Currículo sem Fronteiras, v. 14, n. 1, p. 123-136, jan./abr. 2014
ISSN 1645-1384 (online) www.curriculosemfronteiras.org 123
JUVENTUD Y PARTICIPACIÓN COMUNITARIA: su potencial como herramienta de aprendizaje
Esther Luna
Universidade de Barcelona, Espanha
Pilar Folgueiras
Universidade de Barcelona, Espanha
Resumen
El aprendizaje servicio (aps) supone una metodología para el fomento de la participación de los y
las jóvenes en su comunidad. Enmarcada dentro de la educación para la ciudadanía, el aps
establece una relación dialógica entre el centro educativo y la comunidad que implica una
intencionalidad solidaria, por un lado, ya que los y las jóvenes responden a una necesidad
detectada de la comunidad a través de un proyecto; y, por otro lado, una intencionalidad
pedagógica, porque se trabajan, a su vez, los contenidos curriculares. Los proyectos de aps tienen
una secuenciación sistemática a seguir (seis etapas) y tienen unos beneficios educativos tal y como
se expone en el artículo. Describimos también experiencias de proyectos en el contexto catalán
(España), tanto en el ámbito formal como no formal.
Palabras clave: Aprendizaje servicio, participación ciudadana, educación para la ciudadanía,
juventud.
Abstract
Service learning (SL) is a methodology to promote the participation of young people in their
community. Framed in citizenship education, SL establishes a dialogue between the school and
community that implies solidarity intentionality on the one hand, because young people respond to
a identified need in the community through a project, and on the other hand, a pedagogical
purpose, because they work, in turn, the curricula. SL projects have a systematic sequencing (six
stages) and have educational benefits as disclosed in the article. We also describe some
experiences of projects in the context of Catalonia (Spain), both in formal and non-formal.
Keywords: Service learning, citizen participation, citizenship education, youth.
ESTHER LUNA e PILAR FOLGUEIRAS
124
1. Introducción
Este capítulo se enmarca dentro de una línea de investigación sobre educación para la
ciudadanía que el grupo de investigación en educación intercultural (GREDI) de la
Universidad de Barcelona1 viene desarrollando desde el año 1997. De acuerdo con el
modelo de educación para una ciudadanía activa, intercultural, crítica y responsable
propuesto por este grupo (Bartolomé et al., 2002) en el que aparecen dos dimensiones
básicas, la ciudadanía como estatus y la ciudadanía como proceso, el presente capítulo se
enmarca en el desarrollo de la ciudadanía como proceso.
La ciudadanía como proceso implica el ejercicio activo del ciudadano/a. Desde esta
perspectiva se entiende la ciudadanía como una construcción social, por tanto el ser
ciudadano o ciudadana no se vincula exclusivamente con la adquisición legal de un status,
sino con el desarrollo de un sentimiento de pertenencia a una comunidad, que lleva a la
ciudadanía a participar en los asuntos públicos y adquirir las competencias ciudadanas
necesarias para tener presencia activa en el espacio público (Bartolomé, 2002, 2004).
De los diferentes elementos que incluye la ciudadanía como proceso, en este artículo
nos centramos en el elemento de la participación.
2. Educación para la ciudadanía, participación y aprendizaje servicio
Veíamos con anterioridad que un elemento básico en el ejercicio de la ciudadanía es
que todas las personas tengan la oportunidad de participar, de hecho la ciudadanía como
proceso se construye a partir de la participación de todas las ciudadanas y ciudadanos
(Cabrera, 2002).
Pero, ¿cómo debiera ser esta participación? ¿Qué elementos la podrían facilitar? Para
responder a estas cuestiones vamos a partir de un concepto multidimensional de
participación propuesto por Folgueiras (2005).
Entendemos por participación un derecho de ciudadanía, una acción colectiva y
social que genera un compromiso y por lo mismo una responsabilidad
compartida que permite intervenir en las decisiones, crea oportunidades para el
desarrollo de capacidades y favorece o expresa un sentimiento de identidad a
una comunidad, siempre y cuando se practique en clave de equidad. Para ello, es
imprescindible partir de las experiencias e intereses de las personas
participantes. Esto implica que son ellas quienes definen los temas a tratar, y que
las relaciones dentro del proceso son horizontales y estimuladas por un diálogo
igualitario. Todo ello convierte la participación activa en un proceso social y
educativo que busca el cambio, la transformación y la mejora, tanto social como
individual, de la sociedad. (p. 87).
De la definición realizada por la autora destacamos los siguientes elementos claves:
Juventud y participación comunitaria:
125
la participación como derecho: “[…] una acción colectiva y social [...]” y, en la
medida que la participación es un derecho, es necesaria la creación de espacios de
convivencia y de inclusión donde las relaciones sean horizontales, simétricas y
dialógicas;
la participación como deber: “[…] una responsabilidad compartida […]”. Debemos
entender la participación como un compromiso y un deber a desarrollar, a cumplir por la
persona para poder garantizar la construcción colectiva y no generar en las personas un
sentimiento de subrogación al poder;
la participación como instrumento de mejora: “[…] crea oportunidades para el
desarrollo de capacidades […]” en la medida que potencia a la persona tanto su
dimensión individual como grupal;
la participación como necesidad: “[…] sentimiento de identidad a una comunidad […]”
la participación como una necesidad para crear vínculos en tanto que se parte de “[…]
experiencias e intereses de las personas participantes […]” sintiéndose la persona
reconocida y creando valores en claves de equidad.
Estos cuatro elementos nos ayudan a fomentar “[...] un proceso social y educativo que
busca el cambio, la transformación y la mejora […]” (Folgueiras, 2005, p. 87). Por lo que
podemos decir que la participación es una herramienta clave para la transformación social y
educativa.
Una participación así entendida no nace sólo del individuo, ni de la sociedad civil
organizada, ni de la institución educativa, sino más bien de la conjunción de los tres. No
basta que el individuo participe, adquiera nuevas destrezas; tampoco es suficiente que una
ONG u organización popular se especialice en fomentar la participación; ni tampoco que la
institución educativa aprenda a ser más 'responsable' a las necesidades de la población. Sino
que la participación debe llevar intrínseca todos estos valores.
El reto que supone una formación ciudadana activa, ineludiblemente, lleva a
contemplar nuevos espacios de formación y participación. La sociedad civil en sus distintas
dimensiones como barrio, como asociaciones o colectivos vecinales, como grupo de
trabajo, etc., se convierte en un espacio revalorizado como marco educativo ideal y
necesario.
Estos nuevos espacios de formación y participación necesitan de la implicación de los
y las jóvenes en la comunidad, el desarrollo de una ciudadanía activa a través de su
participación en la vida social. Desde esta perspectiva consideramos que el aprendizaje-
servicio (a partir de ahora APS) constituye hoy una de las principales vías del aprendizaje
activo de la ciudadanía.
3. El aprendizaje servicio y la participación de los jóvenes en la comunidad
El APS se define como un proceso educativo que pone en relación el aprendizaje
ESTHER LUNA e PILAR FOLGUEIRAS
126
académico con algún proyecto de colaboración con la comunidad. En este binomio
“aprendizaje académico-trabajo en la comunidad”, como espacios que se enriquecen
mutuamente, es donde reside la sustantividad del APS (Luna, 2010):
Figura 1. La relación dialógica del APS: el centro educativo y la comunidad
Asimismo, los elementos definitorios que caracterizan la filosofía y metodología del
APS son:
- Estar protagonizado por el alumnado
- Atender solidariamente a una necesidad real y sentida por la comunidad
- Estar planificado dentro de la programación curricular del alumnado
- Realizar un proyecto de servicio
- Reflexionar, críticamente, durante todo el proceso
El APS, por tanto, ofrece la posibilidad de realizar unos aprendizajes contextualizados
en unas necesidades comunitarias. Desde esta perspectiva las, las instituciones de la
comunidad no sólo se convierten en un espacio de “diálogo” sino que “entran en diálogo”
conformando una forma relacional, recíproca, con intereses y corresponsabilidades
definidas. A través de los proyectos de APS las instituciones comunitarias se transforman
en:
a) Un espacio interno de participación, de creación de democracia y desarrollo de visión
común y búsqueda de una línea de actuación por “aprender y actuar juntos”
b) Un espacio que aúna y articula esfuerzos con otras instituciones y entidades de la
comunidad, que integra objetivos curriculares y necesidades comunitarias, y que plantea
un trabajo coordinado que fortalece el tejido social y contribuye a la creación de capital
social.
c) Un promotor de la necesaria corresponsabilidad educativa entre los distintos agentes
educativos, formales y no formales, para dar una respuesta eficaz a los problemas
educativos que la actual sociedad plantea.
COMUNIDAD
Servicios en Organizaciones,
Proyectos colectivos
Mejora la
calidad de los
servicios
CENTRO EDUCATIVO
Objetivos
Aprendizaje curricular
APS
Integración curricular
Aplicabilidad y
sentido del curriculo
Juventud y participación comunitaria:
127
3.1 Fases de un proyecto de aprendizaje servicio
Los proyectos de APS como metodología sistemática requieren una preparación y un
desarrollo ordenado que normalmente se estructura en distintas etapas y tareas a realizar. El
número de etapas o fases es diferente en las propuestas de los autores. Cabrera y Luna
(2008) recogen los elementos claves que representa el proceso de planificar, realizar y
evaluar un proyecto de APS realizando la siguiente propuesta.
3.1.1 Primera Etapa. Preparación: sensibilización y motivación.
Tiene por finalidad asegurar la viabilidad del proyecto, a través del establecimiento de
un compromiso institucional y personal para llevarlo a cabo y sensibilizar al alumnado en
los temas claves de carácter transversal del proyecto. Es necesario dar a conocer la
metodología propia del APS, reflexionar y valorar sobre sus aportaciones en el caso de no
contar con experiencia previa. Es importante no presentarlo como una experiencia puntual
y desconectada de otras actividades académicas que se realizan el centro. Es necesario el
soporte familiar puesto que, como ya hemos indicado, el aprendizaje que se realiza a través
del APS no tiene la estructura clásica académica y puede favorecer malos entendidos por
parte de las familias pensando que supone una pérdida de tiempo, o bien, pueden
preocuparse por el impacto emocional negativo que puede tener en ellos trabajar con
determinados colectivos.
3.1.2 Segunda Etapa. Diagnóstico: selección y análisis del problema.
Normalmente se parte de un análisis sobre la realidad en la que se va actuar a fin de
identificar el problema o necesidad comunitaria sobre la que se centrará el proyecto. Se
trata de plantear un diagnóstico participativo donde intervienen las distintas personas
interesadas y pueden realizarse a través de acciones directas (estudios sobre el barrio, etc.)
o indirectas (invitación de alguna persona que venga a hablar sobre alguna problemática del
barrio, analizar la prensa, etc.). Una vez seleccionado el problema se lleva a cabo su
análisis, a fin de identificar una propuesta de actuación que contribuya a su solución.
3.1.3 Tercera Etapa. Planificar la acción
Una vez seleccionada la acción que se pretende realizar, se debe planificar
cuidadosamente siguiendo los pasos de todo diseño de intervención: determinar las
actividades concretas a realizar, los recursos necesarios, el lugar o los lugares donde se
llevarán a cabo, etc. Los proyectos comprenden una gran variedad de acciones como las
siguientes:
ESTHER LUNA e PILAR FOLGUEIRAS
128
- Servicio directo: se interviene directamente sobre la necesidad detectada; por ejemplo,
clases de idioma a colectivos de inmigrantes, secretaria de una Asociación de vecinos,
conservación del medio ambiente, etc.
- Servicio indirecto: las actividades se llevan a cabo en el centro educativo y contribuyen
de alguna manera a actividades del barrio como, por ejemplo, campañas de recogida de
juguetes, comida o ropa; celebraciones populares o eventos del barrio como, por
ejemplo, la “fiesta sobre la multiculturalidad”, etc.
- Acciones de Sensibilización y defensa cívica: se contribuye en campañas de
sensibilización sobre algún problema; por ejemplo, participando en el envío de cartas,
reparto de trípticos, audiciones de radio, etc.
- Investigación: se realiza algún tipo de estudio o de recogida de información relevante
para la vida de la comunidad como, por ejemplo, preparación de una historia de la
comunidad, elaboración de una guía de recursos comunitarios, etc.
3.1.4 Cuarta Etapa. Realizar la acción y valorar su proceso.
En esta etapa el alumnado lleva a término el proyecto planificado en la etapa anterior.
Durante el desarrollo del proyecto se debe valorar el grado de ajuste entre las tareas que se
habían planificado y las que se están realizando, a fin de identificar los desvíos e introducir
los reajustes necesarios. Es importante también un análisis crítico sobre el cumplimiento de
compromisos y funciones acordadas. El diario de campo reflexivo o la elaboración de un
portafolio son instrumentos valiosos, para valorar en qué medida se van consiguiendo los
objetivos curriculares propuestos y como estrategia de evaluación de las actividades de
APS.
3.1.5 Quinta Etapa. Reconocimiento y evaluación del aprendizaje.
Es necesario reconocer de alguna manera las adquisiciones logradas por el alumnado y
valorarlas a la luz de los objetivos propuestos. Es importante un reconocimiento de la labor
realizada, de los logros conseguidos en sus acciones o servicios prestados, por ello debe
preverse una presentación pública del trabajo realizado que anime y estimule a otros
compañeros y compañeras a seguir en la misma línea. Se trata de “celebrar” de alguna
manera el proceso de aprendizaje de las actividades realizadas y los logros alcanzados. La
valoración de los aprendizajes debe plantearse, así como se ha señalado más arriba,
mediante técnicas la del portafolios o carpetas de aprendizajes y diarios reflexivos. La
autoevaluación ocupa un lugar importante, tanto del proceso seguido como de los
resultados logrados en su rendimiento académico, personal y social. Es bueno que el
alumnado reflexione críticamente sobre su actuación, los compromisos adquiridos durante
el desarrollo y el nivel de su cumplimiento.
Juventud y participación comunitaria:
129
3.1.6 Sexta Etapa. Valoración del proyecto.
Un proyecto de APS no debería finalizar sin una valoración del proyecto en sí mismo,
de su alcance y nivel de complejidad, así como del grado en que se han conseguido los
objetivos propuestos, los logros alcanzados para la comunidad u organización en la que se
ha trabajado y los cambios e incidencias no planificadas. Tomar en consideración su
sostenibilidad a fin de valorar en qué medida se puede seguir trabajando en la misma
dirección, si los cambios conseguidos tendrán permanencia en el tiempo, etc. También es
importante realizar un inventario de buenas prácticas que contribuyan a mejorar futuros
proyectos.
Cuadro 1. Propuesta de etapas en un proyecto de Aprendizaje-Servicio: Tareas implicadas
ETAPAS EN LA ELABORACIÓN DE UN PROYECTO DE APS
1ª ETAPA Preparación: Sensibilización y motivación del alumnado
Dar a conocer la metodología si no se tiene experiencia en ella.
Valorar las aportaciones del APS y las condiciones de viabilidad para su éxito.
Establecer posibles objetivos curriculares que pueden abordarse en el proyecto; su concreción
puede hacerse en la siguiente etapa.
Realizar un diagnóstico inicial del alumnado.
REFLEXIÓN: valorar con el alumnado su estado inicial en temas transversales del proyecto
como los siguientes: responsabilidad social, solidaridad, conocimiento del barrio,
participación ciudadana, etc.
2ª ETAPA. Diagnóstico: selección y análisis del problema
Identificación de un problema o necesidad mediante actividades diagnósticas:
- actividades directas: encuesta, estudios sobre la comunidad: su historia, cambios que ocurren
y que pueden dar lugar a problemas, integración de colectivos de gente que han llegado nueva,
etc.
- actividades indirectas: lectura de periódicos, invitación a alguna persona que venga a hablar
sobre alguna problemática (de algún servicio social, de alguna ONG, de la Asociación de
vecinos, etc.), etc.
Selección de la necesidad y consenso grupal: aprendizaje de técnicas para llegar al consenso
Análisis del problema o necesidad: definición, origen, localización, población afectada,
posibles causas, etc.
REFLEXIÓN: valorar con el alumnado las posibilidades de intervención ante el problema y
necesidad social: personales, académicas, institucionales, etc.
3ª ETAPA. Planificar una acción
Diseñar la acción: qué hacer, cómo hacerlo, con qué recurso, tiempo, etc.
Servicio directo.
ESTHER LUNA e PILAR FOLGUEIRAS
130
Servicio indirecto.
Defensa cívica y sensibilización.
Investigación.
Distribución de funciones y responsabilidades en el grupo.
REFLEXIÓN: valorar con el alumnado qué se quiere hacer, por qué y qué se espera conseguir:
fortalezas y debilidades personales y grupales.
4ª ETAPA. Realizar la acción y valorar su proceso.
Seguimiento de la planificación y reajustes de la acción.
Cumplimiento de compromisos/funciones.
Registro de las actividades y proceso de aprendizaje: diario reflexivo, portafolio, etc.
REFLEXIÓN: valorar con el alumnado que se está aprendiendo, cómo y para qué; dificultades,
éxitos conseguidos, etc.
5ª ETAPA. Reconocimiento y evaluación del aprendizaje
Presentación pública del proyecto.
Evaluación de los aprendizajes adquirido.
Contenidos curriculares.
Desarrollo grupal y personal.
Resolución de conflicto.
Participación responsable.
REFLEXIÓN: autovaloración del alumnado sobre: actitudes, comportamientos individuales y
grupales y aprendizajes logrados, etc.
6ª ETAPA. Valoración del proyecto
Del proyecto en sí mismo: nº de personas que han intervenido instituciones relaciones,
actividades realizadas, materiales utilizados, productos obtenidos, resultados alcanzados, etc.
De los Objetivos curriculares que se han trabajado.
Del Valor del proyecto para la organización y la comunidad.
De la sostenibilidad de los logros y de las posibilidades de continuar en el servicio.
REFLEXIÓN: analizar con el alumnado las “buenas prácticas” que sirvan para otros proyectos:
condiciones que han favorecido el éxito, formas de salvar dificultades, etc.
Como puede observarse, cada etapa finaliza con una tarea de reflexión, elemento
esencial de la metodología; es el momento donde se valoran las posiciones y contribuciones
individuales, colectivas y, en su caso, institucionales; los avances, retrocesos, cambios y
aportaciones que se hacen en las tareas propias de cada fase; y tomando como referencia
última los objetivos de aprendizaje a conseguir y la mejora social a desarrollar.
Por último, quisiéramos señalar que en la literatura especializada se dispone de
excelentes listados de “buenas prácticas” en el desarrollo de un proyecto de APS, respecto a
la planificación del proyecto, a su implementación y a su desarrollo, tal como se recoge en
el manual del APS de la Universidad de Minesota (2007) o en la obra de Bhaerman,
Cordell y Gomez (1998).
Juventud y participación comunitaria:
131
3.2 ¿Por qué es positivo para los jóvenes participar en proyectos de
aprendizaje servicio?
Los beneficios educativos que implica la participación en proyectos de aprendizaje
servicio son los siguientes (Luna, 2010):
a) Posibilita un aprendizaje significativo y contextualizado de los aprendizajes
curriculares. Los proyectos de APS ofrecen al alumnado oportunidades de
aprendizaje positivas, reales y significativas participando en la búsqueda de
soluciones ante problemas comunitarios sobre los que puede actuar. El alumnado vive
la experiencia de la aplicabilidad directa e inmediata de lo que aprende, lo que
favorece su motivación e interés por el aprendizaje.
b) Trabajar con enfoques metodológicos participativo mejora los logros académicos. En
el análisis de las mejores prácticas en educación para la ciudadanía, Osler y Starky
(2004, 2005) señalan que una de las condiciones asociadas al éxito de los programas
es el uso de metodologías que requieran el aprendizaje activo del alumnado,
especialmente aquellas que le ofrecen la oportunidad para trabajar en proyectos con
una real importancia social y política. Igualmente, sucesivos análisis de los datos
aportados por el estudio internacional promovido por la Asociación Internacional para
el logro Educativo (IEA) sobre la educación cívica, ratifican la relación positiva entre
el desarrollo de competencias ciudadanas y metodologías de enseñanza-aprendizaje
participativas y de elaboración de proyectos sociales. También, el último estudio de la
Comisión Europea (2007) sobre las buenas prácticas en educación para la ciudadanía
concluye afirmando que uno de los factores más relevantes para su éxito es el uso de
actividades de aprendizaje que requieran poner en juego las reglas de la democracia y
la participación social.
c) Respeta los distintos estilos de aprendizaje y favorece un aprendizaje colectivo más
rico. En el grupo de trabajo cada alumno y alumna puede participar realizando aquella
actividad que más se corresponda a su estilo de aprendizaje. Unos pueden dedicarse
más al estudio teórico y reflexivo mientras otros contribuyen con aportaciones
prácticas; unos prefieren el dibujo o encargarse de la parte más artística del trabajo
mientras otros se ocupan de su exposición oral u escrita, etc. Todos y todas desde el
reconocimiento de su individualidad enriquecen el producto final.
d) Favorece el desarrollo de la sensibilidad social del alumnado. Las actividades no
sólo atienden a procesos de aprendizajes curriculares sino también al desarrollo de su
sentido de pertenencia a una comunidad y compromiso para mejorarla o transformar
aquellos aspectos que resulten necesarios.
e) Favorece el empoderamiento del alumnado. En la medida que el alumnado es el
protagonista de todo el proceso, que asume una importante y significativa
responsabilidad en la toma de decisiones y sus consecuencias durante la planificación,
desarrollo y evaluación de las actividades emprendidas.
ESTHER LUNA e PILAR FOLGUEIRAS
132
f) Favorece el desarrollo de competencias transversales. A lo largo de las etapas que
comprende un proyecto de APS, el alumnado desarrolla habilidades transversales
como tomar decisiones, realizar juicios valorativos, analizar problemas y elaborar
alternativas de solución, trabajar en equipo, redactar y exponer ideas, reflexionar
críticamente, planificar, organizar y gestionar el tiempo, valorar acciones, etc.
g) Posibilita vivir el aprendizaje curricular de manera holística y no compartimentado
en asignaturas. El alumnado pone en relación objetivos curriculares de diferentes
disciplinas, teniendo en cuenta la interconexión de los conocimientos y habilidades.
Así, por ejemplo, si debe realizar un análisis de necesidades mediante una encuesta a
la comunidad, esta actividad pone en juego objetivos de matemáticas (análisis de
datos cuantitativos, elaboración de gráficos, etc.) a la vez que de lengua (precisión en
la redacción de preguntas, elaboración de informes escritos, etc.), de ciencias sociales
(contrastes con datos poblacionales existentes, pirámide de edades, etc.), de ética
(respeto a la intimidad de las personas, anonimato, etc.), etc.
h) Es un enriquecimiento mutuo entre la escuela como institución y la comunidad. Se
crea una relación interactiva escuela-comunidad y comunidad-escuela. Esto es, no
sólo consiste en que la escuela se relaciona con la comunidad sino que la comunidad
entra en la escuela en la línea expuesta por el movimiento de Mejora Escolar Eficaz
de West y Hopkins (1995) y más recientemente en Ainscow, Hopkins y Sowtworth
(2001). Se pretende establecer una relación equilibrada donde escuela e instituciones
comunitarias contribuyen desde una actitud y comportamiento de corresponsabilidad
en el hecho educativo.
i) Es un enriquecimiento para el profesorado en cuanto que representa una forma
novedosa de acercarse a los problemas de la comunidad y de promover un trabajo con
agentes comunitarios más allá de los muros del centro educativo. Es más, supone una
experiencia educativa donde el profesorado afronta una situación de compromiso y de
transformación social que estimula tanto su conciencia ciudadana como su
responsabilidad social; a pesar que algún profesorado, más tradicional, considera que
eso no entra en sus funciones docentes.
Como hemos expuesto, el APS se asocia al aprendizaje por descubrimiento y al
“aprender haciendo”. En definitiva, su contribución más novedosa es la rica y recíproca
relación entre escuela y comunidad y el desarrollo de un comportamiento y una actitud
crítico reflexivo del alumnado sobre la sociedad.
Para finalizar este capítulo, queremos destacar que algunos de los beneficios
educativos expuestos, los estamos encontrando en la investigación evaluativa sobre “El
Impacto de los proyecto de APS en estudiantes de secundaria” que en la actualidad estamos
desarrollando en el contexto catalán (Folgueiras, Cabrera, Luna y Puig, en curso). A modo
de ejemplo, recogemos en la siguiente rejilla una relación de proyectos de APS que incluye
una breve descripción de los mismos y algunos ejemplos de los objetivos de aprendizaje
alcanzados.
Juventud y participación comunitaria:
133
Tabla 1. Ejemplo de experiencias de APS en el contexto catalán2
Título Descripción Ejemplos de objetivos alcanzados “Ven conmigo”.
Centro de Ocio
Eixida. Sant Boi de
Llobregat
(Barcelonès).
En este proyecto, los jóvenes
de un barrio de un municipio
de Barcelona tienen la
oportunidad de ofrecer talleres
a otros niños del propio centro
y al resto de la comunidad
durante las fiestas del barrio.
Planificación, organización y desarrollo de
talleres.
Sensibilización de la importancia del
voluntariado.
Desarrollo de valores, actitudes que
aumenten la autoestima de los niños/as y los
jóvenes, capacitándolos por ser más
responsables de sus actos.
Desarrollo de capacidades y habilidades
individuales al servicio de los otros.
Conocimiento y aprendizaje sobre diferentes
técnicas lúdicoeducativas.
“Compartimos
derechos”. Centro de
Ocio La Florida y EL
IES Eduard Fontserè.
L’Hospitalet de
Llobregat
(Barcelonès).
En este proyecto, un grupo de
jóvenes realiza un trabajo de
investigación sobre cuatro
entidades de la ciudad que
velan por los derechos
humanos. Posteriormente,
difunden los aprendizajes
adquiridos en esta temática en
tres escuelas de primaria.
Conocimiento de entidades del barrio
comprometidas con los derechos humanos.
Profundización en los contenidos sobre
derechos humanos de la asignatura de
Educación para la Ciudadanía.
Desarrollo de una reflexión crítica en
relación a las injusticias y desequilibrios de
nuestra sociedad.
Mejora de las habilidades comunicativas y
relacionales.
Compromiso de los jóvenes durante todo el
proceso (tanto a nivel individual como de
grupo).
“Adoptemos la
Muralla de Mataró”.
IES Alexandre
Satorras. Mataró
(Maresme).
En este proyecto, el alumnado
de un instituto se forma como
guía de una muralla histórica
que existe en su localidad, y
organiza visitas guiadas para
diferentes colectivos como
centros de gente mayor,
asociaciones de madres y
padres, etc.
Conocimiento del patrimonio histórico
local.
Mejora de las habilidades
comunicativas y relacionales.
Desarrollo de capacidades
organizativas.
- “Proyecto Saba i
Comunitat”. IES
Ferran Casablancas.
Sabadell (Vallés
Occidental).
En este proyecto, el alumnado
de un centro educativo con
algunas dificultades
educativas, participa en tareas
de voluntariado en diferentes
ONG's y entidades de su
entorno para desarrollar
competencias básicas y
habilidades sociales con los y
las jóvenes.
Conocimiento del territorio.
Desarrollo de los contenidos de
ciencias naturales.
Mejora de las habilidades
comunicativas, relacionales y
tecnológicas.
Sensibilización hacia las necesidades
de personas en situación de exclusión
social.
Desarrollo de capacidades
ESTHER LUNA e PILAR FOLGUEIRAS
134
organizativas.
Fomento de la responsabilidad social
de los y las jóvenes.
- “VPK. Curso de
formación de jóvenes
dinamizadores de
actividades de ocio
juvenil”. Fundación
Marianao. Sant Boi
de Llobregat (Baix
Llobregat).
Este proyecto consiste en que
un grupo de jóvenes reciben
una formación para
posteriormente convertirse en
dinamizadores de actividades
de ocio y ofrecer a los jóvenes
de la zona un programa
alternativo para las noches del
fin de semana.
Conocimiento del territorio y de la realidad
juvenil.
Desarrollo de capacidades de liderazgo de
equipos de trabajo.
Creación de proyectos en todas sus fases:
planificación, difusión, contactos con
instituciones (institutos, ayuntamiento) para
la cesión de espacios, diseño, ejecución y
evaluación.
- “TIC sin edad.
Perder el miedo al
móvil”. IES Miquel
Biada. Mataró
(Maresme).
En este proyecto, alumnado de
un instituto se convierten en
profesores y profesoras de
nuevas teconologías de
abuelos y abuelas de un centro
de gente mayor. Cada alumno
hace de profesor de dos
abuelos y organiza un taller
resolviendo las dudas que
éstos tienen a la hora de usar
sus móviles.
Desarrollo de habilidades comunicativas,
empatía, saber escuchar y explicar.
Valorar a las personas mayores.
Desarrollar relaciones intergeneracionales.
- “Projecte Cicerone”.
PEE Hospitalet.
Hospitalet de
Llobregat
(Barcelonès).
Algunos institutos de la
ciudad de L’Hospitalet han
llevado a cabo el Proyecto
Cicerone. El objetivo general
del proyecto es crear una red
social de jóvenes que hagan
apoyo y acompañamiento a
los adolescentes y jóvenes que
acaban de llegar a la ciudad.
Es decir, un grupo de
alumnos/as que
voluntariamente, participan
como jóvenes guía.
Mejorar el uso del catalán
Desarrollo de habilidades comunicativas
Conocimiento de otras realidades sociales,
históricas, geográficas y lingüísticas.
Notas
1 GREDI. www.gredi.net 2 El contenido de esta rejilla lo hemos elaborado a partir de la información extraído del banco de experiencias del Centro
Promotor de Aprendizaje Servicio de Catalunya. Para más información, visitar www.aprenentatgeservei.cat y del
informe parcial de la investigación evaluativo que estamos realizando sobre “El Impacto de los proyectos de APS en
estudiantes de Secundaria” (FOLGUEIRAS, CABRERA, LUNA y PUIG, en curso).
Juventud y participación comunitaria:
135
Referências
AINSCOW, M.; HOPKINS, D. y SOWTWORTH, M.. Hacia escuelas eficaces para todos. Manual para la
formación de equipos docentes. Madrid: Narcea, 2001..
BARTOLOMÉ, M.. Educar para una Ciudadanía Intercultural. En M. Bartolomé (Ed.). Identidad y
Ciudadanía: Un Reto a la Educación Intercultural (pp. 131-161). Madrid: Narcea, 2002.
BARTOLOMÉ, M.. Educación intercultural y ciudadanía. En JORDÁN, J.; BESALÚ, X.; BARTOLOMÉ,
M.; AGUADO, T.; MORENO, C. y SANZ, M. (Coord.). La educación del profesorado en Educación
Intercultural (pp. 93-112). Madrid: MEC, 2004.
BARTOLOMÉ, M.; FOLGUEIRAS, P.; MASSOT, I.; SABARIEGO, M. y SANDÍN, M.P. ¿Construimos
Europa? El sentimiento de pertenencia desde una Pedagogía de la inclusión. Madrid: Comunidad de
Madrid/Conserjería de Educación, 2003.
BHAERMAN, R., CORDELL, K. & GOMEZ, B.. The Role of Service-Learning in Educational Reform.
Needham Heights, MA: Simon and Schuster, 1998.
CABRERA, F.. Hacia una nueva concepción de la ciudadanía en una sociedad multicultural. En M.
BARTOLOMÉ (Ed.). Identidad y Ciudadanía: Un Reto a la Educación Intercultural (pp. 79-104).
Madrid: Narcea, 2002.
CABRERA, F. y LUNA, E.. Diálogo escuela-comunidad: el aprendizaje-servicio. En SORIANO, E. (Coord.).
Educación para la ciudadanía intercultural y democrática (pp.191-226). Madrid: La Muralla, 2008.
CABRERA, F.; DONOSO, T.; FOLGUEIRAS. P. y LUNA, E.. La participación ciudadana: un reto para la
educación para la ciudadanía. Revista de Educaçao ciencia e cultura, 14; 63-84, 2010.
COMISIÓN EUROPEA. Learning for Active Citizenship. Dirección General de Educación y Cultura. Final
Report submitted by GHK, 2007. [En línea]. Disponible en:
http://ec.europa.eu/education/doc/reports/doc/citizensedu.pdf [Consulta: 9 de septiembre de 2007].
FOLGUEIRAS, P.. De la tolerancia al reconocimiento: un programa de formación para una ciudadanía
intercultural, 2005. [En línea]. Disponible en: http://www.tesisenxarxa.net/TDX-0613107-120403/
[Consulta: 23 de junio de 2006].
FOLGUEIRAS, P.. Ciudadanas del mundo. La participación de mujeres en sociedades multiculturales.
Madrid: Narcea, 2008.
FOLGUEIRAS, P. y MARTÍNEZ, M.. El desarrollo de competencias en la universidad a través del
aprendizaje y servicio. RIED, 2, 1: 56-76, 2009.
LUNA, E.. Del Centro Educativo a la Comunidad: un programa de aprendizaje-servicio para el desarrollo
de ciudadanía activa. Tesis Doctoral. Universidad de Barcelona. 2010.
OSLER, A. & STARKY, H.. Estudios acerca de los Avances en Ecuación Cívica en los Sistemas educativos:
prácticas de calidad en países industrializados. Informe presentado para el Banco Interamericano de
Desarrollo. Oficina Internacional de Educación. UNESCO. 2004. (paper).
OSLER, A. & STARKY, H.. Changing Citizenship: democracy and inclusion in education. Maidenhead, UK:
Open University Press, 2005.
UNIVERSIDAD DE MINNESOTA. Service-learning Student ambassador. Handbook. 2007. [En línea].
Disponible en: http://www.morris.umn.edu/academic/sl/sp07classes.html [Consulta: 16 de septiembre de
2007].
WEST, M. y HOPKINS, D.. Re-emphasing school effectiveness and school improvement. European
Educational Research Association. Bath, septiembre, 1995. (paper).
ESTHER LUNA e PILAR FOLGUEIRAS
136
Correspondência
Esther Luna: Doctora en Pedagogía con Mención Europea. Grupo de Investigación en Educación
Intercultural. Facultad de Pedagogía. Universitat de Barcelona.
E-mail: [email protected]
Pilar Folgueiras: Doctora en Pedagogía. Grupo de Investigación en Educación Intercultural. Facultad de
Pedagogía. Universitat de Barcelona.
E-mail: [email protected]
Texto publicado em Currículo sem Fronteiras com autorização das autoras.