B. la primara etapa de la revolución? C. B- -— Es exacto, pero a principios del año 80, es detír en el momeztto aue se planteaba el

problema de la nueva etapa, estos hombres ba-bían dejado ya el .poder. Y precisamente a causa de la reiorma agraria. La batalla política que se libró en el seno del gobierno giró alrededor de este problema. Durante ese tieinpo se respetó una especie de anodus vivendi en lo que respecta a las estructuras urbanas-Recién en Los primeíos nteses de 1&60 la situa­ción inquietante que se esbozaba en la industria condujo al gobierno a tomar por su cuenta Ja ad­ministración de algunas empresas. Todavía no se trataba de naciónad?:aeión sino de medidas par­ciales tomadas al amparo de una ley llamada de ñatervención cuyo origen está en el derecho espa­ñol. Las verdaderas nacionalizaciones sui-girán re­cién en octubre de 1960. - Rl alza de los salarios^ necesida.a

revolucionaria G. M. — La acüiud de la burguesía no se explicaba iambién por el alza considerable de ios salarlos que liabía sido decretada al día siguiente de la revolución de enero de 1959? C. B. — Esa medida tuvo natiiralmente un •papel importante. Esos aunientos de salarios eran j>olíticara.ejite necesarios puesto que penoitian que apareciera plenamente el carácter popular de ia revolución. & M. — ¿Peio lo que se ustiHcaba desde el punto de vista polítíco 3to era pelígitoso desde el punto de vista econónnico? ^ C. B. -— En una época esa fue mi opinión. Pero creo ahora> con. mayor perspectiva, que las repercusiones propianaente económicas tuvieron OLKios importancia de lo que se liubicra podido creer, dada la manera en la cual se desarrolló &ÍÍ seguida la revolución. Lo fondamental era demostrar que lo que aca­baba de suceder en Cuba era prcíundamente di-• Cerente de las seudo-revoluciones .que liabía co­nocido basta ese momento Aoiéjica latina y que se caracterizaban sobre todo por un derroche de fraseología. En Cuba, en cambio, la revolución se carac­terizó no sólo por el auxaento de salarios sino también por un inmenso esíuerzo en el dominio de la enseñanza, de la salud y de la-liabitación,~" En cinco años, el presupuesto de Instrucción Pú­blica se multipücó por más de cuatro, el de la Salud por tres, mientras el ritmo de las consrtruc-ciones (se trataba aliora de construcciones popu­lares),, prácticainente se duplicaba. La lucha con­tra el analfabetismo se neuó a cabo exitosamen­te, la escolarizacíón es ahora completa respecto a la enseñanza primaria y, en un país de i íete mi­llones de habitantes, cien mil liceales y estudian­tes se benefician con becas. El índice de mortan­dad por otra parte bajó considarableonenleí es síg-nüicativo que ninguna epidemia de tifus se haya registrado después del graiL ciclón de este vera­no: toda la población de las zonas afectadas pudo ser vacxinada en ocbo o diez días. Por todas estas razones él gobierno es popu­lar, a pesar de las diíicidtades y de las prív-aeio-nes Impuestas al país. Hay ima. verdadera identi-ficación eittre las masas y la dirección política de la revolución,

• Las consecuencias d^l bloqueo G- M. — £.Psro si volvetttos al amnenlD de r

salarios de 19S9, es necesario adsiitíi que tuvie­ron un papel importanle en el fenómeno inflacio­nario que se legisíia actuabr.ecie? C. B. — Ks cierto. Yo mismo tuve que subra­yar ese fenómeno. El papel de los economistas es preocuparse por la deí nsa de ia znoneda. Pero de todos modos, no conozco ningún ejemplo hisióri-co de una revolución q.ue no haya sido acoai-panada de un brote inflacionario. Hecho el balance después de una experiencia de cinco años que produje tan profundos trasto-camientos en el dominio de las esiruoturas eco­nómicas como en ei plaxto de los cii'cuitos de io-tercambios coniei'ciales, me parece que la moneia cubana resistió bien. Es necesario imaginarse los probleioas que se le plantearon a un i>ais que eia una verdadera provincia americana y cuyos intercsniijios en un 80% se realizaban con los Estados Unidos. Lo comerciantes de La Habana telefoneaban a IVXia-mi y ia mercadería se lea mandaba c iareata y ocho horas después. La capacidad de "'stoctage" variaba ie gún los diierentes productos entre quince días y un ,niss. Actualmente el grueso de los aprovisionamientos se hace a cinco o seis mil kilómetros de distancia. Xs necesario pues prever una capacidad de "stociiage" de seis a ocho me­ses. Esto requiere la construcción de numerosos depósitos y medidas técnicas de toda ciase. G. JNI. — ¿En gué año comensó el bloqueo ame-licano que es la causa de esta situación? C. B. — Comentó a fines del año 19-80. Los americanos ya habían protestado por la reforma agraria. Pero la verdadera crisis estalló dmrante el verano de 1960. Los cubanos acababan de ad-qiiirir petróleo soviético. Las refinerías que po­seían Jas compañías americanas se negaron a transformarlo. Castro respondió con la aplicación de la ley de intervención. Los americanos con­traatacaron con la suspensión de la cuota azuca­rera que regulaba sus compras en Cuba. Hubo pues por un lado la nacionalización masiva de los bienes americanos, por ei otro el bloqueo. Más adelante, por el asunto de los cohetes, el bloqueo adquirió una forma todavía niás embarazosa en razón de las presiones de ias axitoridades ameri­canas sobre las compañías de navegación suscep-tibie de abastecer a Cxiba G, M — ¿Y el papel de abastecedor que tenía antaño Estados Unidos, actitaimente lo cumple la U.K.S.SJ C. B. — Sería mejor decir que lo desempeñan los países del Este europeo, puesto que la contri­bución de Checoslovaquia y de la Eepúbiica De­mocrática alemana es importante. Actualmente, el comercio con los países socialistas representa al­rededor de las tres cuartas partes de las impor­taciones cubanas-Esta inversión completa de las corrientes de intercajnbio tenia que provocar serias perturba­ciones. Cité el problema del "stockage", pero exis­te también el de la renovación de los equipos industriales y de los medios de transporte que eran totalmente de origen americano. De ahí las dificuitades económicas que se manifestaron so­bre todo durante el período 19S2-3963.

^ Lll problema de la caña de azúcar G- M. — Sin embargo .esas díxicultades pare­cen baber sido menos gravas en el dominio in­dustrial que en el domimo agrícola- Psra una re-

Martes4ífeí8&rero

Viernes Zdefebrero HOttA %*»

Conmemoración del Y- anr/ersorio de la 11 Declaración de La Habana Escuche en la voz de Fidel Castro de 20.15 a 22.15 por CX30 R. Nacionol.

Audición especia! del Comité Nacional Co­ordinador del Apoyo a la Revol. Cubana.

\a nueva poesía esponola sobre Cubo. — Charla de Luis Pérez Infante. En el local de MARCHA, Rincón 577,

interiors

COMITÉ NACIONAL COORDINADOR DEL APOYO A LA REVOLUCIÓN CUBANA

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Galería de Arte Dir. Enrfcue Gójnex

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Charlt »effcfh«im y 6ilf« Mariioti CINCO AÑOS Y SIGUE EN PIE

«elución q:iie nació en el cainpo., esfo parece bas-taaze paradojaL C. B. — £sa impresión desupaj'ece cuaüdo se miran los hechos ai detalle. Sobrevino primero la sminuclón. de la producción a:mcaxera. Esta dis-Eñnución respondió en parte a ona reacción muy comprensible <iue tuvieron tos cubanos al día si-guíente de su revolución. La producción aoica.-rera estaba ligada en sus" espíriiLis a la dependen-cía del pais respecto al capital extranjero y, en primer lugar, el capital americano. Deseaban pues quitarle importancia, y lo desearon nuicho más después de la ruptura de los antiguos acuerdos a2:ucareros puesto que tenLían no encontrar nue­vos mercados. I a limitación de las superíicies cultivadas con caña de azúcatr fue decidida por el gobierno, pero locatmoate se tendió a ampííax el movimiento- Se creía, en verdad, que esta li­mitación no modificaría sensiblemente el volu­nten de ia producción en razón de los mejora mientos técnicos que se pensaba aplicarle. Oes-graciadamente esos mejoramientos requieren mu­cho tiempo: no podían pues influir realmente. Por otra parte, la refcuma agraria planteó un grave problema de mano de obra para las plan­taciones de caña de azúcar. I^ cosecha, lo que se nama la ''izalra", exige mi trabajo penoso. Sólo se encontraban liombres para Iiacerloea la me­dida que esísíiera una znasa de campesinos po­bres, dí íuestos a aceptar cualquier empleo esia-cíonaL PÉXO la. reforma agraria suprimió el arríen­lo, dio la piioridad de la tierra a los mediaceros X contribuyó así al acrecimiento de las r&itas del peEueño campesinado. Cada vez pues se eacontxa l>a menos gsnte para trabajar ta los campos de caña de azúcar. Fue necesario qce él ¿dbienao ss abocara a una enorme propaganda política para resolver, y "todavía no sirfíeiaatem te» este pro-Idema de maoo de obra. Comprendi también en esa oportmútiad por ^lé razón las compañías azucareras adciuiKxan zuucbo más ta xa de las que querían cnltirár. -Al iraseer las tierras impedían a ios campesinos po-l>res adqnixriflas y los obligaban a emplearse co­mo ofar os agrícolas ea él momento de la "sa­fra".

^ AprJfnder m cultimtT la Autria G. se — El probfema mstíctüm ccdnae w» •• xsdncc sÉa wmban^a «1 da la caña » »aúc»«> ex B* — TambUn. eciste A ctüOv^ dd calé. 3Es ^ atgaaáa en aaspniaiicia, Concirnt» mobrm iodo apeqoenas irtanljrinne» trabajada* por riM IWBÍiaua poforc»: » medinfc Fcro cslo» taM3)M& Hm-neo. aece dad de maM» de «tea «B- 7 '

Qwbi.

ía cos£-cna- lEnc-or.Tramos acui el mismo proble­ma que para la c-c^i-a. ae a üi-ar. Con esia difiren-ciar ei trabzio es irer-Gs duro y puesto que ac cumple en el período de Jas vac-aciones, se pu den r/íovüizaj esiuáiaiíies para Uevarlo a cabo. G- M, — ¿Y los caüívss alimeitlicios? C. B. — ACiuí el problema es muy diferente. Aimoae parezca extraordúiaríOj los campesinos cubanos no es'ian acostumbrados a cultivar las buertas- Algunas explotaciones se habían cspecía-Uzdo para abastecer & las ciudades, pero la ma­yoría ¿e ios productos eran irciportados de los Estatios Unidos- Esta ausencia de tradición expli­ca los resultados mediocres que se obtuvieron hasta anoia. Eí Insti-luto Nacional de la Refornia Agraria. —LN-R-A..— tiene que repartir folletos para darle a los cairrípesinos las íaíormacíones más elemení es- De esta noanexa deben indicarles que a diferencia de la caña de aziücar, la mayoría de los cultivos exigen cierta densidad de siembra y que no es necesario para que una planta se des­arrolle que esíé muy separada de su vecina. Me parece por otra parte, inaposible bablar de las dificoltades_ ae ia sgrícuJtura sin tener en cUíícla los dos aüos ce seq-aía e ceepcional <I961-621, y, por supuesto el tifón de este año-^ Una ceniraiizactón excesirva.

G, M _ Tffdo eso eacpKca en efecto las di£-coltades agzícolas. Pexo lam de la údnstxia tovie-lon ftvideztleiiLeni» otzas eataas. ¿La ^ aitraKia-cióa exceÁTa que caractezxsó el proceso de sccia-üxaczoa de la econotnia no desexnpefió un papel baportanSMl C. B. - Sin duda es un elemento importante pero no él más importaníe. Además eso está cam­biando. Aqvi tamfcién la aíñcnltara da el eíem-plo. El nOLA, sca3>a de conceder una relativa au­tonomía de gestión, "a lo» «rupoB de base* de Jam ffirpftjae naríoTtH'lTfta*- £stos gnQtos tcndrün. sa propia coxxtabilldad y organizarán tom Juanes de CT producciáa. Sasta. abcaa sometían projectos de planes le se diseotian y se perfeccioittbaa en la adudDistracián eeuiraX. XA ant ia ecnbaüzacíáa ao oaercspon per otra parte a una eooeepcjdn netamente definida. Se tnitaba sobre todo de «Skcarar la penmla da loe cuadros. Se diq(nn£a de un peqocóo número de eapciifl» a<rilnnnif y se pfnssha qam sin <D-KCtivaa iseasas élábocadaa par «rtos eaprrto», la gBits a» logiaEÍft. Baa ane. Sn te yeictlcn a» «I& «o» i

tÉbtt más "

IKARCHA — P ffbo M

C B. — por el momento la cRtraDzácM» subsiste. Kl problema de la descentralización se planteará sin embargo prcodo a través de las me­didas de 'reestructuración administrativa" qvie sa estudian. Se trata de colocar en cada lugar a autoridades que dispondrán de mi poder de deei* saón sobre las pequeñas empresas de interés local. Ss está baciendo ya la experiencia en un lugar de la provincia de La Habana y parece dar bue­nos resultados-Pero aquí tan bién se tropicxa con la penuria de los cuadros. Hay de todas maneras indusfrías en las cuales la centralizada es imprescindible. Para el resto, será necesario encontrar fármulaa más flexibles. ICn lo que respecta al ccmercáo local, su situa­ción se ba. becbo dificü por los altos y bajos da la distribución, debidos a la necesidad de apro­visionarse en su mayor parte a £xandes distaite

dificuUads» • ISióS. año del equilibrio

G. M. — ¿A pesar do todas Coba puede manCenezse? C. B. — Por supuesto, üdu ias cosaic dcpend» rán del ritmo de desanoBo Que pueda obtcnera Durante los tres primeros años de la revolu» ción (lS59-69-«ll la producaóa global aumenta tin 30%. En el transcurso del año 1962 ias coik» secuencias de la ruptxnra con. las antiguas fuentes de aprovisionamiento y laff repexcusÜKaes de loa años de sequía se hicieron sentir. £1 nkateríal enb-pezó a gastarse; no se podía ya cambiar las pi zas; las reparaciones no se HAMiaw jn micmo üenk» po, la producción agrícola bajaba y el rendinüei to por bectárea nunca íue lan bajo. Los resultados de 1963 sierán probablranenta mejores: lo bubíeran sido sin duda sin el tifáoi. Se puede ser znucba más aptlmLsta para al año 1964: puesto que la mayoría de las lábrxcaa que em-pezaron a construirse al día siguiente de la revolución, están terminada o se temdnáráB en los próximos meses. G' M. — ¿Estas fábricas izaltajarfia p«ja 3* exporiaczón o para el marcad» local? C. B. — Fuiídamentalmente para el mercada locaL G. M. •— Paro eaionces c6mo esperan resta­blecer el eqidlilnio de la balanca de psgosT C. B. — Es necesario abandonar las per íee-tivas antes trazadas. Una revisídii drástica es ÍDEW prescindible y los dirigentes cubanos tienen de ello perfecta conciencia. Las esportacioaes de azúcar de nuevo van a desempeñar un papel xnay importante, f ara esto, es necesario extender loa cultivos y transk)Tinar las conáiciones de explo­tación. Como zio se puede volver al antiguo s^ tema de la mano de obra barata, secSL necesaria proceder a una mecanizactón intenatva. Tres ndl máquinas para recoger la caña (de las cuales la mayoría íabiicícdas en mi.S.S. y una parte en Cuba) serán puestas a dísfposicjfin de la adíenla tura- Se prevé Iambién la utilización de 3aáqn>> ñas cortadoras. Pero los procedindentos técnicoa son difíciles: de poner en práctica y será necesaria plantar nuevas sarperfícies para permitir la ntai zación de estas máquínas-G-. EC — ¿Para cuándo pcede esperar Coba conqnisiax sa e uüibño comercñl exIeriorZ C- B. — Sí todo inarclia bien, el punto de equi­librio podtá ser alcanzado en 1968. Ab-ededor de esa fecba se situará -el cambio. ^ ¿Y si los Americanos camhian de poUtsaf

G.VL — ¿T s£ «n «se lapso loa Estados Vñ-dos revisan so. poüfiou levantan el bloqueo T proponen un arreado a ndd Castro? C. B. — Ese cambio de poUtíca seria nroy Wafc acogido por los cubanos. Las üXtítaas deelaxat^»* oes de f del Castro no dejan ninguna duda a esa respecto. Say «st ^ el deseo de establecer ana: diferencia neta entre las relacfotkes económicas ^ las relaciones paüticaB. La sitaacsón geográfica ortesta naturalnMnta a Coba bacía el mercado amerfeana. T si loa ps£-wea soc üstas pueden. eonUamr enviándole bi ^ oes de eqmpo, es iododabte qne -tí soministro da los bienes de consmno (de los civiles esoa prfsea son n e ocres abastecedores) átíjetíi as utaona «a países más cercanoSL Ck M. — :Pato an ai CL B. — bo aaecdola «eeettranwsEta A 9m

-nlviexa al «aicnta por ciento *• «ÍÍI5.J5? Bo se ylantea al c —--> 9úes« da nuevo Mras pafees. Xm »Wt« fc Castro «J** 5?f; pando a laXoOMdada de íiwiel» «lUiulMf» «^j

m 4 PUNIIIS CAIINn 4 nmm ms^mim DE fMUEISXf OS CORRESPOMSALES Y: SERVICIOS EXCLUSIVOS

Buenos Aires trampa en la que podrlaa haber cai-<io 3os Estados Unidos durante la guc-ira Iría. ]La poroliibición de los expe-lioieiitüs no liace sino servir los in­tereses soviéticos. Kilos puedea perfec­cionar subterráneamente sus armas stómicas, mientras impiden nuestro progreso en la tecnología nuclear. Fi­nalmente, puede orearse la situación áe que un día nos despertemos y ten­gamos frente a nosotros a los soviéti­cos con armas superiores a las nues­tras". (1963). Barry Morris Gold'waíer es presiden­te del directorio da ima cadena de tiendas "Golá-wateT's" que piroduce 7,5 millones de dólares anuales y ade­más puo-ie contar con la ayuda de la fortuna de su esposa, Margaret, cuyO padre y tío fueron fundadores de Sorg:-Warner Corp., cTie tiene ventas arnaa-cha norteamericana en lo que íes por G60 millones de dólares. Kaeió tiene que ver con las relacio- en Phcenix, Arizona. en 19Q7. Su _a'o-ue-

lo, que salió de Polonia como ilicliael GoldwESSej en 1S3T, cuando

La ultra-derecha se confiesa

por Gregorio Seíser & He aquí, expresados por Barry GoMwater los pun­tos de vista de 3a ultra-dere­

nes con el bloque socialista, el pacto nuclear y otros temas.

Helaciones entro Estados üsiidos y «1 bloque socialista: "'El presidente de los Estados Unidos debe proc-amai oficialmente que nuestra finalidad es triunfar en la guerra, fría y no sólo luchar con la esperanza de llegar a im­portantes organizaciones de masas re­publicanas, los Clubes de la Juventud Kejkublicana y la Federación Nacional de Clubes Feoienincs RepublL?anos, Además, entre los no-nltras que lo apo­yan se encuentran hombres tan im­portantes como el senador líorrís Cot-ton en Kew Hampshíre, el ex-senador "WiHiam Knowland en California, el ex-secretario del Tesoro George Hum-phrey en Otiio, Herbert Brownell en K'e-w York, y Pienre S. dn Pont y Lam-mot duPont Copeland en Delaware. tsTaturaL y lógicamente, cuenta con el apoyo de esa "buena gente*' qv.e es la íohn Bircfa Society. Com.» lo indica Munt, por el mo­mento la fuerza básica de Goldwater signe proviniendo de la ultra derecha, "esa curiosa amalgama de norteameri­canos de clase media frustrados y des­plazados, cuy incapacidad para asimi--lax al capitalismo de las corporaciones algnn callejón sin salida. Es realmente asombroso el he:rho de que nuestro go­bierno no proclame nunca que su me­ta es el triunfo total sobre las fuerzas tiránicas del comunismo internacional. Yo aseguro que todo lo que no sea victoria total, será, a la larga derro­ta, ignominia y esciavítiid Está cla­ro que absíenearttos de proclamar la •victoria final como nuestra princíoal misión, es una muestra de la debili­dad oficial, que se niega a recono­cer la férrea deosión del comunismo d.e conquistar al mundo y destruir los Estados Unidos. Esta debilidad" nos Costó, en varias oportunidades denoa-siado caro"-

El pacto xmclean "Está prroliibído in--terrampír nuestros experimentos nú-meares Esta es Ja peor y más clara

aquella es­taba bajo el dominio de la Rusia za­rista, llegó a los Estados Unidos en 1852 y fundó un comercio ra ínorííta en el territorio de Arizona. Sus abue­los paternos eran judíos; su madre era episcopal, como lo es él. Su padre. Barón estableció una sucursal ea Plioeiiix en 1895. Después de pasar por la er-cuela supeirior militar y cursar urs año en la Universidad de Arííona, el hijo Barry se hizo cargo de los ne-gor-ios en 1929. Sus primeras armí s en política las hizo en 19i9, siendo elegido m.!embro del concejo municipal de Phoenix. T-IL 1952- se' presentó contra el jefe de la mayoría en el Senado. Ernesí McFar-Ir nd y triunfó arrastrado por el triun­fo de la candidatura del general Eiüen-howex. Phoenix proporcionó un clima apto para la ultraderecha. La John Birci. Society tiene allí una afiliación sustancial y los mayores diarios cíe la ciudad son de propiedad del derechis­ta Eugene Pulliam. quien apoya en­tusiastamente a Goldwater, Munk sostiene que las dos exitosas campañas senatoriales de Goldwater han sido inconmensurablemente ayu­dadas por los fondos de fuentes ultra-dere"hiH:tas ajenas al Estado de Ari-zona. En 1952. la mitad de sus gastos confesados vinieron de afuera, entre eOlos. fondos donados por el petrolero Harrisou lL,afayette Htint. de Dallas, Texas, y por la organización Uor'ea-mericsnos por Norteamérica, con ba' e en Chicago. En 1958 Henry Luce, de Tima, colaboró can fondos y también lo liizo Kobert Welcfa. el presidente de la John Bircb Soeiety. Es el republicano más veterano de la comisión senatorial de Trabajo T Bienestar Público. También pertenece a la Comisión de Fuerzas Armadas T activo de las reseri'-as- como mayor a la subcomisión de Preparación Mi­litar en Tiempo de Paz (es miembro general de 3a Euerza Aéreaí. Sus an­tecedentes en las votaciones en el Se­nado incluyen votaciones centra el sa-

tarjo oifiainu) de 1 5 dólares en 1960 y Í9SI contra las mejores condiciones para los peones agrícolas mexicanos quo emitan temporariamente a los Estados Unidos; contra el perfecclona-miento de los fj:ítbajadores desocupa­dos; a favor de una mayor severidad de las cláusulas Taft-Hartley contra los faaycotts secundarios y los piquetes de liiielga; a favor de una supervisión federal especial de las votaciones para h.uelgas sindicales; contra la amplia­ción de emergencia de la compensa­ción par desempleo, y contra una ma­yor amplitud de sus benefi: :os y ua aumento de éstos. En la lista que pe-riódicaniente confecciona la central obrera AFL-CIO sobre ei modo de vo­tar de cada senador o representante, Gold'.vat&r apnre'e votarido "mal" en 52 oportunidades, sol)re 52 casos posi-b-es-En 1957. Goldwater votó para que la Comisión Judicial del Senado liqui­dara la ley de derechos ctviler. El Congressional Cíuarlerly informó que en 1960 votó el 67 por ciento de las veces con el bloque sureño de 18 miembros, y se refiere a su "ambiva­lencia" en materia de derechos civiles como una combinación entre la creen­cia en los derech-Os ertatales y una oposición personal a la díscrim!Tiación racial, pero observa que la primera ven~e a la segund?. "en casi todas las oportunidades en oue las dos entran ea con* icío*'. Finalmente, voto en favor de la en­mienda Ericker Q.iíe limita el poder del prerídeníe de los Estados Unidos para realizar pactos: y votó contra el tratado, contra las pm-ob-'S nucleares y los préstamos a la UN". En otras vota­ciones siguió generalmente la línea bi­partidista de isí guerra fría; pero ea declaraciones públicas propuso un pro­tectorado de naciones occidentales so­bre los Estados africanos que rec'a-man la independencia, el retiro del re ronocimiento a la URSS y a otros países socialir+as y a la UN. la inva­sión a Cuba, el rearme total de Ale-inania f'Si hubiese estado conducida más inteligentemente duran+e la últí-nia guerra —.Alemania— habría con­quistado Eusia y probablemente habría liquidado el comunism.o"). y contra el mtercambio ci'.Itniral, Respe-to del de­sarme dijo: "Creo OTie deberíamos anunciar en temimos claros oue esta­mos: contra el desarme.. ." En cooss-cnencia. votó contra la as'íincia de de-sarTTie de los Estados Unidos.

Hasta ahora, la ultra-derecha reac­cionaria no cuenta a^y-a. candidato más de su gusto que Goldu' ier. Itottefel-ler es demasiado moderado para su gusto, y Rich-ard rííxon, a quien se Vuelve a mencionar otra vez como candidíito, no es+a demasiado "seguro" en sus manos no obstante sus profu­sos antecedentes pro-macaxíistas. Que­dan los nom.bres de Bfenry Cabo*- X^oí-ste. embajador en .IJTietnam "WiHiam W. Scr»nton Sfobema r por Pensy]-vania, Konnmey, por ÜGchígan, Mark

Hatíield por Oregón. y hasta ei «*. neral Luciiss Ciay. * Quizás ya ea enero pueda sabeisa hacia donde se orientan las miras da la ultra-derecha norteamericana. El paréntesis impuesto por la tregiLa OTÜ zas bai'a provocado reubicaciones j-acomodamientos de nueva contextura Pero, hasta ahora, todo indica aue sii candidato indiscutible es Barry Morris Goldwater y que éste podría ser el futiuro presidente de los listados Uni­dos.

Paz Esíenssoro [Viene de la Pág, I4i • Es decir que sí <ta.n, un, rt otCtacto posiíiuo Eos invastigacioTtss que aa están haciendo, Bolivia. tendré d-sn-tra de 'poco tiempo los hornos de fundicióit que le fia ofrecido la Urtióv, Soviética? —i O Í* tjsted sabe nuestro prcble-ft^ ma del momento es aumentar nuestra producción de estaño Una vez logrado este propüsLío. busca­remos industrializar al país comprandi» los hornos a qizien nos presente la ofer­ta más conveniente. - ?2 millones de tOJi^Uidaí

de esta no • EE. ZrU. tiene reservas por 35 mz-llo-íies de toneladas de estaño. ¿Qu-é conseciteiic-ios traería j>a.ra Bolivia. í-ua lan^zara al mercado, de golpe, y a bajo precio, una jparte considerable cía sita resernas? —• A nos ha sucedido. La eonsecuen-

J <ia es que el pre~io del estaño baj a en el rnercado intemacio-DaL lo que es muy perjudicial para Bolivia A ello fiay Que agregar que *a po-siczó-R. geográfica (enclavados en, el con­tinente) haría o_iie un bloqtteo ecoJió-mico tuviera. Zas cov,secuencias mó* fifra-esíos-• Para bloquear a Solivia "•bosta una comitTticacíÓTt telefónica: con- les go­biernos de Paraguay. Argentina, ChÜs y Perú'', m.e deda nn estiidiantte i>olz-viano-

¿En estas condiciones, podria el go~ hiemo tomar decisiones que no co-rtta-ran con el beneplÁcfto de ES. 11X1.2 — L mar es imprescindible para Bo-

^ via. Sin mar se hace dificü

¿Una tierra... CVtena da la f&s, X5] tos especoladores se alarmaron, cuan­do se propuso gravar con. un impues­to a ^s ganancias del capital aun­que no hubieran necesitado preocu­parse tanto, ya que de todas maneras el impuesto no serfa establecádo antes del 19 de abril de este ano. y ahora paree* que será pospuesto o snnple-mente no se votaró- El Gobierno, qne anuncia su propósito de elevar los in­gresos en H* 100 millones durante el año mitrante, a través de la continua venta de acciones, podrá difíctünente matar la gallina de los huevos de oro. inaponíqtdo tm. gravamen, a la ganan­cia del capital al mismo tiempo. Por tanto, él ñníco remedio del Go-

o Suiza, plantearán, de continuar, TUL grave problema al futuro desarrollo del país. En un debate en el Parla­mento, el 6 de enero, Mordecai Bentov (Mapam), antiguo Ministro de Desa­rrollo, acusó al Gobierno de tener solo una solución para todos los problemas de economía, principalmente la restric­ción de los salarios. 2To era en los ex­cesivos salarios, afirmó, sino en las ex­cesivas ganancias donde radicaba la fuente de una demanda inflacionaria-

contrar en ningún lado, salvo en Flo­rida o en EGacritz. Propietarios de lu­josos chalets, se cuentan entre la nue­va aristocracia del dinero, de Israel, tales como la alta modosta Lola Baer, quien, incídentalmente. provee a clien­tes como La 3ra_ de Ken Gurion. -. _ -, ,--- -, ~ =•——':-' ""-" ' " " H escáldalo de A.tdo-1 aoe relien- ^ ¿ ^^''^^^,SS^M'L'^'^J^^ teniente rootivo amplias criticas de '-" '-•- c i-a-

desarrollo económico, pero sobra todo, el mar significa independencia. I>e ahí que los bolivianos lo busquen con tanta insistencia. En los ómnibus, en las universidades en las librerías, en todas partes, está el letrero 'Solivia hacia el rnar". 5Í una necesidad que todos los boli-idano* la sienten. Perdieron su territorio en. la injusta guerra del Pacífico y recla­man lo que les pertenecía. Pero el problema no es de íácÜ so­lución. Es precisamente en el territo­rio que hace 90 años pertenecía a Bo­livia, que Chile tiene puestas sus es­peranzas de desarrollo futuro. El nor te chileno es riqítísirao en cobren Dejar de ampararse en los tratados que pu-ffleron término a la guerra del Pací-

I,as ganancias en especulación de tierras exceden aún las ganancias de especulación sobre los artícaos de^ mercado con el "prudente" inversor tendiendo más a la posesión de bienes que al logro de seguridades. En mí experiencia personaL una paa"-cela de algo más de 1 "dmoam" (4 dn-, nams igual a 1 acre), en im pequeño •biemo contra la "presión inSacíona- balneario, por la que ped n, seis anos ságae siendo la congelación de sa- atrás IL. 1-900.000 Cantes de la deva­larlos, que casi llevó a una huelga ge­neral por parte de trabajadores pro­fesionales, quienes atacaron violenta­mente e^ aumeaito de saOanos a los po­seedores de títulos académicos. El Go­bierno ha cedido en este aspecto, pero ios tralrajadores profesionales perma­necen mal pagosi Un j*>ven igsaco nn-clear, por ejemplo, trabajando a la vez ^1 ia Umversidad, y €XL srao de los re­actores atómico gana IL. 55D por mes Co sea menos de U$S 2003, con nsédíccs —1 mayor parte de los doctores son agof empleados del Goh'iemo. rrnmi-cípaJe* o del Hístadrat CTed ación de Sindicatos)— eiifernieras,, asist ites sociales y nsaestrosL ^nando todos mu-ciio menos qae taxim ristas o aDbañi-

luacíóii «cactamente sobre TTSS 1.000) ha sido puesta en venta aíora por TX'. 25.000.00 o dicho con eH cambio ac­tual ITSS 8,300. Itta es una de las ba­ses de la estricta empreísa privada. Z<o qize resulta más desalentador es apreciar las enormes ganancias extrai-das de las propias Cerras del anteaior gofaieamo. Los ejemplos más notorios &i este- aspecto son los de Caesarea y Caesarea fue oríginalnieníe propie­dad del Barón Edmond de Bothscbild, quien la donó al Estado de Israel. Mas tarde el Gobierno devolviñ 3a

parte del Parlamento, está relacionado con la Compañía de Desarrollo Urba­no de Ashdod fundada para desenvol­ver el nuevo puerto de Ashdod TTam, ai Sur de Tel Aviv. I>e acuerdo al con­trato oñgraal del año 1957, la Com­pañía compró tierras fiscales al pre­cio de IL. 159 por donam, el contrato fae luego renegociado al nuevo precio de EL. 1.500,00 Ceiiton.cesUSSSO.OOuü$S 800.00 respectivamente). La Compaja ha estado vendiendo tierras reciente-meitíe al precio de IL_ 49.000 CUSS 13300) por dunam. Una investigación heciha por el Fiscal General, concluyó que los acuerdos eran validos, pero no ejdmían a La Compañía de la acusación de ex­cesivas ganancias. Antes qce anular tí. contrato o declararlo invSHdo, el Go­bierno Ita decidido ahora asociarse tíxi la. P'Topíedad y en las ganancias:. Este tipo de especoiación, con o án la participación del Gobfemo, a la cosía det pueblo, no trae ya icencias de sociedades capitalis­tas tan altamente desarroHadas como Aleonania Occídeíníai o Xapón, sano mas bien de sociedades de tierras &i

paron, seria tan catastrófico para los chilenos, como lograr la salida ai mar para los bolivianos. ••La solución puede encontrarse tra­tando de contemplar el interés de laa dos partes", me decía im nruguayo que con mucha dedicación ha estudiado «3 problema, "Cñüe necesita él agua dul­ce de los ríos l>©lfvianos para pode* explotar él norte; 3olivia necesita ¿í ogua salada gae les sobra a los ahíle­nos". Sin el futuro IBolivia y ChUe, espera­mos y deseamos, tendrán que llegar a un acuerdo. Pero por el momeaxto. lo* oólivisnos tienrai. la sensación de qt» no reclamar todo eL territorio íjae le» arrebataron, equivale a resignaisa qaa el agua se escurra entre los dedos. Enceasiada en ^ csnfcicntc viváendd de sus exportaciones de níineral, gt» en cualquier mom.ento, por decásión. mojiateral de los EE, TJU. ^jie^tt no te­ner comprador en tí mercado ía^ana-íñonal, con un po^lo que hace 40Í años se arrastra en la miseria, dura es 2a IntSia de Bolivia y tranco «i desad» cpie afronta.

t-„ -_«: -__ , \ — _ ....« «4 Bueno es tenerlo vreseate. ahoraL - - - te^^^l?^^*^f^ ^*^2^ P^- "^^^S ^ <»nventífin* del ^tiáo iS propíedad al nieto Jaime de Eothschad. ^ ^ S.»^^ ™ 1^^^ giradas en ^^ ido como candidato a la PrKá-oníen rápidamente profeSs a ^ n ^ ^ i S ^ ^ M ^ f ^ i *. * ^ mayoría dencia de la República al Ifc Paz BS-tiria. en mi parafe de mSl^^^ ^J^JS^^^ ? H ^^"^ continua fenssoxo y las amenazas, otra vez ron-

DE rviUESTR03 New York

E¡ "american way of I ¡fe"

p<»r Yessia Dumnova •O Volé sobre Uueva York en helicóptero. El apara-tito para 3 personas dio una vuelta sobre el puerto, sobre los puentes de Broold3rn y fe Wüliamsburg;, sobrevoló Green'wieh Viilage. Los ras­cacielos estaban al alcance de la mano, como cristales sal­vajes saliendo de una masa amorfa de edificios color la­drillo sucio. La Estatua de la IJbertad tenía cara resentida y triste,

WAXXi Street, estrecha y oscura, aparecía como una cavidad. El viaje concluyó en la zona ban-caria. Los bancos, de piedra gris, pe­sados e imponentes, subían hasta el pálido cielo sin dejar q.ue un layito de sol llegara a las angostas calles. Una monstruosa catedral levantada al dinero. Un santuario. Es ahí donde la élite plutocrática maniobra con sus mi­llones. Al final de WalL Street hay una bo­nita iglesia pseudo gótica en la que los bancaueros ajnericanos pueden, después Que las máquinas electrónicas lea •anuncian nuevas ganancias, dar gra­cias a su Dios. Entré. Almohadillas de duniopillo para sus rodillas delicadas, un vitreaiix: de colora algún cotiije-tón cajoncito para la limosna geneco-ea, avisos de conferencias sobre cán­cer y arte moderno, algunas folletitos. Tomé uno. Era una plegaria que em­pieza así: "Give me a good digestión. Lord., ." • Los americanos se consideran a sí mismos religiosos en im 97 %. Ser ateo es casi tan indecoroso como an­dar sin pantalones. Además, ttídos los jcomunistas son ateos. En consecuea-'cía: itodos los ateos son comunistas,, iodos los socialiíitas son comimista-s, etc. Pero sólo las tres cuartas partes de la población va a la iglesia con regu­laridad. Ir el domingo a la_ iglesia se convirtió en tena especie de rito ¡so-cíai de buen gusto. X.as mujeres lucen sus sombreros nuevos y los Itombres ,Ens trajes a la moda del Presidente ea ejerci; io. Ir a determinada iglesia es, también, afirmar su posición social, su casta; cuando ella cambia se cambia

CORRESPOISiSALES Y SERVICIOS EXCLUSIVOS

de barrio, de iglesia, y a veces hasta de religión. La mayoría de los amerj-caoos cree en la inmortalidad pero só­lo el 5 % teme al infierno. Están más preocupados sobre cómo acomodarse en este mundo que en preparar el pa­saje al otro. En la fiesta de San Genaro, que Se celebra en las calles de un barrio ita­liano de Manhattan, donde ima 3uulti-tud de aspecto sub desarrollado come terribles sal::hichas y gasta níciueles en toda clase de juegos, vi en el patio de 3a Iglesia de los Padres Franciscanos —*Tglesia de la más preciosa sangre", en la calle Mulberry 109— al pie de la estatua de Cristo, con las manog be­névolas levantadas en bendición, ima timba feroz administrada por tm ro­busto franciscano. EL altar del santo estaba alumbrado con velitas eléctri­cas y decorado con dólares de papel. En. la puerta al salir, había tm recla­me que mostraba un desesperado pe­cador moviéndose rítnñcatnente en una olla.; La leyenda reí'lamaba a los mor­tales que depositaran una limosna pa­ra evitar el castigo ünal, pero el fran­ciscano encargado tenía poco éxito en él negocio. Ea Nueva York también suceden mi­lagros. Una emprendedora estadouni­dense compró un icono en un viaje por la URSS. Ahora la pobre madre de Jesús llora a lágrima viva. "Home sick" quizás. El show tiene lugar en una Iglesia Ortodoxa. Entrada, USS 1, Si tenemos en cuenta la pobladón de líueva York, no hay allí muchas librerías, pero iqué librerías! Miles de autores magníficamente encuademados ilustrados por los mejores artistas, con sobretapas brillantes, revistas con fo­tografías en colores, álbumes, atlas... Da pena devolverlos a sus estantes.

1» - 10 de Marzo 1964 FERIA DE LEIPZIG Técnica y bienes de consiuao

Les productores-Interesados en la part3et* pación en este podrá» informarse en la Co* muñón infermSnisSeríal de Ezposicianex y F«riai£ Internacionales. CalSe Coareón t3T4. Carnet de Feña y pasafesz Compañia Orien* tal de Tunsmo SJí. (COT) Sorondí 699

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MARCHA — Piácpna21,

Sin embargo, sólo uno de cada cinco norteamericanos lee de vez en cuando un libro. Ea mitad de los jóvenes ja­más leyeron, un libro. Pero el 45 % de la población lee historietas. Entre los países occidentales desarrollados Estados Unidos ocupa el ultimo lagar en la lectura de libros: Inglaterra, 35 % de la población. Alemania, 34%. Austria, 31 %. Canadá, 31 % Estados Unidos, 17 %. La revista "U. S. News and World Report", del 28 de mayo de 1962, se lamenta de «lue muchísimos jóvenes "mueven los labios durante la lectura y no saben escribir algunas cláusulas coherentes". En el libro "Crisis of American Mínd" escribe Eeo Gurlco: "Está establecido que desde muchos puntos de vista es mejor ser un necio en lugar de tener nuevas tonterías en la cabeza. Ei usted es algo débil men­tal va a tener más chances de tener una vida larga y leliz; se restablecerá más rápidamente de una enfermedad, suErirá. menos de insomnio y abiExi-miento, y hasta manejará mejor tm. au-tomóviL Los psicólogos descubrieron que im muchacho que mueve los la­bios durante la lectura está mejor adaptado a las díEciíLtades de la vida moderna". En Estados Unidos la gente que lee mucho es algo sospechosa. Kohen en el libro "'El pensamiento americano'", dice que la palabra "intelectual" en ningún otro país se usa tan a menudo con sentido de burla u ofensa, y que el prestigio social de _un hombre de ciencia *jue no trabaje directamente para el Gobierno o para los monopo­lios, es niuy bajo; se considera como apartado de la vida normal, y a la gente pensante la rodea una atmósfe­ra de iostaidad. El hombre creador se siente s sneoudo como un esrtranjero en so propio país. Un cuestionario de la revista 'Xife" muestra que la tercera parte de la población dxida que se puedan confiar a los cientíGcos los secretos de los nuevos descubrnnientos. Una décima parte de la. población está segura de qoe JOS cientíEcos están ligados con líoscú- El 30 % de los líceales opina que un científico es medio loco y que no puede formar izna verdadera fa­milia. -_ Al profesor de idioma inglés Gordon Lísh lo C3ípT3lsaron «Ha gran escándalo de una. High School pr "enseñar de­masiado bien" y por "hacer pensar a les chicos". Dice IJonovan Eess en la revista "The íaíion", del 15 de junio de 1963 qne entre otras cosas I-o acu-earon de tener muebles a go raros en su casa y cuadros de pintura abstrac­ta, de estimular a los esttídisntes a es­cribir versos "de vanguardia", sin ri­ma, de fundar una revista Irtersria en el esíGo de ios "beaíniícs", de discutir ideas con los estudiantes, de opinar que la minoría puede tener razón. Lo exptzlsaTOE pese a las protestas ce los alumnos, ue lo adoraban, y de los co­legas, qce opinaban que Lash es un profesor exeepcionalmerríe bneno-I^ enseñanza, en Estados Unidos en general es paga- X*a mayoría de las High Schooís y de los CoKeges (seínm-dar:3> pertenecen a castas. El Instituío Galhzp hí»i a 1.600 estndiantes de 14 Universidades la. pregunta Para qué estudia usted? T-.BS contGsta:ñones más numerosas taercnz I> para, divertirse; 2> para jugar al mgby:; 3) para harex ' relaciones que le sirvan en futuros ne-•gGCiosi 4r) para encontrar chicas- bo-"ciías. IJCS menos contestaron; para

aprender algo. A la pregunta ¿Qué ideal tiene en la vida"? las respuestas más numerosas fueron: 1) tene una herniosa vida familiar; 23 tener éxito en el trabajo o en los negocios; 3) te­ner seguridad económica; 4) ser res­petado y querido en la sociedad; 5> disfi-utar de muchas di~v*rsiones y de buen descanso. Sólo ei 3 % contostó "JEacei el bien a los demás". Interesa comparar la contestación a la misma pregunta de los estudiantes de 4 Uni­versidades de India: 1) el 58 %, f''»r toda 2a vida por el bien de mi tf s y de mi pueblo; 2) tener una beHa -^ da faroiliar; 3) hacer un trabajo so­bresaliente en su especialidad; 41 se­guridad económica. Los priroeros días de 'OíAubre de 1963 la Casa Blanca publicó una alar­mada declaración del Presidente Ken­nedy sobre los reclutas de ese año: la mitad fueron declarados inservibles para el .servicio militar por la comi­sión earan-ainadora, y la cuarta parta inservible por deficieirte desarrollo menta!, de lo Que se hace resDonsable a la escuela primaria. En 1S62, do 306,073 jórenes de 22 y 23 años. 15T..512 eran inservibles por insuficiente desa­rrollo mental. El déficit más corriente era (jue los mudiaclios no saben leer ni hacer las operaciones aritméticas elementales. Una encuesta hecha en 1S61 demos­tró que la juventud norteamericana no sabe qué diferencia hay entre co­munismo y capitalismo. Sabían que d comunismo era algo abominable, pero no podían explicar por qué. Mucho» trabajadores tampoco pudieron expli­car qué diferencia hay entre capita­lismo y socialismo. Y pese a que Es­tados TTnidos es el país líder de la li­bre empresa , sólo una tercera parte de la población pudo dar alguna contes­tación correcta de lo que es la libre empresa. Muchos pensaban que es una especie de yapa que se da cuando sa hace una compra [Jree — libre — gra­tis). Se di"e que el homt>re americano es un "aiiim.a3 apolítico**. 'TTo pago im-Duestos- que piensen los de arriba". En 1960 la mitad de los electores no pudo proponer ningún candidato al Congreso. Sólo el 7 % de la población va a los mítines políticos. Una tercera parte de los ciudadano». w»3>5a qué es el Departamento de Estado. El interés de ia' mayoría en las elecciones se li­mita al de quién gandirá como en base» bol « en ifntbol. I*ara ellos es un show, y no de los meioxes. El sociólogo Pipper escribió que mu­chas personas en los Estados TJnidc* votan por candidatos con cuyos pro­gramas no tienen ntngi'm punto do acuerdo. íCómo pudieron se.sutr vo­tando nujrhos obreros por Taft y por Hartley después de salir su famosa ley qne limitaba el derecho de liuélga y protegía a los cameros? En su inmeii" sa mayoría los norteamericanos votan por ciega Edelidad al partido de sus padres y muchísimas veces no tienea la nvás mínima idea de lo que se pro­pone hacer su candidato). Esta apatía política e ignorancia s« mantiene artificialmente-, con ayuda de una estridente campaña de desia-íormación y reclauíe. que les quita la.' capacidad de pensar lÓgícanteníe. pero qne los distrae. El ¿efe de la famosa firma de propaganda Wiffcer declarál ™E1 americano medio después del tra­bajo no quiere desarrollar su intélec-ío pero- casi todos los americanos ado­ran X1313 pelea Así que hay que mo ^ trsrles una pelea, sia que importe ei. motivo. Clsidn americano quiere qne lo distraigan; le gusta el c ie de aventa­ras, ds misterio, los fuegos artificíale los derfEes". CEn poco más de un me» en 2?uevs York vE cuatro desix''es, uno de alemanes, otro de polacos, oíros d« chinos:, otro de escolares, todos idén­ticos con tambores y trómpelas, COA chicas basríoneras, con carros alegóx eos, bandas estrepitosas""-- El ferifo r^ dica en mezclar espectáculos rosado» con violencia, en no hacer uensar rí orear inquietudes. El pueblo parce* convencido de que el "amerjcan Taray of life" y la democracia americana son ideales inalcanzables por nóigiiis otr» pueblo del mizsdo- y coa estos dulce» íes liacen tragar sin pestañear toao !• otro: Xa desocupación -crónica, las vid^ jóvenes perdidas en Corea, en Laos y en THeíoam. Tos refugios arrtiatón íco la radiactivícLad en su irr-nnio tenri-torio por explosiones subtsráneas, laE handas de delincuentes organizada* con gnsanos, el dinero del pueblo gas­tado en la ccmpra-venía de polSíico» laíino-aTnexícanos inservibles; etc. La» voces de protesta de ims heroica y mrnaíscnla Tannoría de gente sabia estudiosa- como Hoberman. y S- e£:=y : o-?ros pe<5uenís:mas y valientes grap ssücidas de socialistas y pacif; áíe 2at oye- ^ ías crnere Gir_

_ _ _ _ ,*«o- uiA-i^ KMí ua paraíso ae miiloiiarior. ensandiiándose, ferael «star£ muy Ssn* éxoÁ3 haoa él exíranfero de Equipada OMI titah de goic y ra^ak- paonío en peligro de tra3t*ifni-TTia-»-=-n -«

jóvtíaes eientíScos isiatífes ^ cp3e acep- ~c!n£»s. Caesarea dis&ota hOT- de va Iff- xoa tíeEca 'ídíe des iiacíoQes «a «I sen:-MARCHA-r Pcspia 20

Miwg?ff«?Tii,sa£Mis¿a¿r>ig£¿Bjp - £'a í s-"j:x.-:£- 2-iS£iL2r=í¿: .'

Ona apwoxtmatfSa tmoISgha por Htb«r CettfwHa

BERGMAN LUCHA CON DIOS MK pregunto si, a pesar de todo lo dicho sobre el film de Bergian, y la considerable atención que ha Kcibido por parte de la crítica, lo esen­cial del film lia sido comprendido, vis­to, interpretado. Pienso en tina circuns­tancia xnay particular, por la que me anictto a levantar esta nueva voz no especializada. Bergman es protestante. No importa cuál sea su relación ac-1tual con la iglesia ni la forma de ex-.presión pública de su. fe; quizás eso mismo es lo que lo bace raes protes­tante, más genuinamente consutetan-ciado con el genio del protestantismo. K"o se puede olvidar que los seguido­res de Lutero recibieron el nombre de protestantes por su renuencia a som.e-terse a las decisiones de la iglesia ro-manat. la única iglesia que podía conce­birse entonces. El hecho que el protes­tantismo creara su propia eclesiologia y coiisecuentemente UTL desarrollo ins-titucional cercano al espíritu católico Cmenos bomogéaeo, con menor cohe­sión, pero basado en el mismo piinei-l>io de autoridad), no basta para hacer olvidar que protestantismo sigue siendo ttn sinónimo de rebelión ¿rente a la autoridad íormaL No es anarquía pero si r<>eld£a. Es la afirmación de la liber-

t l_ de la conciencia individual para decidir en las cuestiones de fe j" doc­trina frente al dictamen de una enti­dad autócrata que decide «i base a] consenso y la tradición. Ese fue el es­píritu y la life>«-tad que defendieron Hjutero, Servett (frente al otro protes­tante Calvino). Kíerlcegaard, TJnamuno; ei_ espíritu que deflendea Dürremnatl y Bergman- Perdóneseme esta larga y desacostumbrada introducción para un juicio que debería exhibir ante todo algún elemento de índole cinematográ­fico; pero opino que sin tener en cuen­ta esta circunstancia, el protestante Bergman y los muy protestantes len­guaje, temas, búsquedas y formulacio­nes de sus films Ca taenudo a partir del mismo titulo) pueden «eguir sien­do ignorados, a pesar de la considera­ble eiTidición, inteligencia y no aaenos sagacidad con que la crítica puede proponer hipótesis fantásticas. Creo que a Eexgmati hay que com­prenderlo a partir de su protestantis­mo y desde el protestantismo. Es una afirmación que puede parecer intere­sada, mezquina o sectaria, de acuerdo. Sobre todo para un modo de censar latino y americano, religiosamente for­mado (y mal) por el catolicismo, y des­

pués deformado por la invasiáai porf-tivista. ííso ha hecho que por lo ge­neral loa iK'uguayos resultemos muy poco sensihles a la siraboiogía religio­sa. No estamos familiarizados con el lenguaje ni las claves de la Biblia, no conocemos el esquema presupuesto en la econojnía de la salvaciózi, nos re­sistimos a desentrañar las intuiciones presentes en el mito, ignoramos en qué consiste y qjié implica la oerspectiva escatológica. "Todo esto se ha visto no sólo en relación, con cada film da Bergraan; tEtmbién Düxrcnmatt, cada vez que tuvo que ser interpretado en nuestro Taeáio debió soportar las mis­mas limitaciones de la crítica. ISTo com­prendo que una obra como "La visita de la anciana da dama" pueda comen­tarse debidamente sin reflexionar una sola vez sobre la «ran visita escaíoló-gica tan reiteradamente aludida en el texto y sobre la que toda la obra es una alegoría- Bergmaa ha padecido de lo mismo, pero creo que su caso y la íncomprensióa general en torno a él e* meaos soportable, porque en. su obra, particiilarmMite en estos tres úl­timos films, el, significado religioso es taám decisivo, mis cxccial, y el pío-

los mejores artistas del mundo graban en discos

u RCA VÍCTOR

rastríbuídores para'el Uruguay ConvenciónJi42<>j T^SF-^QB 22I211 ^9S 22 22 :.: 9S 22 23 SS 22 Z4r 98 22.25-

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tñco qu* «n IJürrenmatt. ^^ IA trilogía integrada par *Detiri« tm vidrio oscuro". *^v¡z de invierno» y "El suénelo" es «na seri* de vaiLf riones sobre el tema del amor. Cada' una de estas obras pone el tema M un contexto diferente. Aquí sólo ouSi ro referirme a '-El silencio". El mar» en el <JM& Bergman desarrolla el tem» del amor en esta película es «I de^ responsabilidad, otro tema (junto con el del amor) caro a la teología prole» tante. Bergman no será teólogo, p^ es hijo de teólogos, lo que para el ra­so es lo mismo. Su manera de pensai no es filosófica m psícoanalítica sino teológica. Eso puede ser la causa da mucbo desconcierto. Insisto en aue la» categorías teológicas —sobre todo laa de la teología protestante— son estral ñas a nuestra manera de pensar L» responsabilidad no puede tener" na ra Bergman «n contenido social ní filosófico- sino teolósriío El tema da la respocsabüidad está dssarroUada ^' zauí a través del -oapel que jue=a el níno, Jolian, en todo el film. Jobln ea durante todo el tiempo el testigo pre­sencial, el juez y el ejecutante de la sentencia de lo que hacen los d'=>niás sus mayores Por esta pre£encía muda' veedora <Johan es el "voyeur", cerno señaló acertadamente Mercier en su nota), los demás se tornan respODsa-bles. La retsponsabllidad existe en fon.. ción de éL Ana no lleva al hombre a un cuarto del hotel nara provocar la irrupción de Ester y consumar así «a demorada venganza, sino porque era forzoso q'je todo ocurriese en rtreseii-eia del niíío. Por eso desde las"orime-ras imágenes el fí'm se empeña en obligarnos a concentrar la aten-ión «a el niño, en su (rostro sobre todo impa- • síble; por eso nada de lo que ocurra e importa puede pasar lejos de su pre- . cencía: por eso en determinado mo­mento la cámara se eleva hacía la bó­veda del pasi'lo, gira y lo sigue con una tenacidad desde otro nun*"» de vista innecesaria: por eso la última "toma del film capta ese rostro r lo sos­tiene. ÍTo es el fin de su sueño. AHa-ro; no e£ ^ despertar de la pesadi­lla, Es la forzosa perdurabilidad del testigo el ser que nos observa, nua nos "sabe". ía muda pr encia de la que n» podemos destarendernos y por la que se nos hace responsables. El tema de la responsabilidad es eJe-gido aquí como punto de r erencia, pero el tema verdaderamente acuJan-te paara Bergman es el del am.or. Y eso porque el amor, según iina corriente muy importante de la teología protes­tante a la que sin duda ILO es extraño Bergman, se confunde con el tema de Dios. T Dios —todo el mundo se ha ocupado de denunciarlo— es Is gran obsesión, el gran tema de Bergman, ¿Pe­ro cómo se rel íionan a2nbas cosas? Bergman arranca del planteo pauííao, la gran discusión —contraposición:— entre *eros* y "ágape". Esa discusión Ja desarrolla Pablo en él capítulo 13 de la I carta a los Corintios, y no por coincidencia Bergman extrajo de esa capítirio él título inicial de sn trEIogíai "Betrás de un vidrio oscuro". "Ahora vemos como por espejo, en oscuridad", dice Pablo. Es verdad que la ciítica ha. hecho «e ésfo m igar común. Pe­ro en cambio no se hizo una exégesis muy profunda de ese contraste entre *Gros"" y "ágape" que es el ran des-enbmmento paulino. "Ágape", "aga-pao", en. el tolné bíblico, era una pa­labra decadente, im término del lun­fardo. Pablo lo ad<g>íó y redimid- Es decir, tomó el vocablo anenos fíno del léxico de su l enrpo y descubrió el amor de I>ios -—él amor que es Uios— precnsamente con ese término. Me pa­rece aiTiy claro qne Bernmn Ii2ce la ~ misma cosa. Escoge los femólos más oscuros del amor, las más pobres, mi­serables, escoalidas inanÉfestacíone» ^ del amor hnmano y dice: aM. a pesw de todo, está Dios. "Eso", es Dios. Vol­vamos a la trüogfa; en "Detrás áñ nn Tidrio oscuro", la variación elegida dA amor e» el dudoso,, incestuoso ansor catre los Jos iermwios. cercado da •tras espetíes de amor fgnalinente du» «fosas, Hatt3raln2ente. En "T-in! de ñfc-•ferno",. e» *3 ansor profano poseva ofefat spTovisto de orgullo de la mujer por ^ pastor claro qae aqsi la gptSgza de Bergman va lan lejos como 3>ara contraponer ese amor ümacamcif te miserable a la seqtiedad de esofrí-"fci, a la mtierte e» el jüma qne lleva «S pastor. E» stt manera de redfmfr la de otro modo irrednmble iiatciral*'za termana. Y" ahora, TEl silencio". 'Bstf para élMir. ¿Coa amé rpecie de amo» ^ •na QcedaniosT iCan d amor eoviami aaA> de ItoaiceexDálídad de Ester po« Aaaf ¿Con la «abOmarióa dd moa» y aeamssJSaaá igam ca el amor de Ana par sa liQo? cCon et amor 4e 'Esiee pw Sohaax. «4ra ao wctiosa vepJfin Qoa apropia a£ Iransferlr :para día

A DIEZ AÑOS VISTA Junturas que rechinan a SAIARM DE MISO ^."ÍSS^* tí lia 1953, Txocadero viernes 243, visto diez años después de su estreno, coníinna sus cualida­des de excelente película de acción y un po­quito más. Basado ea la novela homónima tíe George Arnaud, conocido escritor izquier­dista que en su juventud tentó la fortuna en Colombia, €Í1 füm cuenta la aventura de cua­tro emigrados europeos, en un país no exacta­mente identificado de Centro-Ainérica, para transportar en camión, a seicientos Mióme-tros del punto de partida, varias toneladas de nitroglicerina. lia aventura física está narrada por Clou-zot con su sentido, ya famoso en 1953, de la \'iolciicia a veces sáüica Cel episodio dei lago de petróleo es típica al respecto), de ia peripecia emocionante, de la artesanía en el detalle. Sin duda, la emoción, a menudo no va más allá del estren-Leciniiento nervioso, y Clouzot cede a su tempei-amento de autor gui-ñoiesco, cuya truculencia bordea lo grotesco tan peligrosamertte como siis camiones bor­dean los abismos. Fexo hay que reconocer Qiie, de este peligro, el íliablo de Clouzot se sale con ia suya. El relato es imjy eíácas. Más eíicaz, poí" cierto, cuando más sobrio, co-xao por ejemplo en ei detalle del cigarrillo que, al deshacerse en ei viento, significa una £atal explosión a pocos kiiómetros. El alcance "-huniauo" del argumento fue en su tiempo más discutido, pero al iin de cuentas no me parece que sea tan despcecia-bie como a vezes se le ha dicño, en reacción contra im entusiasmo tal vez &s:agera<io. Creo que la aventura 210 einocionaría conio lo ba­ca en reaiidadr si no estuviera sostenida por cierto sentido psicológico no muy sutil, pero si auténtico. No ciue el planteo, en este aspecto tam­bién, esté libre de toda puerilidad. Aparecen, surgidos dii'ectainerLÍe de 1935, del realismo poético a lo DoiviTáer, aJgmios clisés tales como el ti' líiet de ''inétro'' religiosamente conser '-ado por Xves Montand en su eííilio tropical C"¿Te acordás, Pigalle?", etc.) Bue­no, liay que respetar a ios nostál cos. Tam­bién los personajes, el de Montand y el de Peter Van Ey-ck partíciiisrTn.erríe. son Se un temible convencioEaiismo. Qnizás esto no tenga mucha importancia. Se trata ííqyii de un relato d.e aventuras, y el género tiene sxis limitaciones, pero tam­bién tiene su valor. Descrlüe instintos y pa-

tíoiMS elementales: la concia, la dewonlíaa-sa, el odio, el miedo (sobre todo él miedo!)» y me parece que Clouzot los describe bas­tante bien. IJO más logrado del fiínn tal vei sea la pintura de cierto compañerismo varo-Dil, primitivo, brutal Cel diálogo tiene sus virtudes pintorescas), pero a mi criterio n» desprovisto de dignidad y moción. Ifo era necesario, en cambio, el intento de "mati­zar" ese sentimiento con alusiones equivocas, como lo hace Clouzot en la primera parte, buscando sin duda el reiinaaiiento e introdu­ciendo inútilmente el morbo. Esta primera parte, aunque fue cortada, evidencia cierta lentituá. en la pintura de am.biente, entendida como una obligada pre-Bentación de los protagonistas. Es ahí, prin­cipalmente, donde se sitúa el aspecto-social del film. Hay mucha torpeía. y mucho con­vencionalismo en esa descripción de ima ciu­dad miserable de América ¿.atina- Pero, otra vez, considero que hay cierta verdad detrás de las puerilidades. Finalmente, la impresión Cundamental es justa: explotación del bom-bre por el bom-bre, por el Capital, que' se Uama aquí, sin ambigüedades, Southern. Oil Corapany. No veo por qué no habríamos da captar la intención, que no €ÍS- nada tímida. Y después de todo, es esta intención so­cial la que sostiene toda La trama del relato. Porqua esa cairera con explosivos no respon­de a un afán de hazaña deportiva, sino a la obligación de sofocar un, incenéio que pone en ptíigro los beneficios de la Company. Montand y Vanel ahogados hasta el cabello en el petróleo; el episodio tiene un sentido bastante claro. La revisión,, en total, deja "un saldo am­pliamente positivo. Fotografía (Armand Thi-rard), interpretación Ca la cabeza: Charles Vanel y Folco LuUi), colaboran, en tal ba­lance, aunque la pobre Vera Amado, esposa brasileña de Clouzot, contribuya, por su par­te, a bajaír el nivel del film, en algunos gra­dos. Con slgunos momentos real-mente -her­mosos íla salida de los camiones, por ejem­plo), la obra se ubica en el buen cine de' ac-cíón, ese cine que nos devuelve a nuestras lecturas, a nuestros sueños de adolescentes. Y además, con una habilidad y ima. violen­cia que, al contrario de lo que pasa en otros films de Clouzot, no son puramente gratuitas, nos trae ima imagen casi alegórica de horro­res no Kscclusivamente literarios.

m SIETE IttMVttlAS 00. MirnOO i rworu.°Et"u5 1955, Elíseo jueves 23). En la feroz carrera de show bu-siness, ocho año es mucha ventaja. Desde su estreno, las técnicas de proyección en pantalla ancha y de reproduc­ción del color (recordemos nomáa los esplendores no tan Samantes de "West Side Sdozy y Lavrreace oí Arabia) han terminado por marchitar la fascinación que por entonces ejercería este espectáculo C¿JÍbn?: nno se resiste a em­plear la palabra). A cambio de la prinácia de sus dimen­siones, el nuevo cineram.a se atiene ahincadamente a los modestos lugares comuLnes del turismo i la Hollywoo(3 de las décadas previas. Un itinerario forzado, una reco­pilación sin continuidad, con dos enlátic«s crescendi e» la visita a Tierra Santa y al Vaticano. Roma y Jenisalén, los dos polos de esta vuelta al mundo signan el inape­lable y remunerativo culto a la espirrtualida.d occidenta! y cristiana. Pero al cabo de tanto canñno, nada como ei Viejo y Querido Hogar Americano, para albergar la cau­dalosa retorica del locutor. Este colofón, algo sorpresivo, tributario de im orgullo casi desafiante, sujeto a crédulas premisas de estabilidad, m,ás allá de todo cálculo, ofreca cierto interés por su valor documental, oblicuo y sin pre­meditar.

Frigidez y "tedium vitae" BÜTA DE '/IRSUENZA 4?S¿' 19S3. CoveiiPr-y, viernes 24. Kar^ "blusones Tzegrcs" eiz Sttecda^ vo­ló sábí;cm.os. L.a petíeula. -ao tras: nada rtiiiy -nii^evo di -respecte^ SU Ti^cdizador Günnar líellstrom-sa irz-srpira €7t una -Jiovela d« BTÍ(/itta Steriberg y sios miiss-tra a una chica. o€ itmce HTÍOS (L,'UZevi ^erffTnan -cEespiies «te su salida déi Tefo-rraatorio, al Que ca a retomar por haberse rri^lzda cTt asurUos duáosos. 'La trama, del fUnt, coTc-ziste &a uruí sHrCesión. ttn poce o la m.<L-nra ce TLTta. tiovcla picorcscct de ios óxv^fTSGs ertcxíeTtliTCS de Xa. TTwt-chacha coii S3t cLíja 'paTzdtlJíz, C071 ttOTnbres inad-íacs y brutal-íes, co7t adcXsscentes evasivos.

con mcrfinórr^anos y otras v^c-tiTTUis del tedium vitae eiLTOpeo moderno. El tema- iw es ni TIIÓS «-i me­nos írztercsaiite QÍÍC caeaSquier otro. Pero la cOTtstruccwn <íel relata ua pcTTíiííc describir con, precisíoTí V profu-Tididad los dis~ tintos personajes que auparecen tí por otra parte et <[irectOT TÍO tífne suficiettte fuerza y con-VLcdón como -para com.peTJsar Irt rapidez de cada epfsc^-o. Ts-Tieinos pues líJia zjisión f>astaTíte flTizdcL, pero también superfícicl 9 con-seníAonalrf de un muiido ya conocido, en que reinen et jazz los motores y Xa. fncfEidod se-:cual-1.a. itriidad del asunto reside ere la figura, de la- chica, un TOS-

tro simpático otinQue poco ex­presivo Cío <ru.e puede ser un ítspecCo real de ese personaje), sobre el cual tampoco el reali­zador dvrige mucha ITÍZ. El ras­go más persoTcal de esta mw chacha es que tiene serios co-•nocdjnientos antcmovilisticos, lo que 3JO va mjiy lejos. Todo esto carece de pcsz&Ti, de vigor, a pesar de cierta calidtzd iorrJtaí, La. im-pre^ón •predorttiTiante de­jada por el film es títia total frigidez, en todos los seittidof del término. Quizás ésta sea V3ia coTOcCcrísíicd de Xa reali­dad sueca,, pero de parte del director del fiC-m^ itno hubiera esperado más calor.

El cine vuelve a ser una curiosidad digna de las Ex!-posiciones Universales, fuei del alcance de las pauatallas. suburbanas. £sta edición de Cinerama, casi eicperiinental . todavía, no despeja sus más obvias • dificultades I^ reproducción literal del n»undo tal c<aao lo percibijnos, 7 d eanpeño por bacemos más tangible el registro de Iji realidad sensorial, acaba favoreciendo la dístraccioa y rf recelo. Esas perpetuas cesuras que resplandecen y defoir man figuras y perspectivas, vician sin remedio la val* dez del sístenia. La perenne apoteosis áél "supertrave* Hing" frontal, pasados los primeros minutos de sorpresa carece de alternativas salvo en un I)reve episodio, ina-pirado, es curioso, en la * ontañ3 rusa": el descenso poi el Himalaya, nada menos, siguiendo tma precaria vía fé­rrea que se enrosca en tomo de tma ladera- Por imj vez, el efecto prende, y más que confirmar, deja presen­tir las posibilidades del Cinerama. Cada innovación técnica ha traído a sa tumo irat xegr ón, estética. A tal zegla de la lustoria del cin indemne aún, no escapa, por cierto, este ejemplo. Tod« resulta, por otra parte, mucho mas superQuo de lo qu» fueron, la introducción del color y él sonido. XHM espa­ciados estrenos de Cinerama, proveen una excíisa ten­tadora para convocar a la posteridad y presagiar un som­brío destino. No liay que olvidar, con todo, que estas innovaciones siempre se reservan a los técnicos más dó­ciles y conservadores. H producto es chato y ramplón, pero toda la fibnografía de sus autores merece iguales notas. Cinerama aparte. I*os graiídes reniegan de estos cambios, que soslayan sus necesidades más, aszténticas. 'JC si por dflos fuera, bastaría con el cine mudo y sos vetas todavía no exploradas. Razón no les falta, siquiera en este caso: teoaz empeño por abolár las conqídstas del cine y volver al ptmto cexo~ El remoto- potencial entrevisto en el citado descenso del Hamaiaya, y, después, en mta ee-xemoniía watusi, no logran condicionar este rechazo, sin atenuantes, por ahora. -JW

H AT div£2stóa para lodos les gustas ea la revista que Te-lecataplom presenta en 3a Carpa tle FUXL -pexo es £scatíl>3e qne algiúen piteda dtsícufar en sa totaSdad las dos docexias de slcet-ches qne Xa eomponeii. Ho se trata sólo de ue tres horas d« dBvez-sícn pasdait ser dema adas boias de diver óa. ni de qne los núme­ros sean, desparejas en, cnanto a su e£c3csa cónáca. £1 problema. xadS-ca en la caüded de es<» rhíst?s qoe se ixbiezn aUematÍTaiDeste - ^ «:añ 9. excepcxóo— en extremos de tntelectixaHsato o de esfencta bas­tedad y DegsiK « hacer da sx da 9ie. por utt lado, c3 Inzen, ftícvl-dente ea te ¿eTádamenle las snffie-cas de la sáiim al teatro d* van-gnardú a a las rem mes nosicales im beneficeBda 7 a pims de ,]as meases tróvate de 3a pazocBa 4e E goletío T por otro, tput d «sec­tador da wmEn^bSUáaA nás afinada acepta 3a, buiosa mxtrvoáSa da al-

Teíeeataplúm cu ¡a Carpa

DIVERSIÓN IRREGULAR mino entre esos dos »ctreanos. En ese sentido, son paxticctlarxnente Gosos d, nún ro del dn o al amanecer Y sobre todo el •mimodra-ma qa* remeda la. actrñdad da ona oSoaa CpnbEca o no) y qne tA d£> rectos José Estradh pneb£a con loa mcGOses productos de sn xeconoeí-da Inyenllea. :&os sket< es son —7 no es casnaGdad— 3os añicos nau.-dos dd espectácnto-3o» únicos d«a»-délos esñietsM d* recln; T apen­co as se -rea nenfrsílxzadoB pac lam gafedades OA 3&r«to da I.ec Xobl-

eSn 7 tmSao mi nt isgemo. Ete actáeolo asta dCrSfdo «adoa

"tris ptS' ^ flBÚfiBk Pac asa Kaaóou 3e sacidr 4eE pectándo está en aqaeües qaa saben iribScacsa a uStmd ém

etad^ flgctfta entxa la ht£-49aa .algoBoa nfoiexea ££eíIiBwsrte o3npiÁ3es* 3^ pxSmcxa parte fmsm (T cottdgual faniCaisa do los «tar­

sos especíenlos polacos: desti­lan en. ella 3a Tangoardla tealxal (con Alfredo de Xa Peña, aotosali-zisáttdose en una delirante expS-cacíón de la sónbologsa de una pie­za), la ópaxa <uiia parola de Bigo-letto con grandes aáexios de esca-Bografia, vestaaráo e interpretaorát Y momentos antológxcoK como d ccazteto finaL quela diatoza de la letra no lleg a Mostrar, al ni^t club (opctOBidad de :hicátmeiilo pa­ca Eduardo D'Angelo en mía ex­celente -ríñela da ranlanla da roek'n'rol» T «I «»•• f«» buen eor-fomdcaielewialiaje tttnlBdo Xos hesos en éL cine, ea oa Tsayles T IX'Aagele imitan famosos ''ósculos* fxaenxatográ£cos). Xfor vwvntms Im-ferales aMaiido gcaetÓKis. sobra . lacñmogenas comedia» cad&>taatra-Sea T meTosar lúias Tcwngw liras ea ia tarde". Ea 3a sagfinida parte* • pesar da

los aciertos anotados Cmimodramas 7 parodia del conciudo de cama* ra), !te» carestías .de übreto apare­cen exacerbadas y todo queda li-brado a la eficacia del ctsatco. Este, a exeepcxmi de ^m; Trayles, se muestra poco dndto em los rubros canto 7 baile, pero pone en cam­bio entuñasmo, idnrpatáar T ^ '*'~ ees un idstxáoEiismo seguro. Es él caso de JI£«Brdo Espaltcscr nn co­mediante, de caEdad 7 amplios re* enzsodi oe saca tM. mejor parSdo da sos ÉatesreBÓones 7 Jerarquiza los aómezos «L qne apaz«oe. Tin cuento natizcal nrás exwberaale evi-denrFS S'Angeio, dearaios excélen­le inufladorr p^o mí adec se confía dema ado a hartes facíKdades del o&óo e Éacizzre a menudo en ex— ossos oe aeasL sa. desempeño. 1.a awjoc figaca resolta, prerisible-•m irtej Seosi7 Trayles, síexnpxe n^ éSámm ssempsa graaosa ñen xe e£-rrr. Coa naéa zot pretes de sa ca­lidad 7- on 3ibr o de graoa mis sostenida Y cIÜEpeanter este 7ele-catapclam pndo aec aiemocabf Co-ann»no para espe doces poco ex£-geates. - GT^,

Ctff'ffO tftf •9lj|'(l##f/'4l PM- M«Frfo Trafi«iA0rg Stistnio hfaxtra, sobre cuatro anos «N /« CTM Mwisilt^

LOS VIENTOS DEL GENIO Y LA PLATEA VACIA E L^ENlO MAXERA fue durante años un cH-tico teatral acerado. jTicoTi/ormisÉa a descow-joTme, en todo ceso difícil de conformar^ maticuuo ía misma actitud aquel buen día. en <pM «e le brindó la oportuTÚdad de integrar la Coml-sioiv de Teatros Mu-nicipales, Actuó dentro de lo 'institución co-mo mi-noria dentro de tina •minoría.

Justa-mente celebrada es la franqueza impá* vida, con Que suele espetar en la carn del inter-'UxrtctoJ ntia opinión tm33opulaT. Habiendo cesado ahora en eí cargo honoraria, .con. el nomhra-mien.to de. -w-Tta ntte-ua Comisión (ríuevamente presidida por el Fundador, don Ji£S-tino Zavala M-a-niz), -nos parecía o-portuno TeqTíC-xiríe a. MtKcera tina opinión ahora, según acuerda • de hace algún rie-Tnpo COTI este cronista de cor» tar para la salida^, como dicen los chicos^. No está de TIÍÓS un poco de acíbar bien, adnti-Ttístrado, si cc^nseg-ui-mos filtraría en medio a la ftttfae de incienso con que se envuelve, ccsi bu-Tocráticaraente, todo lo Que rodea a la. Comedia* Jvos sentarítos^ eu el Palace, Ueué los vasos de cerveza esperando ta bajada de la espuma y da la distensión. "MTXH "bien, Maxera, compreudo su neíí«£it?£i a integrar un coro de \osan%as. Pera asimismo déte quedarle algo grato de esos cuatro unos largos, ¿verdad?", "La Tnejor expeHcTicia de mi actuación en la ^omisión de T. Municipales es la que deriva de una coTnpróbación. Cuanto Tia'bia dicíio como cri-íico.. lo compro bé en la práctica. Por lo taTito retrocediendo dos etapas: no quito una^ sola apre-dación^ un solo concepto, de lo dicho a través de mí labor de critico. Vista de cerca, la Comedia Kacional es lo mts^mo que advirtiera de lejos". "Cómo es Que no trasunté nada antes de tal punto de vista? "Sin que esto signifique descargo,, que no lo necesito, delx> ea^presar que mi tarea fue surna-tner^te dificil^ ya qne actué sie-mpre eit minoría. Guardando, eso sí. u«a posición inquehra-rítabls en cuanto a principios —para nti fundamcTi ta­jes— en mafcTia de Teatro y de jAd-mííztstracion. Í*ri?iciptos sosterá¿os en toda mi actuación, salvo, claro estar en do» Uipsos en gwe razones particu~ lares muy poderosas me apartaron de eUor'\ ¿Podríamos ir al grano'? "Como no ea del enso anotar acie-Ttos, si e» Qwe hubo alguno, «t* Hmito a señalar en ntanera general esa lucha interminable dentro de la cual

me opuse constanteme-nts a ios gastos eocceslvos. '"Cuando me tocó encabezar la única gira atn-pita que la Comedia realizó en estos cuatro añoa al Interior, tuve la satisfacción de regresar con la ntism<t suma de dinero con que partiéramos. "Luché contra los flosíos exagerados en ma­teria de vestwarto» y escenoffrajtas. Se s'^^^t^ dc-íJiasiadOj olvidando qtie la_ economía es también nna bwena norma en arte. Y además no creo en el teatro de abalorios: no los gastaban Dullin. ni Jouvet, ni Copeau, ni ningún director m.odemo que sahe penetrar la esencia de tas cosas". ¿Podria citar más puntos de discrepancia? "Me opuse a contrataciones a rTii entender tn* necesarias, caso del tipo de dirección estable aho' ra vigente. Pero, al -misTno tiempo, no compartí et desplasantiento de elementos que eran útiles, baratos, y que signijicahan al cabo un ahorro, puesto gtie su permanencia era más: económica que la constante contratación de bolos que se practica. "Me opuse al aum.ento en el precio de las lo­calidades, por cuanto estas son evidentementa caras, ya que t^on pagas hasta por quienes na concurren al teatro por la. via de una subvención millonaria. Ta sé que esto suena a Memorias de un Opositor, pero continúo: me opuse a la actual categorizactón del elenco,, absurdo auti-teatral que llega al colmo de aumentar catego­rías sobre la hase de Ut antísfüedad, cotno en cual­quier empleo publico, y sin incident^u- de una fnás poderosa razón artística. "Ño tengo nada que ver con el insólito viaje a Europa, que resultaría toda una curiosa aven­

tura, d€ »o tnediar la seriedad áe los gastos que demandara. £» uno de esos casos en que uno s« tesignaria cdm.odame7ite al papel de aguafiestas". ¿podría mostrar aspectos positivos de su gestióni "He Ittchada por justificar en. la prácíica. ej presupuesto d eta Escuela de Arte D-tamátíco, Sé del trabajo y hasta del sacrificio de muchos de j«> profesores. Sé del trabajo y la dedicación de su director. "Pero no comparto en manera alguna vA su programa ni su oríeTitocíón. Una especie de ITiii-^ vcrsidad de bolsillo, con algunos esfuerzos perso­nales en et significado muy estrictamente teatral, por lo demás, los resultados están a la vista, y no hay manera de disitmilarlos. •"He luchado por la utilización -del Teatro de Verawo deZ Parque Rivera. He luchado por el cuíoT nacionaZ, -y no me fue posible Iiacer -ínáj por TTíantener una honrosa tradición de la Con-íe^ dia. la de i-nic£ar cada temporada con un autor nacional. "'Apenas si en esto, brega nacióRatisttt, me It>í!o la satisfacción de haber ntocionado para que el Apolo del Cerro (dios de musas derrengadas en el oZi-mpo de la populosa barriada), se llamara Flo­rencio Sánchez. T me -líoy en nomenclatitra". ¿Cuál es el balance a diecisiete años corridos? '^Sigo creyendo en. la necesidad de lucíiar por un teatro nacional, y por lo misino es que pienso que lo Comedia tiene que convertirse, de una buena vez, en el elenco que aún no es, y —esto es fiiudamentaí— debe estructurar tin repertorio. Tengo más que nunca la convicción de que n» todo es dinero, ni exhibicionismo: ningmna corrien­te teatral realmente sísrní/icotiwo se Ka apoyado en eso. ''Claro está, cuando no hay experiencia, cuan* do las personas se instalan en un climx que no conocen, los que no saben creen salvar la falta de conocimientos con el manejo grueso de dinero. Creo que debemos volver a la humildad del co* mienzo. En ese sentido habrá, que reafirmar —so riego de aburrir a la gente— que un organismo oficial no puede estar detrás de ningxm. interés, ni personal, ni de círculos. "Insisto entonces: estamos en los comzeTtzoSr'Tt solam.ente una absoluta humildad podrá hacer fitré-damentar nuestras esperanzas. Los vientos del ge­nio no soplan aún, y la sala vacia, nos está- di­ciendo algo urgente.

APARECIÓ EL N,o W el cine j las urupa as

121 ote cifis tirasilsRO Bsrgamo

iWilGam Wylsr Uiirei i: Har films -" ifiíBles el sJIepc Welles y el prscesg

£n •# sumario:

CUADERNOS DE CINE CLUB

monte video óne, polílrca r socíedaíl Ires meses ife cine -

Femando Ihcarte de ^'CELULOn^E" (Poringat "IJOS Últimos •jiÚTn&rof de le revista iíeri-en. un. excelente nzvel cvlturalT. üicftel Bélahaye cíe •^CJLÍÍÍC.J^S X>Ü CUTEMA." Frtmcia) — '^CDAXtBRNOS DE CINE CLUB pnieoa con cuanta atención se sig'ííen Jos films en SSontervldeo".

LucSem. Merder de ^ZARCBA" Montevideo -^ " zraj3»Ttanci<i de la doaementactást, vaciedad-- 3/ oícoaicc ie lo^problemas planteado», «erfe* dad de Analtas—".

i rmh a miELis T Hximts IBBAS sskiaiH

BERGMAN LUCHA... (Viene de Pág. 22) lugiar iél padre d« Joitan (o de otro mcdoz el esposo de Ana)? El surtido es bien complero. /irai podría seguirse con la íugaz —pero Eufíciente— exhi­bición de amox de la pareja en la sa­la del Vaxieté, con Ja otra esihibicíón da Alia y su presa, coa las pasibles graduaciones de amor que iaj- en las relaciones secandacías: Ester y ^ '^~ marero- Johan y ét camarero. Johan y los enanos. Todas éstas son depiimen-•tes. frustradas- corrompidas versiones del anión Y sin embargo ¿a qné otra espezie de amor podemos lemdiáxnos? m acento de Bergnian atiuí es escato-lógícíi. TJS salvación es universal y la saívscíón 'Viene por el amor. Si a pe­sar de todo Itax mundo, hay hombres Iia -' Üstc-ria. es porqne os seres one estemos aguí arriba -cbocsmos- nos Be-rbnos. buscamos deT-oraxsos. nos odia­mos, pero a ia Tez nos sentimos irre-sistibl emente atraídos: no flotamos en. el -espacio, no asniramos al nirvana'm nada parecido. El amor es la miseria del b.o-nnbT-e y la grandeza de Dios.

¿T los síiníiolos? Iteconozco no estar capacitad» para ese peritaje, sobre to­do no Iiabiendo visto 2a pe' ícula más aue nna ves. I-eí con atención la cxí-tira. Se*í2Q innumerables íestnnoníos, Eergman Ita 5>oT>lado de sñnljolos fali-cos su íBra. Quisiera, sabes- para qné. Secmerdo lína estopenda poesía de l i-cazior Parra qrue lamentablemeníe no tengo s mano: ^E tranvía es rm sím­bolo : ico; el lápiz es nn snnbolo fe-lico; la. Inna es xrrt símbolo falseo"- etc-, etc. Las cqnfvallencfas no son textua­les; Quien desee cma -versícn más exac-ta_ puede rr a la entrega 1 o_ 2 de • jímero**. segtmda época y em. algunas d-e -esas págmas la hallará- BecoDOzíco, sm ranliargo, <Tiie los cañones deí ían-cEBe rememoran "verdaderaracnte la esreccdóm d¿I pene; y tanibién es bas­tante- insSIita la a-pariclón. de ese tan-gne solitario arremetedor, mbistíeado contra nadie. ¿S qjnén es qiie ve él tznque? Johan, el -testigo^ el ser írcnte a üden se ren7eaa gneda deStñSva-mente seFlada ime ra responsabilidad-CíarT> gae TEH tangae pnede ser xnt sámbolo fáliCo —a ISicano-T Parra. le encantariat, de baoérsele ocurrido-' pero ¿istt es 3riÉs sentíSo- más -directo peasax «pie es int símbolo de brutali­dad, de abyeccíSn, de enznascaraariiea-to7 ¿ áén, goé Ira dentn> dei taxt-

que? Kada, absolutamente. Algo qua fue un ser humano y que eligió ser tanqn-cEs la sustitución de la huma­nidad por la coraza, la manera aparen­te de escapar a la responsabilidad. TSÍ tanque, se me ocnrre, es la mecaniza-» ción, el -último grado de lo monstruo­so que Bergman ubica al término da su galería; es decir, de sa galería de monstruos. Terminemos con la simboíogia: ea ese universo caótico, enclaustrado — más símbolos; el hotel, la lengua ex­traña esa ciudad desconocida— pasa como nna ráfaga nna música de Bach, él camarero extrae una fotografía y medita en la muerte, la lluvia lava el rostro trasudado de Ana. Ester escri­be una palabra y Jofcan dice "espirita"* "ST para finallzarr TVTercier, en sa no­ta, establece nn correcto paralelo en­tre Eergman y rellini. Yo también preEero a Bérgman. pero «reo que Mexcler eS excesivamente duro cron Fellini lía ha-c ane olvidar qne ba? nn film qiie se llama "Xa Strada" Io one ocurre es que la visión ds FeUini de la relación bombre-Díos responde a su propia teología, es decir, a la 'vi­sión católica. La teología católica. nO se pnede olvidarlo tieite sn naédnla en la llanaada teclogta natitral. La distan­cia ioTobre-DIos está salvada por la Gracia_ X*a totalidad ds lo real es ^-tinna, es rma. en iSltima instancia Hsa es rma visión optimista ñél mundo- del liombre, de la saívatíón. Pero Berg-naan es proíestartte- Su -risión no es optimista sino trágica. Es 3a ví ón de Lutero, de San Agiístñx de Kiei e-gaaxñ. de Pascal Sieo se Iraga demasia­do hincapié en estos nombres); con raSs tiempo podría ponerme a discaíae éL protestantismo de Pascal, por ejem­plo). Para a —para éstos— la re5aci&a hortíbre-Iíios está destruida; no 'hscy taL fbñd aarazadora de la Gracia. Entre el honibre y Dios liay vacío mpfóira, nada, stlencLo. De allí la feearza, la vidlencfa. la angnstia en. que snn»e una pelictda de Bergman, Es la anjasKa deSnidora del genio déL profestantis-mo. Para Bergnian, el mundo, la cxis-tenóa, es iftacáia, es dolor; es tra e a. a. Itíos sólo se le emaientra com» 1 encontró Jacob, abrazado a S en. ^ oscnridad de la nociis, peleando c^ €L "So creo ijae eso es Ic» opee i~ Bergman en cada naio de sns dms-chí eoTí I>ios. no importa s£ eoTt poca» o ma as posüiiUdades de ysucs^o, "

LAS VANGUARDIAS DE ANTES NO USABAN GOMINA

•-VUE lugar para reencon-íraxme con el clima y el tamaño de los teatros independien-V-v íes: ±lay iina diferencia, observa mi amigo chileno, y es q_ue no se ve» aquellas chicas bellas y elegantes. En Londres son jóvenes, sí; bellas a veces- e3e«-antes El salón preliminar del News Lamda Theatre contiene una serie de' arteíactos es­cultóricos, conectados a la. instalación eléctrica, que mueven brazos y tentáculos espon­táneamente o empujados por el espectador. A la entrada de la salida, un cartel anxmcia el programa del día. Básicamente, es siempre el mismo. El espectáculo se inicia con gritos, alaridos galopes y asesinatos simbólicos. En el ejercicio central de improvisa­ción, cuatro actores utilizan iina secuencia arbitraria de palabras, especie de serie dode-cafómca, y recogen ideas de sus compañeros (''fiesta de cumoleaños", ' rnauisieión Espa­cióla", "supermercado", ''cuarto de niños'*, "baños ocupados'') para ir caml iando al vue­lo el sentido del ejercicio. .Kiás tarde, una actriz se desnuda mientras los actores van leyenüo extractos del proceso Christine Kesler, es sometida a un baño y vestida con ro­pas de presidiaría, y termjna transfigurándose en la Sra, Kennedy en eí momento de r---cibir condolencias. La bñnera, a último momento, oficia de ataúd. La primera parte áll espectacitlo termina con yn cuí>dro entero de Los biombos de Genet, donde s muestra la forma sin .il-rcrísima como tres soldados b cen respirar"el aire de su 1 ierra natal'a un teniente moribundo. Todo esto sería iiidudableineíito escandaloso El r:0 tuviera un público tan rcslringido. Los "c-Iubes de tc itro" ingleses pu-scíen ¡xacer y decir lo que se les ocuri-a, sin que in'.ervenga la cen­sura. Ei Lord Chambelán, precis::m&n.to, es so-snetido squí a escarnio y se le presanta diciando una carta éande entiinera las ccpiosas obsceni­dades áe laos biombos que no padr¿n decirse. I-a Royal Siíakespeare Ccmp-any laontaxá la obra próráríiamerite en sii sala principal de Londres. y estas fujielones experimentales están df?stina-das a preparar s\ cisneo para la difícil tarea. Pero el Teairo de la Crusláad —tal sit título— EO tiene sólo xm sentido práctico. La fi:' ar.aad utilitaria seria una coniradicción con el espirita aue declara en sn progran'La-manlficsLO, dcnde figuran en forma pronjinente las p;;-abras ''Sen", "•contradicción" y "absiu'do". Peísr Ei-ook ha en­tendido la empresa como ima fora-ja pi.:raniente experimental de ajnpliar la técnica de stts acío-xes y explorar las reaccJones del público. Impro-T-Jsación, máscalas, commedia deirartCj -a forma-íjan parte del entrenamiento de su compañía, posibilidad excepcional de pz-eparación dentro de iiii medio donde no ex:isten casi los "equipas" -teatrales. Pero el Teatro de la Crueldad iíeva mucho más lejos la. espei-ímeiitación: la lleva hasta el borde de ios absolutos Cdeceneia, equi­librio consciente, sentido de la identidad, f rza gravitatoriaL Es una linda paradoja el que la compañía depositaría de un teatro clásico nacional se co­loque a la punta de la vanguardia. Primer á&s-ciiento mezquino: las vanguardias siempre lle­gan, con strsso a esta isla, y el Teairo de 2a Craeldad introduce ''novedades"' que París cono­ció hace treinta años Csurrealisino, Axtaud) e incluso hace sesenta C-AIfred Jarry y su XJYra Ho£). Segundo descuento: Sltafcespeare no es ni podrá ser jamás, 5:racias a Dios y a Peter Brook, xui "templo de la palatxa'* al estilo de otros au­tores clásicos cuya Tocación es morirse en los liceos- El Lcaz de Brook-ScQfield ine una de­mostración concluyente de que Shakespeare no es sólo tm gran, artífice del lenguaje —segñn lo practicado por Jolm. Gielgud— sino ira. autor contemporáneo que itabla nuestro idioma, men-taL ¿Cómo se explicaría si no <lTie Peter Brook invoque la enseñanza de Ajitonin Artaud, autor ce esta proposición un teatro sometido al texto, a la palabra, es "un teatro de idiota de loco, da inTextído, de gramático, de lendezo, de anti -pc&ia. 7 de po üñsla, es decir, de ccñdenXal". Peter Brook es tan poco batllista cojuo Artaud en sil concepto del teatro isabelino, que, segiin dice, ""permilía al dramafurgo reeoxrer d müver-«e, Y desBzaxse Kfereineole d mundo «xteiior »1 inferior— Slialcespeare presenta al Hombre

teEs^nllánesmefníe en toflc» sus 8cs|>ec±os TSi lenguaje enaltecido y el teso ñtatal del rifcno nos •nfrentan con los afectos ¿e la iñda que la stt-pcz£(de esconder pera a Shalcespeaxe le es asi* mismo posible., cost cm quiebre del *ft2SOr un parlaaiento en prosa, Za &3ÍrodaccÍóii de lengua­je To ar o -an aparte Precio al público, recor­damos con iodo senfído común dónde estamos Y dEvclvemos al mundo soSda donde el pan sa Qanxa pan. Sns personales üenen la. compleja 3n-con stencda del sier Imciana en su Üutda da Jn3eri<w> y al nñsmo fiejnpo esián dotados da t*na süciela xeconoñble". •^ L.O£Os y clásicos

Concebido así Sliaiiespeaje como un autor PQ-eanemente vanguardista, es naloral que él Teajxo de- 3a Crueldad cahnine con xnr Hamiet representado como im ' eonage". La secacínaa y «I orden. temporsE de la pieza, no sen respetado I» Qoe puede adiviaacse es más o menos una teatsEva de presentar la lústcnáa, s través de <==2Í£j!a2os de la. concdeatía d^ proEagonfeía. Lo icescs que liace csíe Hamlet «s diaíosar con sa

2í-!rdrs columpiándose de una cnerda Que baja d-z\ teciio, pero el método produce iluminaciones in<js viclenías y monos -trabajosas que cieiío KsmLiri tejano, registrado p-cr el cine, donde ca­da uno de los parsop.ajcs principales estaba re­presentado por tres aeíorss. Ejer.:ípíc>: la identi­dad profunda de Gertrudis y Oreíia en el alma de Ií:íml3t puede ser mostrada e:i el diálogo. £sto ha sido una reiyüidicacíón pósluma. po­bre Ai-íaud; murió p-co después de la guerra con sus ideas vencidas por una guerra mucho mhs atroz que su teoría del teatro. Sus escritos, cup.nto más cerca están ce la lociua, más tienen el acento de luia co-nvicción absoluta, SI mecllo cié GS2S ideas está en su ilbro La tjiéaíxe et son doubZa, de conde la Koyal Shakespeare Compa-ny ha recocido el nombre de su esocctáculo. ¿Por qué un teatro "'de la crueldad"? Olvidemos por favor, pide Artaud, la connotación obvia: sanrre, actores que se destrozan miituamente la anatomía a hachazos, emperadores ssirios cue mandan por correo paquetes de oídos y narices. "Empleo el té-mino 'crueldad' en el sentido de aTí3±ZiO de vida, ds vigor cósmico y necesidad implacable, en ei sentido gnósíico de torbellino d3 vida cfue devora las tíniablas. en el sentido de Un dolor faara, de cuya necesided ineluctable la vLia no podría ejercirarse.'.." La "crueldad" consistiría en inspirar al espectador un "gran temor metafísico" por diversos medios especta-cuiai-ss. Ei lenguaje en vez: de funcíanar servil­mente para elucidar conflictos psicológicos, debe regresar a sus orígenes rituales, incantatorios; las palabras deben tener tan poca importancia corneo en los sueños. La sed de revelación poética que inauguró Runbaud viene a. producir esta oleada lejana e imprevisible en Inglaterra, confirmando que sus Itabiíantes gozan de una envidiable falta de temor al ridiculo. Xín crítico ha cuestionado, con cierta razón, la necesidad de seguir esplorando nuevos caminos en vez de avanzar por los ya desbrozados. X.O cierto es que el espectáculo de Peter Brook y Cbarles Marowitz ofrece aunque sea un vistazo fascinante a los métodos de en­sayo de la más ilustre compañía británica. En

cuanto a mi temor metafísico quizá la propio hubiera sido enviarles una mancha de tinta en vez de escribir esta nota. O, para portarme como un buen Zen, no mandarles nada. - B2 distrito de Moscú

La reciente muerte de Handemiüi, fundador ae un academicismo luego de Itaberse plegado en su juventud a la revolución musical, ha vuelto a ponea- ei tema de las vanguardias en el tapete. Kaierína &ináiIova> la ópera de Shostalcovích. que ha estrenado el Covent Garden, no es una "ziovedad" en sentido estricto, i>ero permite Ter el valor "novedad" desde un ángulo no muy fre­cuente. Shosíakovieh, junto con Pcokofíev- y Jacha-turian, pertenece a tina generación, musical que atravesó con facilidad las fronteras políticas, in­cluso durante la peor época del stalinismo. El propio Shostekovich atravesó físicamente las fronteras y Jia. venido á agradecer e» persona Io3 aplausos del público de Ijondres en el Co­vent Garden, lo cpte nos dio la sorpresa, de en­contrarlo nauclio más ¿oven de lo qne imaginá­bamos (nació en 1S06)_ Pero sn jp-iiniera y imfca ópera, escrita a los 26 años, tuvo una bisíoría bien complicada- I.a ?' BCadbeOí del dSslrüo do 2i&«nsk, tal como se llamaba ca sa. -verdón ori­ginal, fue estrenada con éxito eit I-eningrado, en 2934. Posteriormente se dio en. SCoscii, Estados Unidos Checoslovagoia y Suiza, y la BBC la trasmitáÓ jior ra^o. Pero en 1S36 la obra sufrió nn :&tal percance, Stalin fue a. ver3a y saliÓ del teatro antes de qoe terminara, comentando Cse-gún cuenta la leyenda) qoe la. ¿mea ópera digna de verse era &i¿eiño Onegcón. lEntonces !Pr«vda

publicó un ataque titulado '"Confusión en lugar de Música", y la ópera fue acusada de expresio­nismo, cacofonía, ¿mnojalidad y formalismo, has­ta que- pasó definitivamente a los anaqueles y no fue eichumada durante 26. años. Esíe desentierro, junto con el de La zebelión de los boyardos de Einsenstein, es uno de los casos felices de rehabilitación en la nueva ac­titud cultural de las autoridades soviéticas. Su valor documental no puede e:x:ag'erarse, aunque se hagan reparos si aspecto purameníe ¡nusical y dramático (y hasta algunos se sienten tenta­dos a darle la razón a Síalin). La obra está escrita con entera ccnciencLa de los problemas de im arte socialista en 19-34, justo al borde de dos décadas oscurantistas de reala menaoria. Los artistas de la era pre-Shráuov conservaban una actitud revolucionaria frente rJ público. El pro­blema seguía siendo cómo alcanzar con el arte a las masas, y cómo .hacer del arte un vehícula de la Pevolución. El espectador occidental qua vaya a ver Kaíerina Ismáilova cerno ejemplo tí­pico de '-ópera rusa" quedará un poco defrau­dado hí-sta el últinio acto: Shostakovicb, igual que Prokcfiev, ha elegido un idioma internacio­nal sin raíces foUd-órzcas mu,'- claras, opuesto al que adoptaban por principia los conipositoreg nacionalistas del siglo XrX. Esta elección no i-esponde sólo a una de las tendencias constantes de -i música rusa, sienipre atenta a los modelos occidentales, sino también a xEna mística revo­lucionaria cxLe se desentendía tí« los rasgos na­cionales y veía en el Lníerr:acionalismo la única actitud digna ds un proIetarLaTio revolucionario. -^ Veneno y s-'ínpah'a

• El libreto, basado en un cuento de Nikolai Lcskov, cuenta una tenebro. ^ historia. La pro­tagonista, casada sin amor con un mercader, sufre la tiranía de su sangro y la m.onotonía de una existencia solitaria, sin vínculos huma­nos. Toma como amante a uno de los trabaja­dores de la finca; en compíicLdad con él, mata a su suegro y luego a su marido. Un borracho descubre el cadáver en la bodega, y los hace arrestar en el día de su boda. El cuarto acto ("desolado como los paisaj-es de Alejancíro Nevs-ky) muestra a la pareja en viaje a Siberia. Ka-íerina que hasta último momento se sacrifica por su amante, es engañada por el con otra de las mujeres que van en el grupo de convictos. Desesperada, Katerrna la ahoga y luego se arroja al río helado. Shostakovich pierde mucho tiempo en el planteo, y los primeros dos actos hacen un efecto de minucia y lentitud, agravado por el prosaís­mo de la traducción inglesa. Pero no bien, el compositor hinca él diente a las situaciones cen­trales de la pieza, su estilo se aclara. El tono, en general, es de parodia y burla; burla despia­dada incluso, como la grotesca escena, donde el sacerdote pronuncia con acompañamiento de trombones la absolución del terrateniente asesi­nado, o la previsible sátira a la policía zarista. Pero en todo lo que se refiere a. la protagonista, Shostakovich ila curso libre a una simpatía casi romántica por su. soledad, su amor y su subi­miento. En el cuarto acto, el mejor desde el punto de vista musical y dramá.tico, caracteriza. su desolación y la del anciano convicto con acen­tos que recuerdan, esría vez sí, a esa pena pro­funda y teatral que exndaii las óperas y novelas del siglo anterior.

^ Fosidüia Ya les escribiré, y mucho, sobre los festejos del año S iakespeare. Parece que no transcurrirá: un solo día en «Eue no debamos pensar en él bardo por un motivo n otro. La tempo:*ada se iniciará en marzo con el postre <o el bors d'oeuvxe- si les parece), bajo forma de una tem­porada internacional en el teatro Ald-wycb. de liOndres. ILo más esperado es Los Pájaros de Aristófanes, 3«>T el Teatro Griego de Arte bajo la dirección de Karolous Koun. Otro Teatro de Arte, el de Moscú, VM3ie por segunda ver a XíOndres con nn leperíorfo Cliéjov, Se asmncía también (y aquí cuando se ammcía es poxqno viene) la partícrpación del Teatro Polaco Coii-temporáneo, fondado eixi la ciudad de Z-odz, doi-de EHTó la brillante escuela de ráieastas re* (nemes. El ScfaÜIer Tfcealet de Berlín trae An­dorra de Frísch. y Clari de GoeÉbe. El Teatro de la Abadía, de Uublizt, lepreseotaxá por po­niera y cpxizá por tima Tez tura, obra del 3ná* 3CÍmo dramaturgo irlandés iñvisat^ Sean CCa-sey. con quien está peleado el teatro jxacicnai da

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I Alberto Bonn, imar idea) tf« «acMlaiHa «i n -pueblo i •lcaiaii« natal, ea convertido K posar suyo en asesijio I por cuentft de la UiiCfla. Kl relato, qyt» alterna. l& larsa. [ al drama y la s&tlra. tlen* sua na.oxaen.tos nerviosos r í I accrbulca. partlculannexitá «s. ]a aecncDcla atnerLcaxia- i I Ksotienta partitura d» Klmo Rota. | • * ARIEL

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COR hs m res naterfas primas tl Urasoay y % «laqulimía mis moderaa ¿a América SE OBTUVO • LA ACCIÓN DETBRStVA MKAS POTENTE 9 COLOm Y OLOR A LIMPIO • ESPUmA QUE LLEGA HASTA

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(IS de fvlto 121B Teléfonos S 53 «O ÍA. las tS3l>. ITJO, IS.», 20.45 y 22.« ba.J Cf sifMKfa (ttrstitadcii) Ounn«l £4iidblont J0E«X1 Zitikdstraia

Otra experiencia por los abismo* de la miseria Humiuts —soledad, eexo, enfermedad, nmerte— pret«cta la xaáá fezim da las creacbmea d« Bareman, una oaenra alego­ría ea 411a se dan la mano e nAa crudo i«aUstno Y txn elima d* pesadilla. Un ^Xm magotUeo y dUberadomeii-t« obBce&o 5 detestable, en q i* latll* 3sgrld Tlixilin.

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• (Zt Gstteparda) ZtaUa-Skanda. 1902:

La saíso efe la vida (Tlte TbxQt «< R AJL) Ertadoa UnJdcs, 1863. Entrega inmediafa México, isra.

Pffsrones secretas CFtciulr Vbe Secret Passion] Bstados Unidos, 1963

I.UCHINO VISCOHZI Xrtrt taneaster Claudia carmínala Alalzx X»elon

NORMAN JCmSON Doits Day Jarnos Gamer JUlene Francls

MlGna. M. DBLGADO Canttaílas Olna Romana Claudio Broolc

jOHsr HvsroN MoatgoiiLerT- Gllít Susennati TTorlc Larry Partea

Viacontl se propone tranacxlblY tal&ticloeaaaente la no-•tía do Iiampedusa T aunt-ua aplica todo su relina-miento y su probidad Intelectual, no eoaialsne recresr el liecblzo del original, basta tm largo craéoaaito H-nal da antología que ei im rcaL iteMazeo poético, EL tOxa tiene una espléndida calidad pllstlca y tina ex­traordinaria interpretación decl eteneOr a pcaar de las Umátoclon del protagonista. Fero vale, aobre todo, por los magistral tres cuartos de liora del baile 21-nal. Zia feliz esposa de un médico feliz, Euziena2:a d«&Qruir la lellcldad de aa bogar hadendo la imbUcldad comer­cial del Ja.l)ón "Pella'*. Pero, lo qua la «eieWBlAii dea-truye. «1 slcoanálUis lo reconstruye:. Un £ ón igli j-un buen sentido de la comicidad conii>letsiL la peUcula.

Puntual rí dlcjan de los habituales recursoa deü dtre mejttcapo. pretextada por una ñtuadán. aisusnental y una realización Idénticaa a todas Eiu pallculas pa­sados (y futuras, sin duda). Pexo ra abultado contin­gente de coTiminnldoirea no saldrA defraadado-IJna obra de TUlgailzsción. baataiite ecatecta 7 toonesta, sobre los primeros descubrimientos de Blmund Prcud. Hay algunas sljnplLflcacLosea y Umitaciones en eL planteamleno, cOTapensadas por la bnena actuaclOn de Cliít y la. Xoife-"

• (*) * *

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Et POLVORFN j os de rua.9 1«85 CeléfoiLO S 7S 67) . (A 1«S 15-*». 1T.25. 19-10, ' au. 7 22.50 li&.>

CI suceso en Success») Etalla-Francla, 1363.

ELÍSEO \Las siete maravHías as de solio 934 J^M wwrrsnrÍí%

CSeTen Wonders of tbe World) •fA las ISJO y 22 1».J 1 Batados Unidos, 1955-IGUAZU ns de ÜElEa 12«5 Telfifone 9 43 07) (A las L5-Í5, 17.30. ISOS ja y 22-« ba.)

Pecado de verano CPeccato d'estate) rtaAIa,. 19SL-

BEAURO KEOR.'tSSI Flttorlo Gassman Arsoute Almée Jesn-Iiouls TrlntlgnanC

Zlntre las latas que últimamente se epeclaUea su di­rector ésta es Bñftiramente la menos lúgerible. TTnTl-breto (zoa bate cedas las marcas de la coralierla y una factura técnica desmayada Terlflcan la inco&tmlbl« de­cadencia de este artesano.

Comedia frustrada en sus intenciones aatirlcaa por falta de vigor de parte del director, pero eon algu­nos momentos entretenidos gracias n la Intopretaclón.

• lia carga de los ocbo años transcurrldoa desde su pro-GütííETT. MA?ffTZ. UtAll- i dTtcclón pesa demasiado sobre esC« nue-vo cinerama. TOX, TETZtAFF y ; Insalvables di£ uLtades de proyectan y la pobr sa del THOMPSON' i registro del color deslt;K:en. su posibte eepectacularidad I 7 la limitan a -ona torpe recopaadftn da astampas i turístioas sin rtsayores sorpresas. GIORGK» BIAKCnr

Dordaa Gra-y DaníeUs Bocea Bonaoto TaHi

I^ tiadtciccal comedia estl-val ltaaL«.ña. «ate TCX ec una isla de Elba muy distinta, sin duda, de la • ~—'hi­parte puede haber conocido.

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G3t.:.ES GRAXOtER Jean Cabín Msdeletne Eobtnson I,oTiís de Panes

Comedia nostálgica T amena mtíiam toa tejes y manejes de un Comandant-e de Húsate* '«eBldo a menos. El oCl-cio del director, las bon f nais «e la vAstea de Mit - l Le rand y de la IntexprataeÉAK Aa -OttlA y la exquisi­ta Bfadeleine Hoblnson. mniiJMíiW. A <••• flO AK llo­ras de pasatiempo menor pera acTadaoia. 1 Un ángel en iziüfOTme de azafata Oa SclmeSder) con-G'EZA. VOK RADVaNn í Tcnce a -nn campeón aTrtomoTtlístteo que su esposa I Ideal es una azafata con caca d:« fingel -.bonblén Bo-Roiny Scñ eider ¡ my). Con caídas al peor melodrama y el final leUa Eerirí VídHl i inevitable para una película íünisda a todo color en Jean-Paul EermoDdo 1 la Costa Azul-

fireiS'RI-GEOXlOES ' A diez años de su estreno, la pelicttla eonOrma sus vtr-CLOCZOT í tudes de: buen cdne de acción, cuyos recursos eCeo-Ives aioiLtacd \ tistas (a veces trucruentos) se li stLIEcan aosE por Tina CHaiIes Vane! i intención social bastante vigorosa, Folco l-alll f í Gallna Ulanova ! Se estrena fioy Tiemes 31-

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xn CARPA DE F.U.T.Í. > tConstltareBrte 7 c:. B<al«>

Teiecataplam de Joi e 7 l>anie¿l Scbek

Ijas irregularidades del Htaeto limitan en eenezal laa bondades de esta revista- Con todo tiay rma media decena de sketcbes muy estimables x algunos aciertoB autolúgicos. £n tm elenco desparejo, se- destacan Ztl-cardo XspaUer, ETAngtío 7 sobre todo Benny TtS7les.

^ aRCULAR fu OCondeaiL 13S8 >» Telefono S S» SZ>

La parisienne IMcr Ant<«do l.air«ta

j tos primores de nn» exgufsits recreación de ¿poca (Pa-I Tfs 1S80> puestos al servicto de TTO. texto dramAttca-i zaente sabio, mordaz en aa sfitlra 7 amable «n aa Jue-! go< Admirable la direccidn de Larreta 7. ezeelmte 3a i intexpr acldn de Avila 7 HsrtfneK BUeres.

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TlTmiih Sftbadov p ixmttwtgnm Ocha muieres (Hiitt b«nmcs> d» Bc«>ert Thoinaa

XI texto es «na adi-vluanza de rdfcetea mdodianaátlcc» 7 Mn la vveclslún de -una tmena ttama paadal. Snbeat <:affHnT> hace lo posOila por animar et capee Báculu.

Itartaa, IDCrvcXes y Joarca La fonda tfcf pacartfa •de Alberto HovMa. 7 ifazi* 3MBÚ»

alsoe vn» resslóa dlacreta dtf aatneXe, mianaaB «¡na tí, «odevfl. Apesarada la corteedún. de Staco OMfed 7 Hazlo Branda, ae nialo«r& por la ;mta de etegandm-fteoai en. «L aniTlmlwttou la cscenogzafte 7 A Teacaailot

MARCHA — BÓSF»^

por PaUo MtOh Gar^Sm

Cinco clásicos recomendables 'fe Vlvaldi compuso cuatro series famosas de "concerti grossi". Todas ellas cons-itewi de c ce obras, Soa Ij'Estro Armomco, £1 Cimento de l'JLnnonia e l'Jn-vejizione, La Straraganza y La Cetra- El Cimento ya ha-J>ía sido editado pox Philips. Ahora Antar. con sello Vox, lanza en iies discos I« versión íntegra do L.? Cetra por la Oi<iues"ta Pro M£í:;ica de Slulfgart diiígida por Bolf Rei-XLhar^ Los solistas son Heinliold Barchet T Andrea SíeffeJi-'Wendlíag. Pero ésta sólo so desempeña como lal en el Noveno Conciexío, ÉHÍCO de la serie qiíe reclama un concertino de dos váolines. Los once restantes son en realidad conciertos para vsolín y orquesta, aunque llamarlos así desvirtúe el carácisi da las obras per asociación con el concierto lo-mániico iundado en la clara oposición del so-Jisia Y ^st orquestau Las matrices qiie ahora •e piensan en el país coTzesponden a lomas xealizadas en 1957. Ese año fueron editadas •n los astados Unidos e Italia y dos más tarde en Francia. Es como decir qpae estos discos se tenofícían del mácimum de fide­lidad, 7a por entonces alcanzado. La circuns­tancia es felir, porque las obras, escritas poz Vivaldi en plena madurez, representan el viés seductor aspecto de su genio, si no infi­nitamente variado, sólido y dado en buena medida a la original resolución de enigmas poéticos: bastaría considerar los nombras de aus opus (La Estrav ancla La Lira, La Sos-.|>«CKÉU La In<;piietud, £l Heposo) para ten­der un paralelo entro él y Giorgione. La InterprelBción, confiada a quienes han dedi­cado buena parte de sus carreras discográ» • Cees a los conciertos de Vivaldi es, sin du­da, una lección da cstno. En particular al fraseo de Barchet es en tal sentido revela­dor. Personalmente preSero un Vivaldi más misterioso 7 contrastado; pero acá la exac­titud suple casi todas las exigencias (jue en «xos tarrenos s« creyera bueno plantear.

por Victoria de los Aogeies, que protagoni­za una anaraviJIosa gitana, no muy verosímil vocalmente (el papel paiece pedir una voi más ruda) pero a b s o lutament cautivadora si se deja de lado la verdad de la anécdota, muy frágil por lo de» más, y se atien­de a la pureza del canto. El resto del elenco es lamentaÍDle" mente pobrísi-mo, con un Paco zarzuelero y «it Tío Salvador d* casi intolerable insoLvencia. La orquesta es la de Barcelona, dirigida por Er­nesto Halíffcer, honesto estudio-Pero todas las limi-sirven para atacar

«ít Al flnal de su Tlda.Sclialjert escribió una Misa en mi bemol que se oye muy rara v^ Acaba de pxensaifla Plúlips en una in­terpretación de loa ITiños Cantores de Víena, Coro y Orquesta de la Catedral de esa ciu­dad, dirigidos por Ferdínand Grossmann, No es una obra típicamente schubertíaiía- Más bien se diría que el autor buscó desenvolvear-la dentro de los cánones más ampliamente aceptados, lo cual daría razón a Einstein íBuando afirma qiie Schubert no escribió esta BSisa guiado por tristes presentimícaitos sino Ittis cando un cargo ecleciástiea que le pep-BEíitiera vivir con moderada holgura. La in terpretación es mity característica de Gxoss-Btann: maciza y tensa inEeriorntente. Los ia-eonveniMites que de tales puntos de vista pudieran derivar están corregidos por ana toma aereada, que evita él empastelamietito de los timbres. • • •

^ El Primer Concierto para piano de Cha­pín (qne es en realidad el segundo cro­nológicamente dispuestos ambos) Ixa sido ob­jeta ya de numerosas regrabaciones en el país fFrancoxs. Czcmi). Abora Sondor pco-rne la versión da Braáiowsky, acoplada cent Danza de la Muerte de Lisrt. I-a ort ueste «E la da FUadeljSa, dirigida por Eugene Or* jnandy. £1 ilustre póoiists c opiniano lia Ue-ffado yau parece evideatte. al crepúsculo de <a carrera- Stn embargo estas grabaciones ofire-mmu inta^es y sueñan oonvenienfemenfei.

so de la obra de Falla. taciones apuntadas no sirven para atacar sustancialmente la grabación, de una ópera que tiene momentos de gran música, aun­que en otros acuse las influencias divagato-rías de Wagner: así, toda la escena inicial, desproporciona él conjunto con inútiles re­peticiones y una pintura de ambiente qua ha perdido vigencia, Pero, insisto, ¿cómo re­sistir el encanto de Victoria de los Angeles en la gran aria de Salud? ¿Cómo perma­necer insensible ante el brío de las dantas? La grabación original tiene ya sus aííos y fue conocida aquí en tiempos da la impor­tación, con sello RCA, Luego de la ruptura entre firmas grabadoras, este registro quedó a disposición de la EMI británica, que go­bierna la Ángel norteaniericana. Así se ex­plica el cambio de sellos. La realización de La Vida Breve ocupa tres caras, quedando la ultima para un recital de Victoria de I03 Andeles, compuesto por canciones senaipopu-lares, entre las que se destaca la Farruca, de Turíaa, que fuera, tema de uno de los pri­meros discos hechos por la gran soprano, hacía 1945. El acompañamiento de Geraíd Moore es un acierto aparte. Esta última cara ha. sido reprocesada; la matriz original coa-tenía algunas otras canciones, entre las cua­les (la anónima Canción de Cuna arregladi por Subirá, El Jilguerito, de La Sema) po­dían encontrarse memorables aciertos.

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^ Giosí e<üta la Snfca ejecuo6n cpie « discos se ha hecfio de I^ Vida Brere de Falla con im reparto dominado enteramente

^ Bajo el iüulo "¡Ho Cantafco la Patria í*, Gioscáa publica el sexto disco gne 3a regrabación nacional ha dedicado a Benia-mino GiglL En la ocasióst, el sello es Ángel y el conteiLÍdo comprende arias de La Ar-lesiana« Manon, ten italianor Lodoletta. II TroTatore, Elíssir d'Amore, Manon Lescaut* Andrea Chénier, Pa IiacdL Tosca, CaTallería e babean. Hs éste sin duda el más perfecto de los xc stros portadores del legado <le aquel mcomparable intérprete ue con&aba más en su instinto que en iodos los man­datos estílíslicos. Su portentosa cxenoa d legato su inspecable técnica Tespiraioria< so firmeza i nisoxa están lejos por cierto de en-cmtKET sucesores. "EX "Si, Br soldato" de An­drea CbénHer zluslra bien sobra las fantás-Heax poñbiCdades expresiraa de Gigli y so­bre sn acattada tíencia. Pero «s en "Qoanf» j e b Ia" de Elíssrr d'Amore qiz» el asombro He a mes alto, porque aDi la Imea d canto se Sende, fina y rica, en on arabesco sonoro de casi milagrosa depuraoón. £l xegx ro es* como so adelanta más arriba axo 7 pc«* sentó.

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¡# En. traxLSCiirso de las ¿Itimas reuniones 3ntc í nacionales ^ escritores y artistas —no sólo en Ijeningrado, Edimburgo o Floreíieia, sino también ai Pormentor o Madrid— las relaciones entre política -y literatura, loe conceptos de arte iin en sí y arte al servicio de i»na Causa lian constituido el tema obligado de las dÍ£c- siones. Una desconfianza cre­ciente en los valores de la literatura impulsa a im número considerable de escritores a buscar toia jus* tificación a su obra basada en razones extra-artísti­cas. Las posiciones deiendidas son irreductibles y el espectador imparcial tiene a menudo la impresión de asistir a una disputa de sordos, "Literatura y políti­ca son cosas dislñnlas", dicen unos. "I*a lileraltira, en cuanlo Sale a la luz, es un lischo social y, como lal.-cumple una funcióit política".; responden otroa

Err realidad las cosas 310 son tan claras come parecen en un comienzo, ni tampoco tan simples. EstíLs alternativas apresuradamen­te íabricadas, estos coiicep-tos de arte-fin o arte Instrumento no resuel-\ren ni mucho menos ios problemas que los intelectuales nos planteamos; antes bien, los escamotean y, acaso, los compli­can. Se trata, como veremos luego, de clasifica­ciones superficiales Que, en lugar de ceñir y de limitar el tema, lo dejan escurrirse y escapar en­tre sus mallas; de dilemas aparentes que, si exa-jninamos con mayor deteninñento, no contienen ni pueden contener verdad o posibilidad de ver­dad alguna. \ En un reciente ensayo titulado "La lileíatura perseguida poT la politíca" Alain Robbe-GriDet criticaba la politización de la obra de arte en estos -términos: "Los escrilores no son necesariamente cerebros políiícos, Y es sin duda normal que la jnayoiía de eSlcs se- limüen, en esle campo, s pensamientos coilos 7 vagos. Peio, £por <iué ±ie-nen tanta necesidad de expresarlos en publico en loda ocasión?. . . Yo creo, simplcmenle, que tie­nen vergüenza de ser eseiitores y que viven en un perpetuo tenoT de que se lo reprochen, de ue se les pregunte por qué escriben, a qué sir« •ven. cuál es su función en la sociedad... Hl es- critoT sufre, como lodo el mundo, de la desgracia de sus semejantesí es deshonesto prelender que escribe para remediarla. . . El escrtlor no puede saber a qué sirre. Z literalura no es un medie que va a poner al servicio de alguna Causa...". Las observaciones del principal teórico del •"nouveau román" son pertinentes s;n duda al­guna, pero exigen ciertas aclaraciones. Para ca­librarlas como merecen me parece necesario, ante todo, situarlas en su contesto histórico: como expresión concreta de las aspiraciones del es­critor en el marco de «na sociedad determinada. En Francia, en donde la libertad de pensamiento y de palabra son una realidad y la igualdad de derechos políticos no es una fórmiüa huera, la relación del xtovelista con el público es entera-jnente distinta, por ejem.pIo, de la existente en España y los paises de Latinoamérica, La razón es muy sencilla.

0*stlm ParU^ msp€€ÍaB pora MJUiCIfA

BUENAS Y MALAS RELACIOÑ-ES ENTRE LITERATURA Y POLÍTICA

Cuando los conflictos políticos, sociales y eco-nómieos g.ue constituyen la fuerza, evolutiva y dinámica de un país pueden n anifestarse libre­mente a través de los órganos de xepresentación naturales dt los intereses en pugna, el encargo Eocial del público al escritor no es el mismo fjue en aquellos otros Estados en los cua­les los intereses y aspiraciones de los distin­tos grupos de presión carecen de un cauce legal para expresarse. El "status" peculiar de la sociedad francesa —desaparecido el ana­cronismo de las guerras coloniales, alejado él "peligro" Tevolucionario merced a la prodi­giosa transformación técnica operada por el neo - capitalismo, etc. favorece la. eclosión de ima literatura que. para emplear una iórmxila de Tittorim, tiende a pasar del plano de la con-Eolación, del plano de la dirección de concien­cia, al del tanteo y búsqueda, al de la contes-íación íecunda, al de la ciencia, yor el coníxario, en los países su jdesarroSados o en 3a fase pre­liminar de su desarrollo —como lo es actual­mente España— la literatura se esfuerza en re­flejar la xealidaá polrtica y social —esígeneia cuyo abandono traería como consecuencia m-medíata la eiahoxaciSn de una naimétiea, sim­ple refrito de la de aqueEos países que, como íngiaterra, Alemania o Francia han alcanzado TUL nivel político, cultural y económico supe­rior— con olvida de sn evolución en cuanio técnica, le <jue propicia, como es lógico ei des-euTrolvinuento de una literatura que, al enfren­tarse a la realidad con es<piexí^^ss viejos y formu­las desgastadas, lo jiace conforme a un enfoque Enacrónieo, remedo d^ natirralismo de nues­tros abuelos. Sobre este punto la in stentía de Hobbe Grillet en señalar la rmpoxtancía á^ íactoT arte-técnica en sf me parece -válida no sólo para la literatura de su pafe sino naxa la de todas aquellas Irteratnras que, por razones diferentes y a -veces opuestas, sacrifican la téc­nica ar*-sti£a_ a la reproducción —conveneionEtl SV por io tantc f¿ls&— de la xealidaa.

, MARCHA Pógín<£ 29

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Pero Robhe Grxllet peca por orgullo cuando, "con este nacionalismo propio de los escrilores franceses, que tienden a confundir la lileratura francesa con la literatura a secas", como escri­be Blocb-Michel, pretende generali!zar su expe-idencía —producto de la específica situación francesa— a países cuyo nivel político, social y cultural no se ajusta ni mucbo róenos a los elementos que sirven de base a su análisis. Pa­ra bien y para mal, el mundo no se reduce a los cafés de Saint-Germain des Pxés ni las Ta­blas de la X»ey de la rué Bemard Paíissy tienen la "Vigencia universal que algunos creen. Cuando por xma voluntad oficial de despoli­tización —como es el caso de España— o de politización total al servicio del objetivo social prioritario del Estado —como lo fue la Unión Soviética bajo Stalin y, en. menor medida, en la actualidad— la prensa no refleja las tensio­nes fructuosas y contzadicciones dinámicas de una sociedad; cuando los grupos sociales —me refiero a España— no pueden naanifestar sus Bentínñentos ni defender sus intereses libre­mente, el escritor —poeta, dramaturgo o no-velísrta— se convierte, a pesar suyo, en el por­tavoz de esta dinámica, de estos sentimientos, de estos intereses desempeñstndo un papel que, en cierto modo, se asemeja al de una -Tál-rala de escape. En otra ocasión apunté como la rigidez de la censura española había obligado a los novelis­tas a responder al apetito informativo del pú-

Partió José Bergamín •^ El Iixnes pssaáo partió para París, Itieigo de pasar un mes entre nosotros, el eminente escritor español José Ber-gartiín que Hegaa-a a IDTontevsdeo en circunstan­cias bien conocidas por nuestro público. Xa pnbiicació'ii de dos üíiros sayos en pre­paración xcqiñere abora SOL presencia en Fran­cia-Pero esta vez parte con la ixtíencíÓTí- precisa de volver. X Bergainín se propone en_ efecto estar otra vez -aguí para principios de 1963, opor­tunidad para la que aceptaría el oSrecímiento qoe le ínera becho por nuestra Facultad de Hu-nsanidades y Ciencias de dictar un curso sobre Záteratni E£pa3oIa_ Esperamos que así sea- Ia presencia de Eer-gamín en jVIcntevideo fae muy íecaüV en pla­nos miiy diferentes, y sis vida se tS por mu­chos afectos a las nuestras- Por eso, tanto SÍÍS amigos; como stas cisrípalos de ayer; como qníé-3i€S podrán serlo suyos cuando vnei-va- le empe­zamos a esperaí' al despedirlo y lo salndamos can un abrazo y un áHasta proslo, I>oa Pepel

J-P-I>.

por Muan Coyüsoío

blico transponiendo en sus obras el esquema da una realidad opuesta a la irrealidad de los pe­riódicos; esto es, a cumplir una labor testimo­nial que en Francia y otros países correspon­dería normalmer e a la prensa. Las críticas da lEobbe-GriUet al compromiso político de los es­critores pierden, en este caso, toda su eficacia. Mientras en Francia el compromiso político es fruto de una elección labre del escritor — dado que la función de la literatura es menos de "consolación" que de "búsqueda" y el escritor, desembarazado de la presión acuciante de sus lectores, puede desentenderse de reproducir la xealidad inmediata para centrar au atención en él desenvolvimiento de sn arte en cuanto técnica —en la XTnión Soviética y España— por dife­rentes motivos, como vamos a ver, ei compro­miso político viene determinado de antemano por la situación particular del artista dentro de la sociedad de estos dos países y en razón de las exigencias —más o menos formuladas, raás o menos explícitas— de su público. La po­lítica destiñe entonces sobre el arte, y el escri­tor, independientemente de su voluntad, se con­vierte en. el portavoz de las fuerzas que comba­ten en silencio contra ía opresión de una clase social o el monopolio de una ideología transfor-majia en dogma. De este modo, la literatura es­pañola contemporánea es un espejo de la lucha oscura, humDde y cotidiana del pueblo espa­ñol por su libertad perdida como la poesía de los jóvenes soviéticos canaliza la rebeldía artís­tica de las nuevas generaciones contra la alie­nación engendrada por el estalinismo. Política y literatura confunden sus armas en una misma empresa liberadora y, como IVC. Jourdain la pro­sa, el escritor Iiace poliüca sin saberlo. Luden Goldmann analizaba con gran perspi­cacia la relación eKistents entre las mutaciones de la forma novelesca y la evolución de la eco­nomía contemporánea: expresión del libre pen­samiento originado por la Keforma, reflejo de la oposición creada entre el liombre y la socie­dad tras la ruptura de la "civitas" medioeval, la novela entra en crisis al mismo tiempo que el individualismo que le servia de soporte. La de­cadencia y desaparición del personaje y la au­tonomía creciente de los objetos desde Joyce, Kafka y Camus basta Eobbe-Grület y los demás representantes del "nouveau román" correspon­dería, según Goldmarm, a la disolución del indi­viduo y la vida individual en el engranaje de las estructuras económicas del capitalismo mo­nopolista del primer tercio del siglo XX y del neo-capitalismo de organización actual, proceso conocido en la literatura marxísta con el nom­bre de leificación. Bajo este concepto, la obra de Butor, Robbe-Grillet, Natbalie Saxraute, juz­gada generalmente como formalista, expresaría mejor que la novela psicológica decimonóniea y la narrativa de tipo behavíorista la realidad técnico-índus:fcr3al de nuestros días (pese a su actitud cómplice y no crítica respecto a ella). Con la bendición de Goldnjann,. Robbe-Brillet defiende un "comproimso casi artessnal límJta-do a los problemas de la nov&Ia, pero, en él momento en que agr a "problemas tal-*s qu» la guerra, la conciencia social, etc." tocan a nuestra vida de ciudadanos "que enxplesa a par-tix del inslanle en. (jiie depositamos un boleixa de vofo en una urna electoxal" y establece un distingo entre el compromiso del ciudadano y él compromiso del artista, su desdoblamiento no puede aplicarse a aquellos países en donde la falta de libertades políticas elementales —como es el caso de España— o la adulteración de la. ideologta revolucionaria al servicio de una die-tadina de tipo personal —como to fue la XTnión Soviética por espacio de cinco lustros— obligan al público a utilizar la literatura coTSuy una vál­vula, de escape y empujan al escrí:or auténtico a colocarse a 1& cabeza de im. combate que, sa­liéndose de los cauces de lo estrictamente li­terario, es, pirra y llanarriente, un episodio más de la lacha ininterruinpida de los pueblos por-BU libertad.

¿Qué signiSca, en efecto, para ís saña o la ma­yor parte de los países subdssarroliaaos de Jimá-lica'Latina este compro.'r.iso al "nivel de Ia_es-| crxtuja" si el a2talfabe sino,IaxEÍusficiaso(ña2,2aj

«ASCHA, — ÍB«^»

Muevas Mras amerUanaa Pt frM EL UNIVERSO DE ELANNERY O'CONNOR ESTA de moda, hoy, decir que la íovea lite^ ratura amex-icana CSaliitger. tJp<üke> no man-íieae sus promesas, y q.ite nada de; la úiti-ma producción. d& los Estados Unidos puede com-¡pararse coa las produccáones p restigiosas oua signaron la generación da FaUcner, Juicio faíscv desde luego, o al menos apresxtrado, Pero aun­que fuera -rerdadero, bastarían los libros de Kannery O* Connor para disimxüario. Esta mag­nífica cuentista desmiente el reirán de que una golondrina no iiace verano. Merced a su obra, las letras norteamericanas conocen actualmente una especie ÓA prlmavexa negra.

EUa vive en e3 sur, en Georgia,idoade cría, en un ampUo dominio que viene de la América co­lonial, pavos reales a quienes observa y dibuja. tina enfermedad a 1Í huesos que procede de su Jniancía, la obliga a utilizar muletas. Tiene íreia-la y siete años. Se afirma que es una católica íerviente, lo que asombrará (o quizás no asom-]>rará> a los lectores de su primera novela, 1.a •abiduría «n. la. saagr*. libro alucinante y aluci­nada, lleno de «scenas de crueldad y liorror que Vlannery O' Connor describe con vigor y natu-rcilidad, fin exagerar su admirable talento. Mues­tra y íi^tiga a 2o» evangelistas, una de las llagas de la societ d norteamericana. A la «apera de su segunda novela, The Vio]«itt Baar U AvrT. ea necesario leer su coleccián de relatos .C<aa canias Itonradaa no cocran pox laa cftlles. Después de concluida su lectura, nos prc-Ipintamos: ¿es verdad? Estos campesinos y cam­pesinas, estos obreros agrícolas y propietarios de tierras e» el sur, ¿existen en la vida tal como exp­íen eo. este libro? Pregun.tas inevitables pues «lias se deprendes» de la revelañón que nos pro­porciona Blannery CV Connor: del prim.er xtíato al último, V0IZIO2 ima Itumanidad miserable y as­tuta, egoísta y retrasada, infantil y perversa, com­placida en. l03 lugares comunes, la crueldad, el cUnero. Hombres y mujeres presas de traumatís-mtos, de psicosis, neuróticos que llegan hasta el desarreglo físico general ya que estas neurosis afectan tanto el «si ritu como el cuerpo. Mundo de seres xa. piernas, s£tt brazos, personajes de Buñuel con cer nroa enfermos y obtusos. ¿Pero

Síüá^^^a^ cuál eaf ínedad, general, exa>licará todas estas pequeñas enf medades? La enlermedad de Dios. Entiéndase bien: Jlannery O'Connor, repito, es una católica lervieate y no es a Dios a quien de­nuncia, sino al uso que las gentes hacen de Dios y de Cristo, acomodándolos a sus personales, en­venenadas salsas. El segundo rdLato del libro, '*EÍ río", es signi­ficativo del tenor de la colección entera: cuen­ta la iiistorJa de un niño de cuatn> anos, quien, interpretando literalmente la metáfora de un pre­dicador que bautiza exi un río ("Vosotros que su­frís de una pena —él dice— abandonad vuestra pena en este B£o de Sangre, en este 2tio de Su­frimiento, y miradla alejarse, dirigirse hacia el Heino de Cristo . . .5 se hunde en las aguas y se aboga, alegre y tranqaüo. En el relato titulado "TA buena g te del canope" da más convencácraal, pero iqué arte para encadenar la* peclpeciasD Flannery O' Connor describe la vida, de una vieja solterona a quien le falta una. pierna; después de Jiacer sus estu­dios universitarios, regresa a su casa de campo donde vive aicerrada dedicando todo su tiempo a la lectura de los filósofos ateos. Surge de pronto un vendedor de biblias, aparentemente simple, ingenuo, consagrado al amor de Dios, ^l vende­dor ambulante se acuesta con eUa, eit la granja, y cuando lo solterona se cree amada, por primera

vez en su vida, con olvido de sa pitaría, de imij dera, él la abandona, virgen, llevándose la piep na, único trofeo que faltaba a U3i.a colección po>J pia, rica i ojos de vidrio y en manos artificiaíe».' Más allá enccaitramos un manco que se casa con una joven randa y huye él mismo día d© la boda, dejándola virgen; naatrimonio que lia lite' cho con el único fin de recibir de m,anos de «• suegra, un auto viejo, su primer coche, que ^j^^ duce, único ocupante, con una esnilíación que tj- duce un verdadero goce de onanista. Debe citarse también "Persona desnlazada* historia de xux polaco que ha huido de un caniQ». de concentración y que un sacerdote coloca ^ un dominio que está derrumbándose. El propi», tario no hará nada para impedir que vm tracto* aplaste al polaco, admirableraente dotado pEtr» los trabajos de la tierra, y de quien el sacerdo decía, de modo explícito.: '*E1 ha venido para sal» varnos". Tanto el dominio cc»no su propietario tendrán \m mismo fin lamentable, donde queda inscripto mediante un dibujo afiligranado, el det-tino de la condición humana. En todos los relatos, él lector, fascinado, so-fr-e un clima donde se mezclan, extrañamente, la seacuaUdad y la espiritualidad develadas, donda la naturaleza del sur, siempre incansable y vio-. lentsinente coloreada, agrega una dimensilai cósmica. Documento sobre la religiosidad amerícana y sobre las prácticas religiosas, tentativa para nao»» tnar cóíao tí Eentimiento religioso deviene la avatar del mal, la obra de Flannery O" Connor, es de una acuidad pasmosa. Indiquemos, por último, que en estos diez re­latos hemos encontrado, cinco veces la misma imagen y metáfora: la de un. pájaro de presa qua ; se desploma desde el cielo sobre la tieara, y cuyo pico, bajo el sol, parece de metal calentado hs ta -el blanco- Es la visión del hombre en Flannery O' Connor. . Dada tal visión, nadie se sorprenderá de qua . viva en compañía de animales: poneys, mulos, ua asno exiraordinaríamente suave que se llama Ihrast, patos y dos cisnes, uno de ellos casi ht>- . niano, porque es tuerto. .

BUENAS Y MALAS RELACIONES ENTRE LITERATURA... (Vxen» de la pág. anlerlort violencia del poder, impid i el ejercicio normal de los derechos ciudadanos? Sí reclanaar públi­camente las libertades otorgadas por nuestros go­biernos conservadoras del siglo XlX constituye un delito, ¿quién puede hablar, sin Kjnrojarse de lumas electorales? Cuando no hay libertad polí­tica todo es politicB y él desdoblanüento ^tre escritor y ciudadano desaparece. En este caso la litearatuia acepta ser una arma isolítica o deja de íer literatura y se convierte en un eco inautén-tico de la literatura de otras sociedades situadas A diferentes niveles Ca- proliferación de pequeños Robbe-Grillet españoles, mexicanos, portugueses o argentinos, tras la hornada de FanTVnars y de Kaffcas, es un buen ejemplo de lo que digo). Basta dar nna oj da en redor de nosotros para advertir que en las 4|o partes del mundo la obra literaria está condenada a mantenerse, por la. fuerza de las cosas, en el plano de la consolación, de la dirección de conciencia; a sei; como dijo Pavese durante el íascísmo, "una defensa contra la ofensa de la vida". Si el análisis de Goldmann es JTisío —y personainente creo <íue lo es— él compromiso al nivel de la escritura representa Ja tendencia, avan da de los escritores sa éi saio de la sociedad técnica contemporánea, ya sea so­cialista o neo-capítaBsta. Pero sólo la conquista de las Übeirtades i>úblicas en España y la caá totalidad de los países del tercer m'ando. el fin del monopolio artístico del llamado realismo so­cialista y de la presión estatal —gracias a la elevación de la cultura medía— en los países en loff cuales hoy se eJGice la. dictadura, del prole-fariado, pueden pemiife, a-largo plazo, la ccn-«agracíón universal de una literatura de e jlo-tacióji y tanteo (de !& iiue el ''nouveau román'* es únicamente nn botón de mtzesfra y no las Tablas de la I-ey de un axie sacro, patrimonio exclusivo de la docena y pico de autores agru-jiados er> tomo a las Edlííons de Minuít), lite. xatura oae reflejaría los múltiples aspectos de la alienación del üontbre-objefo, simple eslabón del gigantesco engranaje de organización indus­trial, de planiecacíón omnímoda, de hnrocracáa tentsc ilar y ciega: este universo tan poco atrao-üvo —por el que, no obstante, debemos luchar— tíel neo-capitaEsmo de organíz áSn actual o de Ja primera fase de la construcción socialista, mm'írrso que sera felalmeníe él nuestro liasta él tít^nimbe _<inrp3n>hable) de la economfa de los países ocaádentaíes o el adveninMenío (lejanai ,ce la sociedad conranzsía en la U S-S

Asi, no resulta aventurado profetizar que el compromiso del futuro será menos de orden po­lítico que de índole artesanal, en el plano de la escritura y de la técnica, y ello por una ra­zón que deriva de la misma naturaleza de la obra literaria: pues, en tanto que el primero es siempre ambiguo y circunstancial, el segundo se adapta al carácter ambivalente de un arte cuya exigencia primordial radica en no excluir la exigencia opuesta. Concebida, a la vez, como experiencia y utopia, como acción y como fuga, la literatirra Juega un papel político real en cuanto es el origen de todo un haz de decisiones y proyectos que modifican y transforman la faz del mundo, pero este papel se asienta, en rea­lidad sobre un equívoco. Como decía Maurice Blanchot: "el Cescritor) escribe noveías, estas novelas implican determinadas a£rm.aáones po­líticas, de tal suerte que aparenta comprometer­se con una Causa. XiOs demás que han abrazado directamente esta causa, fiendeai a reconocsrlo como a imo de los STOS, a ver en su obra la prueba que la Causa es bien su causa pero, des­de que la reivindican... advierten que el es­

critor no se ha comprometido, que la partida se juega tan sólo con él mismo, que lo que le ia» teresa en la Causa es su propia operación". La coincidencia entre literatura y política se ani­quila en el instante mismo en que dejan da actuar los factores que -Is provocan —opresióa política, dogmatismo artístico, etc,— a menos que, como sucede frecuentenxente, tanto en el Este como en el Oeste, el escritor abandone ^ lítei"Etura y se entregue cuerpo y alma al pane­gírico seudo-iiterario de la causa que abraza. Pero entonces no se trata ya de un escritor, sino de un plumífero y su ''mercancía" no txeaa nada que ver con la literatura. Por el momento —quiéralo o no Kobbe-Gri-Ilet— los escritores españoles, como los sovié­ticos y los de la casi totalidad del mxmdo, con excepción de Francia, viviremos un largo tÍCTa.-po perseguidos por la política. Pretender lo con­trario sería, como dice Blocii-Míchél hablando de los teóricos deJ "nouveau román" tomar: "su gota de agua nacional por el océano dá minxdo y su propia iatxcra por la desesperaóóa de la faninacidad">

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pretwBíívá, porgne mm rvalíHaS ftxfiwRi w kjibí'^ ^>currido una revolación"-

¿Haiñ an&lxta con deteniznieuto el papel ds Is bixr£iieKÍa y la monartinía italiana «n d «Bcenso del fascismo, pero nimea deja trar* Incir <pia co?;íttD.d« los tres feíiÓEncnos His­tóricos, cima l:;it;La «1 liUioríador to-VLC*.¡--:o. Olvidando o rainiDiisaTido el papel ^oe 3o-e-Tiuneííó, ptx eíi:ii»pli», el nsrionalíSnLo en la Italia de La. posígnerm (1919 a 1922) no li>-grarenios canipreadcr al faseisja». Sinüíar he-«bo, aoniiti* Jtiiád violento, se siiscilÓ por Isa

'ssaas causas, «n Í3 Alemania vencida por

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<fs/ fené:^efho íaseHfrs (*) íiaj 'CUüCro tralja»«e; 3e

' •c or, sojire «i Easc sn» ita-Zn «sie líLro

distinta faenCe - Üano.

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i i$. soíire el pspeJ tte en el eft d» í-^f.^i-\<. de!>crla corre poBcler a iw C'-Tp rat-ones, í tor reJevaate en ÍK jpoi-íica «¡e BUtaz-i ída ^ iníniica qna ed régii»*a imperialista jt::-

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el p:ja:o ue vi ia íaEisue, fc'aüiar, lo ÍIUÍJ, íí jqne las íloíes <*• escritor tic sa blj& n» J :n reíct s-iíes, r SEtlta ¡raierctriiitis s stjaco&s (1 ladp el itíno Ían.lu.i'DrÍ*>.

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» ¡drez, *í Bszdsma «srge seucSÍI» y Lrmji-p ren:-,. c<-r:>o ca Eensiiaeao típico ¿e Tina r- mci-ara csg^ia^sia £m=eTT>sa «e 2a scEiTes— • 'a in ial, »iaa s5?o pn' o irrnn ir .tsazs: im •^TÍTUIÚ-SU y la dc!:>íB-deá 3c la zzqziso'dz, ca r. 3dr<» djrigeirte ^srpteimo-li^gxs

r I(í» staqnes te 3%aw • ia La crítíca <í23 se piw*e

-a mvesHaaciÓa eo. sil, CAUt» a b. i txx ílmijM. I «rpretatÍTa cen -q e ésia s« re ia». l>eg¿» «-- e ánsn n. «I iraWjo cñcis» «pM i IIML *• f «! vorjiíaieía, perteatecí ECe * Faíiío Afctao, U ftbSfn ajárosla ?ero, em TWánd, Ss^ c» 1 íorfador. «• fnoSjeraciIc;. •o ideológico, ecoa»irúcn y poH e» fc «nn luüa ^« año aa ^ :k9£)&: «srafo lie» A 1M fcerida* pr<yTec*2a9 p<w m lardÉi —LÍl>Í aaaoBal. iiaBsinv mmcainw Mnifoidclr *•• «•«*

«BM^teKiciM fc b «WáDBSlKiar ^^a •M Mé* I» Ba>« «

los : Jaiío! La aveiíli'ira exterior fjI¿íitc5B jcerra o iza-jieri¡slisif»i>") «ra el corolario oblí sdo de Tina jioiílica <itia siii.ordtaó a mesiEido. toíea Ivs iuitírescs. aj Üe la srande*» militaT de la ita-ción y si ii:e:i la Í>Í¡ rgceíia indosErial y la-tiíiiiriiiMa si rovecltú Ja r-".von"nra Tcacc3i»ira— ria cji!, (ilVeífu la salida iasc£S*a, lo lii£o na en SÉ -%• x'.'- sí. slnc para c 'ilar la Rc'vots.iióa.

Aén ton las discrepanitias aji-iiaílas, gas so rcíi-írea So¡>ie tojo al ailiculo del LístftrM oc so»E6l!Co, este volm-ícn vale e ínieresa. ÍTl uiSrTÜíico imedo revelurse, ctia tdo es líitllza-do coa jT-a-Inrez. CÍHUO IIÍIÍ> de los ei:íi>[jiu3 •jíinrtísi'íiidibles ea l*.i hi.-ic ia coii:irtMpiir:S.'í¿;.i,

J- I". B.

SLí>e9£ 5ivm - FiOr.O .ALA'i'Rl - RO'

JíióJ, láT ps. (Trad. áff .-Viberlo C¡-U>.

;:!)í.& i-rea esis

lf'dr>5 eiloi el ]>ajieE creciesiie d< t:er!ad cwiEsir.po-rúriea ! í-a tirofctía. ¿e ¿ÍJIM " EJÜS- cmKpKd;:». Ko es irisMal ¡iire íi l* Etiro se Isaj-a ediíaííi c la Arj;cníÍTsa_ SÍÜ-V a-Jui-«i: ilaTí:«;ríe, el áiíiioo ax¿c ia tisrílado "Fl cCfteilsci'nuí cíe eiíi'eíiMi ^If?fecha i" ít/ crii rjíío. eítntraTCBC-lucícnariit' pcrf*/iei;ieE:/« a J. 3í»ETe, fa a_ i«a í=ato a l«>£ círriLÍo? ír;:jiere--sts ¿írí ea;*'? los peli r js do ampliar tíP de­bite ajijrl>c£ i>:iri I>ei>i3c> en. la sc^na £ueBt<: itíeí'lt-íSi- a,

Disldcr &cctúl»~<i íiolaa és- est»d£s. ¿1 pa­pel di? las iiiiii íartrS '"e?t íít;; ¡HIÍ^'KS e^m: er^^i— gen''. Si I>¡en 1 oasscríímo es et ejcxitjilf; laís vivo • y •que Je ioiaeiíialo se prgse"!» aate EC ÍÍTCS ojns, l>3yííler obs rra «¡ne el íeif:-j3).eD» se JiK cKenMo x:vn -slui. '.ijaír rrrpi. pr, illani e los caso? de P:i:ki>!!aii, Efrrot nsa, Tuj-liiñ'ita, Irak, f«d=n. Tuniuía y Cíirca. 5a a:i£-Gs¡5 es sa az y la esplicacjín catifSÍ iíiobje-tatJÍc. E-ítre t<jd;£=: las rircrj-islJEci ts qoe fa— rtirsceii y Lasía irupenen et a£<:Te3fa:o da los Balitares et" los países sabílüsarrírllad-:.?, atiL-ta ec prijuer Ju ar el lieci© áe irna el -efércLto fTJS i3i*a -W las ÍTisüíucíoiies ejiie aos? tt-mpra-jKLUiecnl'i se occí'IenCaiízíí y jKíídernisí», ÍÍJ :jnft i»; pCTTO'ótiS capias- el atraso del psfe. Baal-ler larüííGco Jeja de lado Kn a ii ctí) «jeswral; «SI las sitcíe'íaces 3e tí o trEi5icE<vítsI -t. Biuy cn-EraísEaiTaí. la í-arrera de las anuas se hx r iHVerJíílo en itn lur -'o 'Je aiarrc-e -scTLaJ '^¡i.tra ¿r.-í/T-n- aye cíe (;iro 'íitatirj GCiijiariesx un.

Kccrl tar la (>íT--a-ítTad ea t iraEtn: =<i-íiit!c5 pje-!-«j;>s siesnjirc rae oa peü rf» para «3 ':r-<'isa enc l eciaííTsrí r., í>e«¿a las saí Tevaií»-r.e* iniÍ-Jsr«5 icl ruaji rí» JE isauo £a£ts So-nsparííí- losio Ks está «ísiKosrraBíío a las «la­ses dírí. anies I"S ps i ivs en aispíiar en ¿P— •jcta&íix Ix. h-ase deü xei-lntnnaíeTíioi de la wír-¿¿alrdscí.

naSfL c ndia Jo qee e pc lr flam r fa «Cr:; ax« del s nrSft- el ascenso á« las tr-ScS KEÍitares en 3s ys=f«s ind jsciuiza'fc lEsiieáa* I; SI i Jos, XTnSíói: S»»5¿:5ca, Franraa, e!C-)_ 1.3 fraerm ¿rás, 1» po^ics 3e tloípiea •« 3c giaejraj '~Jiaiííadas'* (Carea. Ax ejla, Tiet-Naani- I* ÍBs saa aEísconHiaiííi, d *s— EíícEcr cada sar aós cetraá» y 3>rof-csíor3aJ ^ II ts clscz TF ht íSr ica •Sataír, Ei>ío ello KÍE-jiKae a enz !nperaro£a «Fe la fE:nci¿B iar en StímZsaojai» Z^ 2a <xñl y a mt t« fTeoMOiáo die 3z TnCseBcás poitiica de loa tstiío* »»i-«res «a la etiefaceaót» 3e 3»*; »«-

Isa Eetadoi f inüSoe y siüXsre lo3as rsae, «=atvE tzBsIraéa ae nsás KX, pne-.J« labe«- .4»«¿BÍ« elg* i3 aiT¿'m 4e «sa <e«tdMW« vista d esntnl ^ae d ¥*x^o Cm-atetara Me?aaa aJgiiaaa oaM ncae «I jEnea *« Jejaáa Eíi=^ J«aa««iaa aa peca d pn Snaa «• >7e*a - Hagoe

teccIfíeaeMii cr detila fc ÍOSBK IOK «epectoa de la calmra. Finalsceiite, ea rasga también comúia a todM loa gobíenia» militares: ""Em lugar da bitaca & cooperación dm la geaim, instmzivamieitim recurre» a la co«piciaÓB". Solacioiiar lo* problemas de la vi^ táxil (eco-nócQieos, anuales, tíx^ cosí» ñ faeras loa del cnartel, x¡.t> e3 sólo peligroso para los «tu-dadanoB SK también el an.tecedeata d« to<[o fracaso.

En restinten, lie aquí tres inténsenles pun­tos de -vista sobre un aconteeinaienco <iTie ca­da Tez flos toca más de cerca.

J- P. B. * H- DJALDER. JACQUFS MAITRE. JEAN

MEy^fAÜD:: POLITÍCA MILTTAR. Bue­nas Aires, Editorial ¡orffe Alvares, 1963. 110 ps. CTrad. de Alberto Ciria>.

íajtísfotia como sofax, sin ois-a exigencia

El presiijpo del chileno Inosirosa proviene del notable éxito que alcanzara en sa país la versión radífll de játltós al " ele ¡liten, no -v«lfl uve Uesó a ser, se úa se dice, el aiás aiíde tesa sellcr enCre los libras nai'ionales.

Orieüliid» luego lacia el csiudio de la his­toria, reunió, prjmero en F-2 rescatatlo de Dios, y IiTMa *« este nncTo libro ('3, una serie de las fjite Usina "Esíaiapas bistórícas", anéc-d.-iZas deJ Misado bílen» recosidas y refac­cionadas en arenci n al interés de la peri­pecia, hamoristica o drajEÍlíea, trascedeute o nítniíi, a Ja maíiera de Ricard» Palma, ti jw eEatCírtüJicte en el realce d^ entilo, al me­nos en el modo -de recortar y aderezar lo que se STtpone a«oníe£¿*irat. En Paíjiia Iraíjía, rla-ro est¿, una •vivacidad» ana desenvoltura y una gracia que itqíií íólo aparecen muy üe* «üac-tí y <lí!.=[=cTetá'las. I¿a 3os sÍL-tc reiatos <i:!e rr n O'inen la prírtrisíi parte, deat>ai!na-1a "Xos ÍF:rTi3s y /»« cí>í«gs:ístH*íorcs''. i rí-.a -pox itsiuaea);u> una seqn&Sad qce sis:ula ser — tmss^ jto lo es «n. raalt'Iad— di>::uTOctitaI. TTíi 3E ss^izii^u y tercera parles, "Tr/rresaraí colsstZülcs" y "Ksiatcipíts ¿s auasír-o íi«ínp=>", el -esíiiít se "siieíife más oral, loa perEon.:'jes dii]ciCK:n er.t.'c sí, y el aníoc, a vetes, r.:in qHíca lee:- Pero aún así se etíia de meuoB e»si iseicpre eE espíritu más traviSí-> y pún­zame de s'a predecesor peruano. £3 gén.iio, lOreeniss, tícoe razones de sobra para justifi­carse. Pero el ijoliirro. ai qae

Lir. DOta cariosa y desasí íia, sin qjie se nos ilé oca--r'jJi d« adentrarnos en una ¿poca y ni siquieira. «i va per son:; je o Eiinairíóii. El ay— twr es iiaíaJtiemeBie eníreteniúo y í»a sabido SEíccsriotiar sn msíeríal, Pero sos rireiensiones swn ta;! resCringidas. ¡ne el resElea:[lo no pní o ser más í|!ie sí oíii-inido: sna oLra pa^a solaz de ^oien- a sa x-ez. no la abr.r*le i-on EÍguna olea, cíase de e.'cigencias.

W. C. * JORGE ir^OSTROSA: FAr^'TAÍMAS Y

KETH.-diTOS DE LA TJiJÍDTClOS. $tn~ tiago de Chüer '^¡^ Zag. lí>63. -tZ ps.

Un ¡oven narrtit^sr qae ¡aporta

'-Algo hí^ía •violado. IAI ckitsma' dijo "AíT.- que u^.Jiatsílos, aplas-

Zíícir" díja 'T<:0C^t^os coda la /ucrsa puhZicit y c2 ejcrcinT áíjo pcirn tr!lit.qtiíli^ars^~ Sirvió gttc oílío-bc Y de prirnzo el señor ¿«Rari *if jpa Qwe ¿csde eai-sitces JOBÍÓS ertccna. segant </e jKi'ia- De irírac."

Eile siTilomátíco pensaceícnTo cácTra. luia p«r-ripecia sin nJar en ia vida Je «in esacio bar-saés- 5e trsta de '''Oi&ecíiii j^ss^a" an cnento He ¿a nombre a «síe libro <*> dft C«mián

Rozencracber.. joven escritor argencáxie. El aa-tor aEírauL sus propSsítos de '^rede^^abñr la T^aZiaaA pxrztcitda ds cero", creemos 4pie alcatneoJo a ¿sze su. primer 13I«ro, cabe es­perar »i BD logro fxksí, m» •« ilacaói» IncJda ¿le la i«al=dad, ea la línea de Pajrí y tana-tiéa «el Arle ¿e las A^anfu-erresz y afin m-ís. azmBC parezca tastolÓ co, calrc enjwiar nna iwado;xKa<i¿n áe esa sociedad. Loa tiempos —

ileí:ix— Itaimp a eüo, saúe: el dea-todas laa Jafeas apariencias <]u«

adommiyí lioy a 1:3» s»dÉe¿sd aa pleoa «risía.. Kozcomacber abra dos calas e» su zmoidar

íjt ""rrEsEeaos <2e mea p£eaa ^ AoíeZ" y "JEÍ faí« ¿oradtPr 3<» •g>eciaa más leconcen— irados 7 IniniW^ de -«Mía ¿mn raczóii jndía desdoblada entre la nostal a idE anndo per­dido y una cicoía 3e verdadera -«ida ea la realidad saca 7 dnca de Bnenaa Jiíres. Tanto Xa anécdota XñvíaZ en la vida SA Gran P-s—

zmponania pao- dc iena ea el y ea *H pasajo, qoa por ^ jgajki acontecer—

«I sBpmeSt» gata dorada *I^e3o pra-niaciv sílenraa»» • íatocAfc '

MAKHA — M

snia ¿e reveladorM d» nns rcalí'^í, ea es­pecial el secundo de «líos, dond» la narra­ción, coadncida a iravés d* la mirada •—a na Xientjxi obsesionada s inocente— de t a niña, adipiier« el clima de desasr&llo y la belleza de tratamieiLio necesarios, 'iíaéces" \J cuent» laáa ambicioso —y «1 más laego— ae ¿ubica en ana lemática aimiLar. Xs, pese a que per­manecen alstrnaa Je las -ííriudes* d< eaenioi anteriores y a no Jewnereíer la calidad ge­neral, «1 nenai loerado del Tolamen. 5n proea, ímpresiaiuda v£va a inteligentemente ea Faultner y más ana en Carson Mac Cul-lers*, exige on maneja muy aplomado dd tieoapo narrativo, ai liien I« acción no «o de­tiene, laa TacilBcionea y contradicciones del personaje «e prolongan uicáa «xcesivamenta dehieaido ésse soportar todo el peso del cnen-t«, so estando armado en profundidad coma para eJLo. 3i »« abre «sta nota con una tcans erupción -d« Cafreeíta Ktgrtt^ baeno es cerrarla con un camero análisis da aste «nento, el más ilrsne a nuestro joxcia. Ea aectÓn a» de­sarrolla sis tropie os, coa fluencia constan­te, «on gradación acertada da efecios, «on ri­gor, con tensión, terminando de manera ajtis-lada, limpiaünente. Es un cnento. ai no pran-(lesicnse original, —preferimos en «ee sen­tido "'SI s' ío doraáai* o ^I*ájr:r*)a salvajes— estrictameato bien escrita, al cabe la ex-presióa.

En Gusia, la segunda edición en íicte me­ses de este lI[>ro de Oermán Cozanmacher SK jnslrHcíi plenamente ante la general bondad de las uarraciones, aa ea£dad foiioal y sa lionesio planteo de luía rsalrdad y nna pro­blemática que se preseotnn por no lado, mul­tiplicada y camc-ñmta y por otro tcnuiaeitta nii;da «n nna xaiz enelal.

A- F. O. -A- <^£3t:>ÍAi\ ROZBNMACBBRz CABITCITA.

J\~J:Q1ÍA- SuewM Aire*^ Lthreria 'Editorial Jorg-c Alvarer. Segtatd» tdidSm, 1963. 15 pa»'

imagen objeftra d^-f Moiíén ffcfMsf

Bn. poicas "Sinaa «aaui aa fas C*?. escrita r er c Pre:ii<lent» dal Colegio MÍAico de la XF-niaersidcd. ct« C&sjov ae logra ¿Mf 'nna ímar* getE laa o'tjeti a 7 precisa del 3^^n acta^ sin qne los afsaaa 4* interpretaciÓB» tan «J»" fiymumC' casi siempre, *a mani£iesie* aqoí sf-na en el grade aa qna resnltsa «B verdad iraprescJndLiiIea. Laa coBCnnib»aa Smtésticaa y póblicas (Te loe japoneses aparante nftidaiáeii-te caracterizadas. ?fa te basca ImpTesionar re­forzando la nota axólica, ^»m fne cada ras** es preseutad-» coa erzdenta «tesción a sa pa­rean o rarera erí^nal, peTBiicÍén3»nos da ese mo3o sentir y -isnalizaz nna dvilñarióa siijela • tan distintas coordenadaK, pero coa Is qne, al Fin, nos sentidos eonccladoi a tra* v«3 de ese denominador aaB»'S<t eonstatnida por laa aaa i dea .bnntanac mái vmivecsalet. £3 mttat, ñajero ice xeéenió ran parte «tel ^ajzB¡i<* en misjonf» eacone tdas pof la EJIf 7 otras organizaciones iatecaacíciíales, xo se propone» como no se lo propmo en tas rra— Iiaj(v5 acieciores «obre la Tafia y Fakñtán, •»— no * entre1eaer ÜnEtrsndo**. «bjeti'va qae con** Ei e botsaSámenle pmáenfo de «E an cñ-leiria simiaraenta equilibrado y ana a&sarca* «fon a 3a qiia se txmmtx «a an Itar, se^^ es £áetl advertizloj SBefianta la atálizaáSK da esftidfoa y les mniaa ajeóos:- Annqne •« ;*<*' drñvnns eci ñfc la arñeagaA asndeta* p<a ejemplo, de '«a KeyserGn , o de un afírhmrwt., EOS reileñoncs sobre la xeláeión y !• polmca niponas resnfian Goananspate ibutratiraa. Y mny ataoadas. aa base a aa -«rgnraao aeBtido «MHBÓn y- a «pía -cancjeacaa -dhra día la sicna-cñÓB aetaal, lat consideraciaaie» Guales, ea las qne Tesnltan ridienliaaAHr SOAM laa ten­tativas de snbordinar la *oTnntad del Japón 3 los ctrcaXos de poder qoe boy pcedomimn. "jV» »e ¿43 de tentar —Sicm d aotor— «wi Tite Japón- ae adscriba a T« «Aua de ía* de-mocTaáta^S y si l/r eaiocarai' ea 2a dáyantcca^ se eeñ« jarzad» a amvmrae a loa ,fcuext «o-mamistm^- Opinién qne atáaade a la Endis y a «tciM pwe3>l<» Ad A&ics y de A^K. J^ón, eo aaima, aparece pana el aocor «ono "ínaa A Moa hablarla wié* prnitroaot fie la tercera -piomíHm^ -t^ v4xrm¡eaAt y r^^ieaUxítda por lat itimSor ev pa no, 7- JtmhrS die cnaríhmx esc « - nr tSenqi» yra gne lam Kmiifiraa MTre^sn. sof diesareaauxKM^ purcíaZiaaeaXff rt fÜcfassi . 1.x-Iin> j cuw a Jafjla por sa aaaaanala amenidaJt

Mwclia,, arf emn» par la aeamlES aaa -qTie Ue^ a csti3i3eear Jas con u i latJSfut— ce«c!iK=3n«a. — -W. %.,. * BXSJrjm ROXEXOr XÍS^m. SO.^BR£S Mm^ 190,. 280 pp-

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Pf e#ro U a/Ji 'laGranSíntesís' CltJIXlUCtf - FIMWCWIC*

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y^T^NE GUiX5At>0,IMXlV, / MitZA'OUE XJE CHÍQUí-V TDSSOM HASTA AMO-V^ "ROSOS, PETiC. eWE.-r eEM.vrEÚO.eT EGEN/

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